Noticia tomada de GLORIA NEWS.
El ex-sínodo publicó su texto final el sábado por la noche, un compromiso prolijo, dividido en cinco partes y 155 párrafos (28.000 palabras). Todos los párrafos recibieron la mayoría requerida de dos tercios de los 356 votos.
Francisco Bergoglio anunció que no emitiría una exhortación apostólica posterior, sino que aprobaría el documento tal cual. Lo llama su “magisterio papal” [lo que sea que eso signifique], si bien el secretario especial “monseñor” Riccardo Battochio dijo que esta participación «no es con valor normativo, sino dando líneas de orientación» (!).
Tras cuatro años de reuniones interminables y millones gastados, el texto recomienda «seguir reflexionando» sobre muchas cuestiones («proceso en curso»).
El párrafo más controvertido fue el número 60 sobre el papel de la “mujer” en la Iglesia. Recibió 258 votos a favor y 97 en contra.
El párrafo afirma que las mujeres se enfrentan supuestamente a obstáculos para obtener un reconocimiento más pleno de sus carismas, su vocación y su papel en los diversos ámbitos de la vida de la Iglesia: «La cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal [inválido] sigue abierta».
El párrafo con el segundo mayor número de votos negativos (312 contra 43 votos) se refiere a la liturgia. Se pide a las comunidades cristianas «que adopten formas de celebración que hagan visible el rostro de una Iglesia sinodal», lo que implica una mayor protestantización del Novus Ordo.
En cuanto a la autoridad de las conferencias episcopales [que no existe ni en la Sagrada Escritura ni en la Tradición], el documento afirma que es necesario seguir trabajando «para definir con precisión el ámbito de la competencia doctrinal y disciplinar».
Habría que aclarar qué asuntos están reservados a la autoridad papal y cuáles pueden ser tratados por el obispo o las Conferencias Episcopales.
El texto sugiere que «las decisiones tomadas por una Conferencia Episcopal imponen una obligación eclesial [!] a cada obispo que haya participado en la decisión en relación con su propia diócesis».
Además, el texto sólo alude a los homosexuales, mencionando un cierto “dolor” de aquellos que «se sienten excluidos o juzgados a causa de su situación matrimonial, su identidad o su sexualidad».
En una posible respuesta a la reacción contra la “Fidúcia súpplicans” (Diciembre de 2023), el documento afirma: «Antes de publicar documentos normativos importantes, se invita a los dicasterios a iniciar una consulta con las Conferencias Episcopales y con las estructuras correspondientes de las Iglesias orientales sui juris».
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