El beato Juan Almond nació hacia 1577 en Allerton, cerca de Liverpool, y estudió en la escuela de Much Woolton, Lancashire (actual Woolton, Liverpool). A los ocho años, su familia se trasladó a Irlanda. Ahí permaneció hasta que ingresó en el Colegio Inglés de Reims. Terminó en Roma sus estudios con un brillante debate público, presidido por el cardenal Baronio, quien alabó al P. Almond. Este recibió las órdenes sagradas en 1598. Cuatro años más tarde, partió a la misión de Inglaterra. Durante sus diez años de apostolado, "llevó sinceramente una vida muy santa, con gran gozo de cuantos le conocieron, y se ganó bien merecida fama por su saber y santidad. Combatía el pecado y era un modelo para todos. Era de inteligencia aguda e ingeniosa, hábil y certero en sus respuestas, modesto en los debates, muy va liente y siempre estaba dispuesto a sufrir por Cristo, que había sufrido por él.". Así escribió el obispo Richard Challoner en su Memoria de los Sacerdotes Misioneros.
El P. Almond fue arrestado en 1608, y nuevamente en 1612. El Dr. Juan King, obispo de Londres se encargó de interrogarle. Una parte del interrogatorio va así:
Juan King: ¿Cómo te llamas?Juan Almond: Mi nombre es Francisco.Juan King: ¿Qué más?Juan Almond: Lathome.Juan King: ¿No te llamas Molyneux?
Juan Almond: No.Juan King: Creo que demostraré que es así.Juan Almond: Tendrás más que hacer de lo que alguna vez tuviste que hacer en tu vida.Juan King: ¿Qué paisano eres?Juan Almond: Un hombre de Lancashire.Juan King: ¿En qué lugar naciste?Juan Almond: Cerca de Allerton.Juan King: ¡Cerca de Allerton! Marcad la equivocación; ¿Entonces no en Allerton?Juan Almond: Sin equívocos. No nací en Allerton sino en las afueras o en el lado de Allerton.Juan King: Entonces naciste bajo un seto, ¿verdad?Juan Almond: Muchos hombres mejores que tú o yo han nacido bajo un seto.Juan King: ¿No puedes recordar que naciste en una casa?
Juan Almond: ¿Tú puedes?
Juan King: Mi madre me lo dijo.
Juan Almond: Entonces no recuerdas que naciste en una casa, sino sólo que tu madre te lo dijo. Yo también recuerdo tantas cosas.Juan King: ¿Estuviste alguna vez más allá de los mares?
Juan Almond: He estado en Irlanda.
Juan King: ¿Cuánto tiempo hace que vienes de allí?
Juan Almond: No recuerdo hace cuánto tiempo, tampoco es material.
Juan King: Esto es claro, ¿no es así?
Juan Almond: Más claro de lo que darías si te examinaran delante de algunos de los nuestros en otro lugar.
Juan King: Te pregunto, ¿eres sacerdote?
Juan Almond: Yo no soy Cristo; y a menos que fuera Cristo en tu propio terreno, no puedo ser sacerdote.
Juan King: ¿Eres sacerdote, sí o no?
Juan Almond: Nadie me acusa.
Juan King: ¿Entonces esta es toda la respuesta que tendré?
Juan Almond: Todo lo que puedo dar a menos que lleguen pruebas.
Juan King: ¿Dónde has vivido y en qué has pasado tu tiempo?
Juan Almond: ¡Aquí hay un curso ordenado de justicia, seguro! ¿Qué es material donde he vivido, o cómo he pasado mi tiempo, mientras no se me acusa de ningún mal?
En ese interrogatorio el beato demostró varias veces que "era de inteligencia aguda, ingenioso, hábil y certero en sus respuestas", como lo dice el panegirista que acabamos de citar. Los perseguidores quisieron que firmase una fórmula inaceptable del juramento de fidelidad. El P. Almond se negó a ello y propuso en cambio esta otra fórmula: "Yo profeso en mi alma y en mi corazón tal lealtad al rey Jaime, a quien Dios bendiga ahora y siempre, que ningún monarca cristiano podría esperarla mayor, por la ley natural ni por la ley de Dios, ni por la ley positiva de la Iglesia verdadera, ya sea o la nuestra o la vuestra." Los perseguidores no aceptaron esa fórmula y le encarcelaron en Newgate. Nueve meses más tarde, el 3 de Diciembre, el beato fue juzgado bajo su nombre y bajo los aliases de Lathom y Molyneux por el delito de alta traición de ser sacerdote ordenado y ejercer su ministerio en Inglaterra. Además, en noviembre, siete sacerdotes escaparon de prisión, y se alegó que, mientras estaba allí, Almond había dicho que «quienquiera que haya matado a un rey y después fuera penitente… y confesase lo mismo a un sacerdote, puede tener la absolución». Los jueces le condenaron a muerte colgado, arrastrado y descuartizado. El 5 de diciembre de 1612 fue conducido a Tybum en una carreta. Después de arengar a la multitud contra el regicidio, respondió públicamente a las objeciones de un ministro protestante. En seguida arrojó a la multitud cuanto tenía en la bolsa, es decir, tres o cuatro libras de plata, quejándose de que el carcelero de Newgate le hubiese dejado tan poco:
«No tengo mucho que dar o conceder, porque el guardián de Newgate ha sido un poco duro conmigo y con otros de esa manera, a quienes Dios perdone, porque yo sí. Porque estando preso allí desde marzo, nos han maltratado continuamente, pues a todos nos metieron en el hoyo o mazmorra, o lugar llamado Little Ease, de donde nos sacaron desde que llegamos allí dos o tres carros cargados de suciedad o polvo. Nos mantuvieron veinticuatro horas sin pan, carne ni bebida, cargados con grilletes, alojados en el suelo húmedo, y así continuamos durante diez días aproximadamente».
Después dijo:
«Una hora sigue a la otra, y la muerte acaba por llegar. Pero la muerte no es morir; es la puerta por la que entramos en la felicidad de la vida eterna. La vida es muerte para los que no se preparan a pasar por la muerte, pues las penas, las desgracias y los infortunios los turban constantemente. Para nosotros esta vida es el camino que conduce a la vida eterna a través de la muerte».
El beato pidió que alguno de los presentes le prestara su pañuelo para cubrirse los ojos y tras decir «In manus tuas, Dómine», murió con el nombre de Jesús en los labios. Después de tres Padrenuestros,
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