Traducción del poema escrito por Adino Severino Fasolin.
Los “modernistas novadores” en el Vaticano,
Después que la confusión del Concilio, abierto
A cualquier experimento, así sea mundano,
Han dejado en la grey gran desconcierto.
Ya no se puede hablar más de verdadera fe,
De una misión lanzada a la conquista
De almas infieles, que se enciende
Con celestial candor que no detiene
Su fervor ni con el martirio.
Como dijo Jesús: ¡Id por doquiera,
Confirmad la Fe, aun con el delirio,
Convertid a Mí el genio y a cualquiera,
Nunca frenándoos ni los más extremos
Confines de la tierra, hasta que Mi reino
Sea único, perenne y sin patrones,
Con un solo pastor bajo Mi bandera!
Mas hoy de todo se hace mención,
De todo se parlotea: De derechos,
De valores humanos, de acción común,
De “solidaridad” hacia los afligidos.
Se tiende pues ahora a todo “humanizar”
En un sincretismo que a todos abraza,
Formando así un variopinto altar
En el cual Cristo y Buda están ¡cara a cara!
Hay por tanto el veto, impuesto y aceptado,
De convertir islámicos y “ortodoxos”;
Y ni mucho menos los judíos, que está sentenciado
Que son los ultrapromocionados “Hermanos mayores”…
Y el “Papa” eslavo, por cielo, mar y tierra
Va pidiendo perdón a los protestantes,
Los antiquísimos anatemas entierra,
Los heresiarcas rehabilita, y más adelante,
¡Redescubre que Lutero y los calvinistas
Básicamente fueron los precoces avizores
De los fieros teólogos modernistas
Que han fundado “La Iglesia de los porvenires”!
Y finalmente “Reparación sacrosanta,
Solemne y eterna para los hermanos judíos”:
De los católicos surgió la mala planta
Que de Europa exterminó a los “semidioses”
Con “hornos”, “gaseo” y abominio
Que eliminó a “millones” de personas:
¡De rodillas ante tal “exterminio”
Y nuestra expiación sea eterna!…
Así, castigados y afligidos, quizá un día
Sumisos preguntemos: “¿Y nuestros santos?”.
Son solo un adorno anticuado:
¡Debe seguir adelante la “Nueva Iglesia”!
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