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martes, 26 de febrero de 2013

PROSEGUID VUESTRO CAMINO DE CRUZ

  
«Entonces dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y cargue con su cruz, y sígame. Pues quien quisiere salvar su vida obrando contra mí, la perderá; mas quien perdiere su vida por amor a mí, la encontrará. Porque ¿de qué le sirve al hombre el ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O con qué cambio podrá el hombre rescatarla una vez perdida? Ello es que el Hijo del hombre ha de venir revestido de la gloria de su Padre, acompañado de sus ángeles, a juzgar a los hombres; y entonces dará el pago a cada cual conforme a sus obras» (San Mateo XVI, 24-27).
«Si alguno quiere venir tras de mí niéguese a sí mismo, y cargue con su cruz, y sígame. Pues quien quisiere salvar su vida a costa de su fe, la perderá para siempre; mas quien perdiere su vida por amor de mí y del mensaje de salvación, la pondrá a salvo eternamente. Por cierto, ¿de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? Y una vez perdida, ¿por qué cambio podrá rescatarla? Ello es que quien se avergonzare de mí y de mi doctrina en medio de esta nación adúltera y pecadora, igualmente se avergonzará de él el Hijo del hombre cuando venga en la gloria de su Padre, acompañado de los santos ángeles» (San Marcos X, 34-38)
«Si alguno quiere venir en pos de mí que renuncie a sí mismo, lleve su cruz cada día, y me siga. Pues quien quisiere salvar su vida, la perderá; cuando al contrario, el que perdiere su vida por amor de mí, la pondrá a salvo. ¿Y qué adelanta el hombre con ganar todo el mundo, si es a costa suya, y perdiéndose a sí mismo? Porque quien se avergonzare de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su majestad, y en la de su Padre, y de los santos ángeles» (San Lucas IX, 23-26).

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