Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
En los años ochenta, un investigador sometió a los “videntes” de Medjugorje a un sencillo test: mientras estaban en éxtasis, a uno de ellos le fue hecho un gesto demasiado a quemarropa e improviso. Un colaborador del camarógrafo, luego, acerca rápidamente la mano a los ojos de Vicka durante la “aparición”: si Vicka estaba verdaderamente en éxtasis, no podría acordarse de nada, no tendría contacto alguno con el mundo exterior. En cambio hace un rápido movimiento para alejar la cara de la mano del investigador.
¿Y cómo se justifica, creyendo en no ser sorprendida? ¡Que, durante la aparición, a María misma se le iba a caer de sus brazos el Niño Jesús, y que ella había hecho un gesto para impedirlo!
Si se quisiere tomar en serio semejante mentira, para confutarla bastarán dos argumentos:
- Los otros autoproclamados videntes no han referido que la Virgen tuviese en los brazos al Niño Jesús, ni mucho menos que se le estuviese cayendo de las manos.
- Sobre todo, es ontológicamente imposible que María intente hacer caer de sus brazos a Jesús, eso repugna a la razón.
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