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viernes, 26 de junio de 2020

OBISPÓN ESTADOUNIDENSE DESPIDE A CAPELLÁN POR DECIR LA VERDAD SOBRE EL CRIMINAL GEORGE FLOYD

   
El arzobispón Seán Patrick Reidy O’Malley (derecha) OFM Cap. de Boston, ineficaz desde 2014 como presidente de la sedicente Comisión para la Protección de Menores en contener el Gran Holocausto Sexual y Desvío de Dinero perpetrado por clérigos conciliares, tampoco es eficaz frente a los criminales, ladrones y consumidores de droga. Prueba de ello es que “renunció” de la capellanía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) al presbítero Daniel Patrick Moloney (izquierda; irónicamente, autor del libro “Mercy:  What Every Catholic Should Know” – Misericordia: Lo que todo Católico debe saber). La causa: decir que el “mártir del racismo” George Floyd “no era una persona virtuosa” en un mensaje por correo electrónico el 7 de Junio:

   
TRADUCCIÓN
Asunto: “Bienaventurados los pacíficos”
 
Mis hermanos y hermanas en Cristo,
 
Me duele no ser capaz de predicar en un momento como este. El Evangelio dice una cosa, y cualquier otro dice, como mucho, verdades parciales. George Floyd fue muerto por un agente de policía, y no debía haber sido así. Sí, él no vivió una vida virtuosa. Él fue convicto de varios delitos, incluyendo hurto a mano armada, que parece haber cometido para alimentar su hábito de drogas. Y estaba drogado en el momento del arresto. Pero nosotros no matamos por eso. Él cometió pecados, pero nosotros buscamos a los pecadores para cambiar sus vidas y convertirse al Evangelio. Los Católicos quieren que se proteja toda vida desde la concepción hasta la muerte natural. El agente de policía que se arrodilló sobre su cuello hasta que murió actuó erróneamente. Viendo el vídeo, me pregunté: ¡¿En qué estaba pensando?!  Las acusaciones presentadas contra él alegan negligencia peligrosa, pero no dicen nada sobre su estado mental. Él pudo o no haber matado intencionalmente a George Floyd. No nos lo ha dicho. Pero él mostró irrespeto por su vida, y no podemos aceptar que en nuestra ley ejecuten los oficiales. Es justo que haya sido arrestado y sea procesado.
 
Como consecuencia de la muerte de George Floyd, muchas personas en el país lo han enmarcado como un acto de racismo. No pienso que lo sabemos. Muchos piensan que el racismo es un gran problema en las fuerzas de policía. No pienso que lo sabemos. Los agentes de policía bregan con personas peligrosas y malas todo el tiempo, y eso a menudo los endurece. Ellos hacen esto para que el resto de nosptros podamos vivir en paz, pero a veces a costa de sus almas. Algunos de ellos ciertamente desarrollan actitudes que son injustas y pecaminosas para con las personas que investigan y arrestan. Deberíamos orar para que eso pase, pero podemos ver que eso sucede. Muchas partes de nuestro país han estado experimentando una ola criminal de cinco años, proveyendo algún contexto sobre por qué la policía es entrenada en tácticas agresivas. En 2019, 150 agentes de policía fueron asesinados en actos de servicio por los hombres violentos a quienes trataban de arrestar. Esa cifra debería ser cero, podemos coincidir todos. Pero ese contexto no justifica ser demasiado agresivos (su confianza pública requiere que ellos ejerzan gran dominio). Los criminales también tienen dignidad humana. Por eso es que los Católicos somos llamados a trabajar por abolir la pena de muerte en nuestro país.
 
Hoy las tensiones son altas, con acusaciones de racismo volando en los medios sociales, y volando en retaliación contraacusaciones de acuerdo con el terrorismo interno. Las personas están enemistándose y desacreditándose unos a otros. Odio esto. El racismo es pecado, como dice el Catecismo (#1937). También el juicio temerario (#2478). La solidaridad con nuestro prójimo es “es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana… impuesta por el sacrificio de redención ofrecido por Jesucristo en el altar de la cruz a su Padre del cielo, en favor de la humanidad pecadora” (#1939). Ahora nuestra solidaridad mutua está raída. Todo cuanto decimos (o no decimos) es tratado con suspicacia, en vez de caridad. Odio esto también. He hablado con muchas personas en el área de Boston que quieren que cesen las protestas aquí porque temen más revueltas y saqueos. He hablado con otros que quieren que todos se unan a las protestas, pero estar incómodos por la presencia de la policía. Un grupo dice que, por supuesto, el racismo es malo, pero que las revueltas son realmente malas (han muerto 18 personas, incluyendo un agente de policía). Otros dicen que el racismo es lo que es realmente malo (ven a las víctimas de la agresión policial) y que resaltar las protestas es distraer del bien que las protestas buscan conseguir. Aún otros están molestos porque todo este discurso sobre el racismo han sacado de la conciencia nacional la violencia contra la mujer, el sexismo institucionalizado y otros tipos de injusticia. Las mentes de todos están exaltadas, todos están enojados unos a otros, incluso aunque todos dicien estar contra las injusticias y pecados. En un momento diferente, las personas que se oponen firmemente a la violencia pública, al racismo y al sexismo se admirarían mutuamente, a pesar de sus énfasis diferentes.
 
El cardenal Seán ha expedido dos comunicados, uno hace una semana y otro el viernes. Escribí algo que, si fuéramos capaces de celebrar Misa juntos, pudiera ser mi homilía para esta semana que vio la fiesta de los Mártires de Uganda finalizada por las Solemnidades de Pentecostés y la Santísima Trinidad. Los miembros de la Comunidad Tecnológica Católica [grupo estudiantil en el MIT, N. del T.] han decidido apendizar la Corona de la Divina Misericordia en el rosario semanal de los viernes por Zoom, para pedir por la divina “misericordia para nosotros y para el mundo entero”. Los problemas que enfrentamos son las resultas del pecado, como dije arriba. Y la única manera de vencer al pecado es con la oración, la gracia y la santidad, por la cual el Espíritu Santo nos lleva más profundamente en la Nueva Alianza de Cristo con el Padre.
 
Nuestro Señor nos dice: Bienaventurados los pacíficos. Que todos podamos ser contados entre ellos.
  
P. Daniel Patrick Moloney, Ph.D.
Capellán Católico del Instituto de Tecnología de Massachusetts y Autor del nuevo libro Mercy: What Every Catholic Should Know.

Por esta declaración (que ha probado ser sustancialmente verdadera según el New Boston Post), el reverendo Moloney entró en conflicto con el “Equipo de Respuesta a Prejuicios” del MIT, quien se quejó ante la Archidiócesis de Boston, la cual decidió desligarse de las palabras del presbítero y simplemente despedirlo, mediante el siguiente comunicado:
   
  
TRADUCCIÓN
COMUNICADO DE LA ARCHIDIÓCESIS DE BOSTON
  
9 de Junio de 2020.
  
La Archidiócesis de Boston le pidió al Rev. Daniel Moloney renunciar como capellán Católico en el MIT, a lo cual accedió, luego de su correo electrónico del 7 de Junio de 2020 a la comunidad Católica del MIT. Las opiniones personales reflejadas en sus comentaios respecto al asesinato de George Floyd no reflejan las posiciones de la Archidiócesis y no son consistentes con las posiciones detalladas en el recientemente publicado comunicado del cardenal Seán O’Malley (disponible aquí). Aunque los comentarios del P. Moloney no deberían reflejar la totalidad de su ministerio sacerdotal, ellos sin embargo fueron equivocados y por su renuncia acepta el daño que han causado.
   
En la carta pastoral del 5 de Junio de 2020, el cardenal Seán declaró: “La Iglesia Católica es una comunidad de personas de todos los colores, nacionalidades y etnicidades. La enseñanza moral Católica está basada en el hecho que todas las personas –sin importar su raza, religión, etnicidad o nacionalidad– son creadas a imagen de Dios. Esta enseñanza rechaza toda forma de racismo, personal o sistémica. Nuestra fe nos llama a liderar el derribo de las barreras y el levantamiento contra la injusticia. Violar la dignidad humana es deshonrar la presencia de Cristo en cada persona”.
   
El MIT tiene una fuerte comunidad Católica que es activa en la fe. La Archidiócesis está comprometida en proporcionar cura pastoral a la comunidad, y acogemos la oportunidad para promover el diálogo en marcha en el espíritu de solidaridad para rechazar el racismo en todas sus formas.
   
Es claro que O’Malley trata la verdad tanto como al clero pederasta: NO PUEDE.
  
¿Cuál es la verdad? Es esta:
  1. George Perry “Big” Floyd fue miembro del grupo de rap “Youngs Risk Taskers”, que cantaba sobre pandillas.
  2. Floyd fue arrestado en 1997 veces por hurto y tráfico de drogas.
  3. En 1998 Floyd fue apresado por hurto.
  4. En 2002 Floyd fue apresado por allanamiento de morada.
  5. En 2002 Floyd fue arrestado por posesión de drogas.
  6. En 2005 Floyd fue arrestado por posesión de drogas.
  7. En 2009 Floyd fue sentenciado a la increíblemente leve pena de cinco años de prisión por lesiones personales agravadas en ocasión de un hurto el 9 de Agosto de 2007 donde Floyd entró en la casa de una mujer, sin importarle su embarazo la apuntó en el vientre con un arma de fuego, y le allanó la casa por drogas y dinero.
  8. Floyd fue actor porno con el alias de “Floyd the landlord” para la productora TheHabibShow.
     
Verdaderos Católicos, como sucedió con la Sinagoga opresora y falseadora de la Doctrina, a la Iglesia Conciliar, que no solamente no combate el horrible pecado de la sodomía (que es uno de los cuatro pecados que claman venganza al Cielo) sino que no tiene espinazo para mantenerse de pie cuando uno de sus clérigos dice la verdad, no le quedan sino las palabras de San Juan Bautista: “Raza de víboras” (San Mateo III, 7) y las de Nuestro Señor Jesucristo: “Vuestro padre es el diablo, y queréis seguir los deseos de vuestro padre” (San Juan VIII, 44).

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