Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
Este hombre, Matthew Hood, no solo no es sacerdote católico, sino que ni siquiera es presbítero conciliar porque fue bautizado con una forma no bíblica que fue actualizada por un “diácono laico” novusordiano, pero por tres años el presbítero pasó haciendo seudosacramentos novusordianos; su arzobispo mantuvo en secreto la cuestión.
Pudo haber miles de esos falsos bautismos.
Ahora nadie puede confiar en esos “bautismos” Novus Ordo, porque la forma no bíblica usada es ahora común en la iglesia conciliar.
Como si no fuera suficiente para la iglesia conciliar tener suficiente problema con los presbíteros pedófilos, ahora ha admitido que muchos de sus presbíteros son falsos porque ni siquiera fueron bautizados. El 6 de Agosto de 2020, la Iglesia Conciliar reconoció mediante documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe que muchos de sus bautismos son fraudulentos porque utilizan la fórmula «Nosotros te bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», y que quienes lo recibieron así, deben ser nuevamente bautizados (presumiblemente, los libros de bautismo deben ser expugnados).
Conviene recordar que la pseudoiglesia no tiene sacerdotes ordenados desde 1968, cuando mediante la Constitución “Pontificále Románum” fue adulterado el ritual de ordenación, siguiendo al rito anglicano en su alteración (y su invalidez), dejó de ordenar sacerdotes que ofrezcan el Santo Sacrificio de la Misa, sino que “instala” presbíteros-ministros “para presidir la asamblea de los fieles” en la mesa comunal. Incluso un sacerdote ordenado con el Rito Romano Tradicional, si no ha sido bautizado, no es sacerdote válido. Pero también los conciliares deben ser bautizados antes de poder ser “instalados” como presbíteros-ministros.
El presbítero Matthew Hood (32), párroco conciliar de San Lorenzo en Utica (Míchigan), descubrió que su bautismo, conferido por el diácono Mark Springer en la parroquia de Santa Anastasia en Troy, era INVÁLIDO, y por consecuente, todos los sacramentos que recibió. Ante lo cual el arzobispón de Detroit Allen H. Vigneron declaró el 22 de Agosto que la mayoría de los actos de Hood (quien fue bautizado, “confirmado” y recibió la “primera comunión” nuevamente el 9 de Agosto, y luego de una semana de retiro, instalado diácono y presbítero el 17 del mismo mes, TODO CON EL MÁXIMO SIGILO) como párroco en San Lorenzo en Utica (1 de Julio de 2017 - 1 de Julio de 2020) y el Divino Niño en Dearborn son inválidos:
- Misas (igual, la iglesia conciliar no tiene Misas desde 1969).
- Confirmaciones (tampoco la tienen desde 1972).
- Extremaunciones (tampoco la tienen desde 1972, sino simples “Unciones de los enfermos”).
- Confesiones (tampoco la tienen desde 1974, sino meras “reconciliaciones” -tanto individuales como comunitarias-).
- Matrimonios (en el entendido que los presbíteros conciliares no son testigos autorizados, y Matthew Hood devino inidóneo).
Verdaderos Católicos, ahora la falsa operación Novus Ordo ha sido expuesta, y el arzobispón sabía de la situación antes que fuera reportada públicamente. Vigneron también está tratando de rastrear todos los demás “bautismos” inválidos. Pudiera haber miles de estos, porque Mark Springer, el “diácono laico” que “bautizó” a Hood había realizado muchos de estos “bautismos” inválidos entre 1986 y 1999 (cuando fue conminado a usar la forma tradicional). Ahora nadie puede confiar en la Iglesia conciliar. Es un fraude total; ciertamente no es Católica.
Con todo respeto, ustedes y otros han dicho que el bautismo es válido aún administrado por judíos y otros no bautizados, como es que ahora dicen ustedes que el bautizo o los bautizo as realizados por este hombre que ha reconocido por sentido común, no son válidos, no quiero causar controversia, más noto que si tienen contradicciones sus publicaciones, como estar en contra de los suplementos del bautismo que son los de sangre y deseo, cuando la misma liturgia romana tiene la Festividad de Santa Emerenciana virgen y martir y además no estaba bautizada pues aún era catecumeno cuando le llegó su hora de dar testimonio de su Fe por Cristo y su Iglesia dando su vida, ¿acaso la iglesia se ha equivocado? O son ustedes los que están en un error?
ResponderEliminarManuel, nosotros, siguiendo la Tradición y la Doctrina de la Iglesia, decimos abiertamente que el Bautismo, en caso de emergencia, puede ser conferido válidamente por cualquier persona (incluso por judíos o no bautizados) SIEMPRE Y CUANDO SE USE LA MATERIA Y FORMA ESTABLECIDA POR LA IGLESIA: «Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Rito Latino) / «Es bautizado el siervo de Cristo N. en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Rito Oriental). Así lo reconocen los doctores antes de nosotros y con mayor erudición, tachando de inválida cualquier alteración.
EliminarY en el caso concreto del presbítero conciliar Matthew Hood, la invalidez no la determinamos nosotros, sino la misma Doctrina (que aún los conciliares se ven obligados a reconocer en este particular).
Respecto a Santa Emerenciana de Roma (así, para distinguirla de Santa Emerenciana de Jerusalén, madre de Santa Ana), la misma historia del martirio hace sugerir que ella YA HABÍA RECIBIDO EL BAUTISMO (de otro modo, ni se hubiera expuesto a la persecución). Ahora, si (en gracia de discusión) fue atacada siendo catecúmena, su madre (que era la niñera de Santa Inés; y quien la acompañó a orar en la tumba de la santa) la habría bautizado antes de morir. Así las cosas, la liturgia de la Iglesia Católica no contradice su propia doctrina (que es la de Cristo), que enseña que el que no renace del agua Y del Espíritu Santo, no puede ir al Cielo.
Cabe reseñar que la historia de Santa Emerenciana de Roma es un colofón de la de Santa Inés, de quien ni siquiera se tienen claras las circunstancias del martirio (unos dicen que la decapitaron, y otros que la quemaron, y hay quien une las dos versiones). Por eso es que las Actas de los Mártires, aunque se reciben piadosamente, lo es con cautela y no se leen como autoridad ni en el culto: «Igualmente, [se reciben] las Actas de los Santos mártires […]. Mas según una tradición antigua y con singular cautela, como quiera que se ignoran completamente los nombres de los que las escribieron, y porque por los infieles e ignorantes son considerados supérfluos o no ajustados a la realidad de las cosas, no se leen en la Santa Iglesia Romana, a fin de no dar ni la más leve ocasión de burla» (PAPA SAN GELASIO I, Carta 42 “De libris recipiéndis et non recipiéndis”, año 495).
Así se ha pronunciado la Iglesia (lejos de ella todo error), y nosotros seguimos su pronunciamiento.
Finalmente, el ataque de este artículo (cuya única responsabilidad nuestra fue traducirlo) no va contra Hood (aunque es de desear que ese mismo sentido común lo hubiese percatado de que está en una falsa Iglesia) o tal vez contra el “diácono laico” Mark Springer (que finalmente pudo también ser víctima del prurito modernista), sino contra Vigneron (que ocultó la situación y cuando estalló esta, pretendió hacer “control de daños”) y contra el gran fraude que es el Vaticano II.
EliminarEntiendo el ultimo comentario, ojala haya publicado anterior y no la ha hecho, no importa, ahí sello las fuentes de manera indirecta del bautizo de sangre y de deseo y no he citado una fuente que tengo en casa, pues las demás son de bibliotecas y son obras de más de 50 años que se imprimieron, solo señaló que también hay malinterpretacion dentro del tradicionalismo de la teología sacramental y los sacerdotes actuales no prestan la suficiente atención, o exageran mucho en cuanto reciben convertidos de la iglesia moderna al tradicionalismo, en cuanto a mi postura de los suplementos del bautismo he sido tachado de hereje entre otras razones, gracias, y excelente fin de semana
ResponderEliminarHubo algunos problemas con el sitio, por eso el comentario no se publicó. Pero volviendo al tema, para cerrarlo del todo, sí es cierto: en muchos sacerdotes, cuando no es la ignorancia es el celo amargo, pero el problema subyacente es la formación. Y en cuanto el tema del Bautismo, San León Magno cerró el debate hace 1500 años, declarando dogmáticamente que el agua del Bautismo es inseparable del espíritu de justificación por la Sangre de Cristo:
Eliminar«Dejad que preste atención a lo que el bienaventurado apóstol Pedro predica, que la santificación por el Espíritu se realiza por la aspersión de la sangre de Cristo(1 Pedro 1, 2), y no dejéis que pasen más allá de las mismas palabras del apóstol, considerando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir según la tradición de vuestros padres, no con plata ni oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha (1 Pedro 1, 18). Tampoco hay que resistir el testimonio del bienaventurado Apóstol Juan: y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado (1 Juan 1, 7); y otra vez, ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Y quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Él es el que vino por el agua y por la sangre, Jesucristo; no en agua sólo, sino en agua y en la sangre. Y es el Espíritu el que lo certifica, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que testifican: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres se reducen a uno solo (1 Juan. 5, 4-8). EN OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y LA SANGRE DE REDENCIÓN Y EL AGUA DEL BAUTISMO. ESTOS TRES SON UNO Y PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES SEPARABLE DE SU VÍNCULO CON LOS DEMÁS» (PAPA SAN LEÓN MAGNO, Carta dogmática a Flaviano, obispo de Constantinopla, año 449).
Y sobre el pretenso “poner límite a la misericordia de Dios”, peor es limitar su poder, porque el mismo Dios que hizo brotar agua de una peña para que bebiera su pueblo (aunque murmurador e ingrato) en el desierto, también puede hacer brotar agua para que puedan ser bautizados (casos de los Santos Proceso y Martiniano –bautizados por San Pedro en la Prisión Mamertina– o el de San Albano y el guardia convertido), o resucitar a una persona muerta para bautizarla, como se lee en muchas vidas de Santos (San Patricio, San Columbano, Santa Coleta, Santa Juana de Arco, San Francisco Javier, San Pedro Claver, San Francisco de Sales, el padre Pedro de Smet, San Gerardo Mayela, y otros muchos). Más todavía, Dios puede milagrosamente enviar a alguien para bautizar a quien desea sinceramente hacer su voluntad (en los Hechos de los Apóstoles están las historias del ministro etíope, Cornelio Centurión y la conversión de San Pablo). Si el bautismo de sangre o de deseo fueran suficientes, tales intervenciones divinas fueran innecesarias.
En ese orden de ideas, el Bautismo de agua es absolutamente necesario para salvarse, y eso es DOGMA de fe. Y contra un dogma, no hay biblioteca que valga.