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viernes, 18 de septiembre de 2020

UN DÍA DEL PAPA PÍO IX

 

«El santo Padre se alza de buena mañana, y después de haber recitado sus oraciones, va a su capilla para celebrar la Santa Misa. Esta capilla es pequeña y vecina al apartamento del Papa. El Santísimo Sacramento está siempre conservado y Pío IX en su gran devoción hacia la Santísima Eucaristía él mismo toma cuidado del mantenimiento de las dos lámparas que arden perpetuamente ante el tabernáculo. El Papa Pio IX celebra la Misa lenta y santamente, frecuentemente su augusto rostro está bañado de lágrimas mientras tiene entre sus sagradas manos al Dios escondido, del cual él es su Vicario. Ordinariamente dice Misa a las siete y media, y asiste por acción de gracias a una segunda misa dicha por uno de sus capellanes. Luego él reza de rodillas, con uno de sus prelados de su corte, una parte del breviario, y acto seguido regresa a sus apartamentos.
  
La colación del Papa consiste en una simple taza de café negro. La sobriedad italiana es conocida: y esta es la primera comida de casi todos los romanos. Hasta cerca de las diez, el santo Padre trabaja todos los días con su primer ministro, que es un cardenal llamado el secretario de Estado, el cual es principalmente encargado de la administración temporal de los Estados de la Iglesia. A las diez comienzan las audiencias, oficio muy penoso y difícil, en el cual se tratan las cuestiones más importantes y los más graves intereses de la religión y de la sociedad. Cardenales, obispos, príncipes, embajadores, misioneros, sacerdotes y fieles vienen de todas partes del mundo para traer a los pies del Jefe de la Iglesia sus súplicas, sus homenajes o exponerle sus necesidades. El Papa está sentado durante todas estas audiencias; en su presencia se está de rodillas, o si él lo permite, de pie. Los cardenales y los príncipes tienen el derecho de estar sentados sobre un escabel. Entrando en la cámara del Papa se hacen tres genuflexiones: la primera sobre el umbral de la puerta, la segunda a mitad de camino y la tercera a los pies del Papa. Luego se besa su pie o su mano, y después comienza la audiencia. Cuando esta es terminada, el  santo Padre suena una campanilla, y llegada otra persona viene anunciada e introducida por uno de los prelados de servicio. Solamente los hombres son admitidos en esta guisa en los apartamentos del Papa; questa è una regola invariabile. En cuanto a las mujeres, ellas son recibidas en audiencia una o dos veces por semana, en una gran sala que hace parte de los museos públicos del Vaticano.
   
Ordinariamente las audiencias de la mañana duran más de cuatro horas contínuas. Cuando estas son terminadad, hacia las dos o dos y media, el Papa va a su sala por el almuerzo y se sienta a una frugal mesa, luego recita de nuevo de rodillas lo que sigue de su breviario, y después de algún momento de reposo sale en coche para hacer un poco de movimiento. A menudo el Papa escoge por objetivo de sus paseos o la visita de algún venerado santuario donde se celebre una fiesta, algún hospital o alguna prisión. Cuando hay mal tiempo, el Sumo Pontífice se contenta con pasear por algún momento en su biblioteca, o en una de las galerías del Vaticano.
   
Al caer el día (indicado en Italia por el llamado del Ángelus y por este motivo llamado el Ave María), el Papa regresa al Vaticano y reza a continuación la salutación Angélica, agregándole el [salmo] De profúndis por todos los fieles del mundo entero que murieron en el curso de aquel día, y luego reinician sus audiencias. Entonces se presentan al Papa los documentos por firmar, y se proponen a su soberana aprobación y a su última decisión los decretos de las diferentes congregaciones romanas que se dividen el examen de los asuntos religiosos de todo el mundo católico. Estas audiencias duran también hasta las diez u once de la tarde; después de esto el santo Padre hace una ligera colación compuesta de alguna fruta o de alguna legumbre; luego él termina el rezo de su breviario y va a tomar algunas horas de un reposo que se ganó con tanto trabajo y tan santamente». (De JOHN FRANCIS MAGUIRE, Historia del Soberano Roma).
   
SAN JUAN BOSCOLos Papas desde San Pedro a Pío IX. Ejemplos y síntesis de hechos históricos, cap. XXX. Turín, imprenta del Oratorio de San Francisco de Sales, 1865, con aprobación eclesiástica

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