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jueves, 16 de diciembre de 2021

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE BELÉN

Novena compuesta por el Padre Fray Francisco Álvarez Lavarejo, Misionero Apostólico en Villaviciosa (Asturias) en el año 1727, y reimpresa en Oviedo en 1830 por el Padre Francisco Herrero, Teniente de Cura de la Parroquia de Ntra. Sra. de Belén  de la Villa de Carrión de los Condes (Castilla y León). Mons. Gregorio Cervuelo de la Fuente, Obispo de Oviedo, concedió 40 días de Indulgencia por cada parte de la Novena, rogando por las necesidades de la Iglesia y del Estado.
   
EXHORTACIÓN
Entre los muchos títulos con que en la Iglesia Católica se honra y da culto a la Santísima Virgen María el más glorioso para la divina Señora y el más devoto y tierno para nosotros, es sin duda el misterioso de Madre de Dios y Señora del Portal de Belén. En este venturoso Portal, se vio la Soberana Reina verdadera Madre de Dios con el honor de la virginidad que es la mayor y la más singular de todas sus excelencias, Aquí vio por la primera vez recién nacido a su hijo Dios y Hombre verdadero, y adoró en sus brazos purísimos, y dio sus virginales pechos al Verbo de Dios hecho carne. Aquí le vió adorado de los Ángeles, reconocido de los Reyes y reverenciado de los Pastores. En este Portal la Madre de Dios fue constituida Madre de los hombres, y éstos elevados a la dignidad de hijos de María y hermanos de Jesucristo, con derecho a su maternal y soberana intercesión, como dicen los Santos,
   
Para que sea más aceptada esta Novena a la Madre de las Misericordias se ha de acompañar con una buena y fructuosa confesión de las culpas, con algún día de ayuno, y con alguna limosna especial a los pobres.
   
NOVENA A LA PURÍSIMA VIRGEN MARÍA BAJO EL MISTERIOSO TÍTULO DEL PORTAL DE BELÉN
   
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, de todo corazón me pesa de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas del Cielo y de la tierra. Con todas veras propongo el hacer una buena confesión y el no volver más a pecar, como también el desviarme y dejar todo cuanto me diere motivo y fuera causa para ofenderos. Y espero con firmeza me habéis de perdonar y conceder vuestra divina gracia para recuperar en lo que me resta de vida lo mucho que he perdido en la pasada. Amén.
    
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
¡Madre Purísima! ¡Oh Madre de Dios toda castísima! ¡Oh Reina del Universo y Señora del Portal de Belén! Vos sois entre todas las criaturas la más pura y la más hermosa: sois la Excelsa del Altísimo y la escogida entre los millares de lodos los Santos y Serafines; por que sois la misteriosa puerta cerrada y sellada por la Beatísima Trinidad, ignorada de todo varón, y solo reservada para que el Hijo de Dios entrase, y hecho hombre saliere al mundo en lo desechado de un Portal, sin lesión de vuestra virginal entereza, para remedio del género humano. Por estas excelencias y por el excesivo gozo que habéis tenido al ver recién nacido y en vuestras divinas manos al Unigénito del Padre y Primogénito vuestro; os suplico. Madre y Señora mía, adornéis mi alma con su santo temor y amor, para que renazca por gracia en mi corazón concebido a fervores de caridad ardiente: y asimismo alcanzadme el fervor que especialmente os pido en esta Novena, si ha ser para gloria vuestra y salvación de mi alma. Amén.
    
Aquí se rezan tres Ave Marías, se hace alguna pausa meditando las grandezas de la Virgen, se pide lo que se pretende.
    
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios te salve, María, la grande por excelencia, o la más grande y excelsa de todo lo criado. Toda sois admirable por vuestra virginal fecundidad, venerable por vuestra santidad singular, amable por vuestra hermosura sin igual; y dignísima de toda alabanza por hija de los Patriarcas, oráculo de los Profetas, doctora de los Apóstoles, maestra de los Evangelistas, fortaleza de los Mártires, luz de los sagrados Doctores, ejemplar de los Confesores, Rosa de las Vírgenes, corona de los Ángeles, gloria de los Santos, alegría de los hombres, honra del género humano, mapa de las virtudes, reina de lo criado, compendio de todas las divinas gracias, milagro de los milagros, Madre del mismo Dios y Señora del Portal de Belén. En él habéis parido al mismo Hijo Eterno de Dios hecho hombre, y con vuestro parto quedó redimido el género humano, renovado el mundo y todo colmado de bienes. Vuestro gloriosísimo parto abrió las puertas del Paraíso, llenó el Cielo de alegrías y a la Trinidad santísima de accidentales glorias. Por vuestro maravilloso parto sois, María purísima, bendita entre todas las mujeres y por todas las generaciones siempre seréis alabada, pues por vos logra el Cielo y la tierra tantas felicidades. Yo, Señora, por todas os doy millares de parabienes y me gozo de veros en ese feliz Portal de Belén, con la posesión de Madre de Dios y Madre Virgen, festejada de los Ángeles, servida de los Pastores, adorada de los Reyes, alabada de las criaturas todas, y enriquecida de inmensas gracias y glorias. Y pues las gozáis, y queréis para provecho de los mortales, conceded a la Santa Iglesia una perfecta paz; a nuestros Católicos Monarcas salud, felicidad y acierto en su gobierno, al mundo el destierro de las herejías, errores y vicios que le obscurecen y turban a vuestros cordiales devotos el remedio de sus necesidades; y a los que asisten a vuestra Novena, el favorable despacho en sus peticiones. Y si es para gloria vuestra y bien de mi alma, la gracia particular que os suplico, concedédmela, Madre y Señora mía; y si no me conviene, abrasad mi corazón en los amorosos incendios del Señor, que nació por mí, y que tanto os enriqueció a Vos en su pobrecillo y desabrigado Portal de Belén. Amén.

GOZOS
   
Pues al Padre universal
Inclinan vuestros amores:
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
      
Puerta del Cielo gloriosa,
Del mar refulgente Estrella,
De todo un Dios Madre bella,
Virgen siempre misteriosa,
Como Reina poderosa.
Del Imperio celestial.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
     
Iris de paz más perfecto,
Que el nombre de Eva borrasteis;
Ave que a Dios albergasteis.
Cuyo elogio a nuestro afecto
Enseñó el ministro electo
Entre el Coro Angelical.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
     
Lima sagrada que vienes
A romper nuestras prisiones,
Para que los corazones
Os tributen parabienes,
Cuando entre celestes bienes
Están exentos del mal.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
     
Piadosa Madre mostrad
Al que ser quiso Hijo vuestro,
Para ser Redentor nuestro,
Vuestros ruegos presentad:
En fin, de nuestra humildad
Como Abogada especial.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
     
Virgen singular y templo
De pureza y santidad.
De la culpa nos librad,
Y alcanzad que vuestro ejemplo
Sigamos, pues os contemplo
Con poder universal.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
     
Concédenos, que seamos
De corazón limpio y puro,
Y que el camino seguro.
En esta vida tengamos.
Para que a JESUS veamos
Nuestra alegría total.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
    
Y para fue en decoroso
Sacrificio reverente,
A Dios Padre Omnipotente,
Y al Hijo sabio y piadoso,
Y al Espíritu amoroso
Demos alabanza igual.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
     
Pues al Padre universal
Inclinan vuestros amores:
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
    
℣. Después del parto, oh Virgen, permanecisteis inviolada.
. Madre de Dios, interceded por nosotros.
  
ORACIÓN
Oh Dios, que por la fecunda virginidad de la bienaventurada María, disteis al género humano los tesoros de la salvación eterna; concedednos, os rogamos, que experimentemos en favor nuestro la intercesión de Aquella por quien merecimos recibir al Autor de la vida, nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que con Vos vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
   
Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
   
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Fábrica sois de las divinas manos empeñadas en sacaros la más perfecta de sus prodigiosas obras, para que os admire el mundo elevado monte de gracias, santidades y glorias sobre las más levantadas cumbres de Ángeles y hombres; y para que os venere por misteriosa paloma, que, al arca de este feliz Portal, habéis traído el más bello ramo de oliva, que todos podían desear, para firmar las paces de los hijos de Adán con los Serafines y con su Dios. Por estos excelsos timbres, y por el gozo que habéis tenido viendo adorado de los celestiales espíritus a vuestro hermosísimo Niño, Rey pacífico y Príncipe de la paz; os suplico. Madre y Señora mía, me concedáis está soberana virtud, para que yo tenga paz verdadera conmigo propio, con mis prójimos y con Su Majestad. Y si ha de ser para gloria vuestra el especial beneficio que os ruego, otorgándomele, y si no conviene, espero me llenéis de toda perfección y santidad, para que dignamente os alabe en la tierra y en el Cielo. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Vos sois la más excelsa en la gracia, la más elevada en el amor: excelsa sobre los hombres y elevada sobre los Ángeles, sois la hermosa nave que, de los últimos fines del Cielo, nos habéis traído con toda felicidad al Puerto de Belén, el pan de flor que da vida, y eterna salud. Por estas excelencias, o por el gozo que habéis tenido cuando os regalabais en ese dichoso Portal con su Majestad en el Altar sagrado de vuestros divinos brazos; os suplico, Madre y Señora mía, adornéis mi alma con el precioso vestido de vuestra gracia y amor, para recibir con limpieza el santísimo Sacramento del Altar, y el especial favor que os pido; y si no me conviene, infundid en mi corazón la veneración altísima, que debo a los sagrados Templos, a mis Señores los Ángeles, y a todos los Ministros de ese tierno Niño y bellísimo Infante. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Vos sois la bellísima Aurora del Cielo y de la tierra, que destierra la noche de los errores y vicios, y nos trae él día claro de la verdad y gracia: sois la virgen y oficiosa abeja, que del florido jardín de la gloria nos habéis traído el más primoroso clavel para nuestro regalo: sois la que bajando del Cielo con el panal dulce del más sabroso maná sustentáis a vuestros purísimos pechos a todo el mundo y a su mismo Criador. Por estas excelencias, y por el gozo que habéis tenido viendo a vuestro hermosísimo Niño alimentarse con la suave ambrosía y dulce néctar de vuestra purísima leche, os suplico Madre y Señora mía, qué en la noche de mi muerte, me libréis de las tinieblas de la culpa y tentaciones, para que logre el día claro de mi felicidad eterna. Y si lo que especialmente deseo en esta Novena, es de vuestro gusto, concedédmelo y si no lo fuere, bañadme con vuestra purísima leche, para que toda mi vida llore mis culpas, sea humilde de corazón, y agradecido al que tanto os amó, y padeció por mí en tan desabrigado Portal. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Mas querida y amada sois de la Beatísima Trinidad, que todos los coros de Santos y Serafines, y masque cuanto hay señalado y excelso en la triunfante y militante Iglesia: porque sois la cristalina ventana por donde vino abreviada la luz del Divino Verbo a ese dichoso Portal, sin que a la pureza de tan peregrino cristal ofendiese tanto golpe de resplandor. Por estas excelencias, y por el gozo que habéis tenido, viendo al Señor de la Gloria en un pobre pesebre, en humildes pajas, en medio de dos animales, tiritando de frío y llorando copiosas lágrimas, os suplico, Madre y Señora mía, me enseñéis a serviros por el desprecio de las cosas temporales y con toda santidad. Y si no me conviene el panicular favor, que os ruego, vuestro hermosísimo Niño cautive mi corazón con las ternuras de Infante, por lo mucho que hizo y padeció por mí en el venturoso Portal de Belén. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Vos sois por quien el Altísimo ha levantado la hermosa fábrica del universo pues crió los Ángeles para que os sirviesen; el Sol para que os formase vestido; la Luna calzado, las estrellas corona, los Cielos alfombra, y las nubes vistosas carroza. Crió la tierra con graciosa variedad de plantas y animales, para que todo el mundo y todo lo criado en mudas voces predicase las inmensas gracias y glorias del Águila caudalosa, que, volando al Líbano del Paraíso, sacó del más elevado Cedro la médula más delicada, que es el Divino Verbo, y de un vuelo en el Portal de Belén, se hizo visible al mundo para alegría de todos. Por estas excelencias y por el gozo que habéis tenido viendo adorado de los Pastores al Supremo Pastor de Ángeles y hombres, y Señor de todo lo criado; os suplico, Madre y Señora mía, concedáis a los ministros de la Santa Iglesia sabiduría, celo, oración y ejemplo, para que las ovejas cristianas se adornen con las virtudes, y os sirvan con perfección en el cumplimiento de sus obligaciones y a mí hacedme también el particular favor que os pido, y si no me conviene, dadme la sencillez de corazón, para agradaros, y agradecer lo que ese bellísimo Infante os enriqueció, para ser Madre suya, Madre mía y Madre de todos los hijos de Adán. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Vos sois la más digna idea de la divinidad, y la imagen más acabada del Supremo Artífice, delineada con todo primor y propiedad. Sois la gala y la bizarría de todo lo criado, la más hermosa de las mujeres, y en todo lo visible no tiene vuestra belleza semejante; porque sola vuestra hermosura ha rendido y cautivado el corazón de Dios hasta el extremo de hacerse vuestro Hijo. Por estas prerrogativas, y por el gozo que habéis recibido viendo sujeto a la Circuncisión para remedio del mundo al más hermoso de los hombres y al que viste de belleza a los Ángeles; os suplico, Madre y Señora mía, lavéis mi alma y la de todos en esa preciosa Sangre, para que logremos el fruto de tan copiosa redención. Y si particular favor que os pido, no me conviene, haced cristalina redoma mi corazón, para depósito de tan preciosa Sangre, como se principió a derramar en ese feliz Portal de Belén. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! A todas luces sois hermosísima, porque de las hermosuras criadas gozáis con eminencia lo mejor y más perfecto, y participáis cuanto es posible á pura criatura de la belleza y perfección del mismo Dios. Tenéis de los Profetas la fe, de los Patriarcas la esperanza, de los Apóstoles la caridad, de los Mártires la fortaleza, de los Confesores la constancia, de las Vírgenes la castidad, de los Ángeles tenéis la pureza, de los Arcángeles la excelencia, de las Dominaciones la actividad, de las Potestades la grandeza, de los Tronos la majestad, de los Querubines la ciencia y de los Serafines el amor. Tenéis del Padre Eterno la omnipotencia, del Hijo la sabiduría, y del Espíritu Santo la bondad. Por estas singularísimas gracias, y por el gozo que recibió vuestra alma santísima y fragancia de virtudes que en ella derramó vuestro hermosísimo Niño a la imposición del nombre dulcísimo de JESÚS, os suplico, Madre y Señora mía, imprimáis en mis sentidos y potencias, alma y corazón tan dulce nombre, para que toda mi vida se arregle a tan divino ejemplar, como se manifiesta en ese campo y monte de virtudes, y en ese feliz Portal lleno de delicias y glorias. Y si el particular favor que os pido, no me conviene, hacedme agradecido a ese tierno Infante, que tan peregrina belleza os ha dado en alma y cuerpo. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
    
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición.
    
ORACIÓN
¡Oh María Purísima! ¡Oh dignísima Madre de Dios y Señora del Portal de Belén! Vos sois la Cisterna purísima de Belén, que con las dulces aguas de las divinas misericordias fecunda en virtudes todas las almas: sois la hermosa Escala de Jacob por donde baja al mundo la divina luz, y por donde suben los hombres a su Dios: sois la prodigiosa Zarza de Moisés, llena de lucimientos y maravillas, donde forma trono la Suprema Majestad, para oír y despachar favorable las peticiones de los mortales: sois la tica carroza de Ezequiel, que llena de ojos conduce al Supremo Monarca, para consuelo de quien sabe obligaros: sois la refulgente y hermosa estrella de Jacob, que guía la ciega gentilidad al conocimiento de su verdadero Dios. Por todos vuestros misterios, excelencias y gozos que habéis tenido en el Portal de Belén, y por el que recibió vuestra alma purísima, viendo a vuestro hermosísimo Niño adorado de los Reyes, y regalado con los misteriosos dones de oro, incienso y mirra os suplico. Madre, Reina y Señora mía, me concedáis el oro de una caridad ardiente, el incienso de una oración fervorosa, y la mirra de la mortificación de mis pasiones, sentidos y potencias, para llorar mis culpas, merecer las divinas piedades, y una preciosa muerte, y así conseguir después de mi desierto las promesas de JESÚS, fruto bendito de vuestro purísimo Tálamo. Y si a vuestra gloria conviene el especial favor que os pido en esta Novena, concedédmelo, y si ha de servir para disgustaros, no le quiero, y solo deseo me gobernéis en todo con vuestra divina luz, para que como a Madre os ame, como Reina os obedezca, y como a Señora os sirva en todas mis obras, palabras y pensamientos. Amén.
    
Rezar tres Ave Marías y pedir la gracia que se desea recibir. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.

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