El obispo auxiliar de Santa María de Astaná y Secretario General de la Conferencia Episcopal de Kazajistán, Atanasio Antonio Schneider Trautmann ORC, conocido de autos, ha posado durante los últimos años como “conservador”, tratando en conferencias, comunicados, libros, entrevistas y cuanto escenario se le ha dado de temas como la condena a ciertos aspectos del ecumenismo, la “buena” celebración de la liturgia (claro, él no habla de la Misa Latina Tradicional, sino de la seminovusordiana “Misa de 1962”, porque la “Misa montini-bugniniana” del Novus Ordo es intrínsecamente mala y defectuosa), la denuncia de la infiltración masónica en la Iglesia, el rechazo a las vacunas obtenidas con líneas celulares de fetos abortados (postura que comparte esta tribuna pobre y honrada) y otras temáticas.
Pero bueno, se dice “Médico, cúrate a ti mismo”… ¿Cómo está por casa Schneider? Veamos, pues:
El 20 de Noviembre de 2019, él firmó junto a otros obispos el Comunicado de la XXXVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán donde se lee:
«Los Obispos y Ordinarios de Kazajistán acogen la creación del Consejo de las Confesiones Cristianas Tradicionales de Kazajistán, que se llevó a cabo el 13 de Mayo 2019 en el salón sinodal del centro espiritual, cultural y administrativo del Distrito Metropolitano de Kazajistán de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la ciudad de Nur-Sultán».
El 28 de Noviembre, Francis Assisi Chullikatt, arzobispo titular de Ostra y Nuncio Apostólico en Kazajistán y Tayikistán (enviado allá luego de verse involucrado en escándalo por enviarle mensajes de texto “inapropiados y románticos” a una “virgen consagrada” cuando él era observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y ante la Organización de Estados Americanos), pronunció estas palabras en el Centro Nursultán Nazarbáyeb para el Desarrollo del Diálogo Interreligioso e Intercivilizaciones:
«Precisamente por eso surge también el respeto por toda tradición religiosa, que se nutre y fortalece a través del diálogo interreligioso y entre civilizaciones, para promover el entendimiento mutuo y la cooperación entre pueblos y naciones. Este diálogo debe respetar los principios fundamentales de la conciencia religiosa, que hoy son atacados por una mentalidad cada vez más secularizada.En este contexto, el Modelo de Paz y Tolerancia del Primer Presidente, desarrollado por el Centro Nursultán Nazarbáyev para el Desarrollo del Diálogo Interreligioso e Intercivilizaciones, puede hacer una contribución obvia al aumento de la tolerancia y el respeto por las diferencias y la singularidad que existen en las diferentes culturas, civilizaciones, tradiciones y religiones del mundo».
Al año siguiente, el 13 de Enero, tras reunirse el Consejo de las Confesiones Cristianas de Kazajistán al que hacía referencia el párrafo anterior, la Conferencia publicó este comunicado, y las fotos que vemos a continuación:
«El pasado 13 de mayo se dio un paso importante hacia el diálogo real entre las confesiones cristianas de Kazajistán: se creó el Consejo de Confesiones Cristianas Tradicionales, que incluye a las iglesias ortodoxa, católica y luterana. Y hoy, 13 de enero de 2020, en el centro espiritual y cultural del Distrito Metropolitano de Nur-Sultán se celebró la primera reunión oficial del Consejo, a la que asistió una delegación muy seria de la Iglesia Católica, que incluyó al Nuncio Apostólico a la República de Kazajistán, el arzobispo Francis Assisi Chullikatt, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán y el obispo de la Diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty, José Luís Mumbiela Sierra; El Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Santa María en Astaná, Tomash Peta; el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astaná, Atanasio Schneider; el Secretario de la Nunciatura Apostólica en Kazajstán, P. Przemysław August Lewiński y Monseñor Piotr Pytlowany, secretario de prensa de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán.Es simbólico que este encuentro haya tenido lugar en vísperas de la Semana Mundial de Oración por la Unidad de los Cristianos. Antes de pasar a la parte oficial de la reunión, todos los miembros del Consejo visitaron la Catedral Ortodoxa de la Asunción, y hubo la oportunidad de rezar un poco antes de la exhibición navideña. La parte oficial de la reunión se inició con una oración dirigida por el Jefe de la Iglesia Ortodoxa de Kazajistán, el metropolitano Alejandro de Astaná y Kazajistán.En su discurso en la reunión del Concilio, el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán enfatizó varios puntos importantes que surgen de los objetivos de la creación de este Consejo, incluidas las actividades en apoyo de las libertades civiles, una contribución constructiva a la vida pública, la búsqueda y formulación de respuestas a preguntas generales que desafían la fe cristiana, centradas en la confiabilidad de la información sobre las Confesiones cristianas y la fe cristiana en los medios de comunicación. Señaló uno de los “fenómenos destructivos de nuestro siglo”, los ataques a la institución de la familia y el descuido de la importancia de su papel en beneficio de la humanidad, en nombre de todo el Consejo, y destacó el papel de la familia como la unidad principal de la sociedad, así como el papel de los padres en la crianza de los hijos.También se destacó la importancia de “despertar sentimientos religiosos en los corazones de las nuevas generaciones” como una de las formas de enfrentar “tendencias individualistas, egoístas, conflictivas, así como el radicalismo ciego y el extremismo”. Además de lo anterior, el Consejo se propuso muchos otros objetivos derivados de estas intenciones. Para lograr estos objetivos, el Consejo “en cooperación con otras religiones tradicionales del mundo, en el marco del Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, establecido por el Primer Presidente Nursultán Nazarbáyev, tiene la intención de promover el diálogo fraterno y la solidaridad entre religiones y culturas como una contribución concreta y eficaz para apoyar la creación de una familia universal basada en valores humanos, morales, espirituales, así como en principios fundamentales e inviolables”.“Las confesiones cristianas tradicionales desean que todas las personas de buena voluntad que tienen fe en Dios y fe en la fraternidad humana en sus corazones puedan unirse y trabajar juntas para construir un futuro brillante y por el bien común”, resumió el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán.La Iglesia Ortodoxa, en cuyo sitio se reunió el Consejo, además del Jefe de la Iglesia Ortodoxa en Kazajistán, el Metropolitano Alejandro de Astaná y Kazajistán, estuvo representada por el Jefe de la Iglesia Ortodoxa de Kazajistán, el Obispo Genadio Kaskelensky, el Decano de la Iglesia de Astaná, el Archimandrita Sergio (Karamyshev), el capataz de la Catedral de la Asunción de Nur-Sultán el Archipreste Demetrio Bidek. La Iglesia Luterana estuvo representada por el Arzobispo de la Iglesia Evangélica Luterana Yuri Timofeevich Novgorodov y el Pastor de la Comunidad Nur-Sultan de la Iglesia Evangélica Luterana Zhanibek Batenov.Además de los temas fundamentales, la agenda también incluyó temas tan importantes para la primera reunión como la elección del secretario ejecutivo del Consejo, y los poderes fueron asignados al Secretario de Prensa de la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán, monseñor Piotr Pytlowany. Recordamos que el presidente de este consejo es el jefe de la delegación de la Iglesia Ortodoxa de Kazajistán, es decir, el Metropolitano Alejandro de Astaná y Kazajstán. El jefe de la Delegación de la Iglesia Católica Romana y la Conferencia de Obispos Católicos de Kazajistán, el obispo José Luís Mumbiela Sierra es el Primer Vicepresidente del Consejo.De acuerdo con la Carta del Consejo, sus reuniones deben celebrarse al menos dos veces al año».
Foto grupal de los participantes del Consejo de las Confesiones Cristianas Tradicionales de Kazajistán. Atanasio Schneider es el segundo a la derecha.
Finalmente, el 10 de Octubre se inauguró en la Biblioteca del Primer Presidente de la República de Kazajistán - Elbasi, la exhibición “Juan Pablo II – El Papa del diálogo” en ocasión a los veinte años de la visita de Karol Wojtyła a dicha nación euroasiática, con el apoyo de la Embajada de la República de Polonia y la Nunciatura Apostólica en Kazajistán-Tayikistán en el marco del proyecto internacional “Diálogo a través de la cultura”, cuyas imágenes vemos a continuación:
Así lo cubrió el sitio web de la Conferencia Episcopal el 11 de Octubre:
«La exposición presenta stands divididos por diferentes temas, entre ellos África, Pobreza, Enfermos, Pensadores, Políticos, Judíos, Prisioneros y otros. La amplitud de los temas demuestra la versatilidad del Papa Juan Pablo II en el campo del diálogo».
De nuevo, así habló el Nuncio en su discurso titulado “Papa Juan Pablo II – Profeta del diálogo”:
«En el mismo “Espíritu de Asís”, Juan Pablo II ha encarnado incansablemente su misión de Profeta del Diálogo a través del testimonio de un servicio generoso y de un altruismo excepcional para el bien de toda la humanidad».
Con esto a vista, cabe preguntarle a Atanasio Antonio Schneider SRC:
- ¿Qué piensa efectivamente del ecumenismo?
- ¿Qué piensa efectivamente de la revolución en la Iglesia y de su progresiva “masonización”?
- ¿Cómo intentará reparar las obras ecuménicas realizadas por él y sus hermanos en el episcopado de Kazajistán?
- ¿Qué oposición (real, concreta, precisa) piensa presentar al VII Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales, que se realizará en el terreno de su archidiócesis y que –salvo corona– verá a Bergoglio entrar en una pirámide multirreligiosa que representa el culto al Sol?
- En la práctica, ¿de qué lado se pone hoy Schneider, y de qué lado lo hará mañana?
Recordemos principalmente qué dijo el Papa Pío XI en Mortálium Ánimos sobre los Congresos Interreligiosos (como los de Asís y Astaná/Nur-Sultán):
«Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios.Pero donde con falaz apariencia de bien se engañan más fácilmente algunos, es cuando se trata de fomentar la unión de todos los cristianos. ¿Acaso no es justo -suele repetirse- y no es hasta conforme con el deber, que cuantos invocan el nombre de Cristo se abstengan de mutuas recriminaciones y se unan por fin un día con vínculos de mutua caridad? ¿Y quién se atreverá a decir que ama a Jesucristo, sino procura con todas sus fuerzas realizar los deseos que El manifestó al rogar a su Padre que sus discípulos fuesen “una sola cosa” (San Juan 17, 21)? y el mismo Jesucristo ¿por ventura no quiso que sus discípulos se distinguiesen y diferenciasen de los demás por este rasgo y señal de amor mutuo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, en que os améis unos a otros” (San Juan 13, 35)? ¡Ojalá –añaden– fuesen una sola cosa todos los cristianos! Mucho más podrían hacer para rechazar la peste de la impiedad, que, deslizándose y extendiéndose cada más, amenaza debilitar el Evangelio.Estos y otros argumentos parecidos divulgan y difunden los llamados “pancristianos”; los cuales, lejos de ser pocos en número, han llegado a formar legiones y a agruparse en asociaciones ampliamente extendidas, bajo la dirección, las más de ellas, de hombres católicos, aunque discordes entre sí en materia de fe.Exhortándonos, pues, la conciencia de Nuestro deber a no permitir que la grey del Señor sea sorprendida por perniciosas falacias, invocamos vuestro celo, Venerables Hermanos, para evitar mal tan grave; pues confiamos que cada uno de vosotros, por escrito y de palabra, podrá más fácilmente comunicarse con el pueblo y hacerle entender mejor los principios y argumentos que vamos a exponer, y en los cuales hallarán los católicos la norma de lo que deben pensar y practicar en cuanto se refiere al intento de unir de cualquier manera en un solo cuerpo a todos los hombres que se llaman católicos».
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