Noticia tomada de GLORIA NEWS
La “triste experiencia” del “ayuno” litúrgico de 2020 ha puesto de relieve la “bondad” del “largo camino litúrgico” que se ha hecho a partir del Vaticano II, escribió Francisco Bergoglio en un mensaje para la Semana Litúrgica Italiana (23-26 de agosto), aunque no hay una relación directa entre el Novus Ordo y el covid.
Pero ya en el párrafo siguiente contradice este elogio al subrayar las dificultades de la reanudación de la liturgia, a la que califica de “indicio alarmante” del avanzado estado del cambio de época”.
El eufemismo “cambio de época” muestra que Francisco Bergoglio teme enfrentarse a la expansión del desastre litúrgico. En cambio, habla con evasivas de la “percepción misma del tiempo que ha mutado” en la “vida real” de las personas, lo cual repercute en el modo de “ser y sentirse comunidad”.
Según el lenguaje abstracto de Bergoglio, la “asamblea dominical” está “desequilibrada en términos de presencia generacional” a causa de la “inhomogeneidad cultural”. Habría sido más honesto admitir que la secularización litúrgica ha llevado a un punto muerto.
La “triste experiencia” del “ayuno” litúrgico de 2020 ha puesto de relieve la “bondad” del “largo camino litúrgico” que se ha hecho a partir del Vaticano II, escribió Francisco Bergoglio en un mensaje para la Semana Litúrgica Italiana (23-26 de agosto), aunque no hay una relación directa entre el Novus Ordo y el covid.
Pero ya en el párrafo siguiente contradice este elogio al subrayar las dificultades de la reanudación de la liturgia, a la que califica de “indicio alarmante” del avanzado estado del cambio de época”.
El eufemismo “cambio de época” muestra que Francisco Bergoglio teme enfrentarse a la expansión del desastre litúrgico. En cambio, habla con evasivas de la “percepción misma del tiempo que ha mutado” en la “vida real” de las personas, lo cual repercute en el modo de “ser y sentirse comunidad”.
Según el lenguaje abstracto de Bergoglio, la “asamblea dominical” está “desequilibrada en términos de presencia generacional” a causa de la “inhomogeneidad cultural”. Habría sido más honesto admitir que la secularización litúrgica ha llevado a un punto muerto.
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