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jueves, 2 de septiembre de 2021

LA CARTA CLAUDICANTE DE LOS “Ecclésia Dei”

  
Como se había previsto, los superiores de las comunidades “Ecclésia Dei” se reunieron el 31 de Agosto en Courtalain (Francia), cuartel general del Instituto del Buen Pastor, para organizar su respuesta al motu “Traditiónis Custódes”. Fruto de esta reunión salió el siguiente comunicado (Fuente: NOTRE-DAME DE CHRÉTIENTÉ, traducción propia. ADVERTENCIA: “Magisterio” conciliar y bergogliano incluido):
«La misericordia de Dios sobre toda carne» (Sir. 18, 13)
     
Los Institutos abajo firmantes desean, ante todo, reafirmar su amor a la Iglesia y su fidelidad al Santo Padre. Este amor filial está hoy manchado de gran sufrimiento. Nos sentimos sospechosos, marginados, desterrados. Sin embargo, no nos reconocemos en la descripción que se da en la Carta que acompaña al motu proprio Traditionis custodes del 16 de julio de 2021
   
«Si decimos que no tenemos pecado…» (I Juan 1, 8)
No nos consideramos la “verdadera Iglesia” en absoluto. Al contrario, vemos a la Iglesia Católica como nuestra Madre en quien encontramos la salvación y la fe. Estamos lealmente sujetos a la jurisdicción del Sumo Pontífice y a la de los obispos diocesanos, como lo demuestran las buenas relaciones en las diócesis (y las funciones de Consejero Presbiteral, Archivero, Canciller u Oficial que se han confiado a nuestros miembros) y los resultados de las visitas canónicas o apostólicas de los últimos años. Reafirmamos nuestra adhesión al Magisterio (incluido el Magisterio Vaticano II y sus sucesores) según la doctrina católica del debido asentimiento (cf. especialmente Lumen Géntium, n.º 25, y Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 891 y 892), como lo demuestran los numerosos estudios y tesis doctorales presentados por varios de nosotros durante los últimos 33 años.
   
¿Se han cometido errores? Estamos dispuestos, como todo cristiano, a pedir perdón si algún exceso de lenguaje o desconfianza en la autoridad se ha infiltrado entre algunos de nuestros miembros. Estamos dispuestos a convertirnos si el partidismo o el orgullo han contaminado nuestro corazón.
   
«Cumple tus votos al Altísimo» (Salmo 49, 14)
Pedimos un diálogo humano, personal, lleno de confianza, lejos de las ideologías o de la frialdad de los decretos administrativos. Nos gustaría conocer a una persona que sea para nosotros el rostro de la maternidad de la Iglesia. Nos gustaría poder hablaros de los sufrimientos, los dramas, la tristeza de tantos fieles laicos en todo el mundo, pero también de sacerdotes, religiosos y religiosas que han dado su vida por la palabra de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.
   
Se les prometió que «se tomarían todas las medidas para garantizar la identidad de sus Institutos en la plena comunión de la Iglesia Católica» [1]. Los primeros Institutos acogieron con gratitud el reconocimiento canónico ofrecido por la Santa Sede en pleno apego a las pedagogías tradicionales de la fe, especialmente en el campo litúrgico (sobre la base del Protocolo de Acuerdo del 5 de Mayo de 1988 entre el Cardenal Ratzinger y el Arzobispo Lefebvre). Este compromiso solemne fue expresado en el Motu Próprio Ecclésia Dei del 2 de Julio de 1988, y luego de diversas formas para cada Instituto, en sus decretos de erección y en sus constituciones definitivamente aprobadas. Los religiosos y religiosas y los sacerdotes implicados en nuestros Institutos han hecho votos o se han comprometido según esta indicación específica.
   
De esta manera, confiando en la palabra del Sumo Pontífice, han entregado su vida a Cristo para servir a la Iglesia. Estos sacerdotes y religiosos han servido a la Iglesia con dedicación y abnegación. ¿Podemos privarlos hoy de aquello a lo que se han comprometido? ¿Podemos privarlos de lo que la Iglesia les ha prometido por boca de los Papas?
   
«¡Ten paciencia conmigo!» (Mat. 18, 29)
El papa Francisco «invita a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reconocer su propio lugar en la Iglesia» (Amóris Lætítia, n.º 312). Estamos ansiosos por confiar los dramas que vivimos al corazón de un padre. Necesitamos escuchar y cuidar, no condenar sin diálogo.
   
El juicio severo crea una sensación de injusticia y produce resentimiento. La paciencia ablanda los corazones. Nosotros necesitamos tiempo.
   
Hoy escuchamos acerca de las visitas disciplinarias apostólicas para nuestros Institutos. Solicitamos encuentros fraternos donde podamos explicar quiénes somos y las razones de nuestro apego a determinadas formas litúrgicas. Por encima de todo, deseamos un diálogo verdaderamente humano y misericordioso: «¡Ten paciencia conmigo!».
  
«Circúmdata varietáte» (Salmo 44, 10)
El Santo Padre afirmó el 13 de agosto que en materia litúrgica, «la unidad no es uniformidad, sino pluriforme armonía (cf. Exhort. ap. Evangélii gáudium, 220), y no olvidemos que quien hace la armonía es el Espíritu Santo» [2]. Estamos deseosos de hacer nuestra modesta contribución a esta unidad armoniosa y diversa, conscientes de que, como enseña Sacrosánctum Concílium, «la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza» (SC, n.º 10).
   
Con confianza, hacemos un llamamiento en primer lugar a los obispos de Francia para que abran un verdadero diálogo y nombren un mediador que será para nosotros el rostro humano de este diálogo. «Hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones… Se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia “inmerecida, incondicional y gratuita”» (Amóris Lætítia, n.º 296-297).
   
En Courtalain (Francia), 31 de Agosto 2021
   
P. Andrzej Komorowski, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro
Mons. Gilles Wach, Prior General del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote
Padre Luis Gabriel Barrero Zabaleta, Superior General del Instituto del Buen Pastor
P. Louis-Marie de Blignières, Superior General de la Fraternidad de San Vicente Ferrer
P. Gerald Goesche, Preboste General del Instituto San Felipe Neri (Berlín)
P. Antonius Maria Mamsery, Superior General de los Misioneros de la Santa Cruz
Dom Louis-Marie de Geyer d’Orth, Abad de la Abadía de Santa María Magdalena de Le Barroux
Padre Emmanuel-Marie Le Fébure du Bus, Abad de los Canónigos de Lagrasse
Dom Marc Guillot, Abad de la Abadía de Sainte-Marie de la Garde
Madre Placide Devillers, Abadesa de la Abadía de Nuestra Señora de la Anunciación en Le Barroux
Madre Faustine Bouchard, Priora de las Canonesas de Azille
Madre Madeleine-Marie, Superiora de las Adoratrices del Real Corazón de Jesús Soberano Sacerdote
  
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[1] Nota informativa de 16 de Junio de 1988, en Documentation Catholique, n,º 1966, pág. 739.
[2] Videomensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en el congreso virtual continental de la vida religiosa, convocado por la Confederación Latinoamericana de Religiosos, 13-15 de Agosto de 2021.
  
No podíamos pedir más de ellos, ni tampoco esperar otra cosa: La carta (que enviaron a tres “obispos” franceses, entre ellos Éric de Moulins d’Amieu de Beaufort Liénard, “arzobispo” de Reims y que sueña con que haya “cardenales mujeres”) se ve que es como lo que un niño maltratado escribiría a un padrastro impío que abusa de él, y que de tanto maltrato ha concebido que no puede vivir sin eso. Como dijimos en su momento, tenían «la última oportunidad de “ponerse para lo suyo” y darse cuenta que el Vaticano simplemente los usó por 33 años como “idiotas inútiles” para hacerle la guerra a la FSSPX, y en consecuencia distanciarse de una vez por todas de un Francisco Bergoglio que no gusta de ellos ni les tiene el más mínimo respeto», pero la desperdiciaron. Tuvieron 33 años para darse cuenta de la situación, pero prefirieron seguir el error y la usurpación en vez de virar hacia la Verdad. Claro, si salvo el ICRSS (fundado el 1 de Septiembre de 1990 por Philippe Mora y Gilles Wach Guillot en Libreville, Gabón), los Canónigos de la Madre de Dios (fundados en 1969), o el Instituto Misionero de la Santa Cruz (fundado el 6 de Agosto de 1976 por Cornelio Maria Del Zotto en Singida, Tanzania), todos los otros nacieron de defecciones:
  • Fraternidad Sacerdotal San Pedro (fundada el 2 de Julio de 1988 por Josef Meinrad Bisig tras protestar contra las consagraciones de Écône el 30 de Junio).
  • Instituto del Buen Pastor (fundado el 8 de Septiembre de 2006 por los sacerdotes-presbíteros Paul Aulagnier, Philippe Laguérie, Christophe Héry y Guillaume de Tanoüarn –salvo Laguérie, expulsado por negarse al traslado al distrito de México, fueron expulsados por apoyar la deserción del Instituto San Juan María Vianney “los Padres de Campos” en 2002–).
  • Fraternidad San Vicente Ferrer (fundada en 1979 por Louis-Marie –en el siglo Olivier Le Barbier– de Blignières y Chiron de La Casinière –ordenado sacerdote por el arzobispo Marcel Lefebvre en 1977; recibió el hábito dominico de manos de Michel Guérard des Lauriers dos años después–. Tras las consagraciones en Écône, abjuró del sedeprivacionismo/Tesis de Casiciacum y fue reconocido por la Roma modernista el 30 de Noviembre de 1988 tras unas negociaciones que comenzaron dos años antes para que los hermanos de la FSVF pudieran estudiar en las universidades pontificias).
  • Abadía Le Barroux (fundada en 1980 por dom Gérard Calvet OSB. Aunque había apoyado las consagraciones episcopales, a la semana siguiente las denunció, y abandonó la FSSPX el 25 de Julio. Había estado en negociaciones con los cardenales Édouard Gagnon Joncas PSS y Paul Augustin Mayer Hoeneß OSB, para que su monasterio fuese erigido en abadía y celebrar con la “Misa Interina” de 1965).
  • Instituto San Felipe Neri (fundado en Berlín en Febrero 2003 por Gerald Goesche. Aunque incardinado en la diócesis de Aquisgrán, fue sacerdote invitado para la capilla de San Pedro de la FSSPX en Berlín durante seis años. En Diciembre de 2003, dos diáconos y otros dos seminaristas de la Frater, liderados por Goesche –que había iniciado contactos con el cardenal Darío Castrillón Hoyos tras la peregrinación a Roma tres años antes–, abandonaron el seminario para irse con él).
Finalmente, ellos no son representación de la Tradición. Si acaso, de un ritualismo barroquizante creado para tranquilizar a algunos demasiado escrupulosos y embutirlos de modernismo. Y para ese tipo de reacción, mejor que obedezcan a Bergoglio y simulen el Novus Ordo.
  
Nosotros como Católicos estamos llamados a evitar cualquier tipo de conciliación entre Cristo y Belial (cf. II Corintios VI, 15), esto es, cualquier componenda entre la Sana Doctrina y el error deuterovaticano. Y hoy que conmemoramos, entre otros, a los “Mártires de Septiembre”, masacrados por la Revolución Francesa en 1792, pidamos por su intercesión el permanecer firmes en la Fe y denunciando las obras de la iniquidad y la apostasía, aun cuando ello nos cueste la vida.
  
JORGE RONDÓN SANTOS
2 de Septiembre de 2021 (Año Mariano “Espada de Lepanto”)
Fiesta de San Esteban, Rey Apostólico de Hungría; de San Brocardo, 2.º General Latino de la Orden Carmelita; de San Guillermo, Obispo de Roskilde; y de Beato Juan María du Lau d’Alleman, Arzobispo de Arlés, y 191 compañeros (“Mártires de Septiembre”). Tránsito de San Emérico el Piadoso, Príncipe de Hungría. Primera exportación desde Argentia a Brasil.

1 comentario:

  1. «Tuve todavía una visión sobre la gran tribulación, bien en nuestra tierra, bien en países alejados. Me pareció ver que se exigía del clero una concesión que no podía hacer. Vi muchos ancianos sacerdotes y algunos viejos franciscanos, que ya no portaban el hábito de su orden y sobre todo un eclesiástico muy anciano, llorar muy amargamente. Vi también algunos jóvenes llorar con ellos. Vi a otros, entre los cuales todos tibios, se prestaban gustosos a lo que se les demandaba.

    Vi a los viejos, que habían permanecido fieles, someterse a la defensa con una gran aflicción y cerrar sus iglesias. Vi a muchos otros, gentes piadosas, paisanos y burgueses, acercarse a ellos: era como si se dividieran en dos partes, una buena y una mala» (BIENAVENTURADA ANA CATALINA EMMERICK, Visión del 12 de Abril de 1820).

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