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sábado, 1 de enero de 2022

MODO DE OFRECER LOS JUBILEOS Y REZAR LOS CINCO ALTARES

Reimpreso en la Puebla de los Ángeles por la oficina de don Pedro de la Rosa en 1793.
    
MODO DE OFRECER LOS SANTOS JUBILEOS Y DE REZAR LOS CINCO ALTARES
     
 
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
    
Cuando se fuere a visitar la Iglesia para ganar el Jubileo, entrando en ella y habiendo adorado al Santísimo Sacramento, se dice la siguiente oración:
¡Oh Soberano Señor, verdadero Hijo de Dios vivo y Redentor Divino!, que bajasteis del Cielo a la tierra a buscar los pecadores y a predicar indulgencia y perdón a los miserables cautivos: yo, el más miserable de ellos, os pido y suplico por vuestra infinita bondad, y por la intercesión de la Virgen Santísima vuestra Madre y Señora nuestra, concebida sin la mancha del pecado original, que perdonéis todos mis pecados; y me deis vuestra santa bendición y gracia, para que visite este Santo Templo con tal devoción y espíritu que merezca ganar este Jubileo, y gozar de las Indulgencias y Gracias que Vos en él y por él, deseáis comunicar a las almas. Amén.
    
Se rezan cinco Padre nuestros y cinco Ave Marías con Gloria Patri a las cinco Llagas de Cristo nuestro Redentor, y después el siguiente ofrecimiento:
Señor mío Jesucristo, estos cinco Padrenuestros y cinco Ave Marías, os ofrezco y presento en memoria y reverencia de vuestras cinco Llagas Santísimas: por la Sangre que de ellas derramasteis, y por los méritos de vuestra dolorosa Pasión y Muerte os pido y suplico, mi Dios, hayáis misericordia de vuestra Iglesia Católica: humillad y reprimid los enemigos que contra ella se han levantado; conservad la paz y concordia entre los Príncipes Cristianos, dadles victoria contra los Infieles y enemigos de vuestro Santo Nombre; remediad como piadoso Padre todas las demás necesidades de vuestros hijos, y en especial os encomiendo aquellas por quien el Sumo Pontífice, Vicario vuestro, concedió este Santo Jubileo. Suplícoos, Señor, me lo concedáis, y que por virtud de él y de vuestra preciosa Sangre, en que principalmente se funda el tesoro de la Santa Iglesia, quede mi alma libre de toda culpa y pena, para que cuando salga de esta miserable vida, os vaya a ver y gozar en la eterna, donde en compañía de vuestros Santos alabe y glorifique por los siglos sin fin. Amén.
    
Para visitar los cinco Altares, se rezan tres Padre nuestros y tres Ave Marías, y después la siguiente oración:
¡Oh Poderoso y Eterno Dios! Suplico humildemente a vuestra Soberana Madre miréis con ojos de misericordia vuestra Iglesia Católica y todas las necesidades de ella. Os encomiendo, Dios mío, al Sumo Pontífice que la rige y gobierna, la paz y concordia entre los Príncipes Cristianos, la victoria contra los infieles y enemigos de vuestro santo Nombre, el gobierno de la República, la extirpación de las herejías, la conservación y aumento de los fieles, la conversión de los infieles y el remedio de todos los pecadores. Acudid a esto, Soberano Señor, como piadosísimo y muy clemente Padre que sois, lo cual os pido y suplico por los méritos de vuestro amantísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
    
PETICIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SACRAMENTADO
Yo te suplico, ¡oh Dios Eterno!, Hijo del Padre Eterno, Dios y Hombre verdadero, que estás por mí Consagrado y Sacramentado en esa Hostia, real y verdaderamente presente, que intercediendo por mí tu Madre MARÍA Santísima y todos los Ángeles y Santos, me concedas por las dos Llagas de tus Pies benditísimos, humildad y resignación; por las dos Llagas de tus Manos liberalísimas, buenas obras en lo espiritual y en lo temporal; por las Llagas que te causaron las espinas en tu Sagrada Cabeza, santos pensamientos; por tus purísimos Labios, palabras modestas; por tus Ojos suavísimos. castidad perfecta; por tus heridas Espaldas, verdadera compunción, paciencia y penitencia; finalmente, concédeme, JESÚS mío, por la Llaga de tu Sacratísimo Costado, perseverancia firme y constante, fe viva, esperanza cierta y caridad ardiente, para que contigo viva y por ti muera, y a ti eternamente te goce y alabe por todos los siglos de los siglos. Amén.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

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