Durocher, egresado de la jesuítica Pontificia Universidad Gregoriana, fue presidente de la Conferencia de Obispos Católicos Canadienses desde 2013 hasta 2015.
«Estamos profundamente preocupados que Vd. no aprecie el significado de la ira de Dios sobre una nación rebelde y sin ley», escribieron 28 pastores,
urgiendo al primer ministro católico a «arrepentirse de los pecados de soberbia, rebelión contra Dios y dar falso testimonio».
Subrayando cómo el primer ministro tornado en dictador respondió a los «cantos, oraciones, danzas, algodones de azúcar, castillos inflables, discursos sobre la constitución y muestras de amor patriótico al país» por los manifestantes, la carta agregó:
«Sr. Trudeau, con mucho respeto, Vd. ni es el rey ni el gobernante de Canadá. Tanto Vd. como sus colegas son servidores públicos
enviados por corto tiempo al Parlamento en nuestro nombre como ciudadanos para gobernar bajo Dios en los términos de la Carta Canadiense y para buscar una armonía del interés público legal. Vd. no concede derechos a y responsabilidades a la gente que son suyos de ellos como portadores de la imagen de Dios y un pueblo libre. Puesto que Vd. no los concede, Vd. no tiene autoridad para removerlos».
Policías a caballo
pisotean a la manifestante mohawk Candy Sero
Pastores evangélicos como el polaco Artur Pawlowski han enfrentado repetidos
arrestos y encarcelamientos por insistir en el derecho a la libertad de culto.
Arriba: el pastor Artur Pawlowski hablando en la caravana de los camioneros. Abajo, el pastor siendo arrestado por la policía canadiense
Los obispos católicos ceden a la tiranía
Sin embargo, los obispos católicos canadienses tienen iglesias cerradas y mandatos de vacunación como precondición para asistir a la Santa Misa.
En Septiembre, el
arzobispo de Moncton Valéry Vienneau, que despidió a un sacerdote por denunciar la sodomía, la cohabitación y el aborto, se convirtió en el primer prelado del mundo en vetar a los no vacunados la asistencia a la Santa Misa y recibir los sacramentos,
reportó Church Militant.
A comienzos de mes, los católicos protestaron en la catedral del Sagrado Corazón en la Columbia Británica, urgiendo al obispo Joseph Nguyễn Thế Phương a levantar las restricciones para la asistencia a Misa.
«Mientras la sociedad está siendo dividida entre los “vacunados” y “no vacunados”, es chocante ver a algunos líderes de mi propia Iglesia Católica alentar este nuevo
apartheid médico»,
dijo el líder de protesta Ken Fraser en un discurso en la protesta
Voces católicas de protesta
El único sacerdote católico que habla es el padre Anthony Hannon, quien ha acompañado a los camioneros en su lucha por los derechos humanos y está
reprochando a «muchos obispos [que] están yendo con la narrativa
» y «continúan el apoyo a la narrativa original y las actuales órdenes injustas del gobierno
».
«La realidad es que los obispos han sido condicionados para ser seguidores y no líderes. Ellos simplemente no tienen lo que lleva a cumplir nuestras expectativas. No esperes de ellos que se levanten por tus derechos y libertades», urgió Hannon, un sacerdote de la archidiócesis de Ottawa-Cornwall.
El padre Anthony Hannon ataca a los obispos canadienses por capitular ante la tiranía de Trudeau
El sacerdote fiel preguntó a los obispos si uno o ambos padres tuvieron problemas con la bebida cuando eran niños.
«La razón por la que yo pregunto es que vosotros estáis mostrando la conducta que es clásica para alguien que ha crecido en tal ambiente. Es una conducta autodestructiva y está lastimando a la gente a vuestro alrededor", lamentó.
El domingo, el blog Toronto Catholic Witness
criticó a los obispos por «continuar estando remisos" luego de tres semanas de las protestas de los camioneros.
«En vez de esconderse vergonzosamente, ellos pudieron haber anunciado inmediatamente que enviarían una delegación a Ottawa para mediar entre los camioneros y el [primer ministro de Ontario]», señaló el blog, agregando que «¡los obispos diabólicamente inspirados de Québec están —mientras se escribe esto— vetando a los Católicos de la Misa y los sacramentos!».
«Esta increíble cobardía de los obispos canadienses como una alumna del Rito de Iniciación Cristiana para Adultos me está llevando a estallar de ira
»,
tuiteó una simpatizante del convoy de los camioneros. «Vosotros, cobardes, ni siquiera
desafiasteis los peores crímenes del gobierno mientras ellos quemaron vuestras iglesias hasta sus cimientos
».
La policía reprimiendo brutalmente a manifestantes pacíficos en Ottawa
El fracaso de los obispos y jesuitas
El sitio web de la Conferencia de Obispos canadienses
afirma que «promueve la justicia y la paz por medio de su
Comisión Episcopal para la Justicia y la Paz" pero hasta ahora no ha emitido ni una sola declaración sobre la crisis de derechos humanos que engolfa a Canadá.
El más reciente
comunicado
episcopal, del 28 de Enero, anuncia el establecimiento de un Fondo de Reconciliación Indígena que aceptará contribuciones de 73
diócesis a lo largo de Canadá para cumplir el compromiso financiero de $30 millones de dólares hecho por los obispos canadienses.
Los
jesuitas canadienses,
que presumen de «promover la justicia y la reconciliación con los otros y el ambiente
», «caminar con los excluidos
» y apoyar a aquellos «cuya dignidad ha sido violada, en una misión de reconciliación y justicia
», permanece muda sobre la tiranía de Trudeau.
Abundan las denuncias
Siete provincias canadienses, incluyendo Alberta, Saskatchewan, Manitoba y Québec, se oponen a la declaración de la
Ley de Emergencias de Trudeau.
El viernes, importantes médicos israelíes —incluyendo la segunda o tercera generación de sobrevivientes al Holocausto [sic]—
condenaron a Trudeau por su «atentado de estigmatizar a los manifestantes del Convoy de la Libertad 2022 como simpatizantes de la ideología nazi
».
Resumiendo la situación, el poeta y columnista judeo-canadiense David Solway
explicó cómo «el evento del convoy fue el momento del Réichstag de Justin Trudeau
», y los canadienses están viviendo ahora «en lo que Ernst Fränkel —en su
El Estado dual: Una contribución a la teoría de la dictadura, un estudio de la naturaleza totalitaria de la Alemania Nazi— llamó el “estado prerrogativa”
»
«Esta es una política fascista basada en la toma arbitraria del poder, la solidaridad del partido y violentas medidas policiales que al mismo tiempo mantienen la ficción del “estado normativo”, esto es, la fábula del gobierno legítimo, administrativo y jurídico», escribió Solway. «El “estado prerrogativa” disfrazado de “estado normativo” es nuestra actual casa».
¿Que se puede esperar del hijo putativo de Fidel Castro?. Hijo de tigre nace manchado
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