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miércoles, 25 de enero de 2023

LA CORRUPCIÓN LITÚRGICA MARONITA POR EL MODERNISMO

Traducción del artículo publicado por el Dr. Peter A. Kwasniewski en NEW LITURGICAL MOVEMENT.
  
Un altar maronita ad oriéntem, algo que se ve raramente (Iglesia de San Marón, Roma).
   
Frecuentemente se asume por los Católicos Romanos que los ritos Católicos Orientales han sido “preservados intactos” y que los aspectos destructivos de la reforma litúrgica tuvieron lugar solamente en la Iglesia de rito latino. A veces se sugiere incluso que los Católicos Romanos pueden hallar un “refugio” en el Este si las cosas en el Occidente continúan en la cuesta abajo que el Papa Francisco y sus nuevos funcionarios se proponen implementar. Como Joseph Shaw y yo hemos argumentado (ver aquí, aquí, y aquí), no hay ninguna buena razón para pensar que Traditiónis Custódes conducirá a mejoras sustantivas en el Novus Ordo; por el contrario, es más probable que conduzcan a la supresión de los elementos que parezcan en alguna forma al rito Tridentino, en aras a implementar una visión litúrgica progresista.
    
Si bien es verdad que la destrucción más sin sentido tuvo lugar en realidad en el Rito Romano (con estragos similares en el Rito Ambrosiano), los liturgistas con instrucción occidental dentro del Catolicismo Oriental también se han mostrado prestos a seguir el camino del falso anticuarianismo y la modernización, usualmente en la forma de abreviaciones y simplificaciones dramáticas, como también en la abolición de características tradicionales.
   
Los  Maronitas son tal vez el ejemplo más conocido de esta autodestrucción de influencia occidental: su liturgia ha evolucionado al Novus Ordo del Este. Por ejemplo, en “La Transferencia de los Dones” (que corresponde a la “Gran Entrada” en la Liturgia Bizantina), tradicionalmente un diácono o subdiácono transfería los dones (ofrendas) de un altar lateral al altar mayor. En las parroquias ahora, se emplea a los laicos para hacer la transferencia, imitando la procesión del ofertorio del Novus Ordo: algo que fue introducido con sustento de anticuario como una resurrección de una práctica antigua, aunque mejores estudios han mostrado que no es tal: el ofertorio moderno tiene poco que ver con el antiguo (ver aquí y aquí).
   
Un corresponsal conocedor me dio una vez una muestra del cuadro mayor, para que pudiera entender cómo un tipo de latinización, que había tenido sus aspectos positivos, había simplemente dado a otro tipo, que ocasionó daños graves:
«La Iglesia Maronita ha pasado por varios períodos de latinización desde el siglo XVI, más especialmente en el Sínodo de Monte Líbano en 1736 donde un legado papal recibió instrucción de “corregir” nuestras prácticas. La adopción de estas latinizaciones no fue uniforme o universal, y frecuentemente se manifestaba en externalidades (v.g., ornamentos); aunque retuvimos nuestro idioma sagrado y el vasto corpus de nuestra liturgia y oraciones distintivas. En la década de 1940s, el Patriarca Antonio II Pedro Arida deseó restaurar nuestra tradición y un liturgista de nombre corobispo Michel Raji empezó por investigar para restaurar nuestra tradición. Su sacramentario fue el mayor fruto de su trabajo; preservó antiguas liturgias como una liturgia bautismal de alrededor del siglo V.
   
La íntima y de vieja data conexión entre Francia y Líbano/Siria significó, sin embargo, que los liturgistas que estudió en Francia comenzó a internalizar e imitar el Movimiento Litúrgico occidental; los maronitas comenzaron a albergar ideas reformistas, que culminaron en un libro de 1965 llamado Avant-messe maronite por Pierre-Edmond Gemayel, que se convertiría en arzobispo y presidente de la comisión litúrgica. El enfoque de Gemayel fue esencialmente que todo lo que no le gustaba era o debía haber sido una acreción del siglo XV, “Jacobita” o auténtico pero no pastoral. Es difícil responder caritativamente a tan infundadas y subjetivas afirmaciones; ejemplo de esto es la afirmación gemayeliana que la prótesis (que todas las liturgias orientales y algunas liturgias occidentales tenían en común, equivalente al ofertorio) es una acreción de los siglos XV-XVI; a esto, todo lo que Baby Varghese (un erudito litúrgico siríaco occidental) puede decir que “el análisis por Gemayel de los contenidos de los distintos manuscritos no fue siempre acertado” (dale a ese hombre un premio por entender).
  
Portada del libro “La Avant-messe maronite”
   
Respecto a los elementos “jacobitas”, Gemayel atacó todo lo que nos hacía siríacos Occidentales, como la doxología antifonal que anteriormente iniciaba todas las liturgias: “P: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al principio y final de todos nuestros actos; R: y que su misericordia y su piedad se derramen sobre nosotros, humildes pecadores, en esta y la otra vida, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén”. Mientras para los elementos supuestamente “no pastorales”, un ejemplo es la recitación del salmo 50 al comienzo de la liturgia, que fue innegablemente la práctica de la liturgia maronita por milenio y medio; pero ellos dicen que es redundante pedir perdón tantas veces. Las oraciones que son “autodeprecativas” fueron también removidas, v.g., para la imposición del incienso, el sacerdote ahora dice: “En alabanza y honra de la Santísima Trinidad”, donde anteriormente era “En alabanza y honra de la Santísima y gloriosísima Trinidad, mis manos pecadoras ponen el incienso. Roguemos todos e imploremos del Señor misericordia y piedad”; las oraciones de las distintas anáforas fueron redactadas en forma semejante.
    
Por la Guerra Civil Libanesa que duró desde los años setenta hasta comienzos de los 90, nunca se promulgó un nuevo misal para remplazar el de 1596. En 1992, sin embargi, Gemayel finalmente puso por obra su visión bugniniana, removiendo toda la prótesis excepto tres líneas y cualquier idea de sacrificio, cortando toda la anteliturgia a la mitad, truncando grandemente o removiendo por completo las rúbricas, infantilizando el lenguaje, removiendo todo lo que se refiere a la liturgia como sacrificio, e introduciendo varias ideas del Novus Ordo (v.g., donde anteriormente las lecciones eran leídas desde el centro, ahora son obligatorios dos ambones, el del sur para la epístola y el del norte para el Evangelio). Los laicos sirven a menudo como diáconos. El oficio sacerdotal no tiene una significación particular; las oraciones de la fracción en que el sacerdote ofrece la Eucaristía vuelto a Dios fueron hechas para ser recitadas por todos. Un tropo anterior en la oración siríaca es que el sacerdote ora en nombre de todos “Señor Dios nuestro, haznos dignos de hacer X…”; antes de la comunión y, con el nuevo libro de rúbricas, antes de la lectura de la Escritura, todos recitan estas oraciones en común. La anámnesis debe ser recitada por todos los concelebrantes. Personalmente he pedido fuentes o evidencia de estas prácticas, pero mis peticiones nunca encontraron respuestas; las rúbricas en este punto son arbitrarias. ¡Individuos que nunca estudiaron teología ni han ganado familiaridad con la historia de la fe continúan contribuyendo a la reforma litúrgica! Un ejemplo de esto es Guilnard Moufarrej, que escribió sobre la reforma de nuestros ritos funerarios. Ella afirma que los versos removidos que son citas exactas de Efesios 2:2 porque “coinciden con los dogmas romanos” (convenientemente no citando los “dogmas romanos” con los que no coinciden).
   
Portada del Misal maronita (1596)
   
La reforma continúa arbitrariamente, y para la denigración de nuestra tradición. Hay actualmente un flujo constante de ritos propuestos, el cual remplaza completamente la primera mitad de la Liturgia eucarística y tiene una Anáfora clavada al final porque la Misa ha venido a ser vista como la única forma verdadera de oración (mientras un jesuita del siglo XVI comentaba sobre cuán sorprendido estaba ante la ubicua asistencia laica a los divinos oficios en la Iglesia Maronita). El refrán de la reforma litúrgica continúa siendo “progreso”, aunque sin definición alguno. En últimas, el término atrápalotodo “pastoral” es dado como justificación para todos los cambios.
    
Al menos el Novus Ordo está basado en la tradición latina, aunque denigrada. El actual Misal Maronita de 2005 hace cosas increíbles e incomprensibles al ordo para cualquier oriental. Como se menciona, la Prótesis/Rito Preparatorio (equivalente al ofertorio) ha sido completamente cortado. Una de las dos horas canónicas ha sido removida. El salmo 50 [51], cuya inclusión en la liturgia siríaca está atestiguada desde al menos el siglo VI, ha sido removida. La primera hora canónica de la liturgia eucarística ha sido remplazada con propios “inspirados” por los oficios. Los propios para el Tiempo de Pentecostés están hechos casi al por mayor.
    
Ha habido una extrema simplificación rubrical; no quedan oraciones secretas. El Versus pópulum es escencialmente obligatorio (en este punto, ¡he visto más Novus Ordos ad oriéntem que los maronitas!). Fue introducido a la Iglesia Maronita en los Estados Unidos en los años 1960s, alrededor del mismo tiempo como entró en la corriente mayoritaria de la Iglesia Latina. Es puramente innovador. Muchas de nuestras oraciones tradicionales refieren a estar cara al sol naciente, aludiendo tanto al Este físico como a la expectación del ésjaton, y estas han sido mutiladas para acomodarse a la nueva (des)orientación. Se sometió un dúbium sobre este tema a la Congregación para las Iglesias Orientales. El arzobispo Cyril Vasiľ SJ, su secretario, respondió que los obispos orientales no tienen ni siquiera la competencia para permitir, mucho menos hacer obligatorio, el versus pópulum. Esto, aun así, no marca diferencia, porque la literatura oficial interna deja claro que la “reforma” será seguida a todo coste.
    
Como en el Rito Romano, en la liturgia maronita habían muchas más señales de la cruz (se podría escribri un tratado sobre las señales de la cruz en la teología siríaca, y es de tal importancia que los siríacos orientales la incluyen en la lista de los sacramentos!) y no solo durante el relato de la Consagración. La tradición siríaca occidental tien muchas doxologías especiales acompañadas por señales de la cruz: al comienzo de la Anáfora, la patena, el caliz, luego ambos eran signadas, cada una diciendo una doxología que profesaba la indivisibilidad de la Santísima Trinidad. Habían señales de la cruz durante el post-Sanctus. Habían más señales de la cruz durante la fracción. Son de tal antigüedad que San Santiago de Sarug (siglo V) da el número de señales de la cruz que deben hacerse a lo largo de la liturgia. Todas fueron eliminadas en virtud de la obsesión bugniniana de eliminar “duplicados y “acreciones”; esta se ha convertido en una fuerza motriz para eliminar muchas cosas diferentes únicas a nuestra tradición siríaca.
    
En mi opinión, lo que subyace en esta idea de la redundancia de la señal de la cruz es simple: los liturgistas no creen en las palabras antiguas “Por Tu cruz, Tus misterios se han cumplido”, que adorna todas nuestras oraciones. Todo es simplemente reducido a un signo pedagógico o un encuentro comunal (muy calvinista). Sin embargo, en el Líbano estas cosas no son vistas como protestantes simplemente porque son hechas por los maronitas, tan absurdo como suena. Yo personalmente les he expresado mis frustraciones con su protestantismo, pero es completamente incomprensible para ellos porque ser “maronita” es una identidad sociopolítica/étnica tanto como (si no más que) religiosa. Tal vez has visto cómo a veces el cedro sustituye la cruz.
    
Los ornamentos de poliéster son efectivamente requeridos. Por mucho tiempo el velo del santuario y las ripídia (abanicos litúrgicos) han sido prohibidos. La Anáfora ha sido inútilmente cambiada (v.g., debes sentarte para el rito de la paz); dos oraciones de paz han sido movidas para después del signo de paz; hay un truncamiento de las oraciones, se removieron las letanías diaconales, se removió una porción del siglo V del rito de fracción, se removieron rúbricas, se removió la “elevación mayor” tradicional con himno acompañante, se removió la comunión por grados (esto es, comunión del clero, los fieles y los difuntos). Incluso nos hemos convertido en los fenómenos de las Iglesias Apostólicas: removimos todas las abluciones de manos de nuestra liturgia, así que somos la única liturgia de una Iglesia Apostólica sin una ablución ritual.
   
En todo esto, la liturgia maronita fue cambiada para asemejarse a la liturgia latina. Se creó un nuevo ofertorio. La liturgia fue dividida en la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía (algo no coherente con el paradigma siríaco tradicional). Se han introducido dos ambones, para imitar la forma en que el Novus Ordo manejó las lecturas en los años 70s, etc.
   
Un profesor en el Líbano me insistió (recitando casi verbátim la Avant-messe maronite del P. Gemayel) que no había prueba manuscrita antes del siglo XVI de un rito preparatorio más allá de solo poner una pieza de pan y verter vino en una copa, lo cual es patentemente falso. Pocos días después tuve la oportunidad de mencionar esta afrimación a Sebastian Brock, el más renombrado estudioso siríaco en el mundo. Él me respondi´p que no es solo erróneo, sino que está fuera de tiempo por alrededor de un milenio (es decir, ¡tenemos evidencia de un rito de preparación más largo en el siglo VI!). Pero los liturgistas continuarán mintiendo y haciendo cosas porque a duras penas alguno de ellos puede realmente leer el siríaco, así ellos pueden hacer cualquier afirmación que les guste: en realidad, ellos frecuentemente afirman que nuestro idioma litúrgico ya no es el siríaco, así que es un punto discutible.
  
La Comisión Litúrgica no está comprendida por hombres educados. Ninguna de las personas que contribuyeron al misal inglés tiene una formación formal o siquiera entendimiento de la liturgia. Esto se muestra mayormente en los himnos que producen, los cuales son frecuentemente incoherentes. Incluso cosas muy básicas como por qué usamos las mismas expresiones del credo de la iglesia Latina (cuando el árabe sigue el siríaco, como que Cristo vendrá en gran gloria, y el Espíritu Santo ha hablado por los profetas y apóstoles), la respuesta que recibí fue que la uniformidad es unidad. Cuando pregunté por qué reteníamos “creemos” en el Credo, el individuo solo se burló de mí, y me dijo que yo no sabía de lo que estaba hablando. Así mismo, le pregunté por qué, en la Oración Dominical, nos movemos del inglés hierático al contemporáneo mientras vamos de la oración principal a la doxología, y el individuo no entendía por qué esto debía ser un problema. Hay un montón de agujeros que uno puede encontrar simplemente en su lenguaje, como el uso de fragmentos de oraciones como oraciones completas en los himnos. Nuestra liturgia ha estado en ruinas desde que decidimos que el Novus Ordo era la protoliturgia de todas las tradiciones, y se está poniendo exponencialmente peor. El problema es agravado por el hecho que la universidad patriarcal en el Líbano no permite deliberadamente el acceso abierto a los manuscritos, y por eso el siríaco no es tan ampliamente estudiado o traducido como el latín. En resultas, los profesores, estudiosos, liturgistas y obispos pueden decir lo que quieran, y hay muy pocas personas que puedan desafiar su ignorancia y errores. Un ejemplo podrían ser los argumentos acríticos, superficiales y revisionistas que uno encuentra en un blog como “livingmaronite.com”, que hoy parece estar al filo de los años 1960. Ellos son candorosamente inconscientes de cualquier estudio del último medio siglo que desafíe su narrativa».
A todo eso yo, como Católico Romano, solo podía responder: «Suena horriblemente familiar». Quedé impactado al oír sobre toda esta corrupción. Me hizo concluir que la auténtica liturgia Cristiana está amenazada en toda la Cristiandad en la medida que se permita caer bajo la influencia del progresismo liturgico de las instituciones educativas occidentales y, crucialmente, ser tratada como el juguete de cualquier individuo poderoso, sea un papa o un patriarca.
  
Lo que sigue es una carta comparativa entre el Misal maronita de 1908 (que es una reimpresión del de 1596) y el actual misal de 2005. Hay mucho que puede decirse sobre los detalles, pero para nuestros propósitos baste simplemente mirar la enorme diferencia, que es posiblemente más grande que entre el Rito Romano Tridentino y el rito moderno de Pablo VI.
   
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Se puede acceder a un PDF descargable (en inglés) de cuatro páginas en este vínculo de Google drive.
  
Así que, antes que alguien piense que “ir al Este” será una solución, necesitará hacer una tarea a fin de encontrar qué ritos orientales han sido corrompidos por la influencia del Novus Ordo, y cuáles han retenido su tradición íntegra a pesar de la presión y la tentación de Occidente.

3 comentarios:

  1. Sería bueno un artículo similar para los demás ritos orientales.

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    1. En el año 2015 habíamos abordado la denominada “Anáfora nestoriana” de Addai y Mari, usada por los caldeos y los siro-malabares de la India, y que en 2001 el Vaticano reconoció ser válida a pesar que no tiene las palabras consecratorias: https://wwwmileschristi.blogspot.com/2015/10/la-anafora-nestoriana-o-el-ecumenismo.html

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