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miércoles, 7 de septiembre de 2022

CUANDO WOTJYLA NEGÓ EL MANDATO DOCENTE DE LA IGLESIA

De vez en cuando se encuentran informaciones y apuntes que pasan inadvertidos, pero que ameritan relacionarse. A modo de ejemplo, este:
  
TRANSCRIPCIÓN
HACIENDO HISTORIA

22 de octubre de 1964
 
Mons. Wojtyła, arzobispo de Cracovia (en nombre de todos los obispos polacos):
«La iglesia no tiene por qué enseñar a los no creyentes. Debe estar en común con el mundo. Así se evitaría el tono eclesiástico de este esquema y el que se lamentará sobre el mundo. Evitemos todo espíritu de acaparamiento, y todo espíritu moralizador. Uno de los mayores defectos de este esquema [el 13 (Constitución Iglesia y Mundo Moderno)] es que hace aparecer autoritaria a la Iglesia».
  
Diario del Concilio; H[enry] Fesquet, p. 698.
Ed. Nova Terra, 1.ª edición 1967.
  
Fesquet resume así la intervención que hizo Wojtyła en el marco de la Congregación General 106 (21 de Octubre de 1964), sobre el Esquema XIII: De Ecclésia in mundo hujus témporis (que después se convertiría en la constitución Gáudium et Spes) que hoy os traemos en su totalidad en latín y español.
 
LATÍN (Acta Synodália Sacrosáncti Concílii Œcuménici Vaticani II, período tercero, 5. parte. Tipografía Políglota Vaticana, págs. 298-300).
1. Loquéndo de princípiis generálibus schématis de Ecclésia in mundo hujus témporis, in primis nómine episcopórum Polóniæ adhæsiónem exprímere volo iis, quæ jam adhuc dicta sunt de speciáli hujus schámatis moménto et de necessitáte ejúsdem elaborándi a Concílio. Líceat mihi dícere, quod abséntia talis schématis magno esset detriménto [1] tam Ecclésiæ quam mundi. Mundus enim una ex parte vult Ecclésiam sibi præséntem, ália áutem ex parte desíderat ejus abséntiam in rebus, quas sibi tantum próprias exístimat, immo ómnibus in rebus. Pro una et áltera parte schema XIII vidétur omníno necessárium, fórsitan adhuc magis pro áltera: pro ea scílitet, quæ Ecclésiam magis abséntem quam præséntem exístimat et póstulat. Pro hac parte schema XIII testimónium Ecclésiæ in mundo præséntis constituat.
  
Opórtet bene consideráre, quod títulus «Ecclésia in mundo hujus témporis» sensum analógicum præ se fert. Etsi enim verum sit dicere «mundum» in quo exsístit Ecclésia esse unum, nihilóminus —respéctu habíto condiciónum vitæ humánæ— non est unus, sed plures «mundi», in quíbus Ecclésia contemporánea vivit et operátur, quíbus étiam in schémate XIII vult adlóqui. Hæc plurálitas «mundórum» in único mundo non satis exprímitur nec séntitur in schémate. Et fórsitan plures adhuc sunt «mundi», qui sese in textu præjacénti non vident, quam illi, qui sese vident in ipso.
  
2. Audívimus jam schema fundítus elaborári et transformári debére. Hoc pertínet ad ipsam fundamentálem conceptiónem ejus. In textu enim præjacénti Ecclésia tantum docet mundum, ex thesáuro háuriens veritátis, quam possídet, repeténdo simul plúries suam erga hómines caritátem. Docéndo tamen eo ipso sese ponit supra mundum et postúlat ipsum sibi obœdiéntiam præstáre. In schémate XIII tamen opórtet tali modo lóqui, ut mundus vídeat nos ipsum dócere non tantum modo auctoritatívo, sed étiam simul cum ipso inquírere veram et ǽquam solutiónem diffícilium problématum vitæ humánæ. Non est quǽstio, quod véritas nobis jam bene sit nota, sed quómodo illam mundus invéniat síbique própriam fáciat. Quicúmque magíster expers professiónis suæ bene scit, quod dócere possit étiam methédo sic dicta «heurística», permitténdo discípulo veritátem quási ex suis inveníre.
   
Hæc méthodus docéndi valde convénit schémati nostro. Méthodus talis exclúdit una ex parte ómnia, quæ mentalitátem —ut ita dicam— «ecclesiásticam» osténdunt. Quália sunt, v. g., lamentatiónes super misérrimum mundi statum (pag. 5, 6, 10, 22), nimis fáciles «appropriatiónes» cujúslibet boni in mundo exsisténtis pro Ecclésia (pag. 5, 6, et áliæ [2]), ostensiónes omníno verbáles benévolæ erga mundum habitúdinis. Hæc ómnia quási «a prióri» obstáculum ponunt diálogo cum mundo; tunc remánet solilóquium. Caveámus áutem, ne schema nostrum solilóquium fiat!
   
Áltera ex parte méthodus docéndi, quam dicímus «heurísticam», postúlat, ut mens eórum quíbus adlóquimur ducátur vi argumentórum. Ágitur de arguméntis omníno claris et simplícibus, quíbus sana rátio facíliter asséntit. Arguménta in quæstiónibus morálibus sumántur ex lege natúræ. Númquam áutem loco argumentórum adhibeátur moralisátio vel exhortátio, quod étiam in textu præjacénti plúries fit. Argumentátio in génere debet esse rationális, quía lóquimur étiam cum non-credéntibus. Potest esse tamen theológica, omnes enim bene sciunt Ecclésiam esse, quæ in schémate lóquitur.
  
3. Schema XIII non est tantum pro mundo extra Ecclésiam, sed est étiam pro Ecclésia in mundo —vel pótius, in istis divérsis «mundis», prout jam dixímus. Opórtet, ut in schémate hoc Ecclésia non solum mundum adlóquatur, sed ut sese præséntem in hoc mundo osténdat. Inde modus præsentatiónis, qui est áliquid omníno différens ac modus contemplatiónis própriæ natúræ in schémate de Ecclésia. In schémate XIII Ecclésia debet sese mundo præsentáre. Et ab hac præsentatióne fórsitan est incipiéndum —præsentátio, i. e. quási informátio de sua exsisténtia, immo de ipso fundaménto ejus in mundo [3] póstea de fínibus, quíbus servit— præsértim in mundo hodiérno, de médiis ad hoc necessáriis. Modus præsentatiónis simul cum modo «heurístico» transmitténdi própriam doctrínam vidétur esse máxime convéniens schémati XIII. Hoc modo attíngitur homo hodiérnus. Opórtet áutem, ut ipse attíngatur. Loquéndo «mundus», hóminem semper in mente habeámus —hóminem, qui vivit in divérsis «mundis», sub divérsis systemátibus œconómicis, sociálibus, políticis. Ejus res in hoc schémate ágitur.
    
Quía —uti dixi— schema profúnda transformatióne indíget, líceat mihi delineaménta quǽdam talis transmutatiónis in scriptis tradére simul cum hoc voto oráli. Dixi. Grátias.
   
TRADUCCIÓN
1. Hablando de los principios generales del esquema de la Iglesia en el mundo de este tiempo, en primer lugar quiero expresar la adhesión de los obispos de Polonia a lo que ya se ha dicho especialmente del momento de este esquema y de la necesidad de su elaboración en el Concilio. Me permito decir, que la ausencia de este esquema será un gran detrimento más a la Iglesia que al mundo. Porque, por una parte, el mundo quiere a la Iglesia presente consigo, pero por la otra desea su ausencia de las cosas que considera propias de sí, incluso de todas las cosas. Por una y otra parte, el esquema XIII es visto como totalmente necesario, quizá más aun por la otra: para aquella naturalmente, que considera y postula a la Iglesia más ausente que presente. Para esta parte, el esquema XIII constituye el testimonio de la Iglesia en el mundo presente.
     
Conviene considerar bien, que el título “La Iglesia en el mundo de este tiempo” tiene consigo un sentido analógico. Porque si bien es verdad que dice que el “mundo” en el cual existe la Iglesia es uno, no obstante —habida cuenta de la condición de la vida humana— no es uno, sino muchos “mundos”, en los que la Iglesia contemporánea existe y opera, de lo que también este esquema XIII quiere decir. Esta pluralidad de“mundos” en un único mundo no es suficiente de expresar ni oír en el esquema. Y además, tal vez sean más los “mundos”, que en el texto preyacente no se ven, que aquél que es visto en este.
  
2. Oímos que el esquema ya presentado debe elaborarse y transformarse. Esto conviene a la concepción fundamental suya. Porque en el texto preyacente la Iglesia enseña al mundo, del depósito de la fuente de la verdad, que posee, repitiendo al mismo tiempo muchas veces su caridad ante los hombres. Sin embargo, enseñándole así se pone sobre el mundo y postula que se le debe prestar obediencia. Sin embargo, en el esquema XIII conviene hablar de tal modo para que el mundo vea que nosotros le enseñamos no tanto del modo autoritativo, sino también al mismo tiempo buscamos con él la verdadera y equitativa solución a los problemas difíciles de la vida humana. No es questión que la verdad ya sea bien conocida por nosotros, sino en qué modo el mundo la encuentra y la hace propua. Bien sabe cualquier maestro experto en su profesión que puede enseñar también el método llamado “heurística”, permitiendo al discípulo encontrar la verdad casi por sí mismo.
   
Este método de enseñar conviene mucho a nuestro esquema. Tal método excluye una parte de todo, lo que la mentalidad —como se dice— “eclesiástica” ostenta. Cuales sean, v. g., las lamentaciones sobre el misérrimo estado del mundo (pág. 5, 6, 10, 22), también fáciles las “apropiaciones” por la Iglesia de cuanto existe de bueno en el mundo (pág. 5, 6, y otras [2]), mostrando también palabras benévolas ante lo que hay en el mundo. Todo esto pone un obstáculo casi “a prióri” al diálogo con el mundo; quedando así un soliloquio. ¡Cuidado pues, que nuestro esquema no sea un soliloquio!
   
Por otra parte este método de enseñar, que llamamos “heurística”, postula, que lo que hablemos a sus mentes se conduzca con la fuerza de los argumentos. Usando argumentos totalmente claros y sencillos, a los cuales la sana razón asiente fácilmente. Que los argumentos en las cuestiones morales se tomen de la ley natural. Nunca los argumentos traigan moralización o exhortación, como se ha hecho muchas veces en el texto preyacente. La argumentación en general debe ser racional, porque hablamos también con no creyentes. Sin embargo, puede ser teológica, porque todos saben bién qué es lo que dice la Iglesia en el esquema.
  
3. El esquema XIII no es tanto para el mundo fuera de la Iglesia, sino también para la Iglesia en el mundo, o mejor, en estos “mundos”, como ya dijimos. Conviene rque en este esquema la Iglesia no solo hable al mundo, sino que se muestre presente en este mundo. Por tanto, este modo de presentación, que es totalmente diferente al modo de contemplación de la naturaleza propia en el esquema de Ecclésia [4]. En el esquema XIII la Iglesia debe presentarse al mundo. Y como tal vez esta presentación está comenzando, presentación, esto es, casi información de su existencia, como también de su fundamento en el mundo [3], y luego de los fines a que sirve, principalmente en el mundo moderno, y de los medios necesarios para esto. Al mismo tiempo, se ve que el modo de la presentación con el modo “heurístico” de transmitir la propia doctrina es el más conveniente para el esquema XIII. De este modo alcanzaremos al hombre hodierno. Conviene así, para alcanzarlo. Hablando al “mundo”, tengamos siempre en mente al hombre, hombre que vive en diversos “mundos”, bajo distintos sistemas económicos, sociales y políticos. Esto se perseguirá en este esquema.
    
Puesto que —como dije— este esquema necesita una transformación profunda, permitidme entregar por escrito los alcances de esta transmutación junto con esta opinión verbal [5]. He dicho. Gracias.
  
NOTAS
[1] En el texto entregado: «magnum esset detriméntum» (sea un gran detrimento). [Nota en el original latino].
[2]  Págs. 21-22, y 25, líneas 35-41. [Nota en el original latino].
[3]  «Hujus in mundo exsisténtiæ» (Su existencia en este mundo). [Nota en el original latino].
[4] El esquema III (De Ecclésia) se convirtió en la Constitución Lumen Géntium. Para llegar a su redacción final, Wojtyła propuso que, como la constitución jerárquica de la Iglesia (tratada en el segundo capítulo del Esquema II) supone la constitución del Pueblo de Dios, se debía agregar un capítulo en que se desarrollara la naturaleza e índole de este, ubicándolo encima del capítulo de la constitución jerárquica (que pasó así al tercer puesto).
[5] El esquema presentado por Wojtyła junto con su ponencia escrita abarca, con sus notas, casi catorce páginas. Para resumirlo en pocas palabras, dice que «La obra de la Iglesia que Cristo Jesús desea continuar en el mundo actual consiste en poner las condiciones para toda justicia y orden humano, para hacer la gloria “de Dios Padre, que nos ha hecho dignos de la parte de los santos en la luz, que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos trasladó al reino de su Hijo amado” (Col. 1, 12s)», con lo que somete el establecimiento del Reino a la consecución de las añadiduras.
   
De esta intervención vemos que Wojtyła rechaza que la Iglesia, aunque es docente, también por derecho divino es gobernante y por ello ejercer autoridad para corregir al que yerra, empleando las penas canónicas cuando corresponda, sin tener que negociar en manera alguna con el mundo, que claramente la odia (claro, años después con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X quiso mostrar que él “era el que mandaba” con la “excomunión” tras las consagraciones de Écône –que él mismo dilató ad caléndas græcas– usando un doble rasero porque antes había habido un caso idéntico en el que se aplicaba el estado de necesidad: los obispos grecocatólicos de Ucrania). Con esta intervención, y el esquema que anexó a su relación escrita, Wojtyła claramente contradijo el mandato positivo de Cristo a sus Apóstoles de predicar el Evangelio y enseñar a todas las naciones a guardar lo que Él ordenó (cf. San Mateo XXVIII, 19; San Marcos XVI, 15).
 
Así pues, lejos de la imagen de conservador que mostró al defender el celibato y algún otro punto de teología moral, oponerse a los métodos anticonceptivos, reprimir la “Teología de la Liberación”, erigirse como un paladín anticomunista (aunque su consagración episcopal se debió al aval que le diera Zenon Kliszko, la “eminencia gris” tras el régimen comunista de Polonia) y al apoyar movimientos como el Opus Dei, Legionarios de Cristo, Comunión y Liberación, o el Camino Neocatecumenal, Karol Józef Wojtyła Katzorowski, el hombre que entre el 22 de Octubre de 1978 y el 1 de Abril de 2005 dijo llamarse “Papa Juan Pablo II”, era un hereje modernista, indiferentista, liberal y sincretista. TODA LA VIDA LO FUE; si posó de conservador junto a Ratzinger (con el cual publicó la declaración “Dóminus Jesus”) fue para sembrar más confusión.

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