Noticia tomada de GLORIA NEWS, ampliada en algunos lugares.
Los abusos cometidos por el presbítero jesuita homosexual Alfonso “Pica” Pedrajas Moreno († 2009) han sido confirmados, después que su pareja devolviera el diario de Pedrajas, en el cual registró casi 85 víctimas, a su familia en Madrid.
Pedrajas dirigía escuelas de chicos en Bolivia. Él menciona a siete superiores jesuitas con los cuales discutió sus asaltos, algunos en el contexto de la confesión. Un superior no tiene permitido oír confesiones de un subordinado.
Aun antes de su Tercera Probación (profesion religiosa final) en 1978, un superior llamado José Arroyo López SJ le dijo que omitiera el abuso de menores en sus confesiones y que “nada le pasaría”, y que él considerara eso como “casos aislados”. Esta fue la era post-Vaticano II que Bergoglio tanto añora, cuando la Iglesia quiso ser “moderna” y muchos partidos de izquierda promovieron activamente la pedofilia.
En 1983, Pedrajas fue enviado una vez a trabajar en un campo minero en Oruro (Bolivia) por un año como castigo por corromper menores en la escuela “Juan XXIII” de Cochabamba. Luego regresó a la escuela y continuó sus abusos. Al mismo tiempo, los socialistas del Partido Verde alemán (actualmente en el gobierno), estaban luchando por la “descriminalización” de la pedofilia.
No sorprendentemente, los decadentes jesuitas pusieron a Pedrajas a cargo de los novicios de la región entre 1989 y 1998. Si en cambio él hubiese llevado una vida santa y celebrado la Misa Romana, ellos lo hubiesen despedido.
Pedrajas incluso fue candidato para ser superior, pero las evaluaciones concluyeron que él era “manipulador” y carecía de autocontrol.
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