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viernes, 15 de diciembre de 2023

NOVENA PARA LAS POSADAS

Novena dispuesta por Antonio Vanegas Arroyo, editada por José Guadalupe Posada Aguilar, y publicada en Ciudad de Méjico por Ediciones Lemus, en 1930.
   

LETANÍA PARA PEDIR POSADA
  
Peregrinos:
En el nombre del cielo
Os pido posada,
Pues no puede andar
Mi esposa amada.
 
Posaderos:
Aquí no es mesón,
Sigan adelante.
Yo no puedo abrir,
No sea algún tunante.
 
Peregrinos:
No seas inhumano,
Tennos caridad,
Que el Dios de los cielos
Te los premiará.
  
Posaderos:
Ya se pueden ir
Y no molestar,
Porque si me enfado
Os voy a apalear.
 
Peregrinos:
Venimos rendidos
Desde Nazaret,
Yo soy carpintero
De nombre José.
 
Posaderos
No me importa el nombre,
Déjenme dormir,
Pues yo ya les digo
Que no hemos de abrir.
  
Peregrinos:
Posada te pide,
Amado casero,
Por solo una noche
La reina del cielo.
  
Posaderos:
Pues si es una reina
Quien lo solicita,
¿Cómo es que de noche
Anda tan solita?
  
Peregrinos:
Mi esposa es María,
Es reina del cielo,
Y madre va a ser
Del Divino Verbo.
  
Posaderos:
¿Eres tú José?
¿Tu esposa es María?
Entren peregrinos,
No los conocía.
  
Peregrinos:
Dios pague, señores,
Vuestra caridad,
Y que os colme el cielo
De felicidad.
  
Todos
¡Dichosa la casa
Que abriga este día
A la Virgen pura,
La hermosa María!
 
AL ABRIR LAS PUERTAS
¡Entren santos peregrinos,
Reciban este rincón,
Que aunque es pobre la morada,
Os la doy de corazón!
¡Cantemos con alegría
Todos al considerar
Que Jesús, José y María
Nos vienen a visitar!
    
DESPEDIDA
Muy agradecidos
Ya nos retiramos,
¡Que Dios los bendiga,
Oh buenos cristianos!
Quiera el Dios Divino,
Que al dejar el suelo,
Disfrutéis del Cielo
La hermosa mansión.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Postrados en vuestra presencia, ¡Oh Adorable Trinidad!, os bendigo y doy gracias por el inefable misterio de la encarnación en el vientre de la más pura de las Vírgenes, víctima propicia de la Divina Justicia por el mundo pecador, he aquí, al más ingrato de los pecadores, que confundido y avergonzado reconoce tu amor infinito y ardientísima caridad, os adora, bendice, y alaba, a vos que desde el vientre purísimo de María os entregasteis a padecimientos, menosprecios y vejaciones siendo inocente y aún os fijáis en mí, con ojos de misericordia,  en mí, el más indigno de tu perdón, por haber ultrajado vuestra Santidad y Grandeza a cambio de los innumerables beneficios que me habéis prodigado.
Oh Salvador, que a redimirme vinisteis de la esclavitud del demonio. Padre que olvidando mis locuras y extravíos me busca, me llama y ofrece a cambio de tanta ingratitud: Amor y bienaventuranza eterna.
Pequé y me pesa en el alma haberos ofendido. Aumentad, Dios mío, mi arrepentimiento y dadme la fuerza eficaz para odiar el pecado y perseverarme en vuestro Santo Servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
   
OFRECIMIENTO Y REZO DE LAS NUEVE AVEMARÍAS (Oración Diaria)
Os ofrecemos estas nueve Ave Marías oh Castísima Virgen y Madre de Dios en memoria de vuestra Gloriosa Maternidad y por todas las virtudes con que el Altísimo adornó tu alma, os ruego no miréis en mí la miseria e indignidad que me revisten, atended sólo al honrosísimo título de Madre de Dios, título que llenándonos de regocijo y consuelo nos infunde la esperanza de que en la hora final, olvidándote de nuestra ingratitudes sólo recordarás que como Madre del Salvador, quien en su agonía os hizo depositaria de su misericordia para que la tuvieses con los pecadores, en esa tremenda hora, os pedimos la uséis con nosotros acordaos en ella, que suplicantes imploremos vuestra asistencia, cuya memoria nos bastará, pues sabemos que nunca quien vuestro auxilio implora será  desamparado y así confío en obtener la gracia de recibir en mi pecho a vuestro Divino Niño Jesús Sacramentado, gracia que será la señal de mi perdón y prenda segura de la vida eterna. Amén.
   
DÍA PRIMERO
PRIMERA JORNADA
Inocente y Purísima Virgen María, que por cumplir el mandato de un soberano de la tierra, obligada te viste a partir en compañía de tu castísimo esposo José, de Nazaret a Belén, atendiendo al edicto del César de que se empadronarse toda persona residente en su imperio, decir lugar de origen para futuros tributos que deberían pagar, por vuestro ejemplo, humildísima Reina, os ruego reanimes mi fe para que también sumisos y obedientes podamos cumplir con el mandato de nuestro Soberano del Cielo.

Oh peregrina agraciada,
Oh dulcísima María,
Yo os ofrezco el alma mía
Para que tengáis posada.
    
Humildes peregrinos,
Jesús, María y José,
El alma doy por ellos,
Mi corazón también.
   
AL DESPEDIRSE LOS PEREGRINOS
Mil gracias os damos
Que en esta ocasión
Posada nos disteis
Con sencillo y leal corazón.
  
Pedimos al cielo
Que esta caridad
Os premie colmándoos
De felicidad.
   
DÍA SEGUNDO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
SEGUNDA JORNADA
Oh Virgen Santísima, así como Vos sufristeis los rigores de la intemperie llevando en tu vientre virginal al Divino Jesús hecho hombre, yo, alabándote y venerándote, os ruego me enseñéis a soportar miserias, incomodidades, desprecios y pobreza; y que mi esperanza se robustezca para seguir vuestras huellas en las jornadas de la virtud. Amén.
   
DÍA TERCERO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
TERCERA JORNADA
Oh Reina de los Ángeles, comunica a mi alma, oh Inmaculada María, la fortaleza con que soportasteis las penalidades de vuestra tercera jornada llevando por toda compañía a vuestro esposo José y a los ángeles celestiales que en coro cantaban y bendecía al Hijo de vuestras purísimas entrañas, para que con vos pueda yo continuar mi peregrinación en esta tierra. Amén.
  
DÍA CUARTO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
CUARTA JORNADA
Oh Madre mía, así como vos soportasteis miseria, vejaciones y desdeñosas negativas cuando sin desmayar posada implorabais en esta jornada, transmíteme, oh Virgen Santísima, esa misma sumisión y humildad vuestra, para que a mi alma no tienten las vanidades del mundo, y que mi corazón solo dé albergue al amor puro, piadoso y sencillo hacia vuestra Sagrada Familia. Amén.
  
DÍA QUINTO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
QUINTA JORNADA
Oh cándida paloma, Madre y Reina celestial, que a tu llegada a Belén, tras de buscar alojamiento, presurosa os encaminasteis a cumplir el mandato que ahí os traía, con este ejemplo de sumisión que me dais, encausadme en el camino de la obediencia también, y sujétame a la voluntad de vuestro Hijo Jesús para que se vigorice mi espíritu y avive el fuego de mi amor, y no dejéis, Madre mía, que vacile mi fe. Amén.
   
DÍA SEXTO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
SEXTA JORNADA
Reina soberana, que soportasteis las duras fatigas de tan cruenta jornada de Nazaret a Belén de puerta en puerta pidiendo posada que todos os negaban sin ver lo apremiante de vuestra delicada condición hasta haber encontrado humilde asilo por fin, ¿por qué no he de soportar yo penalidades de la vida para alcanzar la gracia de encausarme por el camino de la virtud y conseguir el miraros eternamente en la gloria? Amén.
   
DÍA SÉPTIMO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
SÉPTIMA JORNADA
Rosa mística y purísima de aroma celestial. que en esta jornada a falta de albergue, con abnegación inefable, sumisa aceptasteis por asilo la solícita oferta de vuestro santo esposo que solo conducirte podía a una gruta, morada y refugio eventual de pastores que con sus rebalos ahí se guarecían contra lluvias e inclemencias del tiempo. Tú que todo esto soportasteis, dadme paciencia para soportar amarguras terrenas. Amén.
   
DÍA OCTAVO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
OCTAVA JORNADA
Oh Santísima Virgen, oh Reina Inmaculada, se acerca el feliz momento en que con resignación sin igual darás a luz al Redentor del mundo, considerar que a pesar del sufrimiento del ya cercano alumbramiento aun solícita ayudasteis a vuestro amante esposo a limpiar de inmundicias el lugar que ni para bestias era digno, haz, Virgen santa, que pueda alcanzar la eterna ventura de ser digno siervo vuestro. Amén.
   
DÍA NOVENO
Acto de contrición y Oración diaria.
   
NOVENA JORNADA
Por fin, Madre gloriosa, llegó el ansiado momento en que disteis a luz al Niño más hermoso, sabio y apacible cuya sola presencia el establo embelleció. Castísimo Patriarca, que hallándote a sus pies, celebras en el Empíreo con los hosanas de ángeles, arcángeles y querubes y en todo el orbe cristiano y con el júbilo de millones de fieles que Le adoran y cantan: Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a lo hombres de buena voluntad, y aun las bestias se acercan lentamente a dar calor con su aliento al cuerpecito de nuestro Redentor. Suena la aurora del cristianismo, la luz divina que ensalza al débil y oprimido igualando al rico con el mendigo. Oh María, por este feliz momento en que recibiste el homenaje de los humildes, te pedimos con la misma humildad que nos ayudéis a conformarnos con la voluntad de tu Divino Hijo. Amén.
  
RORRO
Coro: A la rorro Niño,
A la rorro ro,
Que viniste al mundo
Sólo por mi amor.

Esos tus ojitos
Ya los vas cerrando,
Pero estas mirando
Todos mis delitos.
Las lágrimas tiernas
Son pruebas que me amas,
Pues padeces penas,
Niñito de mi alma.

No hagas pucheritos,
Duerme, Padre amado,
Que mi cruel pecado
Os causa conflictos.
Las lágrimas tiernas
Son prueba que me amas
Pues padeces penas,
Niñito de mi alma.
A la rorro Niño, a la rorro ro, duérmete Mi Niño, duérmete mi amor, a la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Por cuna te ofrezco
Mi fiel corazón,
Te pido el perdón,
Mas no lo merezco.
A dolor me mueve
Ver dos animales,
Que finos y leales
Tu amor los conmueve.
A la rorro Niño, a la rorro ro, duérmete Mi Niño, duérmete mi amor, a la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

Quisiste por nombre
Llamarte Jesús:
Como Padre amante
Tú me diste luz.
Recibe gustoso
Este rorro ro,
Que muy placentero
Te lo ofrezco yo
A la rorro Niño, a la rorro ro, duérmete Mi Niño, duérmete mi amor, a la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

En el crudo invierno
Mi Dios y Señor
Que sufres alegre
Del frío y su rigor.
En el crudo invierno
Tú, mi Dios, naciste;
De todas mis culpas
Ya me redimiste.
A la rorro Niño, a la rorro ro, duérmete Mi Niño, duérmete mi amor, a la rorro Niño, a la rorro ro, que viniste al mundo sólo por mi amor.

La gloria te cantan
Angélicas voces
Para que te duermas
Y del sueño goces
Delicias del mundo
Son pena y pesar,
Por eso el Eterno
Se quiso humanar

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