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miércoles, 24 de abril de 2024

MES DE LA PASIÓN DE CRISTO – DÍA VIGESIMOCUARTO

Traducción a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
   

DÍA VIGESIMOCUARTO: «Desde ahora estarás conmigo en el Paraíso».
  
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma mía, que el buen ladrón reprocha a su compañero sus blasfemias, confiesa su pecado, da fe de la inocencia de Jesucristo y cree en su divinidad. ¡Cuán poderosa es la gracia de Dios en un momento con nuestra cooperación! El ladrón arrepentido pide a Jesús, no que lo libere de la Cruz, sino que se acuerde de él: «Señor, acuérdate de mí». Se cree bastante feliz si Dios se digna recordarlo. Dos hombres están al lado de Jesús: uno se convierte y obtiene su perdón, ¿quién no tendrá esperanza? El otro persiste en su pecado y se lanza a las llamas eternas, ¿quién no temerá, aun con Jesús?
            
ORACIÓN
Sois fuente inagotable de bondad, Señor, y nada puede agotar el tesoro de Vuestras Misericordias. El buen Ladrón confiesa en voz alta su pecado y lleno de esperanza Os dirige esta humilde oración: «Acuérdate de mí, Señor, cuando estés en Tu Reino». Inmediatamente, y sin retrasar un solo día el efecto de Vuestras promesas, le concedes más de lo que te pide: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Yo también, ¡Dios mío!, espero en Vos y me atrevo a deciros con confianza de ladrón: «Acuérdate de mí; acuérdate de esta oveja descarriada por la que padeciste tan cruel agonía en el Árbol de la Cruz. Acuérdate de mí: soy obra de tus manos y el precio de tu Sangre; llevo la luz de Tu Rostro grabada en mi frente». Estos son los títulos que invoco a mi favor y que me dan derecho a repetir: «Acuérdate de mí». No Os pido, Señor, la gracia que le dais al ladrón arrepentido para entrar, desde hoy, en Vuestro Reino: en verdad, sería para mí una gran felicidad ir con Vos al paraíso, y quisiera estar allá; pero tan grandes recompensas sólo se logran a través de grandes obras, y sólo después de haber sufrido Con Vos reinaré con Vos. Permaneceré pegado a Vuestra Cruz: allí encontraré una seguridad más firme del perdón de mis pecados; allí Os abrazaré con un amor más tierno y más puro; allí finalmente me diréis: «Sal de este mundo: porque hoy estarás conmigo en el paraíso».
       
PRÁCTICA: De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria). 

ASPIRACIÓN: Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.

LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
    
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
   
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
  
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olivete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
   
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
    
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
   
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
    
℣. Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
   
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.

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