“Mi mitra por un amor”: DESVELADOS LOS “MOTIVOS PERSONALES” DE LA RENUNCIA DEL “OBISPO” DE SOLSONA

El otrora obispón de Solsona (España) Xavier Novell y Gomà, de 52 años, renunció a la sede “por motivos estrictamente personales”, según informó la diócesis conciliar el 23 de Agosto, y a la semana siguiente dijo cuáles eran esos “motivos estrictamente personales”, descartando las versiones que su renuncia fue por un “síndrome de desgaste profesional”, una reprimenda vaticana por su apoyo al separatismo catalán o discrepancias con un “arzobispo” de Barcelona Juan José Omella y Omella mucho más “cauto” sobre el “Procés”: «Me he enamorado de una mujer, por primera vez en mi vida, y quiero hacer las cosas bien». Ahora se sabe cuál es esa mujer: Silvia Caballol Clemente, de 38 años.

   

Silvia Caballol Clemente nació en Súria, a 15,5 kilómetros de Manresa (la cuna de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola), donde convive actualmente con Novell. Es psicóloga egresada de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde también estudió el post-grado en Psicología de la Salud, madre de dos hijos, divorciada de un marido árabe con el que vivía en Marruecos, y autora de las novelas erótico-satánicas “Trilogía amnesia” (2016) y “El infierno en la lujuria de Gabriel: el primer pecado capital contra el ser” (2017), ambas publicadas por Ediciones Lacre, del Grupo editorial Altera [por razones de modestia, no publicamos las portadas de ambos libros]. Una de ellas lleva la advertencia: «Libro no apto para menores de 18 años». También ha recibido clases de sexología, técnicas antiestrés, yoga y religión católica e islámica, y se define como “lectora empedernida de novelas románticas y eróticas”.

   

Según Religión Digital, Novell (que intenta ahora colocarse como ingeniero agrónomo, que fue la carrera que estudió en la Universidad de Lleida) conoció a Silvia, quien se autodescribe como «Una persona que anhela vivir la vida al máximo, sin ninguna duda, una buscadora de emociones y sensaciones nuevas, una autora dinámica y transgresora que se ha hecho un hueco en el espinoso mundo literario para poner del revés todas nuestras consideraciones morales y éticas») en cursos de liderazgo y demonología.

   

El hecho ha suscitado preocupación entre el clero conciliar de Solsona, que asegura que se trata «de un caso de infestación demoníaca» en la persona de Novell, que era aficionado a hacer exorcismos (ministerio que asumió mediante decreto 20/2015 del 3 de Noviembre porque «no había más quien lo hiciera»), agravado por «la mezcla de una personalidad atormentada [Novell tiene trastorno bipolar y reconoce haberse sometido a terapias de conversión, N. del E.] y estos sucesos sobrenaturales» (Caso similar al del zambiano Emmanuel Milingo Lumbiwe y la surcoreana Maria Sung hace 20 años, del cual Gabriele Amorth dijo que hubo un “lavado de cerebro”). «El propio Papa Francisco le pidió hasta en dos ocasiones que se exorcice», y su negativa «es porque sabe que algo esconde, y por el efecto del maligno que ya le domina, desea continuar escondiéndolo», afirmaron algunos clérigos a ABC. Se sabe que Novell se vistió de diablo en 2013 para saltar el Plens durante la Patum de Berga (una fiesta que se realiza en esa ciudad durante el Corpus Christi). En su momento, Novell dijo que se trataba de “una asignatura pendiente” desde 1998, cuando hizo de acompañante del entonces vicario de Berga, Josep Maria Vilaseca, en un salto de Plens.

   

  

Una cosa es clara: como se ha visto en casos anteriores (Alberto Ricardo Cutié Boye, Alberto José Linero Gómez, et álibi aliórum), Xavier Novell y Gomà no poseía el verdadero sacerdocio católico de Cristo, y por eso no pudo soportar las obligaciones de estado del sacerdote ni recibía tampoco la gracia de estado que va anejo al Sacramento del Orden Sacerdotal. Sacramento que desde el 18 de Junio de 1968, cuando el antipapa Giovanni Battista Montini Alghisi/Pablo VI promulgó la “Constitución Apostólica” Pontificális Románi recognítio introduciendo un rito de ordenación inválido por alteración en la Forma (las palabras empleadas para confeccionar el sacramento) y eliminación de las oraciones y ceremonias circundantes que expresan la intención de hacer lo que la Iglesia hace, NO EXISTE MÁS EL SACERDOCIO SACRIFICIAL EN LA IMPOSTORA IGLESIA CONCILIAR (QUE NO ES LA INMACULADA IGLESIA CATÓLICA), sino una panda de laicos disfrazados de sotana (o de clériman) presidiendo cenas comunales, como en los herejes protestantes.