Páginas

lunes, 22 de agosto de 2022

OTRO CASO DE LECTURAS MUTILADAS

Ayer 21 de Agosto correspondió, entre los conciliares, al XXI domingo del Tiempo Ordinario - Año C. La segunda lectura fue Hebreos XII, 5-7; 11-13 (Versión de la Conferencia Episcopal Española; los versos 8 a 10, que fueron omitidos, están en cursiva):
«Hermanos: Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: “Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos”. Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos? Si os eximen de la corrección, que es patrimonio de todos, es que sois bastardos y no hijos. Ciertamente tuvimos por educadores a nuestros padres carnales y los respetábamos; ¿con cuánta más razón nos sujetaremos al Padre de nuestro espíritu, y así viviremos? Porque aquellos nos educaban para breve tiempo, según sus luces; Dios, en cambio, para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura.
 
No faltaron las excusas tipo:
  • «Aparentemente es una reducción de la forma, manteniendo el contenido… Es bueno estudiar las escrituras (sic) y explorar las circunstancias más profundas de la lectura de la liturgia diaria… la forma correcta de meditar en la Palabra de Dios».
  • «Es para estimular la curiosidad por las cosas espirituales y desarrollar el celo y el entusiasmo por el estudio y el crecimiento de la fe. Es como la recepción: tienes una invitación y una oportunidad de venir, pero tienes que levantarte e ir por Él, para que pueda venir plenamente. Te llevas un pedacito… del TODO».
  • «Otra razón más para leer nuestras biblias fuera de la misa para saber qué se encuentra en estos versos. Solo fortalece nuestra comprensión y amor por la “PALABRA” (sic) de Dios».
et álibi aliórum (incluso, literalmente, hay quien dijo: «Honestamente, esto no añade mucho, y no quita nada», o «Lo quitaron, sí. Pero que quitaron lo trataron en la lectura. ¿Cuál es tu punto?»). Pues vamos a decirles «cuál es el punto»: 

Acontece en primer orden que los integrantes del Cœtus XI del Consílium ad exequéndam Constitutiónem de Sacra Litúrgia (quienes diseñaron el Leccionario novusordita) no es la primera vez que eliminan pasajes bíblicos que consideran lesivos para el “Hombre Moderno”™, como Génesis XIX; Esdras VI, 9-13; Romanos I, 25-26; I Corintios XI, 27-29; II Tesalonicenses II, 3-15 y tantos otros. En el caso concreto, los versos omitidos (versos 8-10) hablan precisamente de la importancia de la disciplina que por medio de los castigos temporales Dios imparte, a fin de nuestra corrección y santificación, separándonos en ese trato de los réprobos, que ha reservado irrevocablemente para la condenación eterna (otro concepto que TAMPOCO les gustó de a mucho, porque omitieron también los versos 14-17: «Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor. Procurad que nadie se quede sin la gracia de Dios, y que ninguna raíz amarga rebrote y haga daño, contaminando a muchos. Que nadie se prostituya ni profane como Esaú, que solo por una comida vendió su primogenitura. Sabéis que más tarde quiso heredar la bendición, pero fue excluido, pues no obtuvo la retractación, por más que la pidió hasta con lágrimas»).

Un poco de historia sobre este pasaje: Ceslas (en el siglo Bernard) Spicq OP (*1901 - †1992) consultor del Cœtus XI, propuso en el esquema 137 el 22 de Diciembre de 1965 que Hebreos XII, 5-13 era una buena lectura para incluir en el leccionario. Al año siguiente, el 1 de Junio, fue incluida en el Esquema 171 para el domingo XVII después de Pentecostés en el ciclo C (primera modificación: se suprimen los versos 12 y 13), y allí permaneció en los esquemas 176 (1 de Julio de 1966) y 233 (31 de Julio de 1967. Este fue el primer “Ordo Lectiónum Missæ” que socializaron con los obispos). La propuesta de Spicq fue presentada para el miércoles de la semana XXXII del Tiempo Ordinario, año impar (Esquema 211, comienzos de Marzo de 1967; esquema 233, 31 de Julio de 1967). Al final, el “Ordo Lectiónum Missæ” de 1969 presenta Hebreos XII, 5-7, 11-13 como la Segunda Lectura para el Domingo XXI del Tiempo Ordinario - Ciclo C, y como la lección para el miércoles de la Semana IV de Adviento - Año impar (segunda modificación: se suprimen los versos 8-10 y se adicionan los 12 y 13, cortando de tajo los “problemáticos” versos 14-17 citados anteriormente).
  
Pasemos a las objeciones «Honestamente, esto no añade mucho, y no quita nada», o «Lo quitaron, sí. Pero que quitaron lo trataron en la lectura. ¿Cuál es tu punto?»:
  1. Desaparece la alusión a la santidad de Dios, y la analogía que San Pablo (o mejor, el Espíritu Santo por medio del Apóstol) hace entre los padres terrenales y nuestro Padre celestial. Consecuencia: PÉRDIDA DE CAPACIDAD RETÓRICA DE LA LECCIÓN.
  2. Los novusorditas se vanaglorían de tener «más lecciones escriturales» en tres años que la Misa Romana Tradicional en uno solo. Mas si se analiza, no hay en ellos motivo de presumir: Peter A. Kwasniewski, en su ensayo de 2016 “No solo más Escrituras, sino Escrituras diferentes”, tras comparar los leccionarios pre y post conciliar, llega a la conclusión que lo que más abunda en el Leccionario conciliar son las reordenaciones, reducciones, edición de versos, desénfasis o ya de plano, OMISIONES, para evitar pasajes controversiales. Así pues, «más lecciones escriturales» pero con tantas omisiones, o que solo se mantenga «lo principal» de estas lecciones, ¿cuál es la gracia de que cambiaran las lecciones dominicales como lo hicieron? Ninguna, sino que es un cambio DESGRACIADO.
 
Pudieran analizarse otros muchos casos más, pero basta este. En resumidas cuentas, las modificaciones hechas al leccionario conciliar muestran cuán poco respeto tienen los novusorditas a la Sagrada Escritura, que en su totalidad es inspirada de Dios y por ello «es propia para enseñar los misterios de la fe y la buena moral, para convencer a los que yerran, para corregir a los pecadores, para dirigir a los buenos en la justicia o virtud, en fin, para que el hombre de Dios o el cristiano sea perfecto, y esté apercibido para toda obra buena» (cf. II Timoteo III, 16-17/Versión de Mons. Félix Torres Amat).

2 comentarios:

  1. Ahora tiene sentido porque en los leccionarios litúrgicos novus Ordo hay muchos saltos. Todo tiene sentido. Incluso, en el tema de la Sagrada Biblia, se nota las distorsiones que han hecho. De los pasajes omitidos hay uno de Eclesiástico que habla sobre el Mesias y la Virginidad de su madre Santísima. Pero en la mayoría de biblias de ahora, no aparece ese versículo

    ResponderEliminar
  2. Hay que ponerse en el lugar del individuo que, teniendo delante la Sagrada Escritura, busca la forma de "mejorarla". Yo, cuando hago este ejercicio, sólo encuentro maldad en esta raza de corruptores.

    ResponderEliminar

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.