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miércoles, 1 de noviembre de 2023

EL PURGATORIO EN LAS ESCRITURAS

Del muro de William Willy R. Reyes.
   
La Virgen del Carmen rescatando almas del Purgatorio (Círculo de Diego Quispe Tito, Museo de Brooklyn).
   
EL PURGATORIO EN LAS ESCRITURAS
(Especial del día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos)

LA ESCRITURA DICE:
Un estado de sufrimiento y perdón después de la muerte.
  • San Mateo V, 26; XVIII, 34; San Lucas XII, 58-59 – Jesús nos enseña: «Componte luego con tu contrario, mientras estás con él todavía en el camino; no sea que te ponga en manos del juez, y el juez te entregue en las del alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que de allí no saldrás hasta que pagues el último céntimo». La palabra “contrario” (ἀντιδίκου, antidiko) es probablemente una referencia al diablo (ver la misma palabra para diablo en 1.ª Pedro V, 8) que es un acusador contra el hombre (cf. Job I, 6-12; Zac. III, 1; Apoc. XII, 10), y Dios es el juez. Si no hemos adecuadamente luchado con satanás y los pecados en esta vida, seremos conducidos a un estado temporal llamado una prisión, y no saldremos de allí hasta que satisfagamos toda nuestra deuda a Dios. Esta “prisión” es el Purgatorio, de donde no saldremos hasta que se pague el último cuarto.
  • San Mateo V, 48 – Jesús dijo: «Sed, pues, vosotros, perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto». Solo somos hechos perfectos por la purificación, y en la doctrina católica, esta purificación, si no se completó en la tierra, es continuada en un estado transicional lo llamamos Purgatorio.
  • San Mateo XII, 32 – Jesús dice: «Asimismo a cualquiera que hablara contra el Hijo del hombre se le perdonará; pero a quien hablare contra el Espíritu Santo, despreciando su gracia, no se le perdonará ni en esta vida ni en la otra». Así Jesús proporciona claramente que hay perdón después de la muerte. La frase “en la otra” (del griego ἐν τῷ μέλλοντι, “en to mellonti”) generalmente se refiere a la vida futura (ver, por ejemplo, Marc. X, 30; Luc. XVIII, 30; XX, 34-35; Efe. I, 21 para expresiones semejantes). El perdón no es necesario en el Cielo, y no hay perdón en el Infierno. Esto prueba que hay otro estado después de la muerte, y la Iglesia por 2.000 años llamó a este estado Purgatorio.
  • San Lucas XII, 47-48 – cuando el Señor venga (al final de los tiempos), algunos recibirán leves o fuertes azotes, pero vivirán. Este estado no es el Cielo o el Infierno, porque en el Cielo no hay azotes, y en el Infierno no viviremos nunca con el Señor.
  • San Lucas XVI, 19-31 – en esta historia, vemos que el rico muerto está sufriendo, pero aún siente compasión por sus hermanos y quiere advertirles de su lugar de sufrimiento. Pero no hay sufrimiento en el Cielo o compasión el Infierno, porque la compasión es una gracia de Dios, y los que están en el Infierno están privados de las gracias de Dios para toda la eternidad. Entonces, ¿dónde está el hombre rico? Está en el Purgatorio.
  • 1.ª Corintios XV, 29-30 – San Pablo menciona que las personas que se bautizan en nombre de los muertos, en el contexto de expiar por sus pecados (las personas son bautizadas en nombre de los muertos para que los muertos pueda ser resucitados). Estas personas no pueden estar en el Cielo porque todavía están con pecados, pero tampoco pueden estar en el Infierno porque sus pecados ya no podrán ser expiados. Ellos están en el Purgatorio. Estos versos corresponden directamente a 2.º Macabeos XII, 44-45 que también muestra oraciones específicas por los muertos, para que puedan perdonarse sus pecados.
  • Filipenses II, 10 – toda rodilla se dobla ante Jesús, en el Cielo, en la tierra, y «bajo la tierra», que es el reino de los justos que han muerto, o Purgatorio.
  • 2.ª Timoteo I, 16-18 – Onesíforo está muerto, pero San Pablo pide misericordia para él «en aquel día» El uso paulino de «aquel día» (ἐκείνῃ ἡμέρᾳ, ekeinē hēmera) demuestra su uso esjatológico (ver, por ejemplo, Rom. II, 5, 16; 1.ª Cor. I, 8; III, 13; V, 5; 2.ª Cor. I, 14; Fil. I, 6, 10; II, 16; 1.ª Tes. V, 2, 4, 5, 8; 2.ª Tes. II, 2, 3; 2.ª Tim. IV, 8). Por supuesto, no hay necesidad de misericordia en el Cielo, y no se da misericordia en el Infierno. ¿Dónde está Onesíforo? Está en el Purgatorio.
  • Hebreos XII, 14 – sin santidad nadie verá al Señor. Necesitamos la santificación final para obtener verdadera santidad ante Dios, y este proceso ocurre durante nuestras vidas y, si no está completa durante nuestras vidas, en el estado transicional del Purgatorio.
  • Hebreos XII, 23 – los espíritus de los que mueren en santidad son “hechos” perfectos. Ellos no necesariamente llegan perfectos. Ellos son hechos perfectos después de su muerte. Pero los que están en el Cielo ya son perfectos, y los que están en el Infierno ya no podrán hacerse perfectos. Estos espíritus están en el Purgatorio.
  • 1.ª Pedro III, 19; IV, 6 – Jesús predicó a los espíritus en la “prisión”. Estas son las almas justas siendo purificadas para su visión beatífica.
  • Apocalipsis XXI, 4 – Dios enjugará sus lágrimas, y no habrá llanto ni dolor, pero solo después que vengan los Cielos nuevos y la tierra nueva, y pasen los actuales Cielos y tierra. Advierte que la eliminación de las lágrimas y el dolor solo sucederán al fin de los tiempos. Pero no hay llanto o dolor en el Cielo, y Dios no removerá sus lágrimas en el Infierno. Estas son las almas que están padeciendo el Purgatorio.
  • Apocalipsis XXI, 27 – nada impuro entrará al cielo. La palabra “impuro” viene de la palabra griega “koinon” (κοινὸν) que se refiere a una corrupción espiritual. Incluso la propensión al pecado es espiritualmente corrupta, o considerada manchada, y debe ser purificada antes de entrar al Cielo. Es sorprendente ver cómo muchos protestantes no quieren creer en el Purgatorio. El Purgatorio existe por la misericordia de Dios. Si no hubiera Purgatorio, esto también significaría probablemente que no hay salvación para muchas personas. Dios es misericordioso realmente.
  • San Lucas XXIII, 43 – Muchos protestantes arguyen que, porque Jesús envió al buen ladrón a su derecha al Cielo, no puede haber Purgatorio. Hay varias refutaciones. Primero, cuando Jesús usa la palabra “paraíso”, Él no quería decir Cielo. Paraíso, que viene de la palabra hebrea “sheol” (שְׁאוֹל), significa el reino de los justos muertos. Este era el lugar de los muertos que estaban destinados para el Cielo, pero que estaban cautivos hasta la resurreción del Señor. Segundo, puesto que no había puntuación en el manuscrito original, la declaración de Jesús «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso» no significa que hubiera una coma después de la primera palabra “tú”. Esto significa que Jesús pudo haber dicho: «Te lo aseguro hoy, estarás conmigo en el paraíso» (es decir, Jesús pudo haber enfatizado con exclamación que su declaración era “hoy” o “ahora” y que en algún momento en el futuro el buen ladrón iría al Cielo). Tercero, aun si el ladrón fuera directo al Cielo, esto no prueba aquí que no hay Purgatorio (los que han sido plenamente santificados en esta vida –tal vez por una muerte sangrienta y arrepentida– pueden estar listos para ser admitidos en el Cielo).
  • Génesis L, 10; Números XX, 29; Deuteronomio XXXIV, 8 – aquí hay algunos ejemplos de oración ritual y duelo penitente por los muertos durante períodos específicos de tiempo. El entendimiento judío de estas prácticas era que las oraciones libraban las almas de su doloroso estado de purificación, y aceleraba su viaje hacia Dios.
  • Baruc III, 4 – Baruc pide al Señor escuchar las oraciones de los muertos de Israel. Las oraciones por los muertos son innecesarias en el Cielo e innecesarias en el Infierno. Estos muertos están en el Purgatorio.
  • Zacarías IX, 11 – Dios, por la sangre de Su alianza, los sacará del pozo sin agua, una morada espiritual de sufrimiento que la Iglesia llama Purgatorio.
  • 2.º Macabeos XII, 43-45 – las oraciones por los muertos los liberan del pecado y los ayudan a la recompensa en el Cielo. Los que están en el Cielo no tienen pecado, y los que están en el Infierno no pueden ser liberados del pecado. Ellos están en el Purgatorio. Lutero estaba particularmente emproblemado con estos versos porque él rechazaba la centenaria doctrina del Purgatorio. Como resultado, eliminó a los Macabeos del canon de la Biblia.
Purificación con fuego después de la muerte.
  • Hebreos XII, 29 – Dios es un fuego consumidor (de amor en el Cielo, de expiación en el Purgatorio, o de sufrimiento y condenación en el Infierno).
  • 1.ª Corintios III, 10-15 – las obras serán juzgadas después de la muerte y probadas por el fuego. Algunas obras se perderán, pero la persona aún estará salvada. San Pablo se refiere al estado de purgación llamado Purgatorio. Los pecados veniales (malas obras) que se cometieron se quemarán después de la muerte, pero la person todavía será llevada a la salvación. Este estado después de la muerte no es el Cielo (no hay presentes pecados veniales) o el Infierno (no hay perdón ni salvación).
  • 1.ª Corintios III, 15 – «Si la obra de ese hombre se quemare, él sufrirá pérdida, aunque él mismo será salvo, pero solo como por medio del fuego». La frase en griego para “sufrirá pérdida” es “zemiothesetai” (ζημιωθήσεται). La palabra raíz es “zemioo” (ζημιόω) que también se refiere al castigo. La construcción “zemiothesetai” es usada en Éxodo XXI, 22 y Proverbios XIX, 19 que se refiere al castigo (del hebreo “anash” עָנַשׁ, significando “castigo” o “pena”). Por ende, este verso prueba que hay una expiación de castigo temporal después de nuestra muerte, pero la persona todavía es salvada. Esto no puede significar el Cielo (no hay castigo en el Cielo) y no puede significar el Infierno (ya no existe la posibilidad de expiación y la persona no es salvada).
  • 1.ª Corintios III, 15 – además, San Pablo dice: «él mismo será salvo, “pero solo” (o “aunque tanto”) como por medio del fuego». «Será salvo» en griego es “sothesetai” (σωθήσεται, que significa salvación eterna). La frase «pero solo» (o «aunque tanto») en griego es “houtos” (οὕτως) que significa “de la misma manera”. Esto significa que el hombre será eternamente recompensado y salvado en la misma manera que por el fuego.
  • 1.ª Corintios III, 13 – cuando San Pablo escribe que Dios revelará la calidad de la obra de cada hombre por el fuego y purificándolo, esta purificación se refiere a sus pecados (no solo sus buenas obras). Los protestantes, atentando improbar la realidad del Purgatorio, arguyen que San Pablo estaba hablando solamente de recompensar las buenas obras, y no de castigar los pecados (porque castigar y purificar al hombre de sus pecados sería admitir que hay un Purgatorio).
  • 1.ª Corintios III, 17 – pero este verso prueba que la purgación después de la muerte implica el castigar los pecados. Esto es, destruir el templo de Dios es una mala obra, la cual es un pecado mortal que conduce a la muerte.
  • 1.ª Corintios III, 14, 15, 17 –  el Purgatorio revela el estado de justicia (v. 14), el estado de pecado venial (v. 15) y el estado de pecado mortal (v. 17), todos los cuales serán juzgados después de la muerte.
  • 1.ª Pedro I, 5-6 –  San Pedro se refiere a este fuego purgatorial para probar los frutos de nuestra fe.
  • San Judas I, 23 – los que son salvados son como si los sacaran del fuego. Las personas ya están salvas si están en el Cielo,  y no hay posibilidad de salvación si están en el Infierno. Estas personas son llevadas al Cielo desde el Purgatorio.
  • Apocalipsis III, 18-19 – Jesús se refiere a este fuego que refina como en el oro a los que Él ama si se arrepienten de sus pecados. Esto es en el contexto después de la muerte porque Jesús, hablando del Cielo, recompensa con la vestidura blanca después de la purgación en el fuego (ambas después de la muerte).
  • Daniel XII, 10 – Daniel se refiere a este refinamiento diciendo que muchos se purificarán, haciéndose blancos y refinados.
  • Sabiduría III, 5-6 – los muertos son disciplinados y probados por el fuego para recibir su recompensa celestial. Este es el fuego del Purgatorio.
  • Eclesiástico II, 5 – porque el oro es probado en el fuego, y los hombres aceptables en el horno de la humillación.
  • Zacarías III, 8-9 – Dios dice que ⅔ perecerán, y ⅓ serán dejados con vida, puestos en el fuego, y refinados como la plata y probados como el oro. Los que perecen van al Infierno, y no hay necesidad de refinamiento en el Cielo, así que ellos son refinados en el Purgatorio.
  • Malaquías III, 2-3 – también se refiere a la purificación divina de los justos después de su muerte.

***
  
“PUROS” EN GRIEGO, “PURGATÓRIUM” EN LATÍN: EL PURGATORIO EN LA BIBLIA
¿Notas la última parte de este pasaje? Aquí está nuevamente 1.ª Corintios III, 15 para referencia:
«Si se quemare, el constructor sufrirá pérdida, todavía será salvo, aunque como quien escapa de en medio del fuego» (griego διὰ πυρός, dia puros).
La palabra puros aparece tres veces en el pasake citado arriba de 1.ª Corintios. Puros significa fuego. La palabra griega puros se convirtió en piros en latín. Tú puedes reconocer el prefijo latino pir- en palabras como piro-técnicos (fuegos artificiales) o incluso en piró-mano. Pyros, sin embargo, no se usa en el Purgatorio.

Un fuego que purifica…
Con todo, el origen de puros es de la palabra “puro” o “purificar” en sánscrito (पुनाति, punā́ti). La palabra purigáre en latín antiguo está formada de purus “puro” y la raíz de ágere “poner en movimiento, conducir; hacer, realizar”. La palabra latina medieval purgatórium, “medio de limpieza”, fue entonces formada de purigáre o purgáre. Finalmente, la palabra latina purgatórium llego como “Purgatorio”.

Entonces, la palabra “Purgatorio” puede ser hallada en la Biblia por la palabra griega puros hallada en 1.ª Corintios III, 15.

ORACIONES PARA CADA DÍA DE LA SEMANA POR LOS FIELES DIFUNTOS (Tomadas de El Purgatorio abierto a la piedad de los fieles, o sea, Breve ejercicio cotidiano para alivio de las almas del Purgatorio).

PARA EL DOMINGO.
¡Oh Señor omnipotente! Por la Sangre preciosa que derramó vuestro divino Hijo Jesús en el huerto, os ruego que libreis a las ánimas del Purgatorio, y particularmente a la que está más olvidada, y que la conduzcais a vuestra santa gloria, donde os alabe y bendiga eternamente. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.
   
PARA EL LUNES.
¡Oh Señor Dios omnipotente! Por la Sangre preciosa que vuestro divino Hijo Jesús derramó en su cruel flagelación, os ruego que libreis a las ánimas del Purgatorio, y especialmente a la que esté más próxima a entrar en vuestra gloria, para que cuanto antes empiece a alabaros y bendeciros por toda la eternidad. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.

PARA EL MARTES.
¡Oh Señor Dios omnipotente! Por la Sangre preciosa que vuestro divino Hijo Jesús derramó en su cruel coronación de espinas, os suplico que libreis a las ánimas del Purgatorio, y en particular a aquella que debería ser la última de salir de tan grandes penas, a fin de que no tarde tanto en alabaros en vuestra gloria y bendeciros para siempre. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.
    
PARA EL MIÉRCOLES.
¡Oh Señor Dios omnipotente! Por la Sangre preciosa que vuestro divino Hijo Jesús derramó por las calles de Jerusalén, al llevar la cruz sobre sus sagrados hombros, os ruego que libreis a las ánimas del Purgatorio, y en particular a aquella que tiene más méritos delante de Vos, para que en el elevado puesto de gloria que espera os alabe y bendiga eternamente. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.

PARA EL JUEVES.
¡Oh Señor Dios omnipotente! Por el precioso Cuerpo y Sangre de vuestro divino Hijo Jesús, que en la víspera de su pasión dio Él mismo en comida y bebida a sus amados Apóstoles, y que dejó a toda su Iglesia en sacrificio perpetuo y alimento vivificador de sus fieles, os suplico que libreis a las ánimas del Purgatorio, y especialmente a la más devota de este misterio de infinito amor, a fin de que os alabe por él eternamente en compañía de vuestro divino Hijo y del Espíritu Santo en vuestra gloria. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.

PARA EL VIERNES.
¡Oh Señor Dios omnipotente! Por la Sangre preciosa que vuestro divino Hijo Jesús derramó en tal día sobre el árbol de la cruz, mayormente de sus manos y pies santísimos, os ruego que libreis a las ánimas del Purgatorio, y singularmente a aquella por la cual tengo más obligación de rogar, a fin de que no tardéis por culpa mía en llevarla a vuestra gloria, donde os alabe y bendiga por toda la eternidad. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.

PARA EL SÁBADO.
¡Oh Señor Dios omnipotente! Por la Sangre que manó del costado de vuestro divino Hijo Jesús en presencia y con extremo dolor de su santísima Madre, os ruego que libreis a las ánimas del Purgatorio, y singularmente a la que ha sido la más devota de esta gran Señora, a fin de que vaya cuanto antes a vuestra santa gloria para alabaros a Vos en ella, y a ella en Vos por todos los siglos. Así sea. Padre nuestro, Ave María, Gloria Patri y Réquiem.
  
Todos los días: 
SALMO 129 “De profúndis”
Desde lo más profundo clamé a Vos, Señor; * Señor, escuchad mi voz.
Presten atención vuestros oídos * a la voz de mi plegaria.
Si tomáis cuenta, Señor, de los pecados, * Señor, ¿quién podrá subsistir?
Mas en Vos está el perdón, * por el testimonio de vuestra ley, Señor, espero en Vos.
Mi alma espera en vuestra palabra; * mi alma ha puesto su esperanza en el Señor.
Desde la vigilia matinal hasta la noche, * espere Israel en el Señor.
Porque en el Señor está la misericordia, * y hay en Él abundante redención.
Él es quien redimirá a Israel * de todas sus iniquidades.
℣. Dadles, Señor, * el descanso eterno.
℟. Y luzca para ellos * la eterna luz.
℣. Señor, oíd mi oración.
℟. Y mi plegaria llegue a Vos.

ORACIÓN
Oh Dios, criador y redentor de todos los fieles, conceded el perdón de los pecados a las almas de vuestros siervos y siervas, para que, por medio de súplicas piadosas, consigan la indulgencia que siempre desearon. Vos que vivís y reináis con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.
℟. Así sea.
℣. Dadles, Señor, el descanso eterno.
℟. Y luzca para ellos la eterna luz.
℣. Descansen en paz.
℟. Así sea.

Foto: Nuestra Señora del Carmen, el Escapulario Carmelita y el Privilegio Sabatino.
El Privilegio Sabatino se basa en la Bula Papal “Sacratíssimo ut in cúlmine paradísi publicada el 3 de Marzo de 1322 por el Papa Juan XXII. Este Privilegio fue aprobado y confirmado por muchos Papas, incluyendo a San Pío V. Esencialmente dice que aquellos que vistan el Escapulario y cumplan otras dos condciones pueden obtener una pronta liberación del Purgatorio, por la especial intercesión de la Virgen María, en el día consagrado a ellas, el Sábado.

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