Francisco Bergoglio aceptó el 13 de Enero la renuncia del obispón Kannikadass William Antony, de 58 años, de Mysore (India). Había sido suspendido de sus funciones desde el 7 de Enero de 2023.
Las principales acusaciones contra él fueron de conducta sexual inapropiada y de haber tenido un hijo. El mismo cardenal Oswald Pereira Gracias le había exigido que se hiciese una prueba de paternidad, aunque le prometió controlar los resultados [= no dejar que salgan al público].
Antony fue nombrado por Francisco en 2017 en remplazo de Thomas Antony Vazhapilly (* 1940) que había renuciado por sobrepasar los 75 años. Casi desde el principio, ha estado en el centro de la controversia por presuntos vínculos con el crimen organizado.
En 2019 sus sacerdotes se rebelaron y pidieron al Vaticano que lo destituyera por corrupción y mala administración financiera de la diócesis. En 2022, fue acusado de tener relación con las muertes de cuatro de los sacerdotes que lo denunciaron en 2019.
El arzobispón emérito de Bangalore, Bernard Blasius Moras, quien se desempeñaba como administrador sede plena y ad nutum Sanctæ Sedis, asumió como administrador apostólico sede vacánte, hasta que se designe su remplazo.
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