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martes, 1 de octubre de 2024

LA IMPROVISADA EUCARISTÍA DE CLAUSURA DEL VIAJE DE BERGOGLIO


Francisco Bergoglio, como de costumbre, se sentó a un lado durante la eucaristía de “beatificación” de Sor Ana de Jesús OCD en el Estadio Rey Balduino de Bruselas (Bélgica) el 29 de septiembre. Presidió el arzobispón de Malinas-Bruselas Luc Terlinden, quien en el ofertorio no sabía si recibir los dones, esperarlos o hacerse incensar.
   
La improvisación fue una constante durante la celebración, no obstante las largas pruebas de las semanas anteriores. El maestro de ceremonias Diego Ravelli mostrando incompetencia y no sabiendo no atraer la atención hacia sí. Los ceremonieros no acudieron en ayuda de Terlinden.
   
Pasándose por el Arco del Triunfo sus propias normas homiléticas en “Evangélium Gáudium” (homilías de 8 minutos o menos que guarde relación con el pasaje evangélico leído –que en el Novus Ordo, al ser Domingo XXVI del “Tiempo Ordinario” ciclo “B” fue San Marcos IX, 38-43. 45. 47-48, ya que ellos no celebraron a San Miguel Arcángel como los católicos–), Bergoglio (a quien le valió un carajo el que la gente se escandalizase por no celebrar él) le rindió parias a la prensa seglar que le pedía hablar de los abusos de menores.
   
Ni un solo seminarista en sotana y sobrepelliz para servir. Los diáconos permanentes no sabían qué era una Misa. Ni siquiera sabían dónde estaban. Habían mujeres sirviendo en el altar, y una sección dedicada a las otras religiones. Mientras, en el ofertorio un grupo de niños tomaba franjas amarillas y blancas y las colocaba alrededor del mundo representado sobre una tela en el centro del estadio.
   

Durante la Comunión, no había presbíteros para distribuir, por lo que los laicos, en su mayoría vestidos de paisano, distribuyeron la “comunión” como si fueran galletas. Los únicos que recibieron de manos de un “clérigo” fueron los reyes Felipe I de Sajonia-Coburgo-Gotha y Ruffo di Calabria y su esposa Matilde d’Udekem d’Acoz y Komorowska.
   
Sin más distinción que una pañoleta al cuello, los ministros laicos iban entre los asientos del estadio para ver quién quería comulgar. Muchos de los que estaban sentados no sabían lo que pasaba. Uno dijo «No, gracias» al ministro de la “comunión”.
   

Una persona hizo señas con los dedos para tomar dos hostias y se las llevó en un recipiente.
   

La retransmisión en directo de los medios del Vaticano también mostró a una niña scout recibiendo la “comunión” en la lengua mientras estaba arrodillada. Sus compañeros scouts tomaron la “comunión” en sus manos.
  

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