Páginas

domingo, 6 de abril de 2025

CUANDO HANS KÜNG RECIBIÓ EL PREMIO CULTURAL DE LOS MASONES ALEMANES

Hace 18 años, el sacerdote-presbítero ultramodernista suizo Johannes Josef “Hans” Küng Gut recibió el “Premio Cultural de los masones alemanes” de los masones de Suiza. (Tomado de FREEMASONRY WATCH).

Los masones católicos retorromanos han otorgado al controvertido teólogo Hans Küng el “Kulturpreis Deutscher Freimaurer”, el “Premio Cultural de los masones alemanes”, según www.Kath.net, un sitio web alemán que informa sobre la actividad católica en Europa.
   
El premio se llama acertadamente “Gran Maestro de los Masones”. Al entregarle el premio a Küng, Jens Oberheide lo calificó de "pensador libre y valiente" y afirmó que Küng hablaba "directamente desde nuestros corazones masónicos".

Aunque la mayoría de los estadounidenses asocian la masonería con karts y sombreros fez, hospitales de beneficencia o clubes sociales, la historia de la masonería en sus niveles más altos es indudablemente hostil al catolicismo. Se rumorea desde hace tiempo que, en su afán por socavar el catolicismo, los masones han sido incorporados a las filas de la jerarquía de la Iglesia Católica desde la década de 1930.

Küng perdió su míssio canónica, la facultad para enseñar teología católica, en la década de 1980. Kueng tiene 79 años. Del “trío infernal” que ha estado rondando la escena teológica alemana —Küng, Drewerman, Ranke-Heinemann—, es el único que no ha abandonado la Iglesia católica (oficialmente).

«LA SANTIDAD DE JUAN PABLO ERA ORDINARIA» (Card. DZIWISZ)

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

El cardenal Stanisław Jan Dziwisz Bielarczyk, otrora arzobispón de Cracovia y antiguo secretario privado de Juan Pablo II Wojtyła, ha afirmado que la “santidad” de este era “ordinaria”.

Una característica esencial de la santidad es que es extraordinaria, de grado heroico.
   
Contradiciéndose a sí mismo, habló entonces de un «grado extraordinario [sic] de fidelidad a la vocación de seguir a Cristo, de identificarse con él y de servirle en la comunión de la Iglesia».

En una entrevista concedida a Die Tagespost, afirmó que «Juan Pablo II era un místico y al mismo tiempo el misticismo le llevaba al servicio. Así que fue un misticismo de servicio» (sea lo que sea lo que eso signifique).

El cardenal Dziwisz encontró esta santidad también en su experiencia y aceptación del sufrimiento, «ciertamente no le faltaba sufrimiento» [que es común en toda vida humana].

Por un lado, el cardenal dijo que Juan Pablo «sacaba tiempo para la oración», pero por otro, afirmó que «toda su vida era una oración», lo que suena a todo y a nada.

Dziwisz estaba comentando la “nueva evangelización” en la que Juan Pablo II insistió repetidamente durante su pontificado, pero que nunca llegó a materializarse.

El cardenal también se esfuerza por concretar esta “nueva evangelización”, hablando en cambio en términos generales de una «necesidad de reintroducir a la gente en la verdad sobre Dios» y de «mostrarles la fascinante figura de Jesucristo».

Añadió más palabras: «El Evangelio debe proclamarse de tal forma que llegue al corazón y a la conciencia de la gente» (etc.).

En total, Dziwisz pasó 39 años al lado de Wojtyła.

MES EUCARÍSTICO - DÍA SEXTO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA SEXTO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, Padre del futuro siglo, que nos engendró voluntariamente en palabra de verdad: Padre de misericordias, y Dios de toda consolación, que con tierno amor nos ama y llama hijuelos suyos (Isaías 9, 6. Santiago 1, 18; y 2.ª Corintios 1, 3).

II. ¿A quién viene? Al hijo pródigo, que se fue lejos a la región distante del olvido de Dios, y allí disipó su hacienda viviendo, si no lujuriosamente, a lo menos vana e inútilmente (San Lucas 15, 13).

III. ¿A qué viene? A estrechar en sus brazos a este hijo pródigo, que vuelve a Él, y darle ósculo, vestirlo con la estola de su gracia y dones celestiales, reparar sus fuerzas con el convite sustancioso de su Cuerpo y Sangre, y darle posesión de la eterna herencia en su casa de la Gloria (Ibid., v. 20 y ss.).

Aspiración: ¡Oh, cuántos criados abundan de pan en la casa de mi Padre!, y aquí yo perezco de hambre. Me levantaré e iré a mi Padre (San Lucas 15, 17); pues Él solo es el que a los pobres harta de pan (Salmo 131, 15). Sí, Padre mío, el que en su abundancia os dejó, os busca en la necesidad; porque Vos mismo sois el que convidáis, diciendo: venid a Mí todos los que trabajáis y estáis cansados, que Yo os aliviaré (San Mateo 11, 28). Aquí tenéis postrado a vuestros pies al mal hijo que por haber sacudido el yugo suave de vuestra obediencia, vuelve a vuestra presencia cansado de andar los caminos de perdición y las dificultosas sendas de la iniquidad (Sabiduría 5, 7). Mis maldades sobrepujan a mi cabeza, y como carga pesada se han agravado sobre mí. Pero pues todo mi deseo está a tu vista, y los gemidos de mi corazón no te se ocultan, no me desamparéis, no os retiréis de mí, venid pronto en mi ayuda (Salmo 37, v. 5. 10. 22. 23.), aliviadme de la carga de mis culpas, y concededme ese divino Pan, que mata la insaciable hambre de los torpes apetitos, y colma de infinitos bienes a los hambrientos de vuestra gloria. Pequé, Padre mío: tu misericordia no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera con los ojos de la fe a Jesucristo en medio de tu corazón como a un piadosísimo Padre, que te engendró en la Cruz con indecibles dolores; y a ti, como a un hijo vago, que vuelves a Él después de una larga peregrinación y del más infeliz estado, y que no obstante te recibe con amor entrañable.

II. Ámalo con todo el corazón y con toda el alma, resolviendo firmemente despreciar por su amor la propia vida, la salud del cuerpo, riquezas, honras y gustos; de manera que por estar siempre con Dios, tu Padre, huyas cuanto sea posible del trato con las criaturas.

III. Pide te conceda el don de piedad, para que solicites con mucho celo y propagues con sumo fervor su mayor honra y gloria.

Aspiración: Padre, pequé en presencia del Cielo y de Ti: ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo: hazme como a uno de tus criados (San Lucas 15, 18 y 19). ¡Oh noble conocimiento de la propia iniquidad!, yo te abrazo tal cual eres, pues me restituyes a los brazos de mi Padre. Pequé, Señor, contra Vos, pequé contra Vos, clementísimo Padre mío; pero al fin sois mi Padre (Salmo 8, 27), y no temo verme confundido, como no lo fueron los antiguos que en Ti esperaron (Salmo 21, 4). Mi maldad no ha podido apurar vuestra bondad: misericordioso os dejé, misericordioso os busco, y tan misericordioso os hallo que como al hijo pródigo me entráis en casa, Vos mismo me disponéis el convite, y como verdadero Cordero que sois, muerto por mi amor (Apocalipsis 5, 12), me sentáis a la mesa, para que os coma como manjar. No matáis ahora la ternera como al hijo pródigo cuando volvió a vuestros pies; a Vos mismo os sacrificáis por mi amor. Ahora sí que satisfaré mi hambre con esta vianda del Cielo; harta padecí en vuestra ausencia, cuando como inmundo animal busqué mi sustento entre animales inmundos. No os canséis, Padre mío, de darme este sustento de vida eterna, que sirve al mismo tiempo de prenda segura de la Gloria. Gracias infinitas por tanto como obráis con vuestro ingrato hijo, sin merecerlo.

BEATO NOTKERO BÁLBULO


Por el año 840 nació Notkero en Elgg (cantón de Zúrich), o más bien en Jonswyl (cantón de San Galo), de familia distinguida. Todavía niño llamó a las puertas de la abadía, cuando se hallaba ésta en el período de su mayor esplendor, como uno de los centros culturales más notorios de Europa. Los monjes no dudaron en admitirlo, a pesar de su defecto de lengua, que le proporcionó el sobrenombre de Bálbulus, es decir, tartamudo. En la escuela monacal recibió educación esmerada, que proporcionó frutos ubérrimos en las ciencias y artes entonces conocidas, en gramática, poesía, música; en medicina, historia y patrística. Tuvo por maestros a los monjes Iso, el famoso comentarista de nuestro calagurritano Prudencio —en San Galo fue siempre estudiado con mimo el gran poeta español—, y después al irlandés Moengal. Llegó a ser bibliotecario en 890, recinto el más sagrado de la abadía después de la iglesia; y años más tarde hospedero (892-894), cargo importante en aquellos tiempos de arduas peregrinaciones. Por su vasta cultura se le confió la dirección de la escuela abacial, germen de las universidades medievales, también de origen eclesiástico. Tuvo por discípulos a nobles y potentados, así como a Salomón III, obispo de Constanza en 890, y Valdo, obispo de Frisinga en Baviera del 884 al 906. Su larga vida se extinguía plácidamente el año 912, dejando una larga estela de santidad y de ciencia. Un Papa humanista, Julio II, beatificó al gran artista benedictino en 1512, autorizando su culto en San Galo y en la diócesis de Constanza.
   
Su producción literaria fue muy extensa. En prosa cultivó el género epistolar, en que expone cuestiones científicas con estilo llano y atractivo, aunque a veces revela afición por las palabras raras y rebuscadas. Cuando su discípulo el obispo Salomón era todavía diácono, dedicóle la Notátio, que puede ser considerada como el primer tratado de patrología latina. La avidez discente del aventajado alumno es comparada con la hidra de Lerna, y con una hoguera, basándose en Prudencio (Pe. 10, 881 s.). Allí trae un catálogo de las obras que deben leerse, entre las que menciona el comentario al Cantar de los Cantares de nuestro Justo de Urgel. De carácter histórico son el Breviario de los reyes francos, que él continuó hasta Carlos III el Gordo. En Gesta Caróli Magni demuestra nuestro Beato su admiración por el emperador y anota en el prólogo las fuentes de que se sirvió para la composición de esta obra, de excelente valor literario, aunque históricamente no se separen siempre los hechos de las leyendas. A base del Martirologio que el arzobispo Ado de Vienne entregó a San Galo el año 870 redactó Notkero su famoso Martirologio, enriquecido con las muchas noticias hagiográficas existentes en el monasterio, de donde vino a resultar un pequeño Año Cristiano, con la vida sucintamente descrita de los santos.
   
Pero el principal mérito literario de Notkero estriba en la poesía y en la música. Como el poeta español Prudencio, a quien él tanto estimaba, vio en la poesía un instrumento adecuado de santificación, y a ella se consagró con entusiasmo, destinándola al noble servicio de la liturgia y de la Iglesia. Escribió un poema dialogado sobre las artes, y otro con el título De los cinco sentidos, seguido de un apéndice en prosa rítmica. Ambos los dedicó al joven obispo Salomón, y abundan en exhortaciones morales. De Gran Bretaña e Irlanda se propagó por el continente anglosajón la moda de los enigmas y acertijos en versos hexámetros, cuya fuente deriva de Celio Firmiano Sinfosio, poeta del siglo V después de Cristo. Varias de estas fábulas en dístico elegíaco se atribuyen a nuestro poeta: «El león enfermo», «La ternera y la cigüeña», «La pulga y la podagra», etc. Al protomártir San Esteban dedicó cuatro poemas, en que la oda sáfica y el endecasílabo dan expresión a su entusiasmo devoto ante los milagros obrados por el mártir en Asia, Africa, Metz y España. Quedan fragmentos de una vida dialogada de San Galo en versos trocaicos.
   
El impulso lírico medieval produjo una forma poética, derivada de la liturgia de la misa, en el siglo IX. Los floridos melismas que enriquecían el final del Aleluya se hacían difíciles de retener en la memoria de los cantores, ya que la melodía estaba desprovista de notas escritas. Notkero buscaba un medio para facilitar el aprendizaje musical, cuando la casualidad se lo brindó excelentemente. En el proemio o epístola dedicatoria de sus himnos a Liutvardo, obispo de Vercelli (880-899), lo cuenta él mismo: «Cuando yo era todavía un jovencillo y las melodías larguísimas, frecuentemente aprendidas de memoria, se me escapaban del corazoncillo, comencé a pensar en silencio la manera de ligarlas fuertemente. Entretanto aconteció que un sacerdote del monasterio de Jumiéges, poco antes destruido por los normandos (862), vino a nosotros trayendo consigo su antifonario, en el que había algunos versos para ser cantados en la vocalización final del aleluya (ad sequéntias erant moduláti), pero que ya estaban muy viciados. Su vista me produjo alegría, pero su gusto me causó amargura». Continúa refiriendo cómo comenzó a imitar aquellos versos, pero sin sus defectos, y que su maestro Iso le felicitó por los méritos poéticos, corrigiéndole las faltas, mientras le formuló la regla de oro para la poesía secuencial: A cada nota debe corresponder una sílaba. Entonces él comenzó a escribir versos, que pronto cantaron los niños y monjes de la abadía, y que rápidamente resonaron por toda Europa. Este es el nacimiento de la secuencia, que invadió los misales de Europa, registrándose hasta 5.000, de diferente valor literario, de las que el misal romano sólo conserva ahora cinco, verdaderas joyas de la poesía secuencial. De este relato se deduce que Notkero no es estrictamente el creador de la secuencia o prosa aleluyática —pues, si no se debe ya a Alcuino († 804), se originó en el monasterio benedictino de Jumiéges, en el norte de Francia—, pero sí su perfeccionador definitivo y, junto con Adán de San Víctor, el mejor poeta secuencial. La forma primitiva y auténtica de la secuencia, que entronca en Notkero, consiste en un par de versos, de diferente extensión (cola), con sustitución de la cantidad métrica por el acento, y terminados generalmente en a, debido a la vocal final del allelúja. La secuencia se cantaba en grupos de dos estrofas de ordinario, alternando el coro de voces graves con las voces blancas de los niños, o también en estrofas sucesivas. La variación métrica llevaba consigo la variedad melódica.
   
Por citar una muestra, en la trilogía himnódica del Espíritu Santo, formada por el himno Veni, creátor Spíritus, del siglo IX, de hechura ambrosiana en cuanto a su metro yámbico, donde ya se atisban los ecos de la rima románica; por la secuencia Veni, Sancte Spíritus, del siglo XII, con manifiesta disposición rimada del gótico, brilla por su estro y encendida devoción la Sancti Spíritus adsit nobis grátia, «reina de las secuencias» de Notkero, el primer poeta secuencial de la Historia, cuyos ecos resonaron en las fiestas pentecostales de Alemania, Italia, Francia, España… durante prolongados siglos. Así santificó a la poesía y a la música, y se santificó a sí mismo por medio de la himnodia sacra el Beato Notkero, «débil de cuerpo, pero no de espíritu; tartamudo de lengua, pero no del alma, vaso del Espíritu Santo, como no lo hubo en su tiempo con tal abundancia» (Ekkehard, IV, 980-1060).

ISIDORO RODRÍGUEZ HERRERA OFM. Año Cristiano, tomo II. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, año 1966.

ORACIÓN (Del Común de los confesores no pontífices)
Atiende, ¡oh Señor!, las súplicas que te dirigimos en la solemnidad de tu bienaventurado Confesor Notkero, para que cuantos no nos confiamos en nuestra justicia, seamos socorridos por las oraciones de aquel que te fue grato. Por J. C. N. S. Amén.

SAN GUILLERMO DE PARÍS, ABAD

«Examinad todo, y ateneos a lo bueno» (1.ª Tesalonicenses V, 21).
   

San Guillermo nació en París y fue educado en el monasterio de San Germán del Prado. La regularidad de su conducta y la inocencia de sus costumbres lo constituyeron en ejemplo vivo para toda la comunidad. Entró en la orden de los Canónigos Regulares y mereció que lo eligieran subprior. El obispo Absalón de Roskilda, en Dinamarca, sabedor de sus virtudes, lo llamó a su diócesis y le encargó la dirección de los Canónigos Regulares de Eskilso, a quienes gobernó durante treinta años en calidad de abad. Lleno de virtudes y de méritos murió el 6 de abril de 1203.   

MEDITACIÓN SOBRE NUESTRA VOCACIÓN
I. Debes elegir un género de vida. A fin de que no te arrepientas de la elección que hagas, ruega insistentemente a Dios que te haga conocer su santa voluntad, y mantente presto a ejecutar sus órdenes desde que te sean conocidas. Consulta en seguida a tu director espiritual, quien, con relación a ti, hace las veces del mismo Dios, y dile lo que te haya inspirado el Señor. La acertada elección del camino para seguir, depende de Dios; Él te ayudará, si demuestras entera sumisión a su voluntad.
   
II. Examina después las razones que puedan inclinarte a tal o cual género de vida, y las que puedan apartarte de él. Deducirás estas razones del fin para el cual estás en este mundo. No estás aquí sino para salvarte; que tu salvación sea, pues, la regla de tu elección: mira en qué estado puedes trabajar en esto más fácilmente. Haz lo que aconsejarías a un amigo que se encontrase en tu situación, y considera aquello que, en la hora de tu muerte, querrías haber hecho.
   
III. Cuando hayas conocido la voluntad de Dios, ejecútala prontamente; porque es burlarse de Dios consultarlo y, después, despreciar sus inspiraciones. No temas las dificultades, Dios te dará las gracias necesarias para superarlas. Contigo trabajará, pues trabajas con Él. Que tu salvación sea la regla única de tu conducta. «¿De qué le sirve al hombre amontonar todo lo que está fuera de él, y perderse él mismo?» (San Gregorio).     
El examen de conciencia. Orad por las congregaciones religiosas.

ORACIÓN
Señor, haced, os lo suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Guillermo, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus oraciones lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.

sábado, 5 de abril de 2025

APAGANDO EL HACHO DEL SODALICIO


Siguiendo la liquidación del extinto Sodalicio de Vida Cristiana fundado por Luis Fernando Figari Rodrigo, empezaron disolviéndose las dos organizaciones de la rama femenina: la “Fraternidad Mariana de la Reconciliación” y su versión monjil las “Siervas del Plan de Dios”. Así lo informaron ambas organizaciones en sendos comunicados del 2 y 4 de Abril acusando notificación de sus decretos de supresión del 14 de Enero.
  
Ambos decretos, que esencialmente fueron pro forma, les ordenaron reconocer los abusos que se cometieron en el seno de estas comunidades y repararlos con los bienes y rentas que pudieran tener.


La Fraternidad Mariana de la Reconciliación fue una comunidad de consagradas fundada en 1991 por Figari, quien puso como líder a cargo a la teóloga Rocío Figueroa Alvear (que fue víctima de Germán Doig, y años después, contribuyó a revelar la mala conducta de este y del propio Figari. De “Las Fraternas”, Figueroa cuenta que en realidad, ella y otras cuatro amigas fundaron este instituto en 1987, pero que un Figari que nunca las apoyó se apropió de ellas en 1991), y aprobada en 2011 como Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Diocesano. En 2022, las “Fraternas” se desligaron de la estructura del Sodalicio.
   

Las “Siervas del Plan de Dios” (tal vez las recordéis por su banda rockera “Siervas” que se presentó en la JMJ de Panamá en 2019) fueron fundadas el 15 de Agosto de 1998 y confiadas por Figari a Andrea García Avendaño, la cual abandonó la congregación en 2019 después de años haciendo con las religiosas lo mismo que hacía Figari en el Sodalicio. Estaban presentes en Perú, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, Angola, Filipinas, Italia y Chile (donde gestionaron dos comunidades en Maipú y una en Lo Barnechea en el año 2002. La periodista y excandidata a Sierva chilena Camila Bustamante Soto denunció en 2022 en su libro-reportaje “Siervas – El historial de abusos de las monjas del Sodalicio” los abusos que se cometían en el seno de la organización.
  
Queda por esperar lo que será del Sodalicio en sí y de su “rama seglar” el Movimiento de Vida Cristiana (fundado en 1985 y aprobado en 1994 como Asociación Internacional de Fieles de Derecho Pontificio) una vez se notifiquen de sus respectivos decretos de supresión. Pero no ha de ser mucha la diferencia.

FALSIFICADORES QUE NO TOLERAN QUE OTROS LES FALSIFIQUEN


La Guardia Financiera (Policía Fiscal y Aduanera) de Roma incautó más de 16,5 millones de recordatorios de contrabando para los peregrinos al Jubileo, como parte de un Plan Operativo Regional iniciado el pasado 24 de Diciembre.
   
   
En operaciones realizadas en los distritos romanos de Borgo, Trevi, Prati, Esquilino y Casilino, pero también en las comunidades de Guidonia Montecelio y Ardea, así como en los aeropuertos de Fiumicino y Ciampino, se incautaron gran cantidad de artículos religiosos irregulares: rosarios, pendones, pulseras y medallas con fotografías y escudos de Francisco Bergoglio, y el logotipo oficial del Jubileo.
   
Fueron denunciadas once personas (10 chinos, y un italiano) por contrabando. Otros tres fueron denunciados ante la Cámara de Comercio por irregularidades administrativas.
  
La Guardia Financiera anunció que los operativos anticontrabando continuarán durante el Jubileo.
  
Está claro que a los contrabandistas y falsificadores de la Fe que es el Vaticano no les gusta que les monten competencia ni que otros les quiten la clientela ni el dinero que de ellos proviene, menos ahora que están en una fuerte crisis económica. Pero a su vez los contrabandistas también les fue mal, porque los peregrinos que están llegando a Roma son muy pocos para lo que se esperaba, aun para la mente calenturienta del arcipreste de San Pedro el cardenal Mauro María Gambett Ceroni OFM Conv.

McCARRICK, HASTA LA TUMBA EN IMPUNIDAD (AUNQUE NO ANTE DIOS)


El cardenal laicizado y ex arzobispón de Washington DC Theodore Edgar “Tío Ted” McCarrick McLaughlin falleció en el Centro de Renovación Vianney de Dittmer (Misuri) en la tarde de ayer 4 de Abril de 2025 a los 94 años de edad, presuntamente consecuencia de la demencia senil que venía padeciendo.
   
Theodore Edgar nació en la ciudad de Nueva York el 7 de Julio de 1930, único hijo del capitán de navío Theodore Egan McCarrick y su esposa Margaret T. McLaughlin. Su padre murió de tuberculosis cuando tenía tres años, y su madre tuvo que trabajar en una fábrica de piezas de automóviles en el Bronx. Luego de estudiar en la jesuítica Preparatoria Fordham (donde ingresó por la ayuda de un amigo de su familia luego de ser expulsado de la ídem Secundaria Javier por múltiples inasistencias a clase) y prestar servicio militar en el programa del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, pasó un año en San Galo (Suiza) estudiando idiomas (hablaba francés, alemán e italiano), y asistió a la Universidad de Fordham y al Seminario de San José en Yonkers, graduándose como bachiller en Filosofía en 1954 y magíster en Teología cuatro años después (hay quien señala que su entrada al seminario fue la misión que le asignaron como agente comunista, habida cuenta que en San Galo en un campamento de instrucción comunista donde fue enviado al seminario).
   
Fue ordenado sacerdote por el cardenal de Nueva York Francis Spellman el 31 de Mayo de 1958 con el Rito Romano tradicional. Entre 1958 y 1953 estudió en la Universidad Católica de América, donde se doctoró en Sociología. Sirvió allí como asistente de capellán, y luego como presidente de la Universidad Católica de Puerto Rico (donde aprendió español) entre 1965 y 1969, año en que el cardenal Terence Cooke lo llamó de vuelta a Nueva York. Allí sirvió como secretario asociado para la educación y sacerdote asistente en la parroquia del Santísimo Sacramento entre 1969 y 1971, y luego como secretario privado de Cooke entre 1971 y 1977 (fue en ese período que empezó su racha como abusador sexual).
   
El 29 de Junio de 1977, fue instalado por Cooke como obispón auxiliar de Nueva York y titular de Rusibisir (actual Taksebt, Argelia), y luego trasladado a Metuchen (Nueva Jersey) en 1982, y cuatro años después promovido a arzobispón de Newark como sucesor de Peter Leo Gerety (póstumamente acusado también de abuso sexual) en 1986 y designado en 1998 como superior de la Misión sui juris de Islas Turcas y Caicos (que delegó a los presbíteros neocatecumenales). Juan Pablo II Wojtyła (a quien conoció en 1976) lo promovió a la sede de Washington DC en Noviembre del 2000 (inicialmente Wojtyła quería nombrarlo en Nueva York, pero el cardenal John O’Connor lo disuadió de ello por “cuestiones morales”) y lo creó cardenal presbítero de los Santos Nereo y Aquileo en el consistorio del 21 de Febrero de 2001 (el mismo en el que fue hecho cardenal un jesuita entonces llamado Jorge Mario Bergoglio). Estuvo en el cónclave de 2005, y al año siguiente, renunció como arzobispón de Washington por límite de edad.

La caída del “Tío Ted” (quien, irónicamente, fue uno de los elaboradores de la Carta de Dallas de 2002 y el Manual de manejo de denuncias de abuso por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos), tan meteórica como fue su ascenso, empezó en 2018 cuando se conoció una denuncia por abuso sexual de menores y seminaristas. El resto de la historia, se cuenta solo: removido del ministerio público el 20 de Junio, Francisco Bergoglio le ordenó llevar una vida de oración y penitencia en clausura el 27 de Julio al tiempo que le fue aceptada su renuncia como miembro del Colegio cardenalicio, y laicizado el 16 de Febrero de 2019 al ser hallado culpable de solicitación, pecados contra sextum con menores y adultos, agravados por abuso de poder. No solo eso, también se le abrieron sendos procesos penales ante la justicia seglar, que fueron suspendidos por el tecnicismo de no estar en sus facultades mentales para responder.

No solo fue un depravado y predador sexual. McCarrick fue también uno de los mayores recaudadores de dinero para mantener a flote el Vaticano por sus buenas relaciones con familias adineradas (de ello es que nació su apodo “Tío Ted”). Además, fue el responsable de que políticos abortistas como John Kerry, Nancy Pelosi o Joe Biden recibieran la galleta Novus Ordo porque en 2004 él ocultó una comunicación del entonces prefecto para la Doctrina de la Fe Joseph Ratzinger en la que se les privaba de recibir la comunión.
    
Theodore Edgar McCarrick murió sin pagar por sus crímenes (que fueron encubiertos durante muchos años porque era un gran recaudador de dinero para el Vaticano) ni expresar arrepentimiento por ellos (porque de su apostasía, ni para qué hablar), pero tendrá una eternidad de sobra para pagarlos en el Infierno, y el carácter recibido en su ordenación sacerdotal le agravará los tormentos.

MES EUCARÍSTICO - DÍA QUINTO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA QUINTO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Jesucristo, hermano, que siendo verdadero Dios y Señor de los hombres, no se avergüenza llamarlos hermanos, pues dice: anunciaré tu nombre a mis hermanos (Hebreos 2, 11; y Salmo 21, 23).

II. ¿A quién viene? Al hermano fratricida, que, cual otro Caín, hirió con sus culpas en el campo de este mundo al más justo Abel, e impíamente lo mató.

III. ¿A qué viene? A restituir y conservar en la vida espiritual a este fratricida cruel, y no dejarlo que ande vago y prófugo por la tierra (Génesis 4, 12).

Aspiración: ¡Oh, quién Te me diera por hermano, tomando como niño el pecho de mi madre, libre de los que censuran las caricias de tu amor, para oscularte con libertad, sin recelo de que hubiera quien despreciara en mí esta acción (Cánticos 8, 1, versión de Dom Agustín Calmet OSB)! Tu bondad me permite hablar con esta satisfacción; porque una vez que fue tu voluntad descender de David, según la carne (Romanos 1, 3), quedaste por Hijo de la Madre Virgen, sin dejar de ser al mismo tiempo verdadero Hijo de Dios. Tu Padre te envió al mundo, luego que llegó la plenitud del tiempo, no solo para redimir a los que estaban bajo de la ley, sino para que recibiéramos la adopción de hijos: de aquí es que ya no es el hombre siervo como antes, sino hijo (Gálatas 4, 4. 5 y 7). Tu misericordia, ¡oh Padre eterno!, me hizo ser hermano de tu Unigénito Hijo: que a no ser así, no fuera heredero de Dios, y coheredero de Cristo (Romanos 8, 17) en el mayorazgo de la gloria. Verdad es que por la ley de los ingratos perdí el derecho, pues alevoso Caín repetí en la Divina Persona de tu Hijo la herida de la culpa, con que quité espiritualmente la vida al más inocente Abel: pero, Señor y Padre mío, ¿cómo se viera tan exaltada tu misericordia, si no fuera tan desmedida mi culpa? Cierto es que pequé contra Ti, hermano mío; pero al fin no puedes negar que eres hermano mío. Por tu misma boca lo confiesas, cuando no Te desdeñas llamarte Hijo del hombre (San Juan 1, 51). Disimula, pues, mis ingratitudes pasadas, y permíteme llegar a este Soberano Sacramento para darte el ósculo de paz, que me asegure de tu eterna reconciliación. Prometo con tu gracia no renovar con mis culpas tus heridas. Por tus entrañas de piedad, no me desampare tu misericordia.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Jesucristo en medio de tu corazón como hermano mayor y el primogénito en muchos hermanos: y a ti, como a su hermanillo el más pequeño, con razón de todos: o por decirlo mejor, absolutamente indigno de tal nombre, por serle tan desemejante en la vida y costumbres (Romanos 8, 29).

II. Ámalo tan de veras, que te desveles por cumplir perfectamente los consejos y ejemplos de tu primogénito hermano.

III. Pide te conceda el don de entendimiento, para entender y declarar los sentidos ocultos de la Sagrada Escritura.

Aspiración: Nada mas necesito, mi Dios (y hermano mío), nada más necesito que hallar gracia en tu presencia (Génesis 33, 15). Con solo saber tu Madre purísima que la había encontrado cerca de Ti, se llenó de gozo su bendito Corazón. Creyó, y mereció por su fe se cumplieran en ella las grandes cosas que el Señor tenía dicho. ¡Oh, cuánto importa hallar gracia en tu presencia! De nada sirve el favor de los Príncipes, ni la gracia de los poderosos, si me faltan tu favor y gracia. Solo aquellos que en Ti confían son bienaventurados (Salmo 2, 12). Mejor es confiar en Vos, que confiar en el hombre (Salmo 117,8). ¿De qué nos aprovechó la jactancia de las riquezas?, dicen los impíos en el infierno. Pasaron todas las cosas como sombra, como posta que corre, o como nave, que ninguna señal deja sobre las aguas que surcó (Sabiduría 5, 8 y 9). Perecerá sin remedio la esperanza del hipócrita (Job 8, 13). Yo soy el necio que cuando Vos mismo me decíais: Espera en el Señor, y obra bien (Salmo 86, 13), ponía mi confianza en los hijos de los hombres, en quienes no hay salud. Cercadme ya, Señor, con vuestra misericordia; no seáis para mí de temor (Jeremías 17, 2 y 17). En mis entrañas os tengo sacramentado; cercadme pues como la madre en las suyas al hijo. Si esto alcanzo quedaré seguro de haber encontrado gracia en tu presencia: con solo esto me basta. Gracias por todo, Padre y Hermano mío.

viernes, 4 de abril de 2025

EL DERECHO DE LOS SATANISTAS A LA LIBERTAD RELIGIOSA (La consecuencia que los deuterovaticanos no quieren ver)

Traducción del artículo publicado en WM REVIEW.
  
¿LOS SATANISTAS TIENEN DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA, SEGÚN EL VATICANO II?
Aquellos que defienden el Vaticano II, y condenan a los que lo objetan, necesitan asumir las consecuencias.

LA MISA NEGRA EN EL CAPITOLIO DE KANSAS
Alegadamente, un satanista autoproclamado golpeó a un hombre en el Capitolio estadual de Kansas mientras atentaba “dedicarlo” al diablo.
   

Supuestamente, también desacró una hostia y presuntamente asaltó a un hombre valiente que se apresuró a consumirla mientras esta caía al suelo.

La idea que los satanistas tienen derecho a la libertad religiosa puede de hecho parecer repugnante, pero no miremos hacia otro lado: esta es la consecuencia lógica de la consecuencia de la doctrina del Vaticano II sobre la libertad religiosa.

Todo el que defienda la declaración Dignitátis Humánæ del Vaticano II debe asumir lo que esta ha desatado.

LA VERDADERA DOCTRINA SOBRE LA TOLERANCIA RELIGIOSA
Antes del Vaticano II, los puntos filosóficos y doctrinales estaban claros:
  • La Iglesia Católica es una sociedad perfecta, inmune a la interferencia del Estado, y absolutamente libre para ejercer su misión.
  • El Estado tiene el deber moral de reconocer y adorar al Dios verdadero en la forma verdadera; en otras palabras, sostener y establecer la religión verdadera, la Iglesia Católica.
  • Igualar las religiones ante la ley estaba condenado como indiferentismo impío y una ofensa contra Dios.
  • Las religiones falsas no tenían derechos: podían ser toleradas por razones graves, pero nunca reconocidas o protegidas por razón de justicia.
  • La libertad religiosa no era un derecho natural para las personas, pero se podía dar una concesión para prevenir males mayores, cuando era necesario.
  • Se sostenía la caridad y justicia para las personas, pero la intolerancia al error era un deber tanto para la Iglesia como para el Estado.
Estos principios eran enseñados una y otra vez por los papas, y los teólogos se hacían eco de ellos. El tratado La libertad religiosa cuestionada del arzobispo Marcel Lefebvre presenta varios ejemplos claros:
  • «Pero un mucho más grave, y de hecho muy amargo, dolor se incrementó en Nuestro corazón, un dolor por el cual Nos confesamos que fuimos estrechados, abrumados y quebrantados, por el artículo vigésimosegundo de la constitución [francesa] en la cual vimos, no solo que “la libertad de religión y de conciencia” (para usar las mismas palabras empleadas en el artículo) eran permitidas por la fuerza de la constitución, sino también que la asistencia y patronato eran prometidos tanto a esta libertad como también a los ministros de estas diferentes formas de “religión”» (Papa Pío VIII, Carta Apostólica “Post tam diutúrnas”, 1814).
  • «Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la Iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier religión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres. […].
       
    De esa cenagosa fuente del indiferentismo mana aquella absurda y errónea sentencia o, mejor dicho, locura, que afirma y defiende a toda costa y para todos, la libertad de conciencia» (Papa Gregorio XVI, Encíclica “Mirári vos”, 1832).
Incidentalmente, John Henry Newman dijo de la mencionada condena:
«Parece que el Papa usa un ligero epíteto cuando llama deliraméntum a tal doctrina de la [libertad de] conciencia: de todos los absurdos concebibles, este es el más salvaje y estúpido» [1].
La enseñanza papal continúa con las siguientes proposiciones condenadas por Pío IX:
«“la mejor la condición de aquella sociedad en que no se le reconoce al Imperante o Soberano derecho ni obligación de reprimir con penas a los infractores de la Religión católica, sino en cuanto lo pida la paz pública”.
   
“la libertad de conciencia y cultos es un derecho propio de todo hombre, derecho que debe ser proclamado y asegurado por la ley en toda sociedad bien constituida”» (Papa Pío IX, Encíclica “Quánta Cura”, 1864).
León XIII condenó la siguiente proposición:
«[El Estado] concederá igualdad de derechos a todas las religiones, con tal que la disciplina del Estado no quede por ellas perjudicada. Se sigue también de estos principios que en materia religiosa todo queda al arbitrio de los particulares y que es lícito a cada individuo seguir la religión que prefiera…» (Papa León XIII, Encíclica “Immortále Dei”, 1885).
También dijo:
«Pero sería superfluo insistir sobre estas reflexiones. Ya en otras ocasiones hemos demostrado en documentos públicos dirigidos al mundo católico cuán errónea es la doctrina de aquellos que, bajo el nombre de “libertad de culto”, proclaman la apostasía legal de la sociedad de su Divino Autor» (Papa León XIII, Carta “È Giunto”, 1889).
Hay muchos otros ejemplos. La doctrina es abordada en una forma sistemática a una mayor extensión aquí:
Conforme a la doctrina tradicional, la respuesta a la pregunta es clara: No, los satanistas no tienen ningún derecho a la libertad religiosa, en el sentido de tener un derecho a profesar doctrinas blasfemas y en públicos ritos sacrílegos. Ni ninguna de las otras falsas sectas religiosas. Se puede tolerar una o más falsas sectas religiosas a discreción de la autoridad civil, cuando las circunstancias lo requieran; pero tal decisión se basaría en el deber de los gobernantes de asegurar la paz y el bien común de la sociedad civil, no en el supuesto derecho de los individuos a la libertad religiosa.

LOS ESQUEMAS PREPARATORIOS DEL VATICANO II
Los documentos preparatorios para el Vaticano II enseñaban la misma doctrina. El capítulo IX del borrador del esquema para la ‘Constitución dogmática sobre la Iglesia’ enseñaba:
  • La distinción mutua y la adecuada armonía entre la Iglesia y el Estado.
  • La subordinación del orden temporal al fin sobrenatural.
  • El deber de la sociedad civil de adorar a Dios y reconocer la religión verdadera.
  • Los derechos e independencia de la Iglesia, especialmente en las materias pertinentes a la salvación.
  • La imposibilidad del indiferentismo religioso o la neutralidad del Estado en materia religiosa [2].
El arzobispo Marcel Lefebvre dijo de esta sección del borrador del esquema:
«Este documento simplemente establece la doctrina católica sobre esta cuestión, una doctrina totalmente aplicable en una nación católica» [3].
Con todo, el borrador de este esquema (junto con muchos otros) fue torpedeado, y finalmente remplazado con lo que encontramos en Dignitátis Humánæ.
    
¿Pero qué encontramos en este documento?
    
LA LIBERTAD RELIGIOSA EN EL VATICANO II
La infame declaración Dignitátis Humánæ del Vaticano II afirmaba, contrario a la doctrina de varios papas:
«2. Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros…».
Pero hay una advertencia que viene luego de esa elipsis:
«… dentro de los límites debidos…».
Continúa el texto:
«2. [Este Concilio] Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural . Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil».
Como se señaló, estas ideas contradicen la doctrina católica. Pero este no es el punto en el presente. Continuemos con el texto:
  • «2. […] su ejercicio [de este derecho], con tal de que se guarde el justo orden público, no puede ser impedido».
  • «3. […] Se hace, pues, injuria a la persona humana y al orden que Dios ha establecido para los hombres, si, quedando a salvo el justo orden público, se niega al hombre el libre ejercicio de la religión en la sociedad».
  • «4. […] A estas comunidades [religiosas], con tal que no se violen las justas exigencias del orden público, se les debe por derecho la inmunidad para regirse por sus propias normas, para honrar a la Divinidad con culto público, para ayudar a sus miembros en el ejercicio de la vida religiosa y sustentarlos con la doctrina, y para promover instituciones en las que colaboren los miembros con el fin de ordenar la propia vida según sus principios religiosos».
Los defensores conservadores de Dignitátis Humánæ pueden señalar frases como las siguientes:
  • «1. … [Este Concilio Vaticano] deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo».
  • «3. […] excede [la autoridad civil] su competencia si pretende dirigir o impedir los actos religiosos».
Pero debemos ser claros:
   
Estos textos abandonan tácitamente la doctrina de la Iglesia sobre…
  • Su propia inmunidad de la interferencia por la autoridad civil;
  • Su soberanía en su esfera y el ejercicio de su misión;
  • El deber del Estado de reconocer y establecer la religión y adoración verdaderas al Dios verdadero;
  • El deber de la sociedad civil de conformar sus leyes a la ley del Evangelio;
  • El derecho de la sociedad civil, correspondiente a los deberes anteriores, a suprimir la adoración falsa, y el deber de hacerlo así, siempre que ninguna circunstancia lo haga imposible o impracticable;
  • La realeza de Cristo sobre todas las sociedades.
Todas estas ideas son abandonadas tácitamente, al menos en la práctica, o implícitamente. Si bien ha habido muchos intentos inverosímiles de explicar o reconciliar la doctrina del Vaticano II con la doctrina tradicional, estos solo pueden hacerlo o retirándose al terreno de la irrealidad fantástica o también abandonando tácitamente estos puntos.
   
En efecto, la libertad de la Iglesia, que el derecho inglés consagró como el primer principio de la Carta Magna, y por la cual Santo Tomás Becket, junto con los Santos Tomás Moro, Juan Fisher y los Cristeros murieron; la cual fue enseñada por los papas, y es una doctrina cierta de la fe, esta libertad de la Iglesia es abandonada por un plato de lentejas: la libertad de las religiones en general.
   
Después de tales declaraciones, no se puede afirmar que la Iglesia Católica tenga un derecho especial a determinar tales límites: primero, esto es cerrar la jaula escapado ya el león; segundo, el Vaticano de hecho ha indicado cómo deben fijarse tales límites, en su respaldo a la secularización de la constitución italiana y otros documentos semejantes.
   
Una vez realizado este intercambio, y concedido que la actividad de la Iglesia esté sujeta a «las justas exigencias del orden público» junto con las otras religiones, ¿quién pensaríamos seriamente va a juzgar cuáles sean «las justas exigencias del orden público»?
   
¿Quién exactamente va a juzgar lo que «el justo orden público» requiere en un evento concreto, excepto los políticos y policías?

¿A quién más, si no a partes como estas, el Vaticano ha abandonado tales juicios en los últimos sesenta años?

LOS CONFINAMIENTOS Y LA LIBERTAD DE LA IGLESIA
Considera la situación en los años 2020-22, cuando en varias ocasiones las autoridades civiles del mundo han arrojado a la Iglesia de Cristo en el mismo saco con todas las sectas falsas, y afirmado el derecho y potestad para limitar su autoridad al igual que las de aquellas.
   
Vigilia de rosarios fuera de la Catedral de Westminster, durante la supresión de los cultos públicos. Foto por David Gilbert Wright.
   
Por ejemplo, el 23 de Marzo de 2020, el Primer Ministro del Reino Unido Boris Johnson hizo las siguientes declaraciones en el comunicado anunciando el confinamiento por el coronavirus:
«Para asegurar el cumplimiento de la instrucción del Gobierno para quedarse en casa, inmediatamente haremos lo siguiente:
  • Cerraremos todos los comercios que vendan bienes no esenciales, incluyendo tiendas de ropa y artículos electrónicos, y otras instalaciones, incluyendo bibliotecas, parques de diversiones y gimnasios al aire libre, y lugares de culto;
  • Detendremos toda reunión de más de dos personas en público, excluyendo las personas con las que Vd. conviva;
  • Y detendremos todos los eventos sociales, incluyendo bodas, bautismos y demás ceremonias, pero se excluyen los funerales».
La respuesta de los supuestos obispos diocesanos y de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales (CBCEW) del Reino Unido fue una aquiescencia impactante.

Una cosa es obedecer una ley injusta bajo protesta. Otra cosa es consentirla.

De igual manera, una cosa es que la propia Iglesia suspenda su culto público, y otra muy distinta es que lo haga el Estado.

Todavía es otra cosa cuando la Iglesia une esta interferencia con el silencio, o con protestas que son tan inadecuadas como para ser, de facto, concesiones del principio básico. Por ejemplo, los distintos comunicados públicos del cardenal Vincent Nichols y el arzobispo Malcolm Patrick McMahon OP (presidente y vicepresidente de la CBCEW) fueron peores que el silencio, porque aceptaron principios que contradecían la doctrina de la libertad de la Iglesia. Por ejemplo:
  • Ellos argumentaron que «las comunidades de fe han tenido un rol vital» en este período [4], permitiendo así que la Iglesia de Cristo sea «igualada con las otras religiones falsas e indecorosamente rebajada al nivel de éstas» (Pío XI – Encíclica “Quas primas”, 24).
  • Pidieron al Gobierno proveer «evidencia que justifique la cesación de todo culto público», y al pedir esta evidencia sin protesta, concedieron implícitamente así el derecho a la autoridad civil para legislar sobre tales materias
  • El obispo Philip Egan de la Diócesis de Portsmouth (Inglaterra) escribió una carta al Primer Ministro, pidiéndole que se permitan continuar los servicios, y si bien su carta incluía algunos elementos católicos, en última instancia fue también una solicitud basada en la necesidad humana de las cosas espirituales y el alimento de Dios [5]
  • El obispo Mark Davies de la Diócesis de Shrewsbury (Inglaterra) dio una declaración a su propia grey, hablando de «el papel vital que el culto público ha tenido para el bienestar de cientos de miles de personas en esta Diócesis de Shrewsbury». Él enfatizó cómo el culto público es la fuente de «apoyo para los más vulnerables e incontables actividades caritativas al servicio del bien común», y agrupó el Sacrificio de la Misa «junto con las comunidades de fe alrededor de la nación» [6].
Se pudieron multiplicar los ejemplos de tales concesiones, y ocurrieron en todo el globo.
   
Este período también vio morir a muchas personas sin la posibilidad de los sacramentos, debido a que se les impedía u obstaculizaba a los sacerdotes el visitar a los moribundos en el hospital y en la casa. El período del coronavirus fue muy extraño para todos, pero aún era posible expresar al menos disenso verbal y profesar los principios relevantes sin ser asesinados o apresados.
    
Como tal, el silencio máximo implica el consentimiento definitivamente aplicado, especialmente cuando el tiempo pasó.
   
Afortunadamente, aunque era responsabilidad de los presuntos obispos diocesanos hablar contra esta farsa, algunos obispos y sacerdotes aún tenían un sentido de lo sobrenatural durante este período, y estuvieron dispuestos a arriesgarse por la gloria de Dios y por la salvación de las almas, a los cuales muy ciertamente les debemos máxima gratitud.

Foto por David Gilbert Wright.
  
LOS ÚLTIMOS RITOS, LA ÚLTIMA PRIORIDAD
Considera también el trágico caso del fallecido político católico y diputado en la Cámara de los Comunes Sir David Amess, quien fuera asesinado en 2021 por Alí Harbi Alí, en Leigh en el Mar (condado de Essex).

El presbítero Jeffrey Woolnough, del Ordinariato anglicano de Nuestra Señora de Walsingham, llegó a la escena del crimen para darle los últimos ritos. Woolnough dijo en su momento:
«“Le dije a un agente de policía: ‘Si está muriendo, necesito ungirlo’”, dijo Woolnough, recordando que el mismo agente de policía llamó por radio a su equipo para preguntar si al sacerdote se le podía permitir ingresar, y esperó por una respuesta que desafortunadamente regresó negativa: “De veras lo siento, padre, pero ellos no pueden dejaros entrar”, dijo el agente de policía.
   
Woolnough especuló que la policía podía tener preocupación por la seguridad suya en medio de un ataque terrorista en curso, o que Amess realmente estaba muerto y que el equipo forense ya estaba presente cuando se hizo la solicitud».
En una sociedad construida sobre el naturalismo, es totalmente predecible que lo sobrenatural sea tratado como algo opcional, no esencial y algo que puede ser acomodado como la última prioridad posible.
   
No está bien decir que los políticos o policías son injustos, inhumanos o están errados en todo estp si uno ha concedido ya que la vida y la misión de la Iglesia estén sujetos a «los límites del justo orden público».
   
Todos estos límites serán decididos necesariamente en principio por los políticos y en la práctica por los policías.
   
ALGUNAS OBJECIONES
  • ¿El culto al Dios verdadero? Objétase que «Dignitátis Humánæ habla de un derecho a adorar al Numen suprémum, esto es, Dios», y esto no concierne al culto al diablo y la blasfemia en Kansas (o cualquier otro lugar).

    ¿Pero esta defensa implicaría que el culto de algunos dioses en las religiones politeístas es aceptable, mientras  que se debe prohibir los de otros? ¿Se debe permitir el culto de Júpiter/Zeus u Odín/Wotán (en el entendido que algunos católicos conservadores los ven como ecos distorsionados del Dios verdadero) mientras que se excluye el de Marte/Ares o Thor/Dónar? ¿Y qué pasa con el panteón hindú?
       
    ¿En serio entender que el Vaticano II prohíbe el politeísmo, y aun así permite el falso monoteísmo? ¿Qué clase de defensa es esa?
        
    ¿Y qué pasa con la sentencia de la Escritura que «todos los dioses de las naciones son demonios»? La afirmación que Dignitátis Humánæ se refiere exclusivamente al Dios verdadero está totalmente divorciada de la realidad.
      
    En todo caso, Dignitátis Humánæ declara que el supuesto derecho a la libertad religiosa es concedido a todos los hombres, y que eso implica un derecho a no ser coaccionado u obligado a obrar «contra su conciencia»:
    «Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural. Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil».
    Tampoco se puede tomar en serio que el comentario «dentro de los límites debidos» quiera decir «siempre que todo se refiera al culto del Dios verdadero».
       
    Ítem, una vez el documento dice que este derecho debe ser consagrado en el derecho civil y protegido por la sociedad civil, los católicos no tienen autoridad para definir qué califica como religión.
        
  • Presunta indefensión de la Iglesia: Se afirmó también que la Iglesia no puede dictarle a la autoridad civil qué puede ser tolerado y qué no. Pero además este es el punto: el Vaticano II abandona el principio relevante, y afirma que toda persona tiene el derecho arraigado en la divina revelación, a no ser coaccionado en materia religiosa.
        
  • La Iglesia determina «el justo orden público»: Otros han afirmado que estos textos presumen que la Iglesia y la moral cristiana siguen siendo normativas al decidir cuáles son los límites del «justo orden público». Es cierto que el documento afirma que «La libertad de la Iglesia es un principio fundamental en las relaciones entre la Iglesia y los poderes públicos y todo el orden civil» (n. 13). Pero se aplica lo mismo: una vez hechas estas concesiones, no le compete a la Iglesia definir qué constituye el «justo orden público» y qué no.
       
  • Los textos ortodoxos: También se alega que en otros documentos del Vaticano II se llama a los laicos a «perseguir la inspiración cristiana del orden social» (Decreto Apostólicam Actuositátem, n. 19). Pero esto tampoco es de recibo. Primero, la “inspiración cristiana” en el Vaticano II es una que sostiene que su doctrina de la libertad religiosa está basada en la divina revelación. Segundo, aun si omitimos esto, las frases “ortodoxas” del Vaticano II no ayudan a sus defensores, porque no estamos pesando sus declaraciones con balanzas, o embarcados en un juego de hermenéutica. El Papa San Pío X y otros Papas advirtieron explícitamente a los católicos sobre aquellos que hablan de una forma ortodoxa en un lugar, y en forma heterodoxa en el otro. Tales afirmaciones requieren una ingenuidad que no la permiten sesenta años y contando.
    
CONCLUSIÓN: PERMANECE EL PUNTO
En todo caso, esta defensa inverosímil de la doctrina del Vaticano II (afirmar que la libertad religiosa no se extiende a los satanistas) deja una interpretación completamente irreal, la cual aún acarrea lo que el Papa León XIII llamó «la apostasía legal de la sociedad de su Divino Autor».

Precisamente esto es lo que el Papa Pío XI advirtió en su encíclica Quas Primas. Esta encíclica es sobre la Realeza de Cristo, y debe estar claro que esta «realeza social de Cristo Rey» es, en muchas formas, equivalente a la libertad de la Iglesia.
   
En esta encíclica, Pío XI señaló la siguiente trayectoria hacia la ruina:
  • El rechazo de la Realeza de Cristo, «el imperio de Cristo sobre todas las gentes», lo cual conduce a…
  • El rechazo de la libertad de la Iglesia, «el derecho, que se deriva del derecho de Cristo, de enseñar a las gentes, esto es, de dar leyes, de gobernar los pueblos para conducirlos a la eterna felicidad», lo cual conduce a…
  • La imposición de la libertad religiosa y el indiferentismo, es decir, el proceso por el cual «la religión cristiana fue igualada con las otras religiones falsas e indecorosamente rebajada al nivel de éstas», lo cual conduce a…
  • La sujeción de la Iglesia a «la potestad civil; y fue arrojada al arbitrio de los príncipes y de los magistrados», lo cual conduce a…
  • La promoción del naturalismo, «sustituir la Religión de Cristo con cierto sentimiento religioso natural». Que finalmente conduce al…
  • Ateísmo y los Estados ateos, «los cuales entendieron pasarse sin Dios, y pusieron su religión en la irreligión y en el desprecio de Dios mismo».
Es por eso que no es posible decir que Santo Tomás Becket haya muerto por la libertad religiosa.
   
Cuando se abandona la libertad de la Iglesia y el Reinado de Cristo en la sociedad, no debería sorprender que el Estado avance hasta el vacío de poder que aparece. Si aquellos que pretenden ser nuestros pastores no defienden la inmunidad y libertad de la Iglesia, no podemos sorprendernos al hallar que el Estado la ha sometido a su poder, interfiera con su vida e incluso la suprima del todo.
   
Por esto, debemos ser claros:
  • Los satanistas profanando las hostias de una manera interpretada como “pacífica” por las autoridades civiles;
  • Las iglesias cerradas debido a una crisis sanitaria;
  • Abuelos y padres muriendo solos, rodeados de desconocidos y sin sacerdote;
  • Policías impidiéndonos recibir los últimos sacramentos tras haber sido apuñalados fatalmente
  • …y quién sabe qué más:
En conjunto, estas abominaciones constituyen el verdadero rostro del Vaticano II y su falsa doctrina de la libertad religiosa.
   
Que quienes quieran defender el Vaticano II o atacar a quienes lo rechazan miren esa realidad directamente a la cara.
  
NOTAS
[1] John Henry Newman, Carta al Duque de Norfolk, 1875, pág. 275. Publicada en Certain Difficulties felt by Anglicans in Catholic Teaching Considered (Consideración en la Doctrina católica de algunas dificultades sentidas por los anglicanos), Vol. II. Longmans, Green, and Co., Londres, 1900. Disponible en https://www.newmanreader.org/works/anglicans/volume2/gladstone/section5.html
[2] Cf. Capítulo IX del borrador del esquema aquí.
[3] Lo han destronado, capítulo XXVIII.
[4] https://www.cbcew.org.uk/wp-content/uploads/sites/3/2020/11/faith-leaders-letter-pm-places-worship-covid-secure-031120.pdf
[5] https://www.portsmouthdiocese.org.uk/coronavirus
[6] https://icksp.org.uk/shrewsbury/second-lockdown-a-statement-from-the-rt-rev-mark-davies-the-bishop-of-shrewsbury/

MES EUCARÍSTICO - DÍA CUARTO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA CUARTO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, amigo fiel, al que ninguno puede igualar: que con todo de haberlo dejado yo muchas veces, y sufrido mil descortesías, no me deja ni abandona; antes bien me busca, y quiere hacerme con su Sangre, del mayor enemigo, su mas íntimo y familiar amigo (Eclesiástico 6, 15).

II. ¿A quién viene? Al traidor alevoso, que despreció tantas veces su amistad, que antepuso el pecado a su gracia, y trocó su trato por el ruin comercio de las criaturas.

ΙΙΙ. ¿A qué viene? A ser su buen amigo y poderoso resguardo; el que una vez hallado, se logra un tesoro, y se consigue su más estrecha unión por amor (Eclesiástico 6, 14).

Aspiración: Muéstrame, Señor, tu semblante; suene en mis oídos tu voz, porque tu voz es dulce, y tu rostro hermoso sin igual (Cánticos 4, 14). Si tanto dominio tiene la hermosura sobre las voluntades, ¿cómo no quedas cautiva, alma mía, de la imponderable hermosura de tu Criador? ¡Oh fuente de belleza, de la que manan todas las otras hermosuras criadas! ¡Oh hermosura tan antigua y tan nueva, qué tarde te conocí, y qué tarde te amé! De Ti solo pudo decir la Esposa: mi dilecto es blanco y colorado, y escogido entre millares (Cánticos 5, 10). Sin embargo, teniéndote tan a mano en este Sacramento, no he hecho caso de Ti; y antes quise fiar por esclava mi voluntad a la torpe pasión, que a tu casto amor. La belleza de Judit cautivó a Holofernes (Judit 10, 17): la hermosura de Ester ablandó el pecho airado de Asuero (Ester 15, 11); y a pesar de un precepto que impusiste a Eva, la hermosura del fruto cautivó su alma (Génesis 3, 6). Mas ¡oh indecible dureza!, ni tu infinita belleza, ni tu incomparable hermosura, ni el rigoroso precepto de que a Ti solo ame, han bastado a cautivar mi rebelde voluntad, mi duro corazón; pero en adelante, mi Dios, no será así. Desde este mismo instante Te ofrezco por esclava mi voluntad: con toda ésta Te prometo servir; y para mejor asegurar tu amistad, Te recibiré a menudo en este Sacramento de perfecta unión. Tu misericordia, Dios bueno, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Jesucristo en medio de tu corazón, como a un amigo el más constante y fiel: que con ser tú el siervo más inconstante e infiel, te levanta al más íntimo grado de su amistad. Considérate a ti como amigo solo de la mesa, o como a un mercenario vil, que precisamente Lo amas cuando te consuela y regala; pero que en castigándote para tu corrección, luego te entibias en su amor, y Lo dejas.

II. Ámalo con todas tus fuerzas de un modo tan singular, que con todas las potencias de tu alma, con todos los sentidos y órganos de tu cuerpo te ofrezcas, te estreches y unas a Dios: propón después guardarle tanta fidelidad que nunca quieras usar de la mínima de tus facultades, sino para su mayor obsequio y servicio.

III. Pide te conceda el don de Consejo, para acertar a elegir los medios más oportunos al bien de las almas que están a tu cargo, sin descuidar de la tuya.

Aspiración: Mi amado es para mí, y y yo para él (Cánticos 7, 10); pues recibiéndolo en el Sacramento, queda todo en mí, y yo todo en él (San Juan 6, 57). El fiel, Dios mío, os posee por la fe (1.ª Corintios 3, 17), y el justo por caridad; pero esta posesión solamente se hace por la conformidad de las voluntades entre sí, mas no por la unión de las sustancias: mas cuando os recibo en la Eucaristía, ¡oh suma bondad!, os poseo tan perfectamente, que tengo dentro de mí mismo vuestro real y verdadero Cuerpo, vuestra Alma, vuestra Divinidad, y todos vuestros atributos con todas sus perfecciones. ¡Oh riqueza inestimable! Bienaventurada el alma que os posee. ¡Oh bien sumo!, ¡oh delicias del corazón mío! No tuve razón para dejaros, poseyéndolo todo en solo Vos. Vuestra amistad quiero, no la del mundo, que al fin de nada me puede servir, sino para separarme de Vos. Ingrato fui, cuando por el amor a las criaturas rehusé vuestra amistad; pero ya en adelante os prometo seros fiel: y si tus amigos son los que hacen tu voluntad (San Juan 15, 14), manda cuanto quieras, que yo lo cumpliré. Gracias infinitas os doy por tanto amor como me mostráis.

NOVENA EN HONOR A LA ENTRADA DE NUESTRO SEÑOR A JERUSALÉN

Novena dispuesta por un devoto a mediados del siglo XVIII, y publicada en Lima por la Imprenta de la Calle del Tigre, con licencia eclesiástica. El Ilmo. Señor Doctor D. Pedro Antonio Barroeta y Ángel, Arzobispo de Lima, concede cuarenta días de Indulgencia para cada día que rezaren esta Novena.
  
NOVENA AL DULCÍSIMO JESÚS, CELEBRANDO LA ENTRADA QUE HIZO EN JERUSALÉN EL DOMINGO QUE LA IGLESIA LLAMA DE LAS PALMAS
   

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ACTO DE CONTRICIÓN
Creo en Dios, fortaleced, Señor, mi fe. Espero en Dios, formad, Señor, mi esperanza: Amo a Dios sobre todas las cosas: encended, Señor, mi amor. Pésame de haber ofendido a Dios, por ser Dios quien es, aumentad, Señor, mi arrepentimiento, que yo propongo firmemente con tu divina gracia, nunca más volveros a ofender: tened, Señor, piedad y misericordia de mí. Amén.

DÍA PRIMERO
HUMILDAD
¡Oh mansísimo Jesús!, que después de habernos dicho que aprendiésemos de Ti a ser mansos y humildes de corazón, el día en que triunfante entraste a Jerusalén, nos volviste a enseñar con el ejemplo esta virtud, viniendo en un jumento despreciable, en que solo andan los hombres plebeyos y bajos, no obstante de entrar como Rey supremo del Cielo y de la tierra, y como tal aclamado de grandes y pequeños: concédenos piadoso esta santa virtud, por el infinito mérito de la tuya, y también lo demás que Te pedimos en esta Novena, si fuere conveniente. Amén.
    
Aquí se reza un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora, que no quiso asistir a esta entrada, por que toda la honra y gloria de este día fuese de su Hijo, y se pide primero a Nuestra Señora con la Oración siguiente que es de San Buenaventura:
¡Oh María dulcísima!, Paraíso de deleites, pon en mí tus ojos de misericordia, por el mismo gozo que te cupo, aun estando ausente, de la triunfante entrada que tu divino Hijo Jesús hizo cinco días antes de morir por el ingrato del hombre en la Corte de los judíos: enséñame, alúmbrame, encamíname, ayúdame, defiéndeme y sálvame. Sean por tus ruegos perdonadas mis culpas, pues eres el camino de la Gloria eterna, que se goza en la Jerusalén triunfante. Amén.
  
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Soberano Redentor de nuestras almas, que quisiste entrar en Jerusalén alabado de los hombres y conocido de tus discípulos por Señor de las virtudes, porque asimismo habías de penetrar los Cielos, celebrado de los Ángeles, y que con tu liberal magnificencia la gloria de este día la comunicaste a los Padres del Limbo, y a proporción también a cuantos en el mundo tenían tu fe, haciendo el milagro de que en todo él nadie muriese, y que todos los demonios que infestaban la tierra bajasen al Infierno para que te manifestase el triunfo que conseguías del demonio y de la muerte, concédenos piadoso el que sepamos imitar tus virtudes, para que triunfando de la muerte del pecado, del demonio y de nosotros mismos, entremos en tu Gloria, a siempre verte y alabarte. Amén.
   
GOZOS
    
Jesús mío, pues triunfando
Entraste en Jerusalén,
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Con palmas te recibieron
Haciéndose de tu bando,
Aun los que estaban pensando
En lo que después hicieron,
Enemigos de su bien.
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Los vestidos en el suelo
Festivos iban echando,
Para que fueses pisando
Como Rey de su consuelo
Adorado ya en Belén.
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Que eras enviado de Dios
Y bendito iban cantando,
Y todo el pueblo expresando
Tus grandezas a una voz
Con elogios más de cien:
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Ramos de árboles cortaron
Para ir la tierra adornando,
Y al mismo tiempo adorando
Al que tan presto negaron
Después de tal parabién:
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Los niños, que en inocencia
Iban a Dios alabando,
También iban condenando
De la judaica demencia
El más ingrato desdén.
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Con tan gran celebración,
Te tuvieron ayunando,
Pues ninguno convidando
Quiso darte refacción
En todo Jerusalén:
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Sobre la ingrata ciudad
Muchos te vieron llorando,
Y al mismo tiempo anunciando
Su ruina y cautividad,
Sin el cuándo, ni el por quién:
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
También con celo divino
Penaste a los que tratando,
Iban tu Templo violando,
Mudándole su destino
De Oratorio en almacén:
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
Apiádate, oh gran Señor,
De quien pide suspirando
Cuando te está celebrando
Una limosna de amor
Con que viva y muera. Amén.
Ven Señor, a mi alma, ven,
Que ya te estoy esperando.
    
℣. Hosana al Hijo de David.
℟. Bendito el que viene en el nombre del Señor.
   
ORACIÓN
Oh Dios, a quien es justo amar con todo el corazón, multiplica en nosotros los dones de tu inefable gracia, y pues en la muerte de tu Hijo nos hiciste esperar lo que creemos, haz que resucitando Él mismo, lleguemos al fin a que caminamos. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
POBREZA
¡Oh clementísimo Jesús!, que no contento de entrar en Jerusalén en lo despreciable de un jumento, quisiste también que no fuese tuyo sino prestado y pedido de limosna, para mayor ostentación de tu singular pobreza: concédenos benigno esta santa virtud por el infinito mérito de la tuya, y también lo demás que Te pedimos en esta Novena, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
OBEDIENCIA
¡Oh amabilísimo Jesús, norma de obedientes y obediente hasta la muerte!, que en la entrada que hiciste en Jerusalén, no solo obedeciste a tu Eterno Padre, por cuya disposición y providencia se ejecutó todo, sino que quisiste que tus discípulos Te hicieran subir en el jumento, como que Te lo mandaban, como lo cuenta San Mateo: concédenos piadoso esta virtud, por el infinito mérito que alcanzaste con ella, y también lo particular que Te pedimos en esta Novena, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
  
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
DESPRECIO DEL MUNDO
¡Oh poderosísimo Jesús, que entre los aplausos y glorias humanas con que Te recibían en Jerusalén, quisiste entrar en un contentible jumento, como despreciándolo todo, y que si admitiste este obsequio por la honra de tu Padre, fue también para que fuese después más ignominiosa y despreciable tu muerte, y los mortales conociesen los fines tan funestos con que acaban los aplausos del mundo: concédenos piadoso esta virtud, por el infinito mérito que adquiriste con ella, y también lo particular que te pedimos en esta Novena, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
CELO DE LA HONRA DE DIOS
¡Oh justísimo Jesús!, que aun habiendo recibido tantas honras de los judíos el día de tu entrada en Jerusalén, luego que los hallaste en el Templo vendiendo y comprando, y haciendo cueva de ladrones, como les dijiste, la que solo era Casa de Oración, no pudo el celo de la honra de tu Padre contenerse, obligándote a derribar las mesas y cátedras de la contratación, y a los que vendían y compraban, con uno como azote echarlos fuera de lugar tan sagrado: concédenos piadoso esta virtud por el infinito mérito que ganaste con ella, y también lo particular que Te pedimos, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
MORTIFICACIÓN
¡Oh prudentísimo Jesús!, que siendo el día de tu entrada en Jerusalén de tanto aplauso, todo lo pasaste sin comer ni beber, disponiendo que de tantos, ninguno Te convidase con su mesa, por cuya causa la mañana del día siguiente, Te hallaste tan necesitado que fuiste a buscar en la infructuosa higuera el alimento: concédenos piadoso esta tan necesaria virtud, por el infinito mérito que tuviste con ella, y también lo particular que Te pedimos, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
ORACIÓN
¡Oh sapientísimo Jesús!, que en medio de tanta conmoción, voces y aplausos que tuvo el día de tu entrada en Jerusalén, por ir sin duda en la santísima contemplación de tu Padre Dios, todo suspenso y embebido, nadie Te oyó decir una palabra fuera de las dos reprensiones que diste a los que impedían la Oración vocal y la mental: concédenos piadoso esta virtud, tan necesaria e importante, por el infinito mérito que tuviste con ella, y también lo particular que Te pedimos, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
PIEDAD
¡Oh milagrosísimo Jesús!, que con la caridad y amor que en tu pecho divino ardía, aún en medio de los aplausos que chicos y grandes Te dieron el día que entraste en Jerusalén, no olvidaste a los necesitados, pues curaste y sanaste todos los ciegos y cojos que llegaron a Ti, como dice San Mateo: concédenos piadoso esta virtud de inclinarnos a favorecer, socorrer y amparar a los necesitados en cuanto alcanzaren nuestras fuerzas, por el infinito merecimiento que tuviste con ella, y lo particular que Te pedimos, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición.
   
REGLAS QUE DIO A SÚBDITOS Y PRELADOS
¡Oh suavísimo Jesús!, que entrando como Rey y Superior de todo el universo en Jerusalén, fue tan humilde y moderado tu porte, que los Ángeles quedaron absortos y los hombres de entendimiento asombrados, y que si castigaste fue con piedad y no con azote cumplido, beneficiando y premiando al mismo tiempo con plenitud, para dar reglas a los Superiores, y que también dispusiste que todos tus Súbditos y Vasallos, después de alabarte y bendecirte, pusiesen debajo de tus pies sus ropas, para que conociesen el respeto con que deben hablar de los que mandan y la sujeción que han de tener en sus personas y en sus bienes: concédenos piadoso por esta doctrina tan sagrada, y por el infinito merecimiento de ella, que así los Prelados como los Súbditos puntualmente se arreglen a ella, y también lo particular que Te pedimos, si fuere conveniente. Amén.
  
Rezar un Credo al Señor presentando su fe, y tres Ave Marías a Nuestra Señora. Las Oraciones y los Gozos se rezarán todos los días.