Desde TRADICIÓN CATÓLICA
Lo que Jesucristo decía a los hombres de su tiempo, a fin de que siguieran siempre por el camino derecho de la salvación eterna sin jamás desviarse de él, lo dice también, la Iglesia a todos los cristianos.
La Iglesia, al ver que tantos maestros inicuos y pérfidos, acechan a sus hijos, nos va repitiendo con la más amorosa solicitud: “guardaos de los falsos profetas”, de los maestros del error y de la mentira.
LAS NOTAS CARACTERÍSTICAS DE LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO
Por Mons. Martín Dávila Gándara (Superior de la Sociedad Sacerdotal Trento)
Lo que Jesucristo decía a los hombres de su tiempo, a fin de que siguieran siempre por el camino derecho de la salvación eterna sin jamás desviarse de él, lo dice también, la Iglesia a todos los cristianos.
La Iglesia, al ver que tantos maestros inicuos y pérfidos, acechan a sus hijos, nos va repitiendo con la más amorosa solicitud: “guardaos de los falsos profetas”, de los maestros del error y de la mentira.
Para ello, vamos a examinar:
QUIÉNES SON ESOS FALSOS PROFETAS
Falsos profetas son los herejes, ya sea todos los protestantes, los cismáticos, los modernistas postconciliares que están usurpando a la Iglesia Católica, y algunos tradicionalistas que defienden la postura de que un Papa puede ser hereje a la vez que es Papa, y con ello, niegan el dogma de la infalibilidad pontificia.
En el lenguaje de la Sagrada Escritura con el nombre de profeta no se entiende tan sólo aquel que predice lo futuro, sino también aquel que ha sido deputado (elegido) para algún sagrado ministerio.
Ahora bien: el verdadero ministro de Jesucristo, el verdadero predicador de la celestial doctrina es aquel que no se ha arrogado por sí mismo el oficio de predicar, como es el caso de los ministros protestantes, o como los supuestos ministros de la verdadera Iglesia predicando herejías. Sino que es aquel, que enseña la doctrina que Jesucristo siempre ha enseñado, cuales son los dogmas y enseñanzas que la verdadera Iglesia ha profesado y creído, durante todos siglos.
Los protestantes, los cismáticos, los ministros usurpadores modernistas, se han arrogado por sí mismos el oficio de predicar. Ellos, en efecto, no han sido enviados por Jesucristo.
En primer lugar, porque ni las iglesias protestantes, ni las cismáticas, ni la iglesia modernista resisten la prueba de las notas características de la verdadera Iglesia de Jesucristo, cuales son que sea: UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.
En segundo lugar, Jesucristo su fundador no puede contradecirse, ni sus verdaderos discípulos y ministros pueden enseñar la mentira y error, lo cual es imposible, porque la Iglesia es infalible, por eso, dice el profeta Jeremías XXIII, 21: “Decía Yahveh Dios: Yo no enviaba a esos profetas, (de suyo) corrían”.
Ellos, los falsos profetas, enseñan una doctrina propia. Porque despréndese esto de la incoherencia, y de la absurda especulativa y práctica de tales doctrinas y de la falta de unidad. No enseñan, pues, la doctrina de Jesucristo, sino una propia, contraria a la que fue predicada por el mismo Jesucristo, quien nos ha dicho: “Quien no esta conmigo, esta contra mi” (Luc., XI, 23).
NOTAS O PROPIEDADES DE LA VERDADERA IGLESIA
Como hemos visto arriba, fuera de la Iglesia católica hay dentro del Cristianismo algunas otras iglesias, o mejor dicho algunas sectas, que pretenden ser la verdadera Iglesia. Las principales son las protestantes, las cismáticas, y la modernista postconciliar.
Se puede distinguir la verdadera Iglesia de las que no lo son, por medio de cuatro notas, que señaló el mismo Jesucristo.
LAS CUATRO NOTAS DE LA VERDADERA IGLESIA.
La verdadera Iglesia debe ser UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.
1º DEBE SER UNA, porque Jesucristo solo quiso fundar una sola Iglesia con una sola doctrina y un solo jefe.
Es por eso, que Jesucristo le prometió a San Pedro que sobre él edificaría su Iglesia, no sus Iglesias. Expresando su deseo de que todos los hombres formen “un solo rebaño bajo un solo pastor”, (Juan X, 16) y manifiesta que “Todo reino dividido en fracciones contrarias, será desolado” (Mt., XII, 25).
San Pablo recomendó a los fieles de Éfeso una estricta unidad, empleando la formula: “Un Señor, una fe, un bautismo” (IV, 5) en que está claramente indicada la triple unidad de doctrina (una fe) de gobierno (un Señor), y de culto (un bautismo).
2º DEBE SER SANTA, porque Cristo la fundó para santificar a los hombres. Él manifestó la fuerza santificadora de su doctrina, diciendo: “Yo les he comunicado tu doctrina; santifícalos en verdad; la palabra tuya es la verdad misma”, (Jn. XVII, 17) y San Pablo declara: “Jesucristo amó a su Iglesia y se entregó para santificarla, a fin de hacerla comparecer santa e inmaculada” (Ef., V, 27).
3º DEBE SER CATÓLICA, porque Cristo la estableció para todos los pueblos y para todos los tiempos. Dice Nuestro Señor en San Mateo, XXVIII, 19: “Id y enseñad a todas las naciones”. Y el libro de los hechos, I, 8: “Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos”.
4º DEBE SER APOSTÓLICA, porque sólo a los Apóstoles y a sus legítimos sucesores confió Cristo el poder de enseñar, santificar y gobernar. Diciendo: “Como mi Padre me envió así os envió a vosotros”, (Juan, XX, 21); “Quien a vosotros oye a mí me oye”. (Lc., X, 16). Y San Pablo a los Efesios, II, 20: “Estáis edificados sobre el fundamento de los Apóstoles, y unidos en Cristo piedra angular”.
Ahora bien:
LA IGLESIA CATÓLICA ES LA VERDADERA IGLESIA DE JESUCRISTO, PORQUE TIENE ESAS CUATRO NOTAS.
La Iglesia Católica, que reconoce al Papa legítimo por cabeza, y sólo ella reúne estas cuatro notas o caracteres.
1º ES UNA:
a) En su fe: todos los católicos admiten un mismo Credo y una misma doctrina; y basta con negar una sola verdad de la fe para dejar de ser católico; a diferencia de los protestantes, que no son uno en el dogma, porque está formado por multitud de sectas, que profesan distintas doctrinas. Ni puede tener unidad, pues en virtud del libre examen cada cual puede creer lo que le parezca.
El Católico debe creer totalmente los dogmas que la Iglesia ha proclamado. Dudar o negar uno solo de ellos, es APOSTASÍA.
Los protestantes no pueden estar en la Verdad, porque cada uno cree lo que le dé su real gana
Los protestantes no pueden estar en la Verdad, porque cada uno cree lo que le dé su real gana
Eso mismo pasa con los modernistas postconciliares, ellos prácticamente, no tiene unidad de fe, porque a partir del Vaticano II, profesan diferentes doctrinas heréticas, como la libertad religiosa, el falso ecumenismo; la negación del pecado original, y la virginidad de la Santísima Vigen María en el catecismo holandés; hay también, otras corrientes como la teología de la liberación que dicen que Cristo es el primer comunista.
Los conciliares creen en muchas herejías, y niegan los dogmas de la Fe. Para ellos, ni el pecado original existe, ni María Santísima es virgen
Pero, el error más grave y herejía fundamental de la Iglesia postconciliar es la “Justificación Universal Incondicional” siendo ésta aberración, la base todas las negaciones y clausuras, eliminado con ello, los dogmas del infierno, del purgatorio, y la doctrina del limbo.
Esta aberrante doctrina es enseñada por el Vaticano II en la constitución Nostra Aetate, y en el documento Gaudium et Spes (n. 22 al 24); y en las encíclicas Redemptor Hominis y Fides et Ratio de Juan Pablo II, que nos dicen que el hombre es salvo por la muerte de Cristo en la Cruz y ya no necesita por este mismo hecho ni fe ni obras para salvarse.
El Vaticano II significa que NO es necesario creer en Cristo ni pertenecer a la Iglesia Católica para salvarse
Con esto, nos dicen, que el ateo, el protestante, el budista etc., son salvos puesto que no se requiere fe para salvarse, y también los multiasesinos, los violadores, los secuestradores, los narcotraficantes etc., están salvos ya que no se requieren buenas obras para salvarse, puesto que Cristo murió por todos hombres y los rescató a todos en la cruz.
Según esta doctrina todos estamos ya en el cielo después de la muerte, entonces ¿para qué ocuparnos del alma y preocuparnos de ofender a Dios, si de todos modos nos dirá la iglesia postconciliar: ya todos somos santos y tenemos asegurada la gloria?, claro está que no nos dicen qué gloria, si la gloria cristiana con la Visión Beatífica o el mortalismo o nihilismo judío que esta implícito en la ceremonias fúnebres de la liturgia modernista.
En cambio la Iglesia Católica siempre ha enseñado, que fuera de la Iglesia no hay salvación, y que fe sin obras es fe muerta, esta viene siendo la verdadera doctrina de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
b) Unidad, en su culto. Todos los verdaderos católicos admiten un solo sacrificio, un mismo sacerdocio, unos mismos siete sacramentos; a diferencia de los Protestantes, que ni siquiera están de acuerdo con respecto al número de los sacramentos, y casi todas esas sectas rechazan la Eucaristía y el Sacerdocio.
La Iglesia Católica reconoce el Santo Sacrificio de la Misa y los Sacramentos (Bautismo, Confirmación, Confesión, Eucaristía, Matrimonio, Orden Sacerdotal y Extremaunción), como única forma de culto.
Algunas de esas sectas protestantes han llegado a negar la divinidad de Cristo, y con ello han ido marchando hacia el racionalismo y a la incredulidad.
En cuanto a la Iglesia postconciliar, si bien aceptan los siete sacramentos, pero han modificado la forma sacramental en cinco de ellos. Con ello, los han desvirtuado, haciéndolos carecer de validez. Los sacramentos desvirtuados son: la Confirmación, la Confesión, la Eucaristía, la extremaunción, y el Orden Sacerdotal.
Los modernistas postconciliares realmente carecen de unidad de culto, con respecto al Santo Sacrificio de la Misa y al sacerdocio católico, porque, si bien mantienen un Novus ordo misae (nuevo ordinario de la misa), después de cambiar al vernáculo o idioma de cada país, el sentido de la Misa verdadera ha cambiado, para los modernistas, la misa ya no es el Santo Sacrificio, ahora es la Cena del Señor, la Asamblea de los fieles, donde el sacerdote pasa a ser el presidente de la Asamblea.
El Novus Ordo Missae abrió la puerta para muchas improvisaciones “litúrgicas”
No hay unidad de culto en los modernistas, ya que se encuentran diversidad de ceremonias, como supuestas misas, como las ceremonias carismáticas, que nada tiene que ver con lo católico, las misas de sanación, que más bien parecen ceremonia de chamanes, etc.
c) Unidad en su gobierno. Todos los católicos admiten un solo maestro y jefe supremo: al Papa legítimo, Vicario de Cristo.
El Papa, Vicario de Cristo y Sucesor de San Pedro I, es el uno y único gobernante visible de la verdadera Iglesia Católica (porque Cristo gobierna todas las cosas)
Los Protestantes no tienen unidad de gobierno, pues sus sectas son independientes unas de otras, y no reconocen un jefe supremo.
En cuanto a los modernistas postconciliares, ellos más bien son usurpadores del nombre de la Iglesia Católica y del Papado, porque un verdadero, autentico y legítimo Papa, no puede ser hereje y Papa a la vez, así como lo dice la Bula “Cum ex Apostolatus Officio”, del Papa Paulo IV.
Se ha demostrado y constatado, que los usurpadores del papado de la Iglesia modernista postconciliar han enseñado una infinidad de herejías antes y después de subir al supuesto pontificado, tanto Juan XXIII, como Paulo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI, y el último Francisco. En el blog www.vaticanocatolico.com están enumeradas las cientos de herejías que cada uno de estos usurpadores han publicado.
La doctrina católica que señala del Hereje o Papa, no ambos la enseñan los Papas Pablo IV y San Pío V: La sentencia de que ES NULA la elección de un hereje como Papa, está contenida en la Bula “Cum ex apostolatus oficcio” del 15 de febrero de 1559. Teniendo ésta Bula vigencia a perpetuidad, por el Muto propio “Inter Multiplices” del 21 de diciembre de 1566.
2º ES SANTA:
a) En su fundador, Jesucristo Dios y hombre verdadero, que como hombre, varón de eminentísima santidad, y como Dios tres veces Santo.
b) En su doctrina y en su moral siendo éstas perfectísimas; y en su culto que brinda medios muy eficaces de perfección.
c) En sus miembros, muchos de los cuales han llegado a la más elevada santidad, (aunque no se requiere que todos sus miembros sean santos; el mismo Cristo nos enseña que en su reino crece la cizaña al lado del buen trigo).
La Iglesia Católica es SANTA por su Fundador, su doctrina y moral, y por la santificación de muchísimos de sus miembros
El Protestantismo no es una institución santa:
a) En su fundadores, que tuvieron gravísimas tachas morales.
b) Tampoco en su doctrina, porque si el principio del libre examen, destruye la unidad, el principio de la inutilidad por la justificación con la sola fe de las buenas obras destruye de raíz la santidad. El protestantismo tiene el gravísimo error de negar la libertad humana, con lo que desaparecen las nociones fundamentales de responsabilidad y de mérito.
Además el protestantismo ha rechazado los más poderosos medios de santidad que tiene la Iglesia, como la confesión, la Eucaristía, el ayuno, la devoción a María Santísima y a los santos, las sagradas imágenes, el celibato eclesiástico y el estado religioso.
En cuanto al modernismo postconciliar que ha usurpado a la Iglesia Católica desde Juan XXIII, éste NO puede ser santo, porque un hereje no puede ser santo; ¿como puede ser santo quien le ha dado la espalda a Jesucristo fundador de la Iglesia?, porque Él nos ha enseñado el que no está conmigo, está contra Mí.
Nos dice San Lucas XXII, 32 y el (único) Concilio Vaticano dicen que con las llaves que Cristo le dio a San Pedro y a sus sucesores también les dio el DON de no perder su Fe; esto es, que no cayeran en la herejía ni en la apostasía.
Un hereje que distorsiona o niega las verdades reveladas por Cristo y que la Iglesia ha enseñado sin alterarlas hasta el último Pontífice verdadero, NO puede ser santo, ya que, quien enseña herejías se desconecta de la sangre y savia que corre por el cuerpo místico de Cristo.
Los castigos que recaen sobre los herejes están expuestos en el Código de Derecho Canónico de 1917:
- El Canon 2314: Todos los que apostatan de la fe cristiana, todos los herejes y cismáticos y cada uno de ellos: 1) Incurren por el hecho mismo en la excomunión.
- El Canon 188, 4: En virtud de renuncia tácita admitida por el mismo derecho, vacan ipso facto, y sin ninguna declaración, cualesquiera oficios, si el clérigo: Apostata o reniega públicamente de la fe católica.
Recientemente la iglesia modernista postconciliar, se ha dado a la tarea de canonizar a diestra y siniestra, y para eso, ha abaratado la santidad. Comenzando con reducir el número de milagros. Antes la verdadera Iglesia pedía cinco milagros, ahora, la iglesia postconciliar solo pide dos, aceptando también el factor psicológico o psicosomático en los milagros, cuando la verdadera Iglesia jamás lo permitió.
La iglesia deuterovaticana actual se ha dedicado a canonizar por montón, vendiendo la idea de que “TODOS pueden ser santos”.
En estos días, la mayoría de las enfermedades son por cuestiones psicosomáticas o por problemas del estrés, hay ciertas personas de edad avanzada, que solas se curan diciendo, v. g., “con solo ponerme saliva en el brazo y con un poco de fe se me quita el dolor”.
Al contrario: el verdadero milagro no es una curación de algo psicosomático sino que es un hecho sensible y extraordinario, que supera las fuerzas de la naturaleza; por ej., la resurrección de Lázaro. Se dice:
a) Hecho sensible, esto es, que puede ser apreciado por la vista y demás sentidos. Dios ha querido que el milagro fuera un hecho sensible y bien evidente, para que no se pueda dudar de él.
b) Extraordinario, esto es, fuera de lo normal y corriente.
c) Que supera las fuerzas de la naturaleza, porque se ve que la naturaleza nunca tendrá el poder para tanto. P. ej., para resucitar un muerto, dar vista a un ciego de nacimiento, o restaurar en un momento los tejidos destruidos por la lepra.
Ahora bien, al parecer hay una contradicción en la iglesia modernista postconciliar, porque si enseña la herejía de la Justificación universal incondicional, no necesita hacer los procesos light de canonización de los santos. Debido a que si sigue esa falsa doctrina hasta las últimas consecuencias, todos los hombres son santos, porque no se requiere fe, ni estar bautizado para pertenecer a la Iglesia, ni mucho menos, las buenas obras para salvarse.
Con esta aberrante doctrina todos son salvos, así como los buenos, como los malos, todos son santos: los ladrones, los homicidas, los violadores, etc. Así como Lutero, Mahoma, Marx, Lenin y Stalin, y todos los hombres.
Si todos los mencionados son santos, con mayor razón serán santos para la iglesia postconciliar:
- La madre Teresa: por ser supuestamente altruista, más no caritativa, ya que la caridad no solo busca el bien material, sino el bien espiritual y la salvación del hombre.
La madre Teresa de Calcuta sólo atendió las necesidades físicas de los pobres, sin inculcarles la conversión al Catolicismo. A tal punto llegó su irenismo que ¡NUNCA EVANGELIZÓ EN SU VIDA, E IMPUSO EN SU CONGREGACIÓN QUE NO HICIERAN PROSELITISMO!
- En el caso de Juan Pablo II, no basta su carisma, y que inspire ternura, para ser santo, porque un hereje no puede ser santo; y es la misma Virgen de Lourdes la que le ha señalado que no lo es, debido a que no aceptó recibir la reliquia de su sangre (todo este suceso se puede leer aquí). También está documentado en videos de YouTube, la inundación de Lourdes del 21 de octubre de 2012, y el día en que Francisco anunció su canonización hubo otra inundación en Lourdes el 18 de Junio de 2013.
El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes se inundó en dos ocasiones: Una en 2012 y otra en 2013. Todo ello, como muestra de que ni Dios ni la Virgen aceptan a Wojtyla como santo.
La verdadera Iglesia Católica siempre se mantuvo muy prudente en las canonizaciones que ha realizado, pidiendo mínimo cinco milagros, y una investigación muy minuciosa de la vida virtuosa del candidato, en algunos casos esas investigaciones llegaban a tardar años o hasta siglos, ya que la verdadera Iglesia debe de estar muy segura de que el promovido a los altares, realmente entró directo al cielo sin pasar por el purgatorio.
3º ES CATÓLICA o universal, porque supera tan visiblemente a las otras sociedades cristianas por su difusión y su brillo, que el título de católica le ha quedado como nombre propio que la distingue de todas las otras.
La Iglesia es Católica o universal:
a) Por el tiempo, ya que tiene su origen en Jesucristo, pero es poco darle casi veinte siglos de existencia: ella es tan antigua como el mundo, pues abraza la revelación primitiva, la mosaica y la cristiana; la Iglesia católica es el coronamiento de un edificio empezado el día de la creación.
b) Por la extensión, la Iglesia se extendió por los cinco continentes del mundo.
c) Por el número, millones y millones de personas se han bautizado en la Iglesia católica desde su fundación.
La catolicidad de la Iglesia se manifestó desde el día de Pentecostés. Las lenguas de fuego que descendieron sobre las cabezas de los apóstoles simbolizaron la difusión de la doctrina que tenían la misión de predicar. El don de lenguas que les fue concedido les permitió hacer que el Evangelio fuera comprendido por todas la naciones representadas en Jerusalén. (Actas II)
El Espíritu Santo en Pentecostés estableció la nota de Catolicidad de la Iglesia, al infundir a los Apóstoles (y sus sucesores) el predicar a todas las naciones.
Todo católico puede repetir la sentencia de San Paciano, obispo de Barcelona: Cristiano es mi nombre, católico mi apellido.
Los protestantes no son católicos o universales: No pueden ser católicos porque no tiene la unidad. En efecto, sus diversas sectas se excluyen mutuamente, y donde está una no pueden estar las demás; por eso ninguna puede ser universal.
En cuanto al modernismo postconciliar, ellos podrán tener la universalidad, pero no la fe católica, y si tienen esa universalidad, es por haber usurpado, el nombre, los templos y la jerarquía de la Iglesia, pero no tienen la doctrina, ni el culto, ni la esencia y validez de los sacramentos de la verdadera Iglesia de Cristo.
4º ES APOSTÓLICA:
a) En razón de su fe, que es la misma fe de los Apóstoles, mantenida con toda pureza.
b) En razón de su jerarquía, pues el Papa y los Obispos son los legítimos sucesores de los Apóstoles.
La Verdadera Iglesia Católica ha tenido 262 Papas. El sucesor de San Pedro fue San Lino; el de S. Lino, San Anacleto; y así sin interrupción hasta el Papa Pío XII.
La Verdadera Iglesia Católica tuvo 262 Papas, desde San Pedro I (33-67) hasta Pío XII (1939-1958)
Claro está, que los casi 40 antipapas no han sido factor para interrumpir esta sucesión hasta Pío XII; aún, en estas últimas décadas, donde la Iglesia ha sufrido la usurpación de los últimos 6 usurpadores, jamás está vacante, ya que la cabeza invisible de la Iglesia es Cristo su fundador, que le prometió, que estaría con ella hasta la consumación de los siglos.
Aunque hayan habido 40 antipapas, un Cónclave de 3 años, y hoy 6 usurpadores deuterovaticanos, CRISTO ES LA CABEZA Y JEFE DE LA IGLESIA.
El protestantismo no es apostólico porque:
a) Sus doctrinas enseñan lo contrario de lo que los Apóstoles y sus sucesores enseñaron durante 14 siglos.
b) Sus Jefes no son los sucesores de Pedro y los Apóstoles, sino que se alejaron por completo de ellos.
Los protestantes nunca tuvieron un mando unificado, y sus doctrinas son inventos de hombres
Históricamente, se ha comprobado una sucesión directa de San Pedro, hasta el Papa Pío XII; entre los dos no ha habido interrupción, como tampoco la ha habido entre los apóstoles y sus sucesores los Obispos. Por el contrario ni Lutero, ni Calvino, ni Enrique VIII son sucesores de los Apóstoles.
En cuanto al modernismo postconciliar se ha comprobado que no es apostólico, porque se aplica lo mismo que con el protestantismo:
a) Sus doctrinas enseñan lo contrario en muchos puntos, de lo que los Apóstoles y sus sucesores enseñaron hasta la muerte de Pío XII, en 1958.
Desde Juan XXIII (Angelo Roncalli, 1958-1963), cotidianamente se observa al “sumo pontífice” favorecer y proclamar herejías a los cuatro vientos, con la perversa alegría de los enemigos de la Santa Iglesia Católica.
La confusión es tal que desde Juan XXIII hasta Benedicto XVI (Joseph Alois Ratzinger Tauber, 2005-2013), y el último Francisco, nadie acierta a señalar una sana enseñanza que provenga de la usurpada Sede Apostólica.
Todo cuanto han enseñado los usurpadores Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I es VENENO ESPIRITUAL, NO SANA DOCTRINA
Luteranismo, hebraísmo kabalista, islamismo, hinduismo, esoterismo y sincretismo, es todo lo que se puede cosechar de una visita al Vaticano o una “audiencia papal”.
Encíclicas, constituciones, cartas apostólicas, conferencias de prensa; todo está salpicado o repleto de herejías, blasfemias y de una infernal confusión.
“Audiencia papal” de Francisco Bergoglio en el “Salón Pablo VI”. Mirar que está debajo de una estructura satánica (de la cual se hablará en otra oportunidad).
La iglesia modernista postconciliar se defiende con una verdad a medias: Cuando le conviene, la Nueva Iglesia, sale en defensa de su falso pastor y sentencia de cismáticos y enemigos de la Humanidad a quienes se atreven a llamar por su nombre a las herejías proclamadas desde la falsa cátedra de Pedro.
Un ejemplo de perseguidos a causa de la Ortodoxia por la secta conciliar: Mons. Marcel Lefebrve, Mons. Antonio de Castro-Mayer y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
b) Sus jefes han ido perdiendo la sucesión apostólica, debido al cambio de ceremonial de ordenación de sacerdotes y consagración de obispos, realizada por Pablo VI el 18 de Junio de 1968, y entrando en vigor el 6 de Abril de 1969.
Con los cambios fundamentales y radicales efectuados y hechos en la Constitución de Pablo VI sobre la Forma del sacramento del Orden, han afectado de tal manera la sucesión Apostólica. Esto ha hecho que los obispos y sacerdotes consagrados y ordenados con este nuevo rito y ceremonial, hayan perdido la sucesión apostólica, esto quiere decir, que los obispos consagrados de la Iglesia Postconciliar, con esta nueva forma, no son obispos verdaderos, entre ellos, Benedicto XVI, que recibió su consagración con este nuevo rito en 1977.
Joseph Ratzinger fue consagrado obispo conciliar el 28 de Mayo de 1977. Aunque él sigue siendo sacerdote válido y lícito (pues fue ordenado el 29 de Junio de 1951), no es obispo válido ni lícito.
En el caso de Francisco, que ni siquiera es sacerdote, el entonces seminarista Jorge Mario Bergoglio, 8 meses después de entrar en vigor dicho ritual, recibió las nuevas órdenes adulteradas por el Card. masón luciferino Achille Liénart, el 13 de Diciembre de 1969.
Jorge Mario Bergoglio, a diferencia de su antecesor, NI ES SACERDOTE NI OBISPO válido ni lícito: ES UN SIMPLE LAICO (fue ordenado con el ritual del Novus Ordo Sacerdotalis)
Todos éstos gravísimos errores expuestos tanto del protestantismo, como de la iglesia modernista postconciliar, demuestran que no cumplen con las notas características de la Verdadera Iglesia de Jesucristo.
No por eso, la Iglesia católica ya no existe o está destruida, no sucede así, ya que la verdadera Iglesia de Jesucristo es indestructible porque pesan las palabras de su divino fundador, que le dio a San Pedro: “Y yo te digo que TÚ ERES PEDRO, Y QUE SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA; Y LAS PUERTAS DEL INFIERNO NO PREVALECERÁN CONTRA ELLA” (Mt., XVI, 18).
Aunque las olas del mundo pretendan hundirla, la Barca de la Iglesia se mantiene incólume en su fe y sus dogmas porque Jesús le prometió su protección eterna
Después del terremoto causado por el Vaticano II, la Iglesia católica sigue sobreviviendo, y en algunas partes del mundo siguen existiendo, algunos grupos verdaderamente católicos de resistencia. Recordemos que la Iglesia jamás puede quedar acéfala, ya que la cabeza de la Iglesia es Jesucristo su fundador.
La verdadera Iglesia hoy sobrevive en las catacumbas, conservando la Fe tradicional
Aún quedan obispos que, fieles al Magisterio
Tradicional de la Iglesia Católica, dirigen al clero y los fieles para que conserven y
propaguen el Dogma de la Fe. (Consagración episcopal de Mons. Luis Alberto Madrigal y Madrigal por Mons. Louis Vezellis -perteneciente al linaje apostólico de Mons. Pedro Martín Ngô-dinh-Thuc-, el 16 de Diciembre de 2007)
Por último, la verdadera Iglesia de Jesucristo nos exhorta a cuidarnos y guardarnos de los falsos profetas, cuales son todos los herejes, ya sea protestantes, cismáticos y modernistas.
Para elaborar este escrito, se tomó como base el “Curso Superior de Religión” del Pbro. J. Rafael Faria; el Código del Derecho Canónico de 1917, y el libro “La Religión Demostrada” del P. A. Hillaire.
Sinceramente en Cristo
+ Mons. Martín Dávila Gándara
Obispo en Misiones
+ Mons. Martín Dávila Gándara
Obispo en Misiones
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