martes, 26 de septiembre de 2023

MES DE LA DIVINA PASTORA – DÍA VIGÉSIMOSEXTO

Tomado de La Divina Pastora, o sea El rebaño del Buen Pastor Jesucristo guiado, custodiado y apacentado por su divina Madre María Santísima, escrito por fray Fermín de Alcaraz (en el siglo Fermín Sánchez Artesero) OFM Cap., Misionero Apostólico, e impreso en Madrid por don Leonardo Núñez en 1831, con aprobación eclesiástica. Por cada Consideración, Afecto y Oración hay concedidos 280 días de Indulgencia por el Nuncio Apostólico, el Arzobispo de Santiago de Compostela y otros Prelados.
 
DÍA VIGÉSIMOSEXTO
«Ego te cognóvi in desérto, in terra solitúdinis. Juxta páscua sua adímpleti sunt, et saturáti» Osee., 13. v. 5, 6. Yo te reconocí por hijo en el desierto, en la tierra estéril; y en estos pastos quedaron satisfechos mis ganados.
  
En este día debemos examinar las cualidades de las ovejas, para que pueda conocerse quiénes son las que pertenecen al rebaño de la Divina Pastora, sobre lo cual,
   
1º Considera lo primero, que las propiedades mismas que la naturaleza inspira a las ovejas que componen los rebaños materiales, son también las que deben copiar en sus almas las que deben componer el rebaño místico de nuestra Pastora; y aun por esto quiso esta Señora, que se distingan con el nombre de ovejas aquellas almas, que ella tiene bajo de su especial protección y amparo. Son muchas y varias estas propiedades: lo primero las ovejas, sobre los otros animales familiarizados con el hombre, apetecen la soledad, los montes y desiertos, y aborrecen el ruido de las ciudades; y según esto dice el buen Pastor por Oseas: «Yo te reconocí por hijo cuando estabas en el desierto, y en la tierra estéril de los gozos mundanos». Y añade San Agustín (Sermón de las Costumbres): «Los que habitan las tierras desiertas, gozan de los coloquios divinos, y unen sus mentes a su Dios». Los experimentados en el oficio pastoral tienen además observado que las ovejas apetecen para su alimento las hierbas amargas, y pastan gustosamente en los campos en que prevalece el salitre. Por esta semejanza, una alma se hace más digna de ser reputada por oveja de María, cuanto más ama la aflicción corporal y la mortificación de los sentidos, y halla sus delicias en las amarguras de la vida. El mismo balido da la oveja cuando salta alegre y contenta por los prados, que cuando la hieren, la golpean o llevan al matadero: lo cual es símbolo de la igualdad de ánimo que, así en lo próspero como en lo adverso, deben conservar las que se dicen y son ovejas de María. Por esto canta la Iglesia, y dice que los Mártires son sacrificados a manera de reses de ganado (Himno de los Mártires). La oveja además es tímida y cobarde sobre los otros animales, y ésta es la propiedad del justo, de quien dice Salomón (Prov., cap. 24, v. 14): «Bienaventurado el que siempre está temeroso». Además, entre toda clase de ganados no hay ninguno más débil, ni más indefenso, que las ovejas: ellas ni tienen dientes para morder, ni uñas con qué despedazar, ni astas con que herir, ni veneno con que matar, y por lo mismo son la figura más expresa de una alma justa perteneciente al rebaño de María, la cual es bienaventurada porque es pacífica (Matth., cap. 5, v. 9), y a nadie puede dañar. Enseña además la experiencia, que cuando alguna oveja descarriada del rebaño anda errante de una parte a otra, no cesa de balar triste y afligida, hasta que oyendo la voz del pastor que la llama, vuelve a reunirse con sus compañeras; y si se mira lejos de su aprisco, se llena de miedo y de temor. Este es un signo que distingue a las ovejas de María. Si alguna se aparta por el pecado de la recta senda de la ley de Dios, inmediatamente se llena de temor, advirtiendo el interior remordimiento de su conciencia: teme ser oprimida por la justicia divina; y no cesa éste su temor, hasta que obedeciendo la voz de su Pastora, corre a los pies del confesor, se purifica de su infidelidad y vuelve a la obediencia de los preceptos divinos.
  
AFECTOS
Una alma obediente a los mandamientos de Dios, humilde, dócil, sufrida, mortificada y exenta del dominio de Lucifer, tiene sin duda un derecho para pertenecer al rebaño de la Madre del buen Pastor. ¿Cómo será posible, Madre mía, que una criatura así justa, deje de ser objeto de complacencia a tu Corazón maternal? Ella sin duda hace tu gozo y tus delicias. Los tesoros de la Sangre de tu Hijo, puestos en tus manos, se abren, y tú se los comunicas para enriquecerla, y aumentar su hermosura. ¡Feliz por lo tanto, y dichosa aquella alma que sabe por su fidelidad, hacerse digna de pertenecer a tu rebaño! Almas puras, que en clase de ovejas lográis ya esta dicha, acercaros, y jamás os separéis de este santuario de felicidad: él se formó para vuestra defensa: en él hallareis el necesario preservativo contra los contagios del siglo. Nos acobarda, sin embargo, el temor de que viviendo en una tierra cubierta de los vapores malignos del pecado, abusemos de tus dones, y degeneremos de la santidad de ovejas tuyas.
   
Pero tú, ¡oh poderosa Pastora!, eres la defensora invencible de tu grey, y con tu protección no se perderá ninguna de las ovejas que te encomendó tu Hijo. Agradeced, ovejas todas de María, a vuestra Pastora esta caridad con que vela por vuestro bien. Ella os escogió entre millares de criaturas para hacer de vosotras una gente santa, documentada por sí misma con lecciones de vida eterna. Su ternura, su compasión, su misericordia, os recrea cuando sois fieles ovejas suyas: os reprende y os corrige cuando degeneráis de tales: os castiga, cuando ingratas os separáis de su compañía para rendiros al vicio: y usa de todos los medios que le sugiere su amor, para cautivaros bajo su dulce y amable imperio. ¿Seréis tan ingratas, que os desnudéis de las cualidades de ovejas suyas, para tomar la insignia vergonzosa de siervas del demonio?
   
2º Considera lo segundo, sobre las demás cualidades que distinguen a las ovejas de los otros animales, que éstas se muestran agradecidas a sus pastores por el esmero y diligencia con que las cuidan, dejándoles aun a sus propios hijos para que se utilicen de ellos, y tal es la gratitud que deben tener á su Pastora las ovejas de María, pues como dice Nicolás de Lira (Comentario sobre San Juan, cap. 10, v. 14), los que son verdaderamente fieles, conocen los beneficios de Dios. Las ovejas se aman unas á otras, y aman también a su Pastor; y esto nos enseña la caridad que las ovejas de María deben tener para con Dios, y para con el prójimo, lo cual es un signo de predestinación, y por esto dice San Agustín (Tratado 3.º sobre el Evangelio de San Juan): Que el amor es el que distingue a los hijos de Dios de los del diablo. Las ovejas obedecen a un silbido de su pastor, al movimiento de su mano, o a su primera voz; de suerte que en el momento que la oyen, o advierten su señal, dejando los pastos en que se recreaban, o retrocediendo de las sendas por donde iban, vienen llenas de alborozo a presentarse a sus órdenes (Ps. 99, v. 2). Esta conformidad con la voluntad divina, y esta renuncia de la voluntad propia, es el distintivo más propio de las ovejas de María. Las ovejas cuando ya tienen crecida su lana, se la dejan cortar, para que con ella se cubran otros que carecen de vestido. Así las ovejas de María se conocen por el ejercicio de la misericordia con los necesitados, cumpliendo con el mandato del Evangelio, que dice (Luc., cap. 3, v. 11): «El que tenga dos túnicas, dé una al que no la tiene». Apenas se encuentra otro animal de quien el hombre saque más utilidades que de la oveja: la leche, que por industria del pastor se divide en muchas sustancias sabrosas y de regalo: los corderos, con cuyas carnes nos alimentamos: la lana y las pieles, con que nos vestimos, Por esta razón los elegidos de Dios se significan con el nombre de ovejas, porque siendo abundantes en buenas obras, son dignos de entrar a componer el rebaño del Pastor Supremo. Finalmente, en la oveja puso la Providencia un recurso generalísimo para el surtido de las necesidades, usos y costumbres de los hombres: los pobres se visten de sus pieles y lanas más bastas: para los nobles y ricos tienen otras más finas, buscadas a gran precio, con cuyos paños y telas se honran aun los mismos Monarcas: de sus tripas se forman cuerdas para los instrumentos que deleitan los sentidos: de sus cueros se hacen pergaminos en que se escriben los diplomas pontificios, las concesiones de los Reyes, y las ejecutorias de los grandes. Y a esta imitación los que son del rebaño de la Madre del buen Pastor, deben, a ejemplo del Apóstol (Ep. 1. a los Corintios, cap. 9, v. 32), hacerse todo para todos, con el fin de ganarlos para Jesucristo, de quienes asimismo dice en otro lugar (Ep. 2. a los Corintios, cap. 3, v. 2): «Vosotros sois nuestra Epístola escrita en vuestros corazones, no con tinta, sino con el espíritu de Dios vivo: no en tablas de piedra, sino en vuestros corazones, porque siendo inocentes y santos, se extienden generosamente como un pergamino, y se imprimen las gracias, dones y privilegios con que Dios los enriquece».
  
AFECTOS
Venid, ovejas de María, haced vuestra morada en el redil de esta Pastora, mirad en él un templo augusto de santidad y perfección: allí habitan los mansos y humildes de corazón: los justos, los pacientes y los caritativos con sus prójimos: las almas compasivas en las necesidades de sus hermanos, cuyos pies están prontos para el cumplimiento de los deberes cristianos, cuyas manos están siempre abiertas para el bien y cerradas para el mal, y sus oídos sordos a la murmuración y la mentira. ¡Ah, qué pureza y santidad de sentimientos son los que ennoblecen a las ovejas de esta Señora! ¡Y qué gracias tan singulares deben esperar ellas de su perseverancia y fiel correspondencia! Su Pastora se ocupará de continuo en proporcionarlas una eternidad feliz. Gozaros, pues, ovejas de María, mientras que camináis por las sendas de la justicia, y compadeced la suerte infeliz de las que andan por los caminos de la iniquidad.
  
Éstas no tienen entrada en el redil de la Pastora Divina. Después que ellas inutilizaron las diligencias de esta piadosa Madre, que mil y mil veces esforzó su amor y su poder para reducirlas a su aprisco; y cumplidos sobre ellas los decretos de la justicia divina, serán arrojadas para siempre de este asilo de salvación. Como en él reposa el espíritu de la verdad, no tendrán entrada las que con el artificio, la doblez y el fingimiento la hacen traición, la abandonan por el interés o la ocultan por cobardía. En este aprisco donde la Esposa hace entender su voz al Esposo, no entrarán los espíritus orgullosos y rebeldes, que temerariamente se apropian el derecho de ser oídos como oráculos, cuando con sus voces esparcen densas nubes que desfiguran el error y la mentira, dándolos a beber en las copas doradas de Babilonia. En este asilo de humilde simplicidad no hallarán acogida los genios hipócritas, que aparentando modestia, y virtud, cubren sus vicios con el manto de Religión. ¡Ah! La Divina Pastora solo admite en su grey los corazones rectos, sinceros, fieles, y sencillos por lo tanto no tengáis, ovejas de María, otra regla de vuestra conducta que la verdad: sea vuestra ocupación estudiar en la virtud; y sea vuestra gloria el buscarla con humildad, amarla, y practicarla con fervor.
              
ORACIÓN
Vos, Santísima Pastora, que con admirable dulzura, y amorosa caridad, sois el modelo y la lección práctica con que vuestras ovejas estudian vuestras virtudes y aprenden a copiarlas en sí mismas para hacerse dignas de pertenecer a vuestro rebaño, haced que la consideración de ellas nos haga semejantes a Vos, en el modo posible, y por su práctica vengamos a ser hasta en la eternidad vuestras amadas ovejas. Para conseguir este favor, dadnos un corazón formado según la voluntad de Dios, para que unidos a Él por amor, y atentos también a las necesidades de nuestros prójimos, entremos a la posesión de la bienaventuranza ofrecida a los misericordiosos, la gloria. Amén.
   
Se reza un Padre nuestro, cinco Ave Marías, y un Gloria Patri.

MES DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL – DÍA VIGESIMOSEXTO


La Espada de Roma:
MES DE SAN MIGUEL

VIGESIMOSEXTO DÍA

San Miguel, Ángel y Patrón de la buena muerte.

Inspirándose en San Agustín, el padre Soyer señala con acierto que un alma perdida o condenada es como una derrota para San Miguel y una victoria definitiva para el espíritu maligno. También un gran obispo dice, hablando de nuestra muerte, que es una lucha entre San Miguel y el diablo, que el Arcángel redobla sus esfuerzos para repeler los ataques del enemigo de nuestra salvación, porque ama nuestras almas y sabe que los elegidos contribuyen en el cielo a la gloria de Dios. Según la opinión de varios Padres de la Iglesia, esta misión de ayudar a nuestras almas en esta lucha suprema que decidirá nuestra eternidad, debió serle confiada por el Señor. Y, según un autor del siglo II, el Papa San Clemente I habría declarado que los Apóstoles, fieles observadores de los legados espirituales de Jesucristo, enseñaron a los primeros cristianos que San Miguel era el ángel patrono y asistente de los que querían morir en Jesucristo. Por eso, en todos los siglos desde la creación de la Iglesia católica, San Miguel ha sido reconocido e invocado con el título de Patrón y Ángel de la Buena Muerte. Se puede objetar que San José ha sido considerado durante algún tiempo como el Patrón de la Buena Muerte. Lo reconocemos, y, además, nos alegramos de ello, pues tenemos un sincero amor y una profunda veneración por San José, y juramos constantemente que nos asistirá en todas nuestras pruebas y especialmente cuando estemos a punto de exhalar el último suspiro. Sin embargo, nos tomaremos la libertad de señalar, con un distinguido miembro del Sacro Colegio, que si la Santa Iglesia ha otorgado a San José el título de Patrón de la Buena Muerte, no ha pretendido robar a San Miguel el menor rayo de la gloria que le es debida, ya que es el propio Jesucristo quien, a través del amado apóstol San Juan, dio a los primeros fieles a San Miguel como delegado de Dios para procurarles una santa muerte. Además, no es la primera vez que los Pontífices indican a los fieles varios patronos para prevenirles de diversos males y obtener ciertas gracias. Hace poco, León XIII proclamó a San Camilo de Lellis patrono de los agonizantes, ¿con este decreto quitó a San Miguel y San José algo de sus privilegios y poder? No, ciertamente no, pero para esta última lucha, para este combate supremo, para esta prueba decisiva, todos comprendemos que la Iglesia multiplica el número de protectores: nunca tendremos suficientes. Sin embargo, seríamos negligentes si no recomendáramos encarecidamente a nuestros hermanos en Jesucristo que recurran con frecuencia y de manera especial a la poderosa protección de San Miguel para obtener la gracia de una buena muerte. Y en esto sólo seguimos los consejos de Benedicto XIV y Pío IX. Pero escuchemos siempre el testimonio de la tradición. Citemos en primer lugar este pasaje: "En todos los lugares donde el cristianismo ha echado raíces –dice un autor protestante–, se encuentran todavía vestigios de la creencia que los Apóstoles habían impuesto a los neófitos, de que San Miguel les procuraba una muerte maravillosa o santa. Así hemos descubierto, en las cercanías de la antigua Cartago, a fanáticos que fueron convencidos de que San Miguel lucharía con ellos para asegurarles la salvación a su muerte." Pedimos perdón al lector por citar un pasaje tan imprudente, señalando que solo demuestra nuestra tesis, y añadiremos que en España, Austria, Francia e Italia, quizá más que en ningún otro lugar, San Miguel ha sido siempre considerado como el principal Patrón de la buena muerte. Según San Juan Crisóstomo, Clodoveo lo reconocía tan bien que, desde su bautismo, se encomendaba cada día al glorioso Arcángel que patrocinaba la muerte de los cristianos, y le dirigía esta oración: "Oh San Miguel, tú que eres el más poderoso ayudante de los cristianos en la hora de la muerte, en ti pongo mi confianza. Dame una muerte preciosa ante Dios." En el siglo XI, San Pantaleón afirmó que la función atribuida a San Miguel de proteger a los moribundos era un privilegio secular reconocido por todos: PRIVILEGIUM SÆCULARE ET AB OMNIBUS RECOGNITUM. Esta es la opinión que San Jerónimo había expresado anteriormente cuando dijo que San Miguel asistía a las almas desde su aparición en la tierra, y especialmente en esa temida hora del paso de la vida a la eternidad. Bellarmin y Suárez, apoyándose en Santo Tomás, declaran que San Miguel es el Ángel Patrón de la Buena Muerte, y que quien se encomienda sinceramente a él no morirá en estado de pecado mortal, sino que se salvará por su poderosa protección en ese momento supremo de agonía. Además, los Pontífices han autorizado y enriquecido con indulgencias varias cofradías que se han erigido con el nombre de Cofradías de San Miguel de la Buena Muerte. Si hemos de creer a un cronista fiable, veintinueve mil parroquias se inscribieron en estas Cofradías en el siglo pasado. La Revolución Francesa, y, en otros países, la indiferencia, han hecho olvidar estas saludables prácticas de devoción. Sin embargo, esta creencia aún no ha desaparecido del todo, e incluso desde hace algún tiempo se ha ido extendiendo y desarrollando, gracias a las bendiciones e indulgencias con las que los Sumos Pontífices Pío IX y León XIII se han dignado a enriquecer la Archicofradía de San Miguel. Y como se puede leer en los estatutos aprobados por el Tribunal de Roma, esta preciosa Archicofradía tiene como objetivo, al igual que las antiguas Cofradías de San Miguel, obtener del Santo Arcángel, no sólo la preservación de una muerte repentina e imprevista, sino sobre todo la gracia de una BUENA MUERTE. San Miguel, además, respondió a la confianza de sus devotos servidores manifestando, de forma milagrosa y visible, su poder casi soberano sobre las almas en el último término de la vida, según la expresión de Gregorio de Tours. Entre los muchos hechos que registra la historia, recordemos solo esta historia que relata San Anselmo sobre la muerte de un religioso del monasterio de Bec, del que era abad. Satanás trataba de perturbar a este pobre moribundo con el recuerdo de sus pecados y la negligencia que había mostrado en sus deberes religiosos. Pero San Miguel se le apareció tres veces a este santo monje, logró tranquilizarlo y derritió al demonio con estas palabras de consuelo para las almas devotas de San Miguel: "Aprende que nunca tendrás ningún poder sobre aquellos que recurren a mí y que están bajo mi protección." Apenas nuestro Santo Arcángel pronunció estas palabras, el demonio huyó con un grito estridente, y el pobre paciente murió en paz. No es de extrañar, por tanto, que los santos tuvieran a bien encomendarse a San Miguel para obtener la gracia de una buena muerte, y que insistan tanto en que todo cristiano le confíe esta última hora, tan importante para su glorificación eterna. Tengamos, pues, siempre en nuestros labios esta hermosa oración que San Anselmo hacía cada día antes de celebrar el augusto sacrificio de la Misa:  San Miguel, Arcángel de Dios, guardián del cielo, ven en mi ayuda en el momento de mi muerte, sé mi defensa contra el espíritu maligno y conduce mi alma al paraíso del júbilo eterno."
   
MEDITACIÓN- Morir bien, dice un médico, es lo importante, lo único, el objeto de todas nuestras preocupaciones. En efecto, de qué sirven todos los bienes de la tierra, todas las ventajas físicas e intelectuales, si al final de su vida cae en el fuego eterno del infierno. Pero, ¡cuántas almas se exponen a ella imprudentemente, a veces por ignorancia u olvido, pero más a menudo por negligencia inexplicable! En efecto, ¿cuál es la condición necesaria para morir bien? ¿No es el estado de gracia, es decir, el estado en que se encuentra un alma cuando no tiene pecado mortal en su conciencia?

Sea por nunca haberlo cometido (cosa rara) o por haberlo purificado por el Sacramento de la Penitencia. Eso sí, cuando se tiene la desgracia de ofender a Dios gravemente, se precisa recurrir a esa mediación que Jesucristo estableció para lavar nuestras faltas. ¡Cuántas almas se obstinan durante días, meses o años en ese estado de pecado mortal! ¿No es esa la imprudencia definitiva? Que la muerte asaltase por sorpresa a esos desdichados supondría su condenación eterna. ¡Cuántos réprobos se maldicen ahora por no haber aprovechado en su momento la gracia de la reconciliación! ¡Era algo tan fácil! No tenían más que arrodillarse ante un ministro del Señor, depositar en él todas sus culpas y penar por ellas, para que fueran remitidas y el día siguiente fuera el primero de su vida eterna. ¡Ah, aquellos que querrían ahora cumplir con aquello que en su día despreciaron, la necesidad de vivir en estado de gracia! No imitemos su insensatez, sino escuchemos el consejo de Dios y de los santos, acudamos al Sacramento de la Penitencia en caso de tener la debilidad de cometer una falta grave. Nunca nos vayamos a dormir con conciencia pecado mortal, no sea que la muerte nos sorprenda durante el sueño. Hagamos pues cada noche un acto de contrición desde lo más profundo de nuestro corazón por todos nuestros pecados presentes y pasados. Y no motivemos nuestra contrición solo en la inoportunidad del pecado y en el miedo a las penas del infierno, sino, principalmente, e incluso exclusivamente, en la perfección divina y el amor de Dios. Es decir, el amor puro, sincero y supremo de este Ser infinitamente santo, infinitamente perfecto, cuya suprema belleza y majestad nunca seremos capaces de admirar y adorar suficientemente. Si así lo hacemos, la gracia de Dios se quedará sobre nosotros y tendremos la dulce esperanza de gozar de una profunda calma en la hora de nuestra agonía y dormirnos en la paz del Señor a la espera de hallarnos en la alegría de la presencia del Divino Maestro.
   
ORACIÓN- Oh ángel de la buena muerte, nos postramos humildemente a tus pies y te pedimos esta preciosísima gracia: que nos asistas en cada instante de nuestra vida para preservarnos del pecado mortal, y que, si alguna vez sucumbimos a la tentación, excites en nosotros la voz del remordimiento para que acudamos a ser limpiados en la santa Absolución para vivir permanentemente en estado de gracia; y que, en la hora de nuestra muerte, acudas presto a nuestro socorro, te dignes repeler todos los ataques con que el demonio nos agobiará. Ven a darnos valor por medio de tus santas inspiraciones y fortalécenos concediéndonos, en el nombre de Dios, una gracia especial y eficaz que nos conduzca a la morada de los bienaventurados. Amén.

lunes, 25 de septiembre de 2023

DOÑA BEATRIZ HERNÁNDEZ DE ORDÓÑEZ, RIP

En la madrugada del 24 de Septiembre de 2023, Domingo XVII después de Pentecostés y fiesta de Nuestra Señora de la Merced, falleció a los 69 años de edad doña Beatriz Hernández Sampayo, esposa que fue del ex Procurador general de la Nación colombiana Alejandro Ordóñez Maldonado, al que S. A. R. Don Sixto Enrique de Borbón creó Caballero de la Orden de la Orden de la Legitimidad Proscrita en recompensa a sus servicios a la Causa de la Tradición hispánica, y miembro de número del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II.
   
Doña Beatriz sufrió desde 2018 una penosa enfermedad por la que estaba siendo tratada en Washington DC, la cual sobrellevó con cristiana paciencia y asistida con los últimos ritos de la Iglesia. Las exequias tendrán lugar en los próximos días en el Seminario de la Hermandad de San Pío X de Dillwyn (Virginia). 
   
El editor de esta bitácora, recordando con gratitud a doña Beatriz por un consejo que ella le diera en un momento de duda, invita a orar por el descanso eterno de su alma, y para que su familia reciba fortaleza y perseverancia en la Fe verdadera.

REALIZAN SERVICIO DE “BENDICIÓN” PROTESTANDO CONTRA EL CARDENAL DE COLONIA

Noticia tomada de distintas fuentes.
   
   
En la tarde del 20 de Septiembre, en la plaza frente a la catedral de Colonia (Alemania), se realizó un servicio de “bendición” para parejas homosexuales y divorciados vueltos a casar. 
   
Al evento, que se realizó con el lema “Todo lo que necesitas es amor” (lema tomado de la canción “Imagine” de John Lennon), acudieron casi 400 personas con banderas y pancartas según el informe de la policía local. Una de las organizadoras del servicio fue la líder comunitaria Marianne Arndt, quien señaló: «Deberíamos volvernos más libres y más solidarios en este mundo de mente estrecha. Y pedimos que todo lo que tiene amor tenga un lugar allí encuentra».

La celebración se hizo coincidir con el aniversario de la posesión de Ranier Maria Woelki como arzobispón de Colonia (20 de Septiembre de 2014), protestando contra la monición (advertencia) que este le hizo el 30 de Julio al presbítero Herbert Ullmann, párroco de la congregación de San Lamberto, quien presidió junto a la “asistente parroquial” Ulrike Platzhoff un servicio semejante en la iglesia de Santo Tomás Moro de Mettman el 26 de Marzo, que atrajo a personas de las ciudades vecinas de Hilden y Düsseldorf, pero que fue denunciado al Vaticano. En respuesta, los obispones de Münster, Aquisgrán y Eßen dijeron que no sancionarían a sus presbíteros si lo hacen.
   
En respuesta y reparación al evento, integrantes del grupo Tradición Familia y Propiedad se presentaron con sus estandartes y una pancarta con la imagen de la Virgen de Fátima para rezar el Santo Rosario, resistiendo los ataques de los izquierdistas Antifa presentes allí (dicho sea de paso, una moción presentada ante el Europarlamento busca declarar a Antifa como organización terrorista dentro de la Unión).
   

Si bien la declaración de la Congregación (hoy Dicasterio) para la Doctrina de la Fe señala que no se puede “bendecir” las “uniones homosexuales”, el Synodale weg alemán las aprobó el pasado de Julio, y estos servicios comenzarán a implementarse en Marzo del 2026. Todo con la impunidad de Francisco Bergoglio, que elogiará a los presbíteros participantes como «pastores de una Iglesia en salida» que «predican el Evangelio con valentía» (el del Anticristo seguramente porque el de Jesucristo el Señor, NO).

¿QUÉ MÁS BAJO CAERÁN LOS PRESBÍTEROS CONCILIARES PARA QUE LOS FIELES SE VAYAN?

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
   
Representando la nueva generación de presbíteros conciliares, Tomasz Zmarzły fue anfitrión de una orgía para sus amigos presbíteros gais, y contrató un gigoló para “servirlos”.
Después que todos tomaron potencializadores sexuales, un presbítero cayó inconsciente.
Cuando el gigoló tuvo la suficiente moralidad de llamar a los paramédicos para atenderlo, el anfitrión presbítero Zmarzły se negó a admitirlos.
  
Conciliares, ¿vuestra Iglesia Novusordita no ha llegado al punto de corrupción tan vil que tengáis que salir corriendo para no volver jamás? No importa ni siquiera que vuestra parroquia os haya engañado con la falsa y seminovusordita Nueva Misa Latina de 1962, todo está corrompido, no menos porque el clero conciliar está corrompido. El más reciente ejemplo os sacudirá la cabeza.
   
Un presbítero homosexual polaco llamado Tomasz Zmarzły, de 48 años (no, la Iglesia Conciliar no oculta a los presbíteros homosexuales, sino que ondea la bandera del “orgullo gay”), en la noche del 30 al 31 de Agosto de 2023 tuvo una orgía con otros amigos clérigos homosexuales, y llamaron a un gigoló para que se una a ellos. Todos habían tomado pastillas de viagra cuando uno de ellos cayó inconsciente por una sobredosis. El gigoló, mostrando al menos algo de moralidad, llamó a los paramédicos, a fin de asistir al “amigo” del presbítero.
  
Cuando llegaron los paramédicos, el presbítero no les permitió entrar, por lo que después entraron con la policía. Tan bajo ha caído la Iglesia Conciliar y su clero. La Iglesia Conciliar no tiene sacerdotes ordenados desde 1968, cuando después del Anticoncilio Vaticano II, adoptó un Nuevo Ordinal inválido (falso) protestantizado que solamente “instala” presbíteros (ministros) «para presidir sobre la asamblea del pueblo». Estos presbíteros no son más sacerdotes que los ministros protestantes [Parte de la información para este Comentario proviene del Daily Mail del Reino Unido].

Católicos tradicionales, según los informes del incidente, el evento fue «organizado por el clérigo (conciliar) y era puramente sexual». Orgías sexuales se han tenido en el mismo Vaticano, patrocinadas incluso por cardenales. Irónicamente, este presbítero viene de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Dąbrowa Górnicza, cerca de Varsovia (Polonia). En realidad, la Santísima Virgen vomitaría de su boca a este “presbítero” y mandaría a la Iglesia Novusordita y su corrupto clero, del Antipapa abajo, a la perdición. El obispón de Sosnowiec, Grzegorz Kaszak, ni siquiera tuvo el valor de expulsar a Zmarzły inmediatamente, sino que había creado una “comisión” para tomar una decisión. Aun así, el obispón ha sido empujado por los fiscales del estado, que lanzaron su propia investigación al presbítero por el delito de «falta de asistencia a una persona cuya vida corre peligro». Mucho para los tan cacareados “amor” y “misericordia” conciliar.

LADARIA FUERA DEL SÍNODO, Y EL VATICANO TRATÓ DE “JUSTIFICARLO”

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

El cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer SJ, de 79 años y exjefe del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, no participará en el bergogliano Sínodo sobre la Sinodalidad por presunta «fatiga acumulada y deseo de descansar un poco». El anuncio fue hecho por el Vaticano el 23 de Septiembre según la agencia Crux, pero extrañamente no por el mismo Ladaria en persona.
   
«Respecto a algunos artículos referentes a las razones de por qué el cardenal Ladaria Ferrer no participará en la próxima asamblea sinodal, se especifica, de acuerdo con Su Eminencia, que estas reconstrucciones no tienen fundamento y son fruto de pura fantasía», agregó el Vaticano.
     
Comentaristas han señalado que Ladaria se apartó del Sínodo porque se sintió atrasado por Francisco Bergoglio. Primero, cuando publicó un documento contra las pseudobendiciones homosexuales en 2021 del cual Bergoglio se distanció, luego cuando trató de detener lo más que pudo el motu “Traditiónis Custódes” para evitar re-encender la guerra litúrgica en la Iglesia del Concilio, después cuando encontró al presbítero Marko Iván Rupnik culpable de absolver en confesión a una cómplice de fornicación, después de lo cual Bergoglio usó al Vicariato de Roma para blanquear a Rupnik, y finalmente cuando Bergoglio nombró al teólogo basura Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli como su sucesor.

MES DE LA DIVINA PASTORA – DÍA VIGÉSIMOQUINTO

Tomado de La Divina Pastora, o sea El rebaño del Buen Pastor Jesucristo guiado, custodiado y apacentado por su divina Madre María Santísima, escrito por fray Fermín de Alcaraz (en el siglo Fermín Sánchez Artesero) OFM Cap., Misionero Apostólico, e impreso en Madrid por don Leonardo Núñez en 1831, con aprobación eclesiástica. Por cada Consideración, Afecto y Oración hay concedidos 280 días de Indulgencia por el Nuncio Apostólico, el Arzobispo de Santiago de Compostela y otros Prelados.
 
DÍA VIGÉSIMOQUINTO
«Aliénum non sequúntur, sed fúgiunt ab eo: quía non novérunt vocem alienórum» Joann., cap. 10, v. 5. Mis ovejas no siguen la voz del Pastor extraño; sino que huyen de él, porque no conocen la voz de los extraños.

En este día se nos manifiestan las disposiciones con que las ovejas deben oír la voz de su Pastora, y la diligencia con que deben quitar los estorbos que impiden el fruto de esta amorosa voz, sobre lo cual,

1º Considera lo primero, que por eficaz y poderosa que sea la voz con que la Divina Pastora llama a sus ovejas, ya para conducirlas por el camino de la virtud, o ya para separarlas de los extravíos del vicio, ningún efecto producirá en ellas si no fijan su atención a sus ecos y disponen su corazón para recibirla, para conservarla y cooperar a ella: por consiguiente, para que la voz de tu Pastora, ¡oh alma mía!, sea voz de consuelo y aprovechamiento tuyo, advierte que debes tener tu corazón dispuesto para recibirla, y que la mejor disposición para adelantar en todo género de virtud, dirigida por la voz de esta Pastora, es la humildad, porque ella es la raíz y el fundamento de todas; y sin ella ninguna puede haber sólidamente fundada en el corazón. Además, la humildad atrae las gracias del cielo, e informa el corazón de la criatura de tal manera que lo hace digna morada del espíritu de Dios, cuyas luces lo penetran y lo abrasan; y este fuego sagrado le da vigor y actividad para transformarse en criatura toda celestial, y entrar gustosa por las sendas más difíciles del cristianismo. Una oveja así humilde, se aprovecha cuidadosamente de todas las instrucciones que su Pastora la da con su voz tierna, ya en la lectura piadosa en que la ofrece un pasto saludable, y ya en las inspiraciones con que habla a su corazón: y como, por ser humilde, no tiene lugar en ella la envidia, la vanidad y el deseo de las honras del mundo, es susceptible de todas las impresiones de la gracia y las obedece conociendo la voz de su Pastora, por cuyo conducto se le comunican por el Padre de las misericordias. Si la humildad es una cualidad propia de una inocente oveja, no lo es menos la paciencia con que se deja atar para ser despojada de su lana y aun para ser conducida a la muerte, sin irritarse, ni volverse contra quien la clava el cuchillo. Esta virtud es igualmente necesaria para que los buenos pensamientos, las inspiraciones y demás medios con que nos habla nuestra Pastora, fructifiquen en nuestras almas. Esto quiso el Señor significar diciéndonos: Con vuestra paciencia poseeréis vuestras almas. Es decir, que seremos señores de nuestro corazón para ejecutar sin dificultad ni repugnancia todo lo que exija la gloria de Dios y pueda contribuir a nuestra santificación, que es el intento de esta Pastora cuando dirige su voz a sus ovejas. El que es verdaderamente paciente no da lugar a la pasión contraria, que quitando la tranquilidad y el reposo interior, hace que el corazón se gobierne por el propio desarreglado humor impaciente; y entonces, no hay que admirar si desaparece toda buena disposición, con que debe oírse la voz de la Pastora, que guía y conduce a sus ovejas por los caminos de la virtud.
  
AFECTOS
¡Error lamentable! Si la humildad es la mejor disposición para que la voz de mi madre Pastora fructifique en mi alma, ¿de dónde viene que yo ame tan poco una virtud que me es tan necesaria? ¡Ah! Esto se origina de que yo no conozco su mérito, y solo me afano por sus contrarios, cuales son la vanidad, la soberbia, el honor y estimación de los hombres: hasta hoy no he sabido sufrir una palabra que dañase a mi amor propio: el menor desprecio de los hombres me ha llenado de tristeza y de dolor: yo me confundo al verme tan imperfecto y miserable, y no es extraño que estando yo tan mal dispuesto, haya fructificado tan poco en mi espíritu la voz de esta Santísima Pastora. Gracias os doy, ¡oh Madre mía!, porque en tiempo oportuno me hacéis conocer este mi error. Yo me aplicaré al estudio de la humildad, pues que ella me dispone eficazmente para recibir las impresiones de vuestra voz. Es cierto que esta virtud es difícil y repugnante a la naturaleza viciada, sin embargo, no desconfío de conseguirla con vuestra protección. Sí, humildísima Pastora, comunicadme esta virtud, que os ensalzó a la mayor grandeza y dignidad.
   
No me causa admiración si inspirándome con eficacia la voz de esta Divina Pastora tantos buenos pensamientos, tantas buenas resoluciones y tantos vivos deseos de practicar la virtud, no pudo reducirme su eficacia a la ejecución de ellos tan prontamente como era justo, puesto que no me valí del otro medio que tengo para conservar su eco en mi corazón, que es la paciencia (Luc., cap. 8, v. 15). El verme tan poco cuidadoso de esta virtud, es mi mayor confusión entre los desarreglos de mi vida. Todas mis resoluciones se desvanecen sin efecto, si para esto tengo que sufrir la mas pequeña molestia. Tan poca es mi tolerancia, que si las cosas no salen a medida de mi gusto, me lamento, me inquieto, murmuro, y alborotadas mis pasiones, no me dejan con su bullicio oír la voz de mi Pastora. ¡Tal ha sido hasta hoy mi conducta!, y cuando no hubiese yo cometido otra falta, tendría bastante que llorar toda mi vida. Yo os pido perdón, ¡oh Dios mío!, y a Vos, Pastora, os suplico que no ceséis de llamarme hasta vencer mi obstinación.
   
2º Considera lo segundo, la obligación de quitar de tu corazón todos los obstáculos que pueden ensordecer tus oídos a la voz de tu solícita Pastora, cuando cuidadosa de tu bien, te llama para que atiendas a los llamamientos e inspiraciones de la gracia. Uno de estos perniciosos obstáculos es la demasiada solicitud por la fama, la salud, el honor, y demás que el mundo aprecia, cuyos cuidados ocupan tanto al alma, que la roban toda la atención, y no la dejan oír la voz de la Pastora. Esta verdad está fundada en la misma experiencia, que es la prueba mas convincente. Cuando los oídos están enteramente aplicados a estas cosas temporales, no es ya posible percibir las espirituales, y aun llegarás al extremo de despreciar la voz que te llamará la atención hacia ellas: te será sumamente sensible el obedecer al Evangelio, que te manda buscar primeramente el reino de los cielos, y no tomar cuidado por las cosas necesarias a la vida, dejando a la Providencia la provisión de ellas (Matth., cap. 6, v. 23). Considera que el deseo desarreglado de las riquezas es otro grande obstáculo para percibir el eco de la voz de esta Divina Pastora. Jesucristo lo tiene dicho, y lo dijo de un modo tan terminante, que no deja duda alguna: Es imposible, dice, que algún rico se salve (Matth., cap. 19, v. 24), porque las riquezas ocupan de tal suerte el espíritu del hombre que lo hacen sordo a las voces de la gracia, hasta perder el cuidado de su salud eterna: y porque este deseo crece con las mismas riquezas, y cuanto éstas se aumentan, toma aquél mayor incremento hasta embarazarlo, y aun esclavizarlo en sus mismos afectos desordenados. El amor de los placeres es, por último, un grande obstáculo para oír la voz de la Pastora, e inutiliza las gracias que ella intenta dispensarte llamándote hacia sí porque este amor criminal desarregla enteramente al alma, y no la deja gustar de la dulzura que lleva en sí la voz de tan amable Pastora, y con que la acaricia para desviarla de los placeres prohibidos. Como este amor es un fuego ardiente y devorador, que deseca todas las semillas de la virtud, y aun apaga las luces de la razón, la precipita en una multitud de otros crímenes, y dejando la sociedad y compañía de aquellas almas que, cual ovejas fieles, siguen la voz de su Pastora que las llama a los entretenimientos gustosos de la vida espiritual, cierra sus oídos a los clamores de tan piadosa Madre, y se extravía a saciar su gusto con amistades humanas, con juegos y diversiones peligrosas, de donde con dificultad sale sin ser rea de multitud de pecados mortales que comete y hace cometer a otros: quedando poco a poco tan esclavizado el corazón, que ya le parece no poder vivir sin aquellos pasatiempos y placeres que antes, cuando obedecía la voz de su Pastora, no tenían lugar en su voluntad.
  
AFECTOS
Desde hoy queda ya estampada en mi alma esta importante verdad del Evangelio: ¿De qué me sirve poseer todo el mundo, si pierdo mi alma? Esta reflexión será un correctivo poderoso para reformar los deseos desarreglados de las cosas del mundo, que hasta hoy han agitado a mi corazón, y lo han hecho sordo á la voz de mi Santísima Pastora. Confieso esta verdad con confusión mía: es cierto que he pasado la mejor parte de mi vida sordo a sus dulces ecos, y ocupado en cuidados superfluos, de que no he sacado otra utilidad que la inquietud, la amargura y el descontento cada vez mayor de mi corazón. Lloro, pues, mi ceguedad, cuando desengañado considero en la que he vivido ambicionando, y procurando los bienes pasajeros que Vos, Pastora mía, condenáis, y el desvelo con que me he proporcionado las comodidades, y cuanto ha podido lisonjear a la carne; y me entrego enteramente a la dirección de tan caritativa Pastora, cuya dulce voz me dice que no ponga mi atención en las cosas de la tierra, ni me deje cautivar de los deleites pasajeros, cuya duración es solo momentánea.
   
Bendígante los cielos y la tierra, ¡oh Santísima Pastora!, y queden atónitos y suspensos al oír la dulzura de tu voz: voz cariñosa y afable, con que conduces a tus ovejas á los pastos de vida eterna. Los Ángeles la escuchan con admiración y placer. Los espíritus infernales la tiemblan, y al oírla huyen precipitados hasta esconderse en lo más profundo del abismo. Tus ovejas se fortalecen y se animan con sus dulces acentos, renuncian de sí mismas y de todos los placeres de la vida, y caminan gustosas por las amarguras del Calvario, cifrando su gloria en quedar crucificadas con su dulce Jesús. ¡Tanta es la virtud y eficacia de tu poderosa voz! ¡Ah, cuán feliz hubiera yo sido, si siempre hubiese andado por las sendas que ella me marcaba! Así prometo hacerlo desde hoy, pues sé que de lo contrario, las gracias que mi Pastora me ha dispensado con su voz, serán algún día un cargo terrible contra mí, por haberlas hecho inútiles para la salud de mi alma. Quiero, pues, con tiempo remediar estos males, y reparar mis pérdidas, por la mortificación continua de mis sentidos, y por la exacta y fiel obediencia a la voz de tan amable Pastora.
            
ORACIÓN
Mi amada Madre Pastora, que con tanta fidelidad guardasteis en vuestro Corazón el eco de la voz del Divino Esposo, por cuya fiel correspondencia fuisteis elevada sobre todas las criaturas, dadme una parte de estas santas disposiciones, y grabad profundamente en mi alma vuestra voz, para que produzca en ella los frutos preciosos que Vos intentáis. Bien sabéis que no hay cosa más frágil que mi corazón; y aunque al presente no quiero ya ocuparme de las cosas de la tierra, y renuncio de riquezas y placeres, veo sin embargo, que mil veces he propuesto esto mismo, y aún no lo he cumplido con toda perfección. Hacedme la gracia de que hoy comience a realizarlo tan constantemente, que perseverando fiel en esta resolución hasta la muerte, salga de esta vida, siempre obedeciendo a vuestra voz, y que ésta me guíe a la mansión eterna de la gloria. Amén.
   
Se reza un Padre nuestro, cinco Ave Marías, y un Gloria Patri.

HUNGRÍA: ARZOBISPÓN CONVIERTE IGLESIA EN RESTAURANTE

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   

La antigua iglesia jesuita en Veszprém (Hungría) estaba sin usar cuando la Fraternidad Sacerdotal San Pío X comenzó a celebrar Misa allí en 2021.
   
Pero pocos meses después, el arzobispón de Veszprém György Udvardy, de 63 años, prohibió la Misa y dejó nuevamente la iglesia sin uso. La semana pasada, fue reciclada como un restaurante para el Festival Balaton de Vino y Comida Gourmet del 21 al 24 de Septiembre.
   
Un anuncio promocionó «el sobrecogedor interior de la antigua iglesia jesuita» y anunciaba «catas guiadas» y «experiencias gourmet por chefs nacionales e internacionales para gourmets»

MES DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL – DÍA VIGESIMOQUINTO

A
La Espada de Roma:
MES DE SAN MIGUEL

VIGESIMOQUINTO DÍA

San Miguel, preservador de la muerte repentina e inesperada.

Desde tiempos inmemoriales, la muerte súbita se ha considerado un castigo de Dios y el castigo por una vida culpable. Sin embargo, cabe señalar que a veces el Señor llama a ciertas almas privilegiadas para salvarlas de los horrores de la muerte, y en este caso, como frutos maduros para el cielo, estos elegidos se desprenden del árbol que los había fijado a la tierra y caen inmediatamente en el seno de Dios. Sin embargo, es cierto que el juez supremo manifiesta la mayoría de las veces su sentencia de muerte golpeando repentinamente a quien creía que podía reírse de él impunemente. Esto es, además, lo que nos dice el Espíritu Santo: El Señor pone al impío en la tumba mediante una MUERTE REPENTINA E INESPERADA. Y el Apóstol San Pablo lo repite: El Señor vendrá como un ladrón en la noche. Y cuando los pecadores digan: "paz y seguridad para nosotros", entonces vendrá sobre ellos una muerte súbita, que los torturará y de la que no podrán escapar. Ahora bien, bajo la antigua Ley, si hemos de creer a los escritores más autorizados, siempre que se producía la desastrosa plaga de la muerte súbita, Israel recurría a su Ángel, o al Ángel del Señor, que, como ya hemos establecido, no era otro que San Miguel. Encontramos, además, en el Antiguo Testamento, pruebas de esta afirmación, y, al mismo tiempo, muchos rasgos que muestran el poder de San Miguel para detener este castigo divino. Asimismo, bajo la Ley de la Gracia, San Miguel se nos presenta como el preservador de esa triste muerte que generalmente conduce al hombre al abismo eterno. Desde el principio de la era cristiana, San Ignacio pidió a Dios, por intercesión de San Miguel, que le protegiera de una muerte repentina e inesperada. Y, según Corneille Lapierre, los Apóstoles y sus sucesores que difundieron el culto a San Miguel por todas partes han precisado, podría decirse, entre otros privilegios, este poder verdaderamente maravilloso que recibió de Dios, este poder de preservar a los cristianos de una muerte repentina e imprevista. Varios pontífices de los primeros siglos autorizaron, e incluso ordenaron, en diversas circunstancias, oraciones especiales en honor de San Miguel para preservar a los fieles de la muerte súbita. El emperador Constantino, que había disfrutado varias veces de la visión de San Miguel, se recomendó a este glorioso Serafín en estos términos verdaderamente conmovedores: "Miguel, Archiduque del Señor y Príncipe del Cielo, me postro a tus pies para implorar de tu misericordiosa bondad la gracia de ser salvados, yo y mi familia, de una muerte repentina e imprevista, de la que eres responsable y de la que proteges a tus devotos siervos." Según algunos historiadores eclesiásticos, los papas San Gelasio y Juan I aprobaron la práctica establecida de pedir a San Miguel por una muerte esperada y en cama. San Gregorio Magno recomienda encarecidamente a los fieles que recurran a San Miguel contra el miedo a ser golpeados por una muerte súbita. Más adelante, San León IV recuerda que, según la tradición, siempre que la muerte súbita se desencadena con más violencia, hay que hacer ardientes súplicas a San Miguel para obtener su cese. En los siglos siguientes, a petición de varios obispos, los Pontífices concedieron indulgencias a todos los fieles que recitaran las invocaciones hechas en honor del Santo Arcángel. Encontramos estas invocaciones en un libro de oraciones del siglo XV: De la muerte súbita e inesperada, líbranos, San Miguel, que has recibido esta saludable función de Dios. San Miguel, que tienes en tus manos nuestros destinos eternos, que mandas al diablo y a la muerte, dígnate protegernos de la muerte súbita. Todavía hoy, uno de los objetivos de la Archicofradía de San Miguel es conseguir, a través de la protección de este Arcángel, la PRESERVACIÓN DE LA MUERTE SÚBITA E INESPERADA. Además, encontramos numerosos ejemplos de esta misión de San Miguel. En primer lugar, vemos al glorioso Arcángel advirtiendo a sus fieles servidores de la hora de su muerte. Así viene a traer la noticia a San Caprais, se le aparece a San Arnaldo, diciéndole: "Ánimo, pronto vendré a recoger tu alma para conducirla a las puertas del Cielo." Otras veces detiene la muerte para dar tiempo a los pecadores a convertirse y hacer penitencia. Esto es lo que hizo por Bertrand de Salluces: El puente por el que cruzaba el río se derrumbó de repente, pero una mano sujetó al infortunado y lo depositó en la orilla opuesta del río: "Soy yo, Miguel, que he venido a rescatarte de la muerte, arrepiéntete y haz penitencia." Guillaume de Thou, en el campo de batalla, sentía ya la espada del enemigo tocando su cabeza, cuando de repente el Arcángel, bajando del cielo, levantó la mano de este capitán, diciéndole: "Te ordeno que le perdones hoy, le dejo tres días de vida para que se reconcilie con Dios y se prepare para la muerte, pues es uno de mis más devotos servidores." En el sitio de La Rochelle, una gran piedra cayó sobre la cabeza de Carlos VII, sin causarle ningún daño. Este rey, dice una crónica, no estaba en condiciones de presentarse ante el tribunal de Dios. San Miguel, que lo sabía, realizó este prodigio, pues le era muy devoto, y por gratitud, este piadoso monarca vino a depositarlo en el santuario de San Miguel. Unpeligro similar amenazó a Luis XI en Alençon. Persuadido, otros dicen que advertido por el propio Arcángel, de que San Miguel le había preservado de la muerte, en la que apenas pensaba en ese momento, peregrinó a Mont-Saint-Michel a pie, llevando en ofrenda la piedra y el trozo de tela que esta había arrancado de sus vestiduras reales, y colgándolos en una cadena de hierro al pie del gran crucifijo que adornaba la Basílica del Ángel preservador de la muerte súbita. Citemos, entre otros miles, este relato que proporciona el Reverendo Padre de Boyesleve: M. de Quériolet sufría desde hacía varios días una fiebre intensa y continua. A pesar de su extrema debilidad, quiso levantarse el día de San Miguel, y, empujado por una fuerza misteriosa, fue a la iglesia con extraordinaria dificultad. Durante su ausencia, su casa se derrumbó de arriba abajo, y se salvó así de una muerte segura, para la que no estaba suficientemente preparado. ¿No es de extrañar entonces que las artes hayan celebrado este privilegio de San Miguel? Lo vemos representado, ya sea en esculturas o en cuadros pintorescos, como deteniendo la muerte que llega a un hombre absorbido por los asuntos temporales, o enteramente dedicado a los falsos placeres del mundo. Algunos frescos de los siglos XII al XVI lo muestran anunciando a los cristianos que se acerca su última hora, para que se preparen para ese momento terrible que decidirá su eternidad feliz o infeliz para siempre. Ante estos testimonios y hechos, repitamos esta hermosa oración que encontramos en un libro de horas que lleva la fecha de 1783:
"Acuérdate, oh San Miguel, de que te pertenecemos; así que no permitas, ya que tienes el poder de hacerlo, que el demonio se vengue en nosotros de la destrucción que le has infligido, golpeándonos con la muerte repentina e imprevista que podría ponernos en su poder para siempre."
MEDITACIÓN- Cuando pensamos que la muerte puede golpearnos en cualquier momento, que la salud, la fuerza, la juventud, las mayores precauciones, no pueden protegernos de sus golpes imprevistos, nos asombra encontrar hombres lo suficientemente ciegos como para vivir como si la muerte no fuera a alcanzarles nunca, o al menos como si fuera a golpearles solo en un futuro muy lejano. Y, sin embargo, ¡hay tantos ejemplos, tantas sorpresas, tantas advertencias casi diarias que nos hacen reflexionar! Pero parece que el pensamiento de la muerte es un espantajo para algunas almas. No queremos detenernos en ella, la rechazamos lo más rápidamente posible cuando viene a molestarnos, tememos todo lo que pueda recordárnosla, temblamos ante la mención de un sermón sobre este tema, e incluso entonces el predicador se ve obligado a tratarlo de forma inesperada para no ahuyentar a un gran número de oyentes, evitamos cuidadosamente todas las lecturas e imágenes que representen la muerte o aludan a ella, nos disgusta todo lo que leemos sobre ella. Incluso volvemos los ojos cuando vemos los huesos de los santos, y especialmente su venerable cabeza, pues esta cabeza demacrada nos asusta, probablemente porque nos advierte que, sean cuales sean nuestros encantos reales o artificiales, esto es todo lo que quedará de este cuerpo del que nos enorgullecemos y que cuidamos con excesiva delicadeza. "Oh, qué locura -dice San Gregorio-, alejar de uno mismo el pensamiento de la muerte es buscar la condenación, pues donde no hay pensamiento de la muerte y su temor, hay vida disoluta y abundancia de pecados." "Y -añade San Francisco de Sales-, aquellas almas que, bajo el pretexto de la sensibilidad, evitan el pensamiento de la muerte, muestran a plena luz del día que son vanas y frívolas y que su corazón no es puro." ¡Qué amargo es el recuerdo de la muerte para el hombre que vive tranquilamente en el disfrute de sus bienes, pero qué dulce es para el hombre pobre y virtuoso! En efecto, para el hombre de mundo, qué pensamiento tan perecedero es éste: "De todos los bienes, de todos los placeres, de todas las criaturas que estaban a mi disposición, no quedará más que la tumba: Solum mihi superest sepulcrum." ¡Oh, vanidad de vanidades, todo es vanidad! El que tiene siempre ante sus ojos su última hora, desprecia fácilmente todas las cosas de la tierra, solo saborea lo que la muerte no puede arrebatarle, y así asegura su victoria sobre el demonio, el mundo y las concupiscencias de la carne, como dice la Escritura: "Acuérdate de tu último fin y no pecarás." Vivamos como si fuéramos a morir cada día: la muerte nos espera en todas partes. Si somos sabios, nosotros mismos la esperamos en todas partes. Recordemos estas hermosas y preciosas palabras de San Jerónimo: "Ya sea que coma, beba, estudie o haga cualquier otra cosa, la última trompeta siempre suena en mis oídos y me dice una y otra vez: ¡Levántate, oh muerto, ven al Juez!
ORACIÓN- Oh San Miguel, tú que a menudo detienes el brazo de la muerte para que tus fieles siervos se preparen para el temido paso del tiempo a la eternidad, haz que resuene siempre en nuestros oídos esta gran verdad de que la muerte está siempre a nuestro lado y que puede golpearnos en el momento en que menos lo pensamos. Graba profundamente en nuestros corazones el saludable pensamiento de la muerte, para que, aunque caiga de repente sobre nosotros, estemos preparados para recibirla y podamos lanzar este desafío: Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? ¿Dónde tu aguijón? Me duermo en la paz del Señor para despertarme en su gozo y gloria eternos. Amén.

domingo, 24 de septiembre de 2023

SOBRE LOS FUNERALES “CIVILES”

Francisco Bergoglio en la “cámara ardiente” del ateo y comunista expresidente italiano Giorgio Napolitano.

«Para el funeral civil diremos con Pascal: “La inmoralidad del alma es algo que nos interesa y nos toca tan de cerca, y tan profundamente que necesita haberse perdido el sentido para estar en la indiferencia de saber qué sea”.
   
Quien sin embargo no cree en Dios no puede creer en el alma; y el Crucificado Señor negado en vida viene negado en muerte. El funeral civil es un retroceso al paganismo, incluso peor, porque el paganismo aun tenía sus ritos para los difuntos, tenía los Manes, admitía el Tártaro y los Elíseos, y creían en el juicio de Minos. Pero el funeral civil no admite nada, nada cree, y tantas veces es impuesto al difunto, al cual en los últimos extremos de su vida se le vetó el recurrir al Dios de las misericordias y el perdón.
   
¡Oh!, verdaderamente, el bello progreso, la bella victoria, el magnífico paso que son el matrimonio civil que destruye a la familia, el funeral civil que no se sabe a qué clase de civilización pertenecía, y que con indiferencia semejante a la de los brutos arroja en una fosa los avances de un hombre que sin embargo, tuvo un alma racional e inmortal. “Basta haber perdido el sentido para estar en esta indiferencia”. ¡Repetiremos las palabras de Pascal!
  
[…] 
  
¿Y se osaría decir que esto es progreso, victoria y paso de emancipación? Esta es ruina y muerte. Ruina no ya para la Iglesia (como querría indicase con aquella palabra victoria) porque la Iglesia vencerá siempre, y el Señor que está en los cielos se reirá de estos estultos e impíos: “Qui habítat in cœlis irridébit eos”. Pero ruina y muerte de las almas así bárbaramente sacrificadas al demonio, ruina y muerte a la sociedad porque la sociedad nunca podrá tener de esto buenos ciudadanos de los cuales tener necesidad, y de los cuales honrarse, y rechaza la oferta de aquellos que sin religión y sin moral la ponen al desconcierto de cualquier cosa: amar la Patria es lo mismo que amar al prójimo (Ver Anales, pág. 85 de 1880), ¿y cómo se puede amar al prójimo y la Patria sin conocer y amar a Dios y su ley? Se amará la Patria mientras le convenga, y después se la traicionará».

Il progresso che si vorrebe dare all’Italia” (El progreso que se quiere dar a la Italia). En “Annali degli avvocati di San Pietro. Periodico religioso, scientifico, legale” (año III, n.º 7, 4 de Abril de 1881, págs. 104-105). Traducción propia.

LOS ANIMALES NO VAN AL CIELO

Traducción del artículo publicado en la sección ¿Cómo explicas estas creencias Católicas Tradicionales? de TRADITIO.
   
La doctrina constante de la Iglesia es que los animales tienen un alma, esto es, un “ánima” o fuerza animante. Sin embargo, en el caso de los animales, esta no es un alma “racional”, capaz de tomar elecciones morales, sino que operan por una forma de instinto. Por tanto, los animales no pueden merecer el Cielo, como puede el hombre con su alma racional.
        
No caigas en la herejía milenarista carnal (quiliasmo) romantizando el Cielo como un tipo de “tierra perfecta”. El Cielo es la Visión Beatífica, la percepción inmediata y perfecta de Dios Omnipotente. Cuando estás en la presencia de Dios, Suma Perfección y Belleza, todo lo demás palidece en el olvido.

ORDENACIONES SUBDIACONALES POR Mons. BEDE NKAMUKE


El viernes 22 de Septiembre de 2023 en la capilla Santa Filomena en Rumuigbo, cerca a Port Harcourt (Nigeria), Mons. Bede Nkamuke confirió en Misa Pontifical el Sacramento de las Órdenes Sagradas en el grado mayor del Subdiaconado a los Rvdos. Benjamin Ikhiaemoh y Jonathan Okafor.
   
Invitamos a todos los hermanos a orar para que ellos puedan llegar a la Ordenación Sacerdotal, como también por que hayan santas vocaciones sacerdotales y religiosas, y por los siguientes eventos de la capilla Santa Filomena:
  • Ordenación diaconal: 16 de Noviembre de 2023 (fiesta de Santa Gertrudis la Magna).
  • Devoción de las 40 horas: 17 al 19 de Noviembre de 2023.
  • Ordenación sacerdotal: 6 de Enero de 2024 (Epifanía del Señor).

MES DE LA DIVINA PASTORA – DÍA VIGÉSIMOCUARTO

Tomado de La Divina Pastora, o sea El rebaño del Buen Pastor Jesucristo guiado, custodiado y apacentado por su divina Madre María Santísima, escrito por fray Fermín de Alcaraz (en el siglo Fermín Sánchez Artesero) OFM Cap., Misionero Apostólico, e impreso en Madrid por don Leonardo Núñez en 1831, con aprobación eclesiástica. Por cada Consideración, Afecto y Oración hay concedidos 280 días de Indulgencia por el Nuncio Apostólico, el Arzobispo de Santiago de Compostela y otros Prelados.
 
DÍA VIGÉSIMOCUARTO
«Oves meæ vocem meam áudiunt, et ego cognósco eas, et sequúntur me» Joann., cap. 10, v. 27. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen.

En este día se nos manifiesta, que la Divina Pastora llama con su propia voz a sus ovejas, y cuando éstas la oyen, son reconocidas como propias de su rebaño, y ellas entonces siguen a su Pastora, sobre lo cual, 

1º Considera lo primero, que el cuidadoso y solicito Pastor, apacentando su ganado con amorosa solicitud, dirige de cuando en cuando su voz a sus ovejas con ciertos signos y modos tan varios, que adiestradas ellas, y acostumbradas a sus ecos, entienden fácilmente lo que el Pastor quiere significarlas: y ellas obedecen con tal prontitud, que a las veces dejan los pastos en que están o recreando su paladar, o satisfaciendo la necesidad y el hambre que las aflige. A esta manera las ovejas de María oyen y obedecen la voz de su excelentísima Pastora y entienden cuanto ella quiere significarlas, seguras de que es tal su bondad, que jamás les llama la atención con su amorosa voz, sino para que atiendan y procuren su mayor bien; y por esto, se gloría esta Señora, diciendo: Mis ovejas oyen mi voz, y ellas me siguen y obedecen. Pondera, que siendo tres las condiciones que pueden observarse en las ovejas de María, como prudente y sabia Pastora, son también tres los tonos de voz de que usa para regir y custodiar su rebaño. Hay ovejas delicadas y enfermas, o porque no convalecieron perfectamente de los males que padecieron, o ya por la dificultad de desarraigar los malos hábitos contraídos en sus anteriores extravíos, o ya porque la fuerza de las pasiones pesa tanto sobre ellas, que solo a fuerza de una violencia continua, en que a las veces flaquea su fragilidad, pueden superar la guerra cruel y reñida que están sosteniendo de día y de noche con la ley repugnante que milita en sus miembros. A estas ovejas las llama esta Divina Pastora con una voz blanda y suave, que introduce hasta lo interior de sus almas la dulzura y suavidad que destilan sus virginales labios, dándolas con ella el confortante más poderoso para recobrar las fuerzas perdidas, y robustecerse en el camino de la virtud. Hay otras que se ven a punto menos que expirar, porque las dificultades que encuentran en el camino de la virtud y la experiencia de su propia fragilidad, junto con los ardides del demonio que se une a ellas, las tiene al borde de la desesperación, pareciéndolas no ser posible el sostenerse. A éstas las conforta su Divina Pastora, llamándolas con una voz dulce y compasiva, que las infunde una plena y segura confianza en los auxilios de la gracia, con que pueden superar toda dificultad. Las hay sordas a los llamamientos de Dios, y que resisten tenaces a sus inspiraciones santas: a estas las llama con voz alta, fuerte e imperiosa, infundiéndolas temor y asombro, para que si no el amor, a lo menos el temor de la ira de Dios y sus castigos, convierta sus corazones y las haga dóciles, humildes y obedientes, como lo es una oveja fiel, porque el buen Pastor debe obligar con el terror del castigo a sus ovejas cuando resisten a su voz (San Agustín, Epístola 50, a Bonifacio).
  
AFECTOS
Vos, ¡oh dulce Pastora!, no perdonáis diligencia alguna para que yo sea digna oveja de vuestro rebaño. En medio de mis extravíos, o abatido con mi propia miseria, me llamáis con voz caritativa y pastoral; y si esto no basta, me seguís a lo lejos llamándome e invitándome a que vuelva a vuestro rebaño, cuando yo, locamente seducido, me separo de él. Si me resisto, y me empeño en huir, Vos os llenáis de compasión y lloráis mi pérdida; pero no cesáis de llamarme con piedad, solicitando mi atención a vuestra voz, como si Vos tuvieseis necesidad de mí para conservar la gloria que os resulta de ser Pastora de la grey de vuestro Hijo Santísimo. A tanta bondad y ternura, no puede ya resistir mi corazón. Cesad, pues, de correr ya tras de mí llamándome con vuestra dulce voz, porque yo me rindo a ella. Vuestra voz penetró mi corazón, y con su virtud y magnificencia, se robustece mi debilidad: mi indocilidad cede, y remediados así los principios de mis males, no me separaré ya un momento del redil, donde vuestras ovejas oyen palabras de vida eterna de vuestra virginal boca.

Ovejas ingratas y descarriadas, ¡ojalá que vosotras entendierais la felicidad que disfrutaríais si dóciles y obedientes a la voz de vuestra Pastora, no os separaseis ni un punto de este redil santo! ¡Ah! Esta piadosa Madre, en el colmo de sus misericordias, os hace oír interiormente su voz reprendiendo vuestros extravíos: advertid que esta voz nace del Corazón amoroso de una Madre que os ama entrañablemente, no obstante vuestra ingratitud: que va detrás de vosotras llamándoos, cuando ingratas huís de su presencia, y os ofrece todo su valimiento y protección cuando merecíais ser abandonadas. No cerréis, pues, vuestros oídos a su voz, poniendo así estorbos al amor con que os busca y os llama. No la obliguéis a que enojada de vuestra pertinacia y endurecimiento, cese de llamaros, se retire, y os deje en manos de vuestros enemigos.
   
2º Considera lo segundo, la estimación y el aprecio que se merece la voz de esta Divina Pastora, ya sea dirigida a las ovejas enfermas, a las débiles, moribundas, o sordas y endurecidas; y esto lo podrás conocer por la excelencia de la Madre del Pastor Divino, que habla a sus ovejas con aquel lleno de grandeza y majestad, que es propia de la voz de Dios, puesta por Él mismo misericordiosamente en boca de tan digna Pastora, para comunicarnos sus órdenes, y voluntad santísima. Siendo, como lo es en efecto esta Señora, el conducto fiel que escogió el Omnipotente para adoctrinar al mundo, nos hace entender los documentos de vida eterna que su Santísimo Hijo predicó y enseñó con sus palabras y ejemplos. Por cuya razón, nada aventuramos con decir que la voz de esta nuestra Pastora es, en cierto modo y sentido, toda divina; y aun por esto, el Divino Esposo pide a ésta su querida Esposa, que haga resonar su dulce voz en sus oídos para recrearlos con su dulzura (Cánt., cap. 3, v. 14). Pondera aquí, alma mía, la atención con que debes escuchar la voz de tu Pastora, porque, si es tanta la que se merece la de un Monarca de la tierra, que nadie se atreve a despreciarla, ni aun contradecirla, ¿no es preciso confesar, que es sin comparación más respetable la voz de esta Divina Pastora, en quien reside la plenitud de autoridad, depositada en sus labios por su Divino Hijo, y que por consiguiente se profiere con todo el lleno de sabiduría celestial, que es necesario para dirigir, gobernar, corregir y enseñar a todo el rebaño místico de la Iglesia? Y así, no es extraño que de su voz tomasen lecciones los Apóstoles para anunciar a todo el mundo la doctrina del Evangelio: convertirlo a la ley de un Crucificado: reducir a penitencia a los pecadores más endurecidos: y aun librar a los ya muertos de las oscuridades de los sepulcros. Considera que si tan respetable es la voz de los pastores de la Iglesia, que dice el mismo Dios, el que os oye, a Mí me oye (Luc., cap. 10, v. 16), la voz de esta Pastora, a cuya custodia y asistencia son encomendados por Jesucristo los Apóstoles, los Doctores y Predicadores de su Evangelio, lo debe de ser mucho más sin comparación, y más teniendo, como tiene en sí misma, la virtud y la fuerza para producir todos los bienes que puedan apetecer las ovejas que la oyen. Ella penetra y se significa con virtud divina aun en las almas más criminales, si quieren aplicar sus oídos a sus ecos; y es tal su eficacia y su poder, que los saca de los espantosos senos de la muerte y la corrupción, y los resucita a nueva y ejemplar vida: de forma que no solo los anima para practicar las virtudes cristianas, sino que los fortalece también para emprender y realizar cosas tan prodigiosas que el mundo mismo, incapaz de penetrar este misterio, se asombra y queda atónito. Según esto, podemos conocer y confesar que no hay, ni debe haber en las ovejas de María otra solicitud mas digna de su atención que el oír la voz de su Pastora, guardarla, y conservarla en su corazón, para que, fructificando en él, copien en sí mismas las virtudes de la Pastora que las guía.
  
AFECTOS
Parece increíble, ¡oh Pastora Santísima!, que Vos tengáis la bondad de dirigir vuestra voz afectuosa y tierna, a mí que soy la misma nada: que derraméis en mi alma una consolación tan dulce, con los acentos formados en vuestros hermosos labios, y que sin embargo oiga yo esta voz con tanta indiferencia, y acaso con menor aprecio que si un hombre cualquiera me hablase de novedades impertinentes. ¡Ah! Yo bien conozco cuán criminal soy por esta ingratitud, y cuán justo es vuestro enojo contra mí por no haber estimado, cual debía, el imperio de vuestra soberana y pastoral voz. Yo, desgraciado e infeliz, desprecié más de una vez lo que Vos me decíais, ya en la lectura de los libros espirituales, o ya por boca de los Predicadores, que cooperan a la instrucción del rebaño de vuestro Hijo Santísimo: leyendo sin atención, u oyendo distraído, o cerrando de intento mis oídos por el recelo de que, al hablarme Vos, me intimaseis la ejecución de lo que yo debo practicar; pero ya quiero reparar estas faltas, escuchando vuestra voz con respeto, sea cual sea el conducto por donde llegue a mis oídos, y ejecutar fielmente cuanto ella me ordene.
  
Sí: estoy ya convencido: conozco que la voz amorosa de mi Pastora es digna de toda mi atención; y así, el poco aprecio que hasta hoy he hecho de ella, me obliga a reparar esta mi ingratitud: ya en adelante pensaré y meditaré de continuo sus preceptos, y la respetaré con toda la resignación de mi espíritu, convencido como estoy de su eficacia, de su grandeza y su fecundidad. Ella producirá en mi alma los frutos abundantes, que ha producido en el corazón de tantas sus ovejas santas y perfectas. Yo confieso su cuasi omnipotente virtud, y la considero por lo mismo capaz de transformar mi corazón en el modo que Vos queréis. Si ella me dice que es necesario mortificarme en la comida, en la bebida o en los regalos de mi cuerpo: si me manda renunciar todo cuanto ha recreado mis sentidos: si me ordena que quite la ocasión en que tantas veces he tropezado y por la que me he visto sumergido en el pecado; o que renuncie finalmente al mundo, a sus máximas y costumbres, yo lo ejecutaré todo con exactitud. ¡Virgen Santísima! ¡Pastora Divina!, confirmad esta mi resolución. ¡Espíritu Divino!, comunicadme vuestros auxilios para realizarla.
            
ORACIÓN
¡Oh, Pastora admirable!, cuya voz hace entender a todas tus ovejas la voluntad del Omnipotente, y los caminos por donde debemos marchar para santificarnos con su exacto cumplimiento; haced que esta vuestra voz se introduzca en mi corazón de una manera tan eficaz, con una fuerza tan penetrante, y con un eco tan claro y evidente, que no pueda resistirme a practicar cuanto Vos me ordenáis. Yo al presente, ¡oh Madre mía!, me encuentro en la firme resolución de ejecutarlo así: mas por la experiencia de mi infidelidad pasada, llego a desconfiar de mis propósitos, por firmes que me parezcan; y así si Vos no tenéis compasión de mi flaqueza y debilidad, no haré más que levantarme para caer: concededme, pues, la gracia de perseverar fiel, siguiendo el eco de vuestra voz, hasta entrar en los pastos eternos de la gloria. Amén.
   
Se reza un Padre nuestro, cinco Ave Marías, y un Gloria Patri.

MES DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL – DÍA VIGESIMOCUARTO

La Espada de Roma:
MES DE SAN MIGUEL

VIGESIMOCUARTO DÍA

San Miguel, ángel exterminador del Anticristo.

Hacia el final de los tiempos, predice Daniel, llegará una época como no se ha visto desde que los pueblos comenzaron a existir. En este tiempo de perdición surgirá un rey perjuro que cubrirá el mundo de ruinas. Será apoyado por hombres poderosos que profanarán el santuario de Dios, acabarán con el sacrificio perpetuo de la Misa e introducirá en el templo la abominación de la desolación. No daremos aquí un retrato detallado de este ser degradado, de esta asquerosa criatura a la que nuestros Libros Sagrados llaman Anticristo, y que San Gregorio Nacianceno nos muestra como un poderoso usurpador por su inmensa riqueza, como el peor y más peligroso de los apóstatas, como un monstruo que vomita de su boca llena un sutil y fatal veneno. Según los Santos Doctores, será la manifestación prodigiosa del diablo, la encarnación de Satanás que quiere parodiar la santísima Encarnación del Verbo divino. Una tentativa aún más estúpida que la que el mismo Lucifer se atrevió a emprender en los cielos de los que fue expulsado por el primera Adorador del Hijo de Dios hecho hombre, pero una tentativa que quizá se cobrará más víctimas. Porque este rey maldito se levantará con falsos milagros que seducirán a las multitudes crédulas, parecerá dominar la tierra, pues extenderá su imperio por gran parte del globo, hablará insolentemente contra el Dios de los dioses. Como los Serafines rebeldes, en principio, dice San Jerónimo, este hijo de la perdición, al final de los tiempos, tendrá la audacia de intentar elevarse por encima de de Dios, y en su locura sacrílega irá a sentarse en el templo y se presentará como Dios. Y perseguirá a los elegidos, es decir, a los cristianos, con tanta violencia que nadie ha visto ni verá jamás algo semejante. Y tendrá éxito en sus maquinaciones infernales hasta que la ira de Dios sea satisfecha, ya que así lo ha decretado el Amo Supremo del universo. ¡Oh, qué perspectiva tan aterradora! Tengamos en cuenta que sólo los que marcados con el signo de la bestia, CHARACTEREM BESTIÆ, podrán vivir en este tiempo de la gran tormenta, como lo llama San Juan, en este tiempo de la soberana venganza de Dios, según la expresión de Santo Tomás. Y lo que debería asustar a las almas más pusilánimes es que la Sagrada Escritura y los intérpretes afirman que el cristiano se verá obligado a pronunciarse a favor o en contra y no podrá permanecer indiferente, lo que equivale a decir que tendrá que elegir entre el martirio o el más execrable perjurio. Y, no nos equivoquemos, este tiempo no es tan remoto como suponemos, según el sentir de ciertos autores. El venerable Holzhauzer en su admirable comentario al Apocalipsis nos muestra el reinado del Anticristo muy próximo a comenzar. "Despertemos -gritó el cardenal Pie hace unos años-, despertemos, no seamos como los Apóstoles que dormían un profundo sueño cuando Judas estaba a punto de cruzar el Huerto de los Olivos y entregar al divino Maestro a la furia de los orgullosos e hipócritas judíos. Despertemos, el nuevo traidor ya está tramando entregar a Jesús y a su Iglesia en manos de otros judíos aún más pérfidos y crueles. Levantémonos, el perjuro de los perjuros está a nuestra puerta, pronto pondrá su mano a la obra. Levantémonos, sepamos defender a Jesucristo y luchemos por preservar la fe." "Dejémonos llevar por un santo temor ante lo que está ocurriendo en la actualidad -añade el obispo Freppel-, pues tenemos motivos para hacerlo, ya que parece que ya se ven los precursores del Anticristo. Pero vosotros, sí, vosotros los sectarios idólatras, temblad, pues estáis sin esperanza, porque sabemos que Miguel, el jefe de las cohortes angélicas, descenderá de las alturas celestiales para aplastaros conduciendo al Anticristo, es decir, a Satanás encarnado, al abismo eterno." En efecto, cuando la justa ira de Dios sea satisfecha por el derramamiento de la sangre pura de un marcado número de justos, entonces surgirá el gran Príncipe San Miguel, protector perpetuo de los hijos de Dios. Según la expresión de San Juan, primero marcará a los verdaderos siervos de Dios en sus frentes, para preservarlos de la última tormenta; luego enviará a sus Ángeles a rescatar a los fieles adoradores de Cristo, aquellos cuyos nombres se encontrarán escritos en el Libro de la Vida; finalmente irá directo al Anticristo, lo derrocará milagrosamente de su trono, y matará de manera imprevista y espantosa a este hombre de orgullo, mentira y blasfemia. En el mismo sentido, Teodoreto dice que el glorioso Jefe y Primado de las milicias celestiales aparecerá para defender la causa del Verbo Encarnado y entablará otra batalla, tan grande, si no más grande y formidable que la primera, con el Dragón inferior y sus pérfidos seguidores; y que con el poder de su invencible brazo volverá a vencerlos por la estupidez de su orgullo y por la temeridad con la que han perseguido impúdicamente a Cristo y a su Iglesia, contra la que nunca prevalecerán las puertas del infierno. El papel de San Miguel en este tiempo de profunda desolación, cuando los mismos elegidos serían seducidos, si fuera posible, es también admitido por los judíos que explican a su manera la gran victoria de nuestro glorioso Arcángel. San Gregorio, San Pedro Damián, San Tomás de Aquino, Pedro Lombardo, Corneille Lapierre, Estius, Picquigny y muchos otros, declaran formalmente que San Miguel será el enviado celestial que matará visiblemente, con una gloria que ningún hombre ha visto jamás, al monstruo infernal que las Sagradas Escrituras llaman con el aterrador nombre de Anticristo. Sin duda, como dice San Pablo, será Nuestro Señor Jesucristo quien decretará el exterminio del Anticristo y de sus satélites, pero confiará absolutamente a SU ÁNGEL, es decir a San Miguel, la ejecución de sus voluntades y el ejercicio de su poder, como lo hace habitualmente, ya que este glorioso Serafín es, después de Jesús, según la opinión común, el Juez supremo y el presidente del tribunal soberano de Dios. Esta es la opinión de Santo Tomás, de los Padres de la Iglesia y de los más famosos comentaristas. Además, un gran número de autores, apoyándose en los Santos Doctores, dicen incluso que el lugar de combate elegido por San Miguel sería la parte del Monte de los Olivos donde el divino Salvador subió gloriosamente al cielo el día de la Ascensión. Comentando este privilegio del Príncipe de los Ángeles, San Gregorio lanza este grito lleno de amor y gratitud: "Oh San Miguel, ministro de las misericordias de Dios Salvador y rayo deslumbrante de su gloria, detén el brazo vengador del Altísimo. En este tiempo en que el Todopoderoso permitirá al Anticristo fundar su imperio, los crímenes se habrán multiplicado sin medida. Ciertamente no serán tus advertencias las que habrán fracasado, sino que los hombres, llenos de olvido e ingratitud, te habrán abandonado como antes abandonaron a Jesús el divino Redentor del mundo. Con esto en mente, y para reparar sus infidelidades en la medida de mis posibilidades, me consagro a ti y al mismo tiempo te consagro a todos los que estarán vivos en ese momento, para que por tu intercesión todopoderosa los preserves de los golpes insidiosos de este infame seductor, este hombre de perdición al que debes aplastar con inaudito esplendor. Oh discípulos de Cristo, caigamos de rodillas, que estas palabras se apoderen de nuestros corazones y nos inspiren la saludable resolución de consagrarnos a nosotros mismos y a nuestras familias a San Miguel, vencedor de Satanás, exterminador del Anticristo.
MEDITACIÓN- Comentando estas palabras de San Pedro: "Resistid al diablo con vuestra fuerza en la Fe", el Cardenal Mermillod decía: :Parece que el diablo prepara los caminos del Anticristo, pues los caracteres nobles y generosos desaparecen, dejando el lugar a la debilidad y a la despreocupación." ¿Dónde está, en efecto, esa fuerza de alma y de voluntad que un día hizo a los mártires y confesores de la Fe? ¿Hay muchas almas que preferirían soportar la muerte antes que consentir una debilidad culpable, que aceptarían las cadenas y el exilio antes que traicionar el menor de sus compromisos? Por desgracia, cada vez son más raros, y, cuando se encuentran algunos, se les acusa de exageración, e incluso de no ser de nuestro siglo. El siglo XIX, que se presenta como un siglo de luz y de progreso, ¿nos devuelve a aquellos tiempos de decadencia que ablandaron a los pueblos de la antigüedad, los desanimaron y los redujeron a la esclavitud? Supongo que no, pero lo que se puede constatar es que los carácteres se están ablandando, que ya no hay esa fuerza de voluntad, ese coraje, esa energía y ese heroísmo que solían abundar. ¿Dónde están nuestros antepasados? ¡Ah! El Anticristo podría haber aparecido en aquellos días y su imperio habría sido pronto derrotado, pues la gente entonces sabía luchar valientemente y resistir hasta la muerte para defender y preservar su Fe. Por lo tanto, remojemos nuestras almas, recordemos los ejemplos de los primeros cristianos, sonrojémonos de nuestra debilidad y condescendencia, no tengamos otro lema que éste: Dios y el deber. Mantengámonos firmes en la fe, seamos intrépidos como leones, según el consejo del Espíritu Santo. Preparemos a nuestros hijos para la gran lucha que puede esperarles; animémonos mutuamente a sacrificarlo todo, a sufrirlo todo, por la gloria de Dios y de su Cristo. La vida es corta, la eternidad no tendrá fin.
ORACIÓN- Oh San Miguel, estamos aterrados al pensar en esta última tormenta que ha de asolar el mundo y que se acerca día a día, es en este momento cuando, más que nunca, los siervos de Dios necesitarán tu poderosa protección. Te la pedimos humildemente para ellos, y, si nosotros hemos de vivir en este tiempo de profunda desolación, no permitas que seamos víctimas de la pérfida seducción de este apóstata, danos la fuerza y el valor para resistir hasta derramar toda nuestra sangre, si es necesario. Dígnate marcar nuestra frente con el signo de la predestinación. Haz que, en el último momento, nuestros nombres sean inscritos en el Libro de la Vida y que sigamos al Cordero divino en el reino de su gloria. Amén.

sábado, 23 de septiembre de 2023

NOSTRADAMUS, UN FRAUDE PROFÉTICO

Traducción del artículo publicado en INTROIBO AD ALTARE DEI. Textos bíblicos tomados de la versión de Mons. Félix Torres Amat.
   
NOSTRADAMUS
  
   
Presuntamente predijo el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, e incluso la destrucción de las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York el 11 de Septiembre de 2001. Él era un “profeta”, un “vidente” y, según algunos, un buen católico. Su nombre es Michel de Nostredame, mejor conocido como Nostradamus (1503-1566). Su más famoso libro está lleno con sus presuntas profecías escritas en cuartetas (poemas de cuatro líneas) para escapar de la “persecución” por las autoridades eclesiásticas que estaban “celosas” de él o no entendían sus “dones proféticos”. Sus entusiastas (de los cuales hay muchos) afirman que predijo la mayoría de eventos mundiales significativos desde su tiempo (el siglo XVI) hasta el Juicio Final.
    
Según el investigador Edgar Leoni «Desde 1775, al menos un libro sobre Nostradamus ha sido publicado cada 20 años, y desde 1840, al menos cada década» (Cf. Nostradamus and His Prophesies, [1961], pág. 57). Los fanáticos devotos de Nostradamus, muchos de los cuales son miembros de la secta del Vaticano II, lo consideran el “profeta” más acertado del mundo y afirman haber descubierto las “claves” para desbloquear correctamente el verdadero significado de sus profecías. ¿Qué pensamos de Nostradamus y los que venden sus “profecías”? Este artículo responderá esa pregunta.
   
(He compilado la información en este artículo de muchas y distintas fuentes, incluyendo a Peter Lemesurier, The Nostradamus Encyclopedia [1997], y David Ovason, The Secrets of Nostradamus: The Medieval Code of the Master Revealed in the Age of Computer Science [1997], y otros referenciados a continuación. Solo tomo el crédito por compilar la información en una publicación concisa mostrando a Nostradamus como fraude — Introibo).

SU CONTEXTO
   
Michel de Nôtre-Dame, comúnmente llamado Nostradamus, nació en Diciembre de 1503 en el sur de Francia. Su familia era de herencia judía, pero se habían convertido al catolicismo. Su apellido tomado al convertirse significa “Nuestra Señora” en honor de la Santísima Madre de Dios. Sus abuelos eran eruditos e instruyeron ellos mismos a Nostradamus cuando era joven. Un abuelo era médico, y el otro le enseñó lenguas clásicas.
   
A los catorce años, Nostradamus dejó su familia para estudiar en Aviñón (Francia), un gran centro eclesiástico y académico. Frecuentemente en clases expresaba desacuerdo con las doctrinas de la Iglesia Católica. Nostradamus asistió después a la Universidad de Montpellier, donde estudió medicina y astrología [aunque sus partidarios afirman que era realmente otro nombre para la astronomía, una ciencia verdadera, era astrología ocultista, como se verá]. Se graduó en 1522 y comenzó a llamarse Nostradamus, una forma latinizada de su apellido. Se hizo médico, y fue modestamente exitoso. En 1538, se dijo que él se había quejado que hacer una estatua de la Inmaculada Madre de Dios era básicamente “idolatría” (Cf. Ian Wilson, Nostradamus: The Man Behind the Prophecies [2014], pág. 62). 
   
Exteriormente, Nostradamus era un devoto católico practicante. Sin embargo, en la noche pasaba las horas en su estudio meditando frente a un tazón de latón lleno con agua y hierbas. La meditación lo pondría en trance. En tales trances, las visiones vendrían a él. Como resultado, recibía “profecías” y decidió escribir un almanaque (basado en la astrología y sus visiones) para 1550 y, como consecuencia de su éxito, continuó escribiéndolos por años futuros mientras empezaba a trabajar como astrólogo para varios patrones adinerados. Sustancialmente, hizo mucho más dinero como astrólogo para los ricos que como médico.
  
En 1555, Nostradamus publicó la primera edición de su obra más famosa titulada Las Profecías (o Las Centurias). Escritas mayormente en francés, incluiría diez grupos (centurias) de cien cuartetas (poemas de cuatro versos) proféticas cada una, cubriendo muchas naciones y extendiéndose desde el siglo XVI hasta el año 3797. Estas enigmáticas cuartetas contienen términos en francés antiguo, términos latinos, figuras míticas griegas, alusiones históricas, palabras únicas, anagramas, bromas, conjuros extraños, palabras parciales, orden inverso de palabras, etc. Un verdadero batiburrillo de rarezas lingüísticas. Estas contienen sus “profecías” cosechadas de las visiones. Muchas personas afirman haber encontrado la “clave” que resuelve el enigma de sus escritos, y sus predicciones siempre (o mayormente) se hacen realidad en nuestro tiempo.
   
Aunque era ocultista, Nostradamus declaró que sus predicciones estaban en armonía tanto con la fe católica como el correcto entendimiento de la Sagrada Escritura: «Protesto ante Dios y sus Santos que no propuse insertar ningún escrito en esta presente epístola que sea contrario a la verdadera fe católica…» (Epístola, párrafo 9). Entonces, ¿cómo saber si él era realmente un profeta? Además de su ocultismo, hay dos líneas de evidencia adicionales que lo muestran como falso y no católico: (a) cómo conseguía sus predicciones, y (b) cómo sus predicciones fallaron en realidad.
   
“PROFECÍA” VÍA ADIVINACIÓN
   
Deuteronomio 13, 1-5 dice que incluso si una profecía se realiza, si su mensaje aparta a la gente de Dios, entonces no es de Dios:
«Si en medio de tu pueblo se presentare un profeta, o quien diga haber tenido alguna visión en sueños, y pronosticase alguna señal o prodigio, y sucediendo lo que predijo, te dijere: “Vamos y sigamos a los dioses ajenos que no conoces, y sirvámosles”: no escucharás las palabras de aquel profeta o forjador de sueños; porque el Señor Dios vuestro os prueba para que se haga patente si le amáis o no con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. Seguid al Señor Dios vuestro, y temedle, y guardad sus mandamientos, y oíd su voz: a Él habéis de servir, y con Él debéis estrecharos. Pero aquel profeta o fingidor de sueños será castigado de muerte; porque trató de apartaros del Señor Dios vuestro que os sacó de la tierra de Egipto, y redimió del estado de servidumbre, para desviaros del camino que tu Señor Dios te ha enseñado; y así arrancarás el mal de en medio de ti».
¿Cuál es el mensaje de Nostradamus, y aparta a la gente de Dios?

ASTROLOGÍA
   
Nostradamus declaró: «Admito prontamente que todo procede de Dios… Todo de Dios y de la naturaleza, y por la mayor parte integrado por los movimientos celestes» (Epístola, párr. 12). Sus reclamos sobre una fuente divina siempre incluyeron referencia a la astrología. Nostradamus no dejó ninguna descripción explícita de su método astrológico, y las teorías descabelladas abundan entre los entusiastas. La astrología va más allá de la mera observación de las posiciones planetarias en conjunto con eventos espacio-temporales; ella presupone algún nexo causal, sea directo o meramente reflejado, entre ellos. Deuteronomio 18, 9-14 condena la adivinación (lo cual incluye la astrología) y todas las prácticas ocultistas (como la Iglesia también lo prohíbe).
Deuteronomio 18, 9-14 «Cuando hubieres entrado en la tierra que tu Señor Dios te dará, guárdate de querer imitar las abominaciones de aquellas gentes. No se vea en tu país quien purifique a su hijo o hija pasándolos por el fuego; ni quien consulte adivinos y haga caso de sueños y de agüeros: no haya hechicero ni encantador, ni quien pida consejo a los que tienen espíritu pitónico y a los astrólogos, ni quien intente averiguar por medio de los difuntos la verdad. Porque todas estas cosas las abomina el Señor: y por haber cometido semejantes maldades aquellos pueblos, acabará con ellos a tu entrada. Tú has de ser perfecto y sin mácula para con el Señor Dios tuyo, huyendo de toda superstición. Esas gentes, cuya tierra tú has de poseer, dan crédito a los agoreros y adivinos; pero tú has sido educado diversamente por el Señor Dios tuyo».
Según el teólogo Thomas Slater SJ: «La adivinación es mortalmente pecaminosa, porque es un gran insulto para Dios tener relaciones con y buscar ayuda del diablo, Su amargo enemigo; y además, es más peligrosa para las partes involucradas» (Ver A Manual of Moral Theology [1925], vol.1, pág. 142; énfasis mío).
   
Varias veces Nostradamus describió lo que parecían ser prácticas ocultistas por las cuales conjuraba “espíritus de fuego”, “ángeles de fuego”, y “misivas flameantes”, que le daban sus profecías. De hecho, las primeras dos cuartetas en las Profecías describen un ritual de adivinación:
«De noche, sentado y en secreto estudio.
Tranquilo y solo, en la silla de bronce:
Exigua llama saliendo de la soledad,
Hace prosperar lo que no debe creerse en vano
   
La vara en la mano entre los branquidas (sacerdotes de Apolo)
Por la onda bañada la orla y el pie:
Un miedo y una voz vibran por las mangas:
Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado».
Estas palabras son muy similares al ritual de adivinación descrito por Jámblico en un antiguo libro místico de magia:
«La sibila en Delfos recibía al dios… sentada en una silla de bronce con cuatro o tres pies… expuesta en dos lados al divino influjo, donde ella era irradiada con una luz divina… la profetisa de Branco sostiene en su mano una caña… o salpica el borde de su vestido con agua… y por este medio se llena con la iluminación divina, y habiendo obtenido la deidad, ella profetiza» (Ver James Randi, The Mask of Nostradamus: The Prophecies of the World’s Most Famous Seer [1993], pág. 82). 
Aunque Nostradamus no era explícito sobre sus métodos de adivinación, y sus defensores hacen más de sus alusiones a ellos que lo que realmente se muestra, sin embargo, hay mucha evidencia sugiriendo que él usaba rituales ocultistas para obtener sus profecías. Por esa sola razón es que los tradicionalistas no deberían escucharlo. Aun así, hay más cargos contra Nostradamus y sus pretendidas profecías.
   
PROFECÍAS FALLIDAS
   
Deuteronomio 18, 20-22 deja claro cómo distinguir a los profetas verdaderos de los falsos:
«Pero si un profeta, corrompido por la soberbia, emprendiere hablar en mi nombre lo que yo no le mandé decir, o hablare en nombre de dioses ajenos, será castigado de muerte. Y si tú allá en tu interior replicares: “¿Cómo puedo yo discernir cuál es la palabra que no ha hablado Dios de la que realmente me ha dicho?”, tendrás esto por señal: Si lo que aquel profeta hubiere vaticinado en el nombre del Señor no se verificare; esto no lo habló el Señor, sino que se lo forjó el profeta por la soberbia de su espíritu, y por lo mismo no le temas, ni respetes» (Énfasis mío).
Se mostró que una profecía no puede apartar a la gente de Dios, como lo hace Nostradamus usando el ocultismo. Hay una prueba adicional: (1) Si una profecía proclama algo que resulta no ser verdad, no es de Dios y por ende (2) no tenemos nada que temer ni respetar de este falso profeta y de lo que dice. Veamos cómo Nostradamus falla en sus presuntas profecías.
   
1. Las profecías fallan porque son nebulosas y abiertas a múltiples interpretaciones
La creencia que Nostradamus hizo muchas predicciones acertadas se apoya en las interpretaciones ofrecidas por sus entusiastas. Puesto que ellos afirman haber descubierto significado específico en sus enigmáticas profecías, la carga probatoria está en los entusiastas para demostrar ese significado específico (no ambiguo) existe en las profecías de Nostradamus. Esto es, deben mostrar que cada profecía tiene un solo significado y se ajusta únicamente al evento que afirman la cumple.
   
Cada generación de partidarios de Nostradamus halla los eventos titulares de su tiempo en las cuartetas de Nostradamus. Ellos sugieren que Nostradamus previó muchos personajes famosos desde Napoleón, hasta Hitler o Ronald Reagan; eventos históricos desde la Revolución Francesa hasta la Guerra de Secesión o la Guerra Fría; inventos modernos desde el globo de aire caliente hasta el submarino, la radio y la bombilla; y muchos eventos contemporáneos desde la propagación del SIDA hasta el juicio a O. J. Simpson o los ataques terroristas del 11 de Septiembre en Nueva York.
   
El proceso es generalmente el mismo. Después que se hace una conexión (así sea espuria) entre una palabra o frase en una cuarteta y alguna persona, lugar o evento histórico, el resto del texto o es ignorado o torcido para ajustar a la interpretación deseada usando un arsenal de “figuras interpretativas” descubiertas (por ejemplo, «estas letras deben leerse así»). Es importante señalar que la justificación para estas interpretaciones, si es que se da, es en el mejor escenario débil o defectuosa, y engañosa en el peor.
   
2. Ejemplos concretos de falsas profecías.
Las predicciones y el supuesto «que pasó», y lo que «se hizo realidad» son tomadas de independent.co.uk/news/education/11-shockingly-accurate-predictions-from-nostradamus-a6772736.html. Se analizarán dos de estas profecías:
  • ¿Nostradamus predijo al gran científico Louis Pasteur?
    Predicción:
    «Perdido, encontrado, escondido tanto tiempo.
    Será pastor semidiós honrado:
    Cuando la luna acabe su gran siglo.
    Por otros vientos será deshonrado».
    Qué pasó:
    Nacido en 1822, Louis Pasteur fue un químico y microbiólogo francés que descubrió que el crecimiento de los microorganismos causa la fermentación. Ese descubrimiento también demostró que las bacterias no aparecen espontáneamente de la nada, como se pensaba anteriormente, En cambio, crecen de organismos ya existentes en un proceso llamado biogénesis.
       
    Si bien Pasteur no fue el primero en proponer la “teoría de los gérmenes”, él convenció a gran parte de Europa de su validez. Inventó un proceso para remover las bacterias, que por él se llamó “pasteurización”. Su labor previa también condujo a la creación de las vacunas contra la rabia y el ántrax.
       
    Sin embargo, en 1995, el historiador de las ciencias Gerald L. Geison publicó un libro mostrando que Pasteur incorporó los hallazgos de un rival [el veterinario Jean-Joseph Toussaint, N. del T.] a fin de hacer funcional su vacuna contra el ántrax. Ese hallazgo “deshonró” parcialmente al gran científico, como lo predijo Nostradamus.
    Por qué está errada:
    La palabra francesa “pasteur” significa claramente «pastor de una iglesia» (¿el Papa?). La interpretación natural de la línea dos en la centuria I, cuarteta 25 es que un pastor será deificado. No hay nada que sugiera que la palabra francesa para un pastor de iglesia deba ser tomada como el apellido propio de un hombre. Eso se afirma gratuitamente sin evidencia alguna. Aparte, ¿qué tiene que ver la luna con esto? Según el defensor de Nostradamus John Hogue, el Instituto Pasteur fue fundado en 1889, el fin del último gran ciclo lunar en la astrología, pero el Instituto fue establecido realmente en 1887 e inaugurado en 1888 (Cf. John Hogue, Nostradamus: The Complete Prophecies [1997]). Esta profecía falla.
       
  • ¿Nostradamus predijo a Adolfo Hitler?
    Predicción:
    «De lo más profundo del Occidente de Europa,
    De gente pobre un niño nacerá,
    Que por su lengua seducirá a las masas,
    Su fama en el reino de Oriente más crecerá».
    Y…
    «Bestias feroces de hambre ríos atravesar,
    La mayor parte del campo contra Hister estará,
    En jaula de hierro el grande hará llevar,
    Cuando nada el hijo de Germano observará».
    Qué pasó:
    Hitler (que nació de padres pobres en 1889 en Europa Occidental) usó sus intensas capacidades oratorias para movilizar al Partido Nazi en Alemania en los años posteriores a la Gran Guerra. Alemania, como parte de las potencias del Eje, también se alió con Japón en el Este. Si bien muchos creen que “Hister” sea un error tipográfico, también es un viejo nombre para el río Danubio.
       
    Hitler nació a solo millas de ese río en lo que era entonces Austria-Hungría, también conocida como «la Monarquía del Danubio». Recordar, Nostradamus incorporaba frecuentemente anagramas como “Hister” en sus escritos.
    Por qué está equivocada:
    En los primeros manuscritos, la “s” en Hister aparecía como una alta y delgada “ſ” gótica, la cual se asemeja a una “l” [Hasta el siglo XVIII, la “ſ” o “s” larga –introducida en el siglo IV– se usaba al comienzo o en la mitad de las palabras, mientras que la “s” se reservaba para el final de estas, N. del T.]. Con poco esfuerzo, la “l” puede ser substituida y las letras transpuestas para pronunciar “Hitler”. No hay justificación, sin embargo, para hacerlo excepto si se necesita forzar la interpretación. Una explicación más sencilla es que, en la época de Nostradamus, el bajo Danubio era conocido como Ister o Hister, y estaba asociado con el río Rin. Los defensores de Nostradamus hacen que la cuarteta se ajuste a cualquier interpretación. La «jaula de hierro» no cuadra con las batallas de Hitler, por lo que se interpreta a veces como el vagón móvil en el cual Mussolini fue secuestrado y asesinado, lo cual es una interpretación forzada e inconexa a lo sumo. Esta profecía falla.
CONCLUSIÓN
   
Escribiendo sobre el tiempo de Nostradamus, el erudito italiano Francesco Guiciardini se burló de la credulidad de los que habían aceptado a pies juntillas la habilidad profética de Nostradamus a pesar de la evidencia en contra. Él declaró: «Cuán felices son los astrólogos a quienes les creen si dicen una verdad cada cien mentiras, mientras que otras personas pierden todo crédito si dicen una mentira después de cien verdades» (Cf. James Randi, The Mask of Nostradamus: The Prophecies of the World’s Most Famous Seer [1993], pág. 87). 
   
No hay necesidad de ser acrítico o desinformado respecto a las enigmáticas pseudoprofecías de Nostradamus. Más allá de fallar la prueba divina de acertar al 100%, la mayoría de las “profecías” de Nostradamus son vagas y ambiguas. Su reputación como un profeta acertado yace en interpretaciones espurias e injustificadas. Si alguien intentase hablarte sobre Nostradamus, hazle saber que no está siguiendo a un profeta de Dios, sino a un ocultista que recibía sus mensajes del Padre de la mentira.