Catedral del Santísimo Sacramento en Christchurch (Nueva Zelanda), antes del terremoto
Catedral del Santísimo Sacramento en Christchurch (Nueva Zelanda), después del terremoto
QUE SE PREPARE LA APÓSTATA ROMA, SU CASTIGO VENDRÁ PRONTO
COMBATIENDO SIN TREGUA EN TODOS LOS FRENTES PARA QUE CRISTO REINE. «VIVAT JESU, AMOR NOSTER, ET MARÍA, SPES NOSTRA!»
“Cuantos temen a Dios y por la piedad son mansos, buscan en todos estos libros la voluntad de Dios” (De Doctrina Christiana 2, c9).
“Id pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt XXVIII, 19).
“¡Oh Dios! Te doy gracias de que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros ni como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, pago el diezmo de todo cuanto poseo” (Lc XVIII 11-12)
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 89: “… lo que yo defiendo es la herencia del Segundo Concilio Vaticano y toda la historia de la Iglesia . El pasaje [del documento Dominus Iesus] significa que las iglesias orientales [es decir las iglesias “ortodoxas”] son genuinas iglesias particulares, aunque no están en comunión con el Papa . En este sentido, la unidad con el Papa no es constitutiva de la iglesia particular”.
Papa León XIII, Satis cognitum, # 15, 29 de junio de 1896: “Por donde se ve claramente que los obispos perderían el derecho y el poder de gobernar si se separasen de Pedro o de sus sucesores. Por esta separación se extirpan ellos mismos del fundamento sobre el que debe sustentarse todo el edificio y se colocan fuera del mismo edificio”.Papa Pío IX, Amantissimus, # 3, 8 de abril de 1862: “Hay otras, casi incontables, pruebas extraídas de los testigos más confiables que testifican clara y abiertamente con gran fe, exactitud, respeto y obediencia de que todos los que quieren pertenecer a la verdadera y única Iglesia de Cristo deben honrar y obedecer a esta Sede Apostólica y al Romano Pontífice”.Papa Pío IX, Concilio Vaticano I, 1870, sesión 4, cap. 3, ex cathedra: “… todos los fieles de Cristo deben creer que ‘la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice poseen el primado sobre todo el orbe, y que el mismo Romano Pontífice es sucesor del bienaventurado Pedro, príncipe de los Apóstoles, y verdadero vicario de Jesucristo y cabeza de toda la Iglesia (…) Enseñamos, por ende, y declaramos, que la Iglesia Romana, por disposición del Señor, posee el principado de potestad sobre todas las otras (…) Tal es la doctrina de la verdad católica, de la que nadie puede desviarse sin menoscabo de su fe y salvación” (Denz. 1826-1827).
Papa Pelagio II, epístola (2) Dilectionis vestrae, 585: “El que no sustenta esta unidad de la Iglesia, ¿cree que tiene la fe? El que abandona y resiste la cátedra de Pedro, sobre la cual se funda la Iglesia, ¿tiene seguridad de estar en la Iglesia?”.Papa Pío VI, Charitas, # 32, 13 de abril de 1791: “Por último, en una palabra, permanecer cerca de Nos. Porque nadie puede estar en la Iglesia de Cristo sin estar en unidad con su cabeza visible y fundada sobre la Sede de Pedro”.Papa León XIII, Satis cognitum, # 13, 29 de junio de 1896: “Quien no quiera ser hereje ni sentar plaza de tal no trate de satisfacer a éste ni al otro (…) Apresúrese a satisfacer en todo a la Sede de Roma”.Papa Pío XI, Mortalium animos, # 11, 6 de enero de 1928: “Ahora bien, en esta única Iglesia de Cristo nadie vive y nadie persevera, que no reconozca y acepte con obediencia la suprema autoridad de Pedro y de sus legítimos sucesores”.Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi, # 22, 29 de junio de 1943: “Así que, como en la verdadera congregación de los fieles existe un solo Cuerpo, un solo Espíritu, un solo Señor y un solo bautismo, así no puede haber sino una sola fe; y, por lo tanto, quien rehusare oír a la Iglesia, según el mandato del Señor, ha de ser tenido por gentil y publicano. Por lo cual, los que están separados entre sí por la fe o por la autoridad, no pueden vivir en este único Cuerpo, ni tampoco, por lo tanto, de este su único Espíritu”.Papa Pío VII, Diu satis, # 15, 15 de mayo de 1800: “De manera que el rebaño de Cristo debe sentirse seguro y alimentarse alegremente de la comida que les proviene de la voz y autoridad de Pedro; pero a pesar de cualquier belleza y encanto, deben rehuir como de nociva y apestosa plaga, de lo que esta voz les prohíbe. Y quienes no la obedezcan, ciertamente no serán contados de entre las ovejas de Cristo”.Papa San León Magno: “Es necesario que la Iglesia en todo el mundo esté unida y adherida al centro de la comunión eclesiástica, por lo que todo aquel que se atreva a separarse de la unidad de Pedro debe saber que ya no participa de los divinos misterios”[1].Papa Gregorio XVI, Commissum divinitus, # 11, 17 de mayo de 1835: “Así como el que no recolecta con Cristo tampoco recolecta con el vicario de Cristo sobre la tierra, sino que desparrama . ¿Cómo puede el que destruye la sagrada autoridad del vicario de Cristo e infringe sus derechos recolectar con él?”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 98: “Durante mi visita a Turquía, pude demostrar el respeto que tengo por el islam, al cual yo reconozco como una gran realidad religiosa con la que debemos dialogar”.
Papa Eugenio IV, Concilio de Basilea, 1434: “… existe la esperanza de que un gran número de la abominable secta de Mahoma será convertido a la fe católica”[2].Papa Calixto III: “Yo prometo (…) exaltar la fe verdadera, y exterminar la secta diabólica de los reprobados e infieles de Mahoma [islam] en el Oriente ”[3].
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 39: “Cuando un sacerdote vive con una mujer, se debe examinar si podrían constituir un buen matrimonio. Si ese es el caso, ellos deben seguir ese camino”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 121: “Pregunta – ¿Habría firmado el decreto que levanta la excomunión [a los obispos de la Fraternidad San Pío X] si hubiese sabido que entre los cuatro obispos había una persona que niega la existencia de las cámaras de gas? Respuesta – No. Si lo hubiese sabido, el primer paso habría sido separar el caso del obispo Williamson de los otros. Desafortunadamente, sin embargo, ninguno de nosotros navegó por internet para averiguar con qué tipo de persona estábamos tratando”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 124: “Pregunta – Sin embargo, el Secretario General del Consejo Central de los Judíos en Alemania llegó a afirmar que el Papa introdujo en la sociedad política a un negador del holocausto (…)¿Todo esto no sugiere que, a la luz del caso Williamson, la relación con los judíos todavía está enproceso? Respuesta – Una cosa que es evidente en todo esto es que todavía hay grandes temores y tensiones y que el diálogo es frágil y se puede dañar fácilmente. En el conjunto de la comunidad judía internacional, hubo muchas personas que de inmediato salieron en mi defensa y dijeron que yo nunca introduciría en la sociedad política a un negador del holocausto. Esas personas me conocen. En ese sentido, una ruptura del diálogo estaba fuera de la cuestión”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 158: “Yo no me opongo en principio a la comunión en la mano; yo he administrado y recibido la comunión de esta manera”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 81: “… Pregunta –Su primer acto oficial como sucesor de Pedro fue una carta a la comunidad judía de Roma. ¿Fue este un gesto simbólico destinado a trasmitir un objetivo básico de supontificado? Respuesta – Por supuesto. Debo decir que desde el primer día que comencé a estudiar teología, la unidad intrínseca del Antiguo y Nuevo Testamento, de las dos partes de la Sagrada Escritura, de algún modo fue clara para mí (…) Luego como alemanes fuimos sacudidos por lo que ocurrió en el Tercer Reich, lo que nos dio una razón especial para mirar con humildad y vergüenza, y con amor, al Pueblo de Israel. Como he dicho, ya fue durante mis estudios de teología que estas cosas se juntaron y comenzaron a formar mi pensamiento como teólogo. Por esta razón, fue claro para mí –aquí, también, en plena continuidad con el Papa Juan Pablo II– que esta nueva, amorosa, comprensiva interrelación de Israel y la Iglesia, donde cada uno respeta el ser y la misión distintiva del otro, habría de desempeñar un papel esencial en mi anuncio de la fe cristiana”.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1441, ex cathedra: “La Santa Iglesia Romana firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos (…) cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo (…) y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento (…) Denuncia consiguientemente como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo (la promulgación del Evangelio), observan la circuncisión y el sábado y guardan las demás prescripciones legales y que en modo alguno pueden ser partícipes de la salvación eterna…”.Papa Benedicto XIV, Ex quo primum, # 61, 1 de marzo de 1756: “La primera consideración es que las ceremonias de la ley mosaica fueron derogadas por la venida de Cristo y que ya no pueden ser observadas sin pecado después de la promulgación del Evangelio”.Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi, # 29-30, 29 de junio de 1943: “Y, en primer lugar, con la muerte del Redentor, a la Ley Antigua abolida sucedió el Nuevo Testamento (…) en el patíbulo de su muerte Jesús abolió la Ley con sus decretos [Ef. 2, 15] (…) y constituyó al Nuevo en su sangre, derramada por todo el género humano. Pues, como dice San León Magno, hablando de la Cruz del Señor, ‘de tal manera en aquel momento se realizó un cambio tan evidente de la Ley al Evangelio, de la Sinagoga a la Iglesia, de lo muchos sacrificios a una sola hostia, que, al exhalar su espíritu el Señor, se rasgó inmediatamente de arriba abajo aquel velo místico que cubría a las miradas el secreto sagrado del templo’. En la Cruz, pues, murió la Ley Vieja, que en breve había de ser enterrada y resultaría mortífera…”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 151: “Podríamos decir, si queremos decirlo así, que la evolución ha traído la sexualidad con el propósito de reproducir la especie. Lo mismo es cierto desde el punto de vista teológico”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 152: “Si alguien tiene inclinaciones homosexuales profundamente arraigadas –y ello todavía es una cuestión abierta de si esas inclinaciones son realmente innatas o si surgen desde la primera infanci – si, en cualquier caso, ellas tienen poder sobre él, esta es una gran prueba para él, al igual como otras pruebas pueden afectar a otras personas también”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 31: “Pregunta –Y no obstante, es difícil para mucha gente en estos días atenerse a la Iglesia. ¿Puede entender por qué las personas la abandonan en señal de protesta? Respuesta –Yo lo entiendo. Me refiero, por supuesto, sobre todo a las víctimas. Es difícil para ellos conservar la creencia de la que la Iglesia es una fuente de bien, que ella comunica la luz de Cristo, que ella ayuda a la vida de las personas. Yo puedo comprender eso”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 140: “Pregunta –¿Cómo es posible que en muchos países occidentales un niño pase años estudiando la religión católica en la escuela, y sin embargo en su graduación sabe más sobre el budismo que de los principios básicos del catolicismo, que incluso puede que no sea capaz de reconocer? Todo esto ocurre en un sistema que está bajo la responsabilidad de la diócesis. Respuesta –Esa es una pregunta que yo también me hago. Todos los niños en Alemania tienen nueve a trece años de religión en la escuela. Por qué, a pesar de ello captan tan poco, si se me permite decirlo así, es incomprensible”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 65: “Sobre todo, el Concilio ha tomado y realizado su gran misión al definir de un modo nuevo el objetivo de la Iglesia, así como su relación con la era moderna, y también la relacimón de la fe de este tiempo con sus valores”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 176: “La Iglesia no está aquí para colocar cargas sobre los hombros de la humanidad, y ella no ofrece algún tipo de sistema moral”.Romanos 3, 31: “¿Anulamos, pues, la Ley con la fe? No ciertamente, antes la confirmamos”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 147: “Pregunta –Pero, ¿en realidad la Iglesia rechaza cualquier tipo de regulación de la concepción? Respuesta –No. Después de todo, todo el mundo sabe que la Iglesia afirma la regulación natural de la concepción, que no sólo es un método, sino también una forma de vida”.
Benedicto XVI, Luz del Mundo, 2010, p. 94-96: “Pregunta –¿Es realmente cierto que el Papa no considera a los protestantes como iglesia, sino, a diferencia de la iglesia de oriente, sólo como una comunidad eclesial? Esta distinción suele ser muy despreciable para muchos. Respuesta –La frase ‘comunidad eclesial’ es un término utilizado por el Segundo Concilio Vaticano. El concilio aplicó una regla muy simple respecto a estas cuestiones. Iglesia en sentido propio, tal como la entendemos, existe donde el oficio episcopal, como expresión sacramental de la sucesión apostólica, está presente –lo que también implica la existencia de la eucaristía como un sacramento que es administrado por el obispo y el sacerdote. Si este no es el caso, entonces se trata de la aparición de otro modelo, una nueva forma de entender lo que la Iglesia es, que con el Concilio Vaticano II designamos por el término ‘comunidad eclesial. La palabra tenía por objeto indicar que estas comunidades encarnan una forma diferente de ser iglesia. Como ellos mismos insisten, ello no es precisamente el mismo modo en el que las Iglesias de gran tradición de antigüedad son Iglesias, sino que se basa en una comprensión nueva, según la cual una Iglesia consiste, no en la institución, sino en el dinamismo de la Palabra que reúne a la gente en una congregación (…) Pregunta –¿Y ni siquiera un Papa puede ofrecer una definición alternativa de Iglesia? Respuesta –No. Él no tiene autoridad sobre eso. El Concilio Vaticano II es obligatorio para él”.
“Pasamos por Cartagena, una ciudad tan bien conocida que no he de decir nada de ella. Navegamos a la vista de la ciudad, porque queda frente al mar: y tuvimos una hermosa vista de Madre de Popa, o Nuestra Señora de la Popa, un monasterio de la Virgen María, ubicado en la cima de una muy escarpada colina justo detrás de Cartagena. Es un lugar de increible riqueza, a causa de las ofrendas que se hacen allí continuamente; y aunque por esta razón esté en peligro constante de ser visitada por corsarios, el vecindario de Cartagena no tiene miedo. Es en resumen el mismo Loreto de las Indias occidentales: tiene muchos milagros relacionados a él. Cualquier desgracia que ocurre a los corsarios es atribuida a la intervención de la Señora, y los españoles cuentan que ella estaba ausente de su santuario la noche del 2 de Enero de 1669, en que el buque de guerra Oxford voló en la isla de Vaca, cerca de La Española, y que después de su proeza, regresó a su ermita con los vestidos mojados; como también, a menudo ella regresa con el vestido sucio y rasgado al pasar por bosques y malos caminos, cuando ha salido a alguna expedición, mereciendo sin duda un nuevo traje por tan eminentes servicios”.