sábado, 29 de febrero de 2020

OBISPO DE DAMASCO DE LOS SIROCATÓLICOS: “RUSIA HA COMBATIDO MUCHO A LOS TERRORISTAS”

Traducción de la noticia publicada en LA FEDE QUOTIDIANA.
  
  
“Agradezco a Dios por el don de las jornadas bareses. ¿Putin? El líder que  ha combatido mayormente el terrorismo”: he aquí las estocadas que emergen de esta entrevista que nos ha dado Su Excelencia Mar Youhanna Jihad Battah, archieparca de Damasco de los Sirocatólicos, en el contexto de “Mediterraneo, frontera de paz”, desarrollada en Bari.
   
Excelencia Battah, en Bari se ha hablado de la paz y se ha orado por la paz. Vd. viene de la Siria, tierra atormentada por el conflicto. ¿Satisfecho?
“Agradezco a Dios por el don de las jornadas bareses, un don de Dios. Bari nos ha acogido muy bien, con grande amistad y paciencia. El nuestro fue un debate franco, abierto, leal y también honesto para conocernos. He tenido la coincidencia en lo que ya sabía, esto es, que Bari es un lugar favorable al diálogo. Hemos hablado de paz, pero también otros temas importantes como la transmisión de la fe en esta área”.

Vd. viene de la Siria, teatro de guerra…
“Una realidad difícil, cierto. Por  fortuna, la situación tiende a mejorar. Es lícito pensar que lo peor ha quedado atrás. En resumen, moderadamente somos optimistas también porque vemos que poco a poco algunas actividades se retoman”.

¿Y el pueblo sirio?
“También el pueblo necesita recuperar la confianza. Pienso que la voluntad de los pueblos y las naciones sea siempre respetada. En cambio ha habido quien ha buscado o creído mandar por nosotros imponiendo soluciones de fueras, no agradables para la mayoría de la población. Me pregunto qué derecho tienen los estadounidenses para decidir por nosotros. ¿Quién le ha dado esta facultad? ¿Y por qué se la ha tomado?”.

¿Los rusos?
“Es reconocido que los rusos han sido los más serios e incisivos en la lucha contra el terrorismo. Putin es hoy el líder que  ha combatido mayormente el terrorismo, encarnando valores cristianos. Él ha contribuido fuertemente a la derrota de los terroristas”.

¿Es posible dialogar con el islam?
“Pienso que sea posible dialogar con musulmanes de buena voluntad. Una perspectiva  diferente. Es bueno recordar y lo digo sin polémica, que en el Corán, que es necesario leer para entenderlo y hacer comentarios, hay versículos contra los cristianos”.

LÁZARO PILLAI, MARTIRIZADO POR LOS HINDUÍSTAS

   
Lázaro Pillai nació el 23 de Abril de 1712 en Nattalam, ciudad del reino de Travancore (actua Tamil Nadu), del sacerdote shivaíta Vasudevan Namboodiri y su esposa Devaki Amma, perteneciente a la casta guerrera nayir (el apelativo Pillai era propio de la nobleza). Desde muy joven fue criado en las tradiciones hindúes (su nombre natal era Neelakanta –നീലകണ്ഠ, “garganta azul”–, un apelativo de Shiva) y fue funcionario del tesorero real Ramayyan Dalawa.

El 14 de Mayo de 1745, luego de nueve meses de catecumenado y siendo instruido por el francés Eustache Benoît de Lannoy, Neelakanta fue bautizado en la fe católica por el padre Giovanni Battista Buttari SJ en la parroquia de la Sagrada Familia de Vadakkankulam, tomando el nombre de Lázaro (traducido en tamil y malabar como Devasahayam/ദേവസഹായം), y posteriormente convirtió a su esposa Bargavi Ammal (que adoptó el nombre de Teresa –Gnanapoo/ஞானப்பூ en los referidos idiomas–) y a otros miembros de su familia y del ejército, desafiando el injusto sistema de castas (que aún se veía ¡hasta en los convertidos!).

Todo el ímpetu que tuvo Lázaro en propagar la Fe Católica a los demás se atribuye a su dedicación a la lectura de los libros cristianos y del ejercicio de las virtudes, recurriendo constantemente al auxilio de los Sacramentos de la Confesión y la Comunión. Para recibir los sacramentos, él iba a una iglesia que quedaba a seis leguas de donde vivía.
  
En ese tiempo, si bien no había persecución religiosa como tal, no era bien visto por los reyes hindúes que particularmente sus funcionarios renunciaran a la corte y se hicieran cristianos, como refiere el padre carmelita Paulino de San Bartolomé en su crónica Viaje a las Indias, año 1796, que
«El rey de Cochin envía cada año una carta al obispo de Verapoly, en la cual le prohíbe expresamente que reciba a cualquiera de sus súbditos en la casa de los catecúmenos en ese lugar, o bautizarlos. El rey de Travancore amenaza con prisión y muerte a cada noble que quiera dejar su corte para hacerse cristiano. Nilampulla, un funcionario de noble familia, fue disparado en Arampalli porque rechazaba abandonar la religión de Jesucristo. En 1787 yo vi a 4 nayiris o nobles shudris arrojados a prisión en Tiruvandaburam porque no apostataban de la Iglesia Católica».
Por eso, acusaron falsamente a Lázaro de conspirar con los europeos contra el reino, siendo depuesto de su cargo y apresado y torturado por tres años en diversas maneras. Luego, como se usaba en aquel tiempo con los criminales, fue pintado con puntos negros y rojos por los soldados y montado en angarilla sobre un búfalo de agua desde el palacio Padmanabhapuram hacia Aralvaimozhy. Además de ser golpeado con ochenta barras cada día, le frotaban en las heridas con pimienta, lo dejaban al sol y le daban agua contaminada para beber. Luego de unos días, el 14 de Enero de 1752, Lázaro fue fusilado en la colina de Kaattadimalai. Su última oración fue: «¡Oh Jesús!, no me abandones. Oh amada Madre María, ayúdame. En tus manos encomiendo mi espíritu».

El padre jesuita Louis Saint Cyr, que fue su primer biógrafo, resaltó:
«Era la voluntad de Dios que, cuando Devasahayam Pillai completó 40 años desde su nacimiento, siete años desde su bautismo, y cuarenta días desde que fue apresado por su fe, debía ser liberado de la prisión aquí en la tierra, y recibido en las mansiones celestiales».
El obispo de Cochin, apenas supo la noticia, hizo cantar el Te Deum en la catedral y ofrecer una Misa Mayor, en cuyo sermón elogió la vida heroica de virtudes y el martirio de Lázaro. Los misioneros jesuitas utilizaron su ejemplo para predicar el catolicismo en toda el área de lengua tamil, hasta la isla de Ceilán. En la ciudad de Jaffna, por ejemplo, el primer drama en poesía folclórica, escrito en 1776, versa sobre el martirio de Lázaro/Devasahayam Pillai.
  
ORACIÓN  
Bienaventurado Lázaro, por el amor de Cristo afrontaste libre y pacientemente los tormentos y las torturas por tres años, y voluntariamente sacrificaste tu vida y obtuviste el gozo de la vida eterna y la veneración en los altares como gran recompensa de Dios. Nosotros alabamos y agradecemos a Dios por bendecirte con esta gloriosa vida.
   
Tú dejaste toda tu vida para predicar el Reino de Dios, dejando atrás todos los placeres mundanos de la riqueza, estatus, nombre, fama y gloria. Tú como verdadero discípulo de Cristo fielmente pusiste en práctica los valores del Evangelio, la igualdad y la fraternidad de todas las personas en la tierra.
 
Asístenos para seguirte dejando atrás todos los placeres mundanos, y ayúdanos a vivir como hijos del reino de Dios, y poner en práctica los valores del Evangelio para que podamos un día entrar en la vida eterna para estar con Dios y tu compañía por siempre.
 
¡Oh bienaventurado Lázaro, glorioso mártir! ¡Ruega por nosotros!

LA MAYORÍA DE SEMINARIOS Y CONVENTOS DE LA INDIA REALIZAN CEREMONIAS HINDÚES

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
  
   
Tres monjas indias que se graduaron de un diplomado en salvaguarda en el Centro de Protección de menores de la Pontificia Universidad Gregoriana realizaron el 14 de febrero un ritual hindú Aráti con música india durante una Eucaristía presidida por el cardenal de Chicago, Blaise Cupich, en Roma, en la Universidad Gregoriana (ver vídeo a continuación”).
     
El rito fue “aprobado” por el Vaticano como parte de un Misa de Rito Indio, del año 1969. Consiste en ofrecer un plato de ceremonia a un deidad, el cual contiene palitos de incienso, flores y lámparas de aceite.
    
Un sacerdote indio dijo en el sitio web ChurchMilitant.com que esas prácticas sincretistas han sido “de rigor en casi todos los seminarios, conventos y casas religiosas de formación indios”.
    
Un ritual similar se realizó en septiembre de 2018 en Estraburgo (Francia), durante la beatificación de la Hermana Alphonse-Marie Eppinger, fundadora de las Hermanas del Divino Redentor.
  

viernes, 28 de febrero de 2020

LÍDERES ECLESIALES LATINOS PIDEN A BERGOGLIO UN ‘SÍNODO MUNDIAL AFRO’

Traducción de la noticia publicada por Eduardo Campos Lima en CRUX.
  
Participantes del encuentro de comisiones de pastoral afroamericana de Latinoamérica y el Caribe celebran misa en Puerto Escondido, México, el 19 de Febrero. El encuentro tuvo lugar del 17 al 21 de Febrero. (Crédito: Sor Ruperta Palacios Silva CMST/Cortesía para Crux).

SÃO PAULO, Brasil - Líderes de de comisiones de pastoral afroamericana de Latinoamérica y el Caribe reconocen que la Iglesia ha estado prestando más atención a la comunidad afrodescendiente en las últimas décadas, pero consideran que hay un largo camino por recorrer hacia la diversidad en la liturgia y la inclusión en la jerarquía.
   
Durante un encuentro llevado a cabo en la ciudad mexicana de Puerto Escondido del 17 al 21 de Febrero, obispos y secretarios ejecutivos de comisiones de pastoral negra de varios países del continente incluso discutieron la posibilidad de sugerirle al Papa Francisco que convoque un “Sínodo Mundial Afro”.
   
Se estima que más de 200 millones de personas en Norte y Suramérica tienen alguna herencia africana, con la mayoría de ellas viviendo o en Brasil o en los Estados Unidos, y la región del Caribe teniendo el mayor porcentaje de los que tienen herencia africana. Esto se compara al más de 1,2 millardos de personas que viven actualmente en África.
   
“Muchos participantes del encuentro mencionaron que aunque el Sínodo para la región panamazónica promovió discusiones relevantes sobre varios temas, en algunos aspectos, los afrodescendientes han permanecido a un lado”, dijo el obispo Florencio Armando Colín Cruz de Puerto Escondido a Crux.
   
Colín explicó que el “Sínodo Mundial Afro” comprendería temas concernientes a todas las culturas, tradiciones y modos de vida originados en África (y, por supuesto, presentes en la diáspora en el continente americano).
   
“Esto es algo que debe ser estudiado cuidadosamemte. Apareció durante nuestros debates como una preocupación de nuestros hermanos afrodescendientes”, dijo.
    
La propuesta de un “Sínodo Mundial Afro” proablemente será incluida en una carta al Papa Francisco que será enviada por el obispo Javier Gerardo Román Arias de Limón en Costa Rica, a quien también le pidieron los participantes de la conferencia escribirle al papa sobre la Década Internacional de las Personas Afrodescendientes (2015-2024) proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2013.
    
“La resolución de la ONU abarca tres temas principales: reconocimiento, justicia y el desarrollo de las personas afrodescendientes. Nos gustaría que el Papa aborde tales materias”, dijo a Crux el padre Flaviano Cisneros Liborio, un sacerdote en la ciudad de San José del Progreso y miembro por largo tiempo de la comisión pastoral afromexicana.
    
La conferencia de lansemana pasada fue más que todo una reunión preparatoria para el XV Encuentro Pastoral Afroamericano y Caribeño Pastoral del próximo año (conocido como EPA, en español y portugués), que también será acogido en la Diócesis de Puerto Escondido, una región en el Pacífico mexicano con una significativa población afroamericana.
   
Obispos y misioneros de diferentes países del continente discutieronnlos temas que serán tratados en el evento del 2021 (una combinación de problemas eclesiásticos y sociales respecto a las condiciones de vida de las personas negras en la región).
   
La conferencia también fue una oportunidad para que los participantes compartieran sus experiencias trabajando con el cuidado pastoral afroamericano en Latinoamérica (“Afroestadounidense” es utilizado para la población negra en los Estados Unidos, mientras que “Afroamericano” fue usado en la conferencia para la población negra a lo largo de las Américas).
    
La mayoría de los asistentes informaron que tienen que bregar con un amplio grupo de problemáticas que involucran a la población afroamericana, incluyendo pobreza, violencia, accesos insuficientes a servicios de salud y educación, y la falta de oportunidades.

De acuerdo a un informe publicado por el Banco Mundial en 2018, alrededor de la cuarta parte de los latinoamericanos afirman tener ascendencia africana. A lo largo del continente, los afrodescendientes constituyen la minoría étnica más vulnerable y enfrentando las peores condiciones de vida. Sus posibilidades de vivir en pobreza crónica son 2,5 veces más alta que las de los blancos o los mestizos (aquellos con herencia mixta europea e indígena). El acceso de los afroamericanos a la educación es significativamente más bajo que el de los blancos, y son las principales víctimas del crimen y la violencia.
    
En la Iglesia, a menudo los misioneros han enfrentado resistencia de las autoridades eclesiales para liturgias endoculturadas africanas, como también prejuicio institucional y racismo hacia los católicos negros.
   
“En realidad, no es suficiente con celebrar una bella Misa endoculturada (algo que muchas veces las parroquias y las diócesis evitan hacer). Tenemos que luchar continuamente por los derechos de las comunidades afroamericanas en la sociedad”, dijo sor Ruperta Palacios Silva, miembro de la comisión pastoral afromexicana de Puerto Escondido.
   
La religiosa, miembro de las Hermanas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, dijo que las actuales estructuras institucionales de la Iglesia frecuentemente crean obstáculos para su trabajo en el cuidado pastoral afroamericano.
   
“En nuestras vidas cotidianas tenemos mucho trabajo que hacer, y usualmente es difícil priorizar las actividades de la pastoral afro. Para mí, estas serían una prioridad, pero muchas veces sólo no puedo poner el esfuerzo necesario en ellas”, dijo.
   
Sin embargo, Cisneros dijo que ha habido algunos progresos a lo largo de los años.
   
“En el pasado, mi diócesis no acostumbraba alentar la ‘Misa Afro’. Pero ahora usamos tambores, congas y yembés en nuestras celebraciones. Es un nuevo camino para nosotros”, dijo a Crux.
   
Cisneros dijo que la baja proporción de obispos negros en la jerarquía latinoamericana, señalada por algunos activiatas católicos negros como un gran signo de racismo institucional en la Iglesia, también está cambiando gradualmente.
    
“Se esperaba que los activistas presentaran sus demandas, pero la institución progresa a su propio ritmo. Tales temas emergerán poco a poco. Ya hemos lanzado un proceso de transformación”, dijo el presbítero.
    
Dijo Cisneros que el papel del encuentro de los líderes de la pastoral afroamericana en Latinoamérica es para continuar dando visibiliead a las personas negras en la región y en la Iglesia.
   
“Los temas concernientes a las personas afrodescendientes tienen que involucrar a la Iglesia como un todo, no sólo a nuestras comisiones pastorales”, dijo el presbítero.
   
El arzobispo brasileño Zanoni Demettino Castro de Feira de Santana –quien asistió al encuentro en Puerto Escondido– dijo que la complejidad de la realidad afroamericana en Latinoamérica requiere un Sínodo Mundial Afro.
   
“El Sínodo de la Amazonía nos mostró una forma de escuchar a la gente, sus dolores y sufrimientos, sus alegrías y esperanzas. Pero el tema de la negritud tiene que ser enfatizado”, le dijo a Crux.
   
Según Castro, toda la Iglesia tiene que asumir la cuestión de los afrodescendientes.
   
“Entendemos el cuidado pastoral afro en una perspectiva transversal. Un Sínodo de los Afrodescendientes es seguramente indispensable”, dijo el arzobispo.
   
COMENTARIO DE FRATER JORGE: Suprimida ya desde el Conciliábulo la nota de Unidad (y las demás) en la Archisecta Deuterovaticana, era sólo cuestión de tiempo para que ésta por medio de la sinodalidad se atomizase en muchas micro sectas de carácter nacional o regional, siendo el Sínodo de la Amazonía y el Synodale weg alemán las muestras más recientes de ello.
  
Ahora, si de veras quieren una “liturgia afro”, ¿por qué no adoptan el “Rito Zairense”, que Bergoglio celebró el I domingo de Adviento próximo pasado? Sea eso o cualquier otro elemento, igual, parece que consideran a sus súbditos con una cápitis diminútio mental como para inculturizar su doctrina y liturgia MORIBUNDA Y NADA ATRAYENTE.
  
A estos años, y con tanta ocurrencia de los apóstatas, ya uno ve las cosas sin asombrarse en absoluto. Sólo se espera que estos agentes de la Forneguera Apocalíptica le sigan añadiendo pecados a pecados, afeites y joyería para hacerse a las miradas de un mundo que está asqueado y que al final sólo la dejarán desnuda y en llamas.

EL CORONAVIRUS QUE SE DEBE EVITAR


CAIGA SU SANGRE SOBRE NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS

 
Afirmar que el pueblo judío no mató a Jesucristo, es sostener una mentira o un engaño: es una afirmación absurda. Ratzinger o miente o se engaña: y en ninguno de los dos casos se le debe seguir.

“Y después que le hayan azotado, le matarán” Luc. XVIII, 33…
  
¿A quién matarán? A Jesucristo.
  
¿Quiénes le matarán? Los judíos.
  
¿Quién asegura o dice que le matarán? El mismo Jesucristo, Dios nuestro, hablando de sí en tercera persona. O mejor dicho, haciendo una profecía: “El pueblo judío me matará”. Y de pueblo escogido, se convertirá en pueblo deicida y errante.
  
Así, entonces, se entiende todo esto “Y después que por los judíos hayan azotado a Jesucristo, le matarán”; esto es exactamente lo que pasó…
  
Como está registrado en los Cuatro Evangelios que son libros de inspiración divina y, al mismo tiempo, documentos históricos, esto es, verdades verificables por la ciencia de la historia.
  
Así también se afirma en las Epístolas de san Pablo, en los Hechos de los Apóstoles, y en prácticamente todo el Nuevo Testamento. 
  
Y en el mismo sentido lo asegura y lo enseña toda la tradición milenaria de la Iglesia: Los Apóstoles, los Santos Padres, los mártires, las vírgenes, los santos todos, los Obispos, los sacerdotes verdaderos católicos… y nosotros “hic et nunc”.
  
Así también ustedes lo aprendieron, lo enseñan y lo sostienen: Los judíos son el pueblo deicida.
   
Así, en fin, lo enseña la Iglesia Católica: ¡le pese a quien le pese, le duela a quien le duela y cueste lo que cueste!
  
1. Y si viene un tal Ratzinger, y asegura lo contrario ¿qué debemos pensar?
Y ¿Qué dice ese tal Ratzinger? Al parecer, en su libro “Jesús de Nazaret” dice que cuando del Evangelio de San Mateo habla de que “todo el pueblo” pidió la crucifixión de Cristo “no se expresa ahí un hecho histórico”.
  
O sea que, según él, este pasaje de la Sagrada Escritura es o una fábula, una alegoría, una forma figurada, una hipérbole, una metáfora, o lo que quieras, pero no una realidad histórica.
  
¿Qué contestar?
  • San Pablo Gal. I.8 “Pero aunque nosotros o un ángel del cielo os anunciase un Evangelio distinto, del que os hemos anunciado, sea anatema”. Y lo decía a propósito de algunos judaizantes que predicaban falsedades en Galacia. (¡Qué casualidad!).
  • Mateo XXIV, 24 “Se levantarán falsos mesías y falsos profetas (y nosotros agregamos “falsos papas”) para inducir al error, si fuera posible aún a los mismos elegidos”.
San Mateo es muy claro en XXVII, 25: “Y todo el pueblo respondió: caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos”.
  
Pero, ¿es único que lo afirma? Y además ¿es en el único lugar donde se afirma claramente que los judíos mataron a Jesucristo?… No.
  
LOS CUATRO EVENGELISTAS LO AFIRMAN UNA Y CIENTOS DE VECES:
  • San Juan VIII, 37 “Ya sé que sois hijos de Abraham: mas me queréis matar”
  • San Juan V,18 “Y por esto los judíos tanto más procuraban matarlo, porque se hacía Hijo de Dios”.
  • “Y respondiendo Pedro y los Apóstoles, dijeron: Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, poniéndole en un madero” Hec. de Ap. V,29 y 30.
  • “Los cuales (los judíos) también mataron al Señor Jesús, y a los Profetas,, y nos han perseguido a nosotros (los Apóstoles, y no son del agrado de Dios, y son enemigos de todos los hombres” Epístola I de S. Pablo a los Tesalonicenses, Cap. II,15
  • San Mateo XXIII, 34 “Mirad: os envío profetas y sabios; y de ellos mataréis a unos y crucificaréis a otros… para que recaiga sobre vosotros toda la sangre inocente que se ha derramad sobre la tierra… ¡Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y a los que a ti son enviados! ¡Cuántas veces he querido recoger a tus hijos y tú no has querido…”
En resumen, los evangelistas hablan de la perfidia de los judíos o en relación a esto y a la muerte de nuestro Señor:
  • Marcos: 40 versículos
  • Mateo: 80 versículos
  • Lucas: 60 versículos
  • Juan: 130 versículos
  • Hechos de los Ap.: 140 versículos.
Por tanto, afirmar que el pueblo judío mató a nuestro Señor Jesucristo:
  • Es una verdad que consta en la Sagrada Escritura (escrita en todo por el Espíritu Santo)
  • Es una verdad con fuerza meridiana y afirmada por todos los verdaderos católicos.
  • Ratzinger, o cualquiera, para negarlo tiene que mutilar todo el Nuevo Testamento, sin contar las profecías del Antiguo. Tiene, automáticamente, que declararse enemigo de Jesucristo, de la Iglesia y de todos los católicos.
  • Por lo demás, negar esta verdad, es una necedad, y raya en la locura: es una loca osadía.
  • Por tanto quien así tan descaradamente niega el deicidio: o es judío o es projudío.
  • Afirmar que el pueblo judío no mató a Jesucristo, es sostener una mentira o un engaño: es una afirmación absurda. Ratzinger o miente o se engaña: y en ninguno de los dos casos se le debe seguir.
  • Ya lo dijo nuestro Señor Jesucristo a los judíos y en su propia cara “vosotros sois hijos del diablo, porque siempre dicen mentiras”.
CONCLUSIONES PRÁCTICAS
1. Según San Pío X, el modernismo es la suma de todas las herejías: Libertad religiosa, indiferentismo religioso y falso ecumenismo; destrucción de la santa Misa y de todos los Sacramentos.
Y ahora también la negación del deicidio por el pueblo judío.
Pero, supongamos que no tuviera otro error más que este último.
Con este solo error bastaba para rechazarlo como falsa secta religiosa.
2. Después de todo esto, ¿puede alguien todavía dudar de que la Sede está vacante?
¿Cómo podría ser Papa aquel que niega tantas verdades, que niega el valor histórico del Evangelio de san Mateo y aún verdades que la ciencia ya probó?
No hay duda: LA SEDE ESTÁ VACANTE.
3. Dentro de toda esta confusión, hay una cosa que resulta muy positiva, ¡Gracias a Dios!
Tales declaraciones y posiciones erróneas de los enemigos, confirman nuestra postura.
Hacen que nos aseguremos más en el tradicionalismo católico. Ahora nos sentimos aquí más seguros, decididos y firmes.
¡Qué bueno que Dios así lo ha dispuesto: que gocemos de la Santa Misa y de los Sacramentos verdaderos!

LA EXTRAÑA Y CURIOSA RELACIÓN DEL CORONAVIRUS Y LA SECTA SURCOREANA “Shincheonji”

Traducción de la noticia publicada en RADIO SPADA.
  
  
Ayer salió la noticia según la cual el gobierno coreano (del Sur) habría dispuesto la prueba para 200.000 miembros de la “iglesia Shincheonji” (escritura Hangul 신천지, escritura Hanja 新天地, literalmente “Cielo Nuevo y Tierra Nueva”), que muchos definen como una secta.
  
Se trata de un culto pseudocristiano con base en Corea, fundado el 14 de Marzo de 1984, cuyos adeptos creen que su líder (Lee Man-hee) representa una segunda venida de Cristo, y además sería el único que puede dar una correcta interpretación de las metáforas bíblicas.
   
Esta “secta” es vista con difidencia también en el ambiente protestante, al punto que la Convención Bautista de Manipur (India) ha advertido a sus fieles (‘Dangerous Korean cult’ Shincheonji sends Christians in Northeast into a tizzy/ La ‘peligrosa secta coreana’ Sincheonji envía a los cristianos en el Noreste a una confusión).
   
¿Pero qué ha sucedido? En un tiempo relativamente breve, han aumentado en una forma más que apreciable los casos de sujetos coreanos positivos al coronavirus.
   
Escribe IlPost:
«Según las informaciones hasta ahora disponibles, se piensa que más de la mitad de los casos está ligada a la congregación Shincheonji de Jesús, un culto cristiano –alguno habla explícitamente de una secta– con al menos 200 mil seguidores. La Corea del Sur se encuentra pues en la complicada posición de deber gestionar un brote desarrollándose en un culto más qur todo particular y reservado, sin saber de cuál rito o ceremonia haya partido el contagio y quiénes habían participado».
   
Se agrega, citando el New York Times:
«Parece también que los miembros del culto consideren la enfermedad como una debilidad, algo que les implide practicar plenamente su culto, y que tiendan pues a esconderla o cuando menos a probar no considerarse enfermos».
No solo:
«Al momento es cierto que el culto ha entregado a las autoridades la lista de 9.600 seguidores que se encuentran en Daegu y que fueron puestos en cuarentena en sus casas, prescindiendo de los síntomas. En cambio, no es claro si el culto ya había presentado la lista de todos sus seguidores en todo el país. Es también posible que el culto haya elaborado (o elaborará) solo una lista parcial (o cuando menos, considerada tal por el gobierno): lo prueba, por ejemplo, el reciente secuestro de algunos ordenadores de una sede del culto. Se ha sabido también que uno de los funcionarios de más alto grado que se estaban ocupando de la prevención del virus en Corea del Sur ha comunicado ser miembro del culto y haber resultado positivo a una prueba para el coronavirus: fue puesto en cuarentena domiciliaria, como también otras decenas de colegas y de funcionarios con los cuales entró en contacto los días precedentes. Casos similares se han visto también en un policía y una profesora».
   
En InsideOver se especifica:
«El super-difusor del coronavirus es un meimbro de la controvertida secta religiosa citada: una mujer de 61 años que, sin saberlo, habría esparcido el agente patógeno en Daegu, una ciudad que cuenta con 2,5 millones de personas, la cuarta más grande del país en número de habitantes. […] Un último particular, quizá el más espeluznante: los adherentes a la secta están acostumbrados a respetar los vínculos de secreto. En otras palabras, los miembros no revelan hacer parte de la iglesia de Jesús. El “Mesías” Lee ha asegurado la máxima cooperación con el gobierno y ha elaborado una lista de los adherentes. Entre tanto, sin embargo, otros pequeños brotes conexos a grupos religiosos han emergido en Busan y Seúl, capital, esta última, de la Corea del Sur».
Si bien nadie acusa a los individuos de mala fe, sin embargo se constata que el ambiente sectario mal se concilia con la prevención de las epidemias.

EL NUEVO SECRETARIO HEBREO DE BERGOGLIO

Por Jorge López para CATÓLICOS ALERTA.
  
El “sacerdote” uruguayo Gonzalo Aemilius Berezán es el nuevo secretario particular de Francisco. Proveniente de una familia acomodada de Montevideo, de una abuela judía y de padres no creyentes.
  
  
El “padre” Gonzalo Aemilus (camisa blanca en la foto) es el nuevo secretario de Francisco, se trata de un personaje que por coterráneo conocemos relativamente bien.
   
Aemilius fue director del Liceo “Jubilar”, (JPII), ubicado en un barrio pobre de Montevideo. El liceo tiene características de seudocatolico, financiado y orientado por un espíritu de “filantropía” claramente masónica. Es “público”, pero de gestión privada, vinculado a otros puramente laicos como “Espigas” o “Impulso”. En las imágenes de google no aparecen casi referencias a la religión.
   
Aemilus no escapa al espíritu vaticanosegundista de curita: “canchero y descontracturado”, a lo que agregamos simpatía y dotes mediáticas. No esconde sus simpatías por el Peñarol de Montevideo, muy “pancho style”…
   
Casi premonitorio fue que ayer mencionaramos “El complot contra la Iglesia”, y su referencia al uso de la cuestión del “antisemitismo”, y lo referente a los “conversos”…
   
Aemilius es, según informa “Vatican News”: “nieto de una judía”, pero convenientemente hijo de ateos, una familia de clase media alta de Montevideo que aparentemente abandonó el judaismo. Los tiempos de Cecil Roth, del “secretismo”, han cambiado, y ya no hay tal secretismo, no hay necesidad de la 5ª columna de la que habla Pinay, si el que dice ser Papa los nombra a sabiendas… Estamos en un escenario diferente, en el de una Iglesia ocupada como dice Ploncard, una Iglesia usurpada. “Ellos tienen los templos”…


  

jueves, 27 de febrero de 2020

EL FIDEÍSMO PAPÓLATRA

EL FIDEÍSMO PAPÓLATRA: FUNDAMENTO DEL SEDEVACANTISMO Y ANTISEDEVACANTISMO VISCERALES
  
Es curioso observar, que tanto el sedevacantismo visceral, cuanto el antisedevacantismo igualmente visceral, parten del mismo principio equivocado, que ya avizoraba el P. Le Floch al decir: “La herejía que viene será la más peligrosa de todas; y ella consiste en la exageración del respeto debido al Papa y en la extensión ilegítima de su infalibilidad”.
 
Ambas posiciones se pueden resumir en cinco pilares interpretados limitada y erróneamente, a saber:
  1. La doble promesa de Nuestro Señor a Pedro: “Tu es Petrus et super hanc petram ædificábo ecclésiam meam, et portæ ínferi non preævalébunt advérsus eam” (Mt, 16,18). (Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella).
  2. La oración infalible de Nuestro Señor a Pedro y el mandato de confirmar: “Ego autem rogávit pro te ut non defíciat fides tua, et tu aliquándo convérsus confírma fratres” (Lc. 22,32). (Pero Yo he rogado por ti, a fin de que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos).
  3. Prima Sedes a némine judicátur (Juris Canonici, c.1556). (La Primera Sede, por nadie es juzgada).
  4. Ubi Petrus ibi Ecclésia (donde está Pedro, allí está la Iglesia).
  5. La visibilidad de la Iglesia.
Estas son las cuatro premisas sobre las que se debate toda la cuestión y a las cuales se reducen en definitiva todos los argumentos.
  
Sobre la primera, ahí está expresado que las puertas del infierno (o sus potestades) no prevalecerán sobre, ni contra la Iglesia, es decir, se está proclamando la indefectibilidad de la Iglesia (Constitucional y existencial que no puede ser destruida ni desaparecer de la faz de la tierra) y además, le está prometida la indefectibilidad magisterial o infalibilidad de la Iglesia en su enseñanza. Se expresa así la indefectibilidad de la Cátedra de Pedro y de su sucesión apostólica que es la piedra sobre la cual la Iglesia reposa. Confunden indefectibilidad (o permanencia de la Iglesia) con impecabilidad del Papa. La única impecabilidad del Papa en materia de fe, es ex offício (por el cargo) cuando habla ex cáthedra confirmando en la fe a sus hermanos. Fuera de esto como cualquier humano no está confirmado en gracia y puede desviarse en la fe y pecar contra la fe.
 
Sobre la segunda, la indefectibilidad de la fe de Pedro cuando confirma en la fe a sus hermanos, esto es, la infalibilidad del Papa solo, cuando habla ex cáthedra, esa triple profesión de fe de Pedro que le valió el ser elegido como Piedra de la Iglesia. En esta oración y mandato, se está afirmando la indefectibilidad de la fe de Pedro al confirmar a sus hermanos en la fe, cuando habla infaliblemente ex cathedra. La fe indefectible (infalible) y la fe que confirma es la misma, es decir, la fe que confirma puede hacerlo porque es la fe indefectible (infalible). Fe indefectible o infalible es igual a la fe que confirma, si la fe no es indefectible (o infalible), no puede confirmar. Eso es lo que afirma Palmieri en su Tratado sobre el Papa, diciendo: “No es necesario que la fe indefectible sea en realidad distinta de la confirmación de los hermanos, pero basta que se distingan por la razón, pues si la  predicación de la fe auténtica y solemne es infalible, puede confirmar a los hermanos; por eso, una única es la fe infalible y la que confirma; siendo infalible, goza ella también del poder de confirmar. La indefectibilidad del Pontífice en la fe fue pedida para que él confirmase a sus hermanos. Luego, de las palabras de Cristo sólo se puede inferir como necesaria aquella indefectibilidad que es necesaria y suficiente para la consecución de ese fin, y tal es la infalibilidad de la predicación auténtica”. (Tractatus de Romano Pontífice, p.631-632).
 
Esto es, que esa promesa es la indefectibilidad magisterial o infalibilidad del Papa cuando habla ex cáthedra (persona pública) en su magisterio extraordinario universal, que es el único medio que tiene garantizado para confirmar infalible o indefectiblemente en la fe a sus hermanos, es decir a toda la Iglesia.
  
Esta oración y mandato de Nuestro Señor en beneficio de Pedro, no postula la fe indefectible del Papa como persona humana (o privada), no postula la impecabilidad del Papa que no pueda perder la fe. La infalibilidad magisterial del Papa no hay que confundirla con la impecabilidad en materia de fe como persona; son dos cosas distintas, lo que aquí se postula, se afirma y se garantiza, es la fe de Pedro en el ejercicio de su oficio de confirmar a sus hermanos en la fe, por decirlo en otras palabras, es la fe pública del Papa ejerciendo como doctor universal de toda la Iglesia, su poder magisterial en materia de fe y moral. Si se entiende esto, se entiende todo, y si no, no se entiende nada. Y esto es desgraciadamente lo que pocos entienden, o peor aún, que no quieren entender.
 
En cuanto al tercer punto, la expresión Prima Sedes a némine judicátur significa que el Papa no tiene Juez humano, ni jurisdicción superior, ni igual a la suya; la jurisdicción del Papa es única, suprema y monárquica. Esto va contra el conciliarismo galicano o conciliarismo jurídico, pues en la Iglesia no hay dos jurisdicciones supremas como pretendía el herético conciliarismo del nuevo derecho canónico de 1983 que es el colegialismo jurídico. Galicanismo con el que se pretende rotular al sedevacantismo teológico para descalificarlo, lo cual no hay que confundir con el colegialismo magisterial que es otro asunto, ese sí legítimo, que corresponde al magisterio tanto ordinario universal, como al magisterio extraordinario universal de la Iglesia, ambos igualmente infalibles. Y la razón es porque la infalibilidad no se participa sino directamente del Espíritu Santo al organismo receptor o sujeto (sea el Papa solo o el colegio episcopal con el Papa a la cabeza), mientras que la jurisdicción sí la puede participar el Papa por voluntad propia, pudiendo también ampliarla o restringirla.
  
Pero el decreto de Graciano que la Iglesia asume como suyo, además agrega: “nisi deprehendátur a fide dévius”, (A no ser que sea sorprendido desviado de la fe), luego puede ser juzgado por desviarse de la fe.
 
La fe es de ley divina y suprema, bajo la cual está aún el Papa, como lo reconocieron:
  • El Papa Inocencio III (1198-1216) quien manifestó: “La fe es para mí a tal punto necesaria, que, teniendo a Dios como a mi único Juez en cuanto a los demás pecados, sin embargo, solamente por el pecado que cometiese en materia de fe, podría ser yo juzgado por la Iglesia”.
  • El Papa San León II (682-683) admitió y reconoció que un Papa podría ser juzgado por herejía, al confirmar el VI Concilio Ecuménico (III de Constantinopla) y en dos cartas, una a los Obispos españoles y otra a Flavio Ervigio Rey de España.
  • El Papa Adriano II (867-872), igualmente en su discurso dirigido al VIII Concilio Ecuménico (IV de Constantinopla).
  • San Bruno Obispo de Segni y Abad de Montecasino oponiéndose a Pascual II escribió: “Yo estimo, mi padre y señor (…) debo amaros, pero debo amar más aún a aquel a Quien os creó a Vos y a mí (…) Yo no alabo el pacto (firmado por el Papa), tan horrendo, tan violento, hecho con tanta traición (…) tenemos los Cánones, tenemos las constituciones de los santos padres, desde los tiempos de los apóstoles hasta Vos (…) los Apóstoles condenan y expulsan de la comunión de los fieles a todos aquellos que obtienen cargos en la Iglesia por medio del poder secular (…) Esta determinación de los apóstoles (…) es santa, es católica, y quien quiera la contradiga no es católico. Pues solamente son católicos los que no se oponen a la fe y a la doctrina de Iglesia católica. Y por el contrario, son herejes los que se oponen obstinadamente a la fe y a la doctrina de la Iglesia católica”. Cuando el Papa Pascual II, finalmente se retractó delante del Sínodo reunido en Roma, para examinar la cuestión, San Bruno exclamó: “Dios sea loado, pues he aquí que el propio Papa condena ese pretendido privilegio (sobre las investiduras o el poder temporal), que es herético”. Con esta frase, San Bruno por primera vez, daba a entender públicamente, cuánto sospechaba él de la ortodoxia de Pascual II.
 
Sobre el cuarto punto, en cuanto al axioma donde está el Papa está la Iglesia, vale cuando el Papa se comporta como Papa y jefe de la Iglesia, en caso contrario ni la Iglesia está en él, ni él en la Iglesia, tal como el cardenal Journet expone citando al cardenal Cayetano.
 
En cuanto al quinto y último punto, recordemos las quizás más importantes palabras pronunciadas por Monseñor Lefebvre: “No somos nosotros, sino los modernistas quienes salen de la Iglesia. En cuanto a decir “salir de la Iglesia VISIBLE”, es equivocarse asimilando Iglesia oficial a la Iglesia visible”. (…) “¿Salir, por lo tanto, de la Iglesia oficial? En cierta medida, ¡!, obviamente”. (Extractos de la conferencia dada por S. Exc. Mgr Lefebvre, Ecône el 9 de septiembre de 1988, después del Retiro sacerdotal. Fideliter n° 66. Noviembre- Diciembre de 1988).
 
“Es increíble que se pueda hablar de Iglesia visible en relación a la Iglesia conciliar y en oposición con la Iglesia Católica que nosotros intentamos representar y seguir”. (…) “Somos nosotros quienes tenemos las notas de la Iglesia visible: la unidad, la catolicidad, la apostolicidad, la santidad. Es eso lo que constituye la Iglesia visible”. (…) “Somos nosotros quienes estamos con la infalibilidad, no la Iglesia conciliar. Ella está en contra de la infalibilidad, es absolutamente cierto”. (…) “Obviamente estamos en contra de la Iglesia conciliar, que es prácticamente cismática, incluso si no lo aceptan. En la práctica es una Iglesia virtualmente excomulgada, porque es una Iglesia modernista. (Fideliter n° 70. Julio-Agosto de 1989).
  
Luego, la iglesia oficial que es modernista y apostata, no es la Iglesia Visible. Recordemos lo que Nuestra Señora de La Salette dijo: Roma perderá la fe y será la sede del Anticristo.
 
Tenemos que ni sedevacantismo dogmático-voluntarista-nominalista, visceral y fideísta a lo thucista total, ni a lo thucista-guerardiano (Papa material pero no formal); ni antisedevacantismo igualmente dogmáticovoluntarista-nominalista, visceral y fideísta, a lo Neo-Fraternidad (Schmidberger, Mons. Fellay y compañía), sino sedevacantismo teológico como conclusión teológica cierta y evidente quoad sapiéntes pero no quoad ómnibus (para los entendidos, pero no para todos), según el punto de vista de San Roberto Belarmino y de San Alfonso María de Ligorio que afirman que un Papa puede desviarse en la fe y caer en la herejía cuando no habla ex cathedra confirmando en la fe a sus hermanos y pierde el pontificado “ipso facto”, por el mismo hecho de la herejía manifiesta, notoria y pública, sin ninguna necesidad de declaración que lo deponga como afirman Cayetano y Suarez erróneamente y son refutados expresamente por San Roberto Belarmino.
 
Es curioso, pero los extremos opuestos “per diámetrum”, se juntan y así tenemos como el fideísmo visceral de estos sedevacantistas como antisedevacantistas se reduce en definitiva en la posición del cortesano vaticanista holandés Pighi (paisano del Papa Adriano VI), quien afirma que un Papa no puede ser hereje, como dogma de fe. Sacando conclusiones opuestas, unos que no cae en herejía y siempre sigue siendo Papa y otros que si cayó en herejía fue porque nunca fue verdadero Papa legítimo.
  
Y en esta estúpida dialéctica infernal, nos encontramos inmersos tanto tradicionalistas como modernistas sin poder esclarecer la lúcida verdad.
 
Por no tener en cuenta lo que afirma San Roberto Belarmino, después de refutar las demás sentencias dice: “La opinión verdadera es la quinta, de acuerdo con la cual el Papa hereje manifiesto deja por sí mismo de ser Papa y cabeza, del mismo modo que deja por sí mismo de ser cristiano y miembro del Cuerpo de la Iglesia. Esta es la sentencia de todos los antiguos Padres”.
  
Y citando a Melchor Cano (quien refuta a Pighi), San Roberto Belarmino manifiesta: “Lo mismo lo dice Melchor Cano, enseñando que los herejes no son parte ni miembros de la Iglesia, y que no se puede ni siquiera concebir que alguien sea cabeza y Papa, sin ser miembro y parte”.
  
Y para finalizar, recordemos lo que San Roberto Belarmino decía: “Los Santos Padres enseñan unánimemente, no sólo que los herejes están fuera de la Iglesia, sino también que están ‘Ipso facto’ privados de toda jurisdicción y dignidad eclesiástica”. Entre ellos están San Cipriano, San Ambrosio y San Agustín.
  
P. Basilio Méramo
Bogotá, 26 de Febrero de 2020

VIDA Y OBRA DEL PADRE GIUSEPPE RICCIOTTI

Traducción por Marianus el eremita para ADELANTE LA FE del artículo publicado por Natanael en la revista SÌ SÌ NO NO.
   
  
Familia e infancia 
Giuseppe Ricciotti nació en Roma, en la via Merulana, cerca de la Basílica de San Juan de Letrán, el 27 de febrero de 1890, de Giovanni Ricciotti y Margherita Gasparri. Fue bautizado en la parroquia de San Martino ai Monti, el 9 de marzo de 1890 y confirmado el 27 de junio de 1897 en San Juan de Letrán.
  
La familia de Ricciotti era espiritualmente muy cercana a la Comunidad de los Canónigos Regulares Lateranenses[1] de San Pietro in Vincoli, que estaba situada en el Colle Opio en el barrio Monti.
   
Giuseppe tenía un hermano, Giacomo, que desgraciadamente era psicológicamente inestable y murió suicidado (ahogado en el Tíber) el 29 de mayo de 1943. Él en cambio creció sano y sereno, con un carácter abierto, bromista y emprendedor.
  
La vocación religiosa 
Giuseppe comenzó el noviciado el 1 de noviembre de 1904, en los Canónigos Regulares Lateranenses, en los que emitió los votos temporales el 4 de marzo de 1906 y en el mes de octubre del mismo año fue transferido a Roma a San Pedro in Vincoli, donde estaba el Colegio de los jóvenes Profesos, que estudiaban filosofía y después teología, preparándose al Sacerdocio. Siempre en Roma, frecuentó los cursos de filosofía y teología en la Universidad Gregoriana, en la que se graduó en las dos disciplinas. Contemporáneamente frecuentó las lecciones de estudios orientales en la Universidad “La Sapienza” bajo la dirección del celebérrimo profesor Ignazio Guidi y llegó a ser Oyente en el Pontificio Instituto Bíblico. Además, consiguió la Licencia en Ciencias bíblicas en la Pontificia Comisión Bíblica[2].
  
El servicio militar y el Doctorado en la Gregoriana 
El 14 de octubre de 1911 partió al servicio militar en el Hospital Militar del Celio en Roma y permaneció allí hasta enero de 1913, momento en que volvió al Convento de Gubbio, en el cual hizo su profesión solemne el 27 de agosto de 1913. Allí escribió su primera obra: un librito apologético sobre la vida del Canónigo Regular Lateranense el Beato Arcangelo Canetoli, que había vivido en Gubbio y había muerto en 1513 en Castiglione Aretino. El mismo año consiguió el doble doctorado en filosofía y teología en la Universidad Gregoriana. El 30 de noviembre de 1913 fue ordenado Sacerdote en Roma en el Apollinare por el cardenal Panfili y cantó la Misa solemne el día siguiente en San Pietro in Vincoli.
  
Capellán militar de los Arditi 
El 22 de septiembre de 1914, murió su padre. El joven don Giuseppe se dolió y, al mismo tiempo, se preocupó por la suerte económica de su madre, que podía contar solamente con la inconsistente ayuda de su frágil hijo Giacomo. Por ello don Giuseppe pidió y obtuvo el permiso para poder ayudarla económicamente. Para hacerlo solicitó ser asignado como Capellán militar de los Arditi[3] de modo que la discreta paga obtenida le habría permitido enviar algo a su madre.
  
El 8 de agosto de 1915 tuvo su primera “prueba de fuego” durante la Gran Guerra: estaba comiendo junto a otros soldados, cuando hacia las 13 horas comenzaron a llover las granadas austriacas a una cierta distancia de los militares italianos. Parecía la habitual pequeña escaramuza destinada a terminar pronto, pero no fue así. Los golpes aumentaban cada vez más y golpearon el puesto italiano, que se salvó gracias a una gran roca situada junto a ella y que la salvaguardó. Sin embargo, hubo heridos y don Giuseppe junto a otros 5 voluntarios salió con las camillas, como improvisado enfermero, para socorrer a los desafortunados. Un caso era particularmente grave. Ricciotti dejó escrito: “en un cierto momento vi sangre por el suelo detrás de una roca. Rodé la roca y ¡Dios, qué vista! En el suelo había un soldadito de la sanidad; de las cejas hasta la nuca tenía el cerebro destapado. Con prisa y furia lo tomamos para colocarlo en la camilla y al hacerlo toda la masa del cerebro, compacta, le cayó al suelo y por encima vi toda la base del cráneo hasta el paladar. Lo tomé de un brazo y el brazo me quedó casi en la mano, de lo destrozado que estaba. Me hizo más impresión este pobrecito en aquella jornada que todas las granadas que nos explotaron encima”[4].
  
En Libia 
Después del final de la guerra (4 de noviembre de 1918), don Ricciotti fue enviado a Libia y permaneció allí hasta mayo de 1919, pero no fue tiempo perdido ya que consiguió – pudiendo estudiar en su tiempo libre – sacar algún provecho para su formación de estudioso de las lenguas orientales. Finalmente, el 6 de agosto de 1919, volvió a su amadísima San Pietro in Vincoli. Allí le fue confiada la enseñanza en la escuela secundaria. Además, rico por la experiencia libia, don Giuseppe se presentó el 9 de diciembre de 1919 ante la Comisión Bíbilica en el Vaticano para hacer los exámenes de Licenciatura en Sagrada Escritura, superándolos cum laude.
  
En Bolonia 
El 13 de noviembre de 1920, tuvo que partir a Bolonia para enseñar lengua hebrea y griego bíblico en el Seminario inter-diocesano. Permaneció allí hasta junio de 1923, enseñando también allí Sagrada Escritura.
  
El periodo boloñés fue muy prolífico. En efecto, realizó sus obras (traducción y comentario) sobre “El Libro de Jeremías” (Turín, Bocca, 1923), sobre “El Libro de Job” (Turín, Marietti, 1924) y sobre “El Cantar de los cantares”, que no será publicado hasta 1928 (por la SEI de Turín) y que causó muchos malestares a Ricciotti, pues algunos prelados envidiosos de la fama que iba conquistando lo calumniaron, acusando a su trabajo de favorecer una interpretación erótica del “Cantar de los cantares”, ya que en la Introducción había aportado algunas poesías antiguas que fueron mal interpretadas. En Bolonia, por tanto, se encontró bien, pero le faltaban todos los libros que habría podido consultar en las numerosas bibliotecas de Roma. Por ello, el Abad general lo volvió a llamar a Roma el 5 de septiembre de 1923.
  
A Andora para el Seminario 
El 29 de octubre de 1925 fue enviado a Andora (cerca de Savona) para abrir allí un Seminario menor. Esta fue una prueba para don Giuseppe. En efecto, la casa que debía transformar en Seminario era pequeña y pobre. Los colaboradores de don Giuseppe eran dos, pero jóvenes y poco preparados y hubo de remplazarlos por otros dos elementos más válidos. El vicario de la parroquia del pueblo, para nada preparado, se entrometió en los asuntos del Seminario e intentó hacer él de Rector. Además, fue confiado a don Giuseppe un encargo de libre docencia de “Literatura hebrea del Antiguo Testamento” en la Universidad de Génova. El viaje de Andora a Génova era largo y no ayudaba a Ricciotti a ocuparse como debía del Seminario. En aquel tiempo, llamado allí por su amigo y válido exegeta el padre Alberto Vaccari, comenzó también a colaborar en la “Enciclopedia Italiana” de la Editorial Treccani, dirigida por Giovanni Gentile, escribiendo para ella numerosas voces muy bien redactadas; una de las primeras es “Apocalíptica literatura” (que se remonta a 1929), que todavía hoy no ha perdido su frescura y es una verdadera obra maestra.
  
De nuevo en Roma
En ese momento, el nombre de Ricciotti comenzaba a ser conocido en los ambientes académicos y el Abad general comprendió que Andora no era el lugar apto para él, por lo que fue trasferido a Roma a San Pietro in Vincoli en 1929. Don Giuseppe retomó sus estudios ayudándose del vasto material disponible en las numerosas bibliotecas romanas y pidió poder continuar su carrera de docente universitario en la Pontificia Universidad Lateranense, pero le fue impuesto el veto por las acusaciones que en el Vaticano pesaban todavía sobre él a causa de su libro sobre el “Cantar de los cantares”. Sin embargo, con el permiso del papa Pío XI, fue admitido para trabajar como “Ayudante subordinado” en la Biblioteca Vaticana (aun sin hacer parte oficialmente del personal de la Biblioteca), donde pudo consultar los numerosos y preciosos documentos semíticos y especialmente siríacos allí presentes.
  
Desde 1929 a 1949 permaneció siempre en Roma, donde cambió tres veces de resicencia: 1º) San Pietro in Vincoli (1929-1932); 2º) Sant’Agnese en la via Nomentana (1932-1935); 3º) otra vez San Pietro in Vincoli (1935-1949). Este último periodo es el de su madurez, después del ’49 fue trasladado al Colegio San Vittore adyacente a San Pietro in Vincoli.
  
Después de 1929, continuó e intensificó su colaboración en la “Enciclopedia Italiana”, de la cual llegó a ser Redactor de las “Materias Eclesiásticas”. Contemporáneamente comenzó a escribir la “Historia de Israel” (Turín, SEI, 1932, en dos volúmenes; reimpresa por la SEI de Turín en 1997). Don Pietro Guglielmi escribe: “Por la posibilidad que tuvo de una aplicación intensa y no distraída, el libro le salió especialmente bien, documentado, legible” (L’Abate Ricciotti. Una via con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 89). El trabajo fue acogido con notable interés tanto en Italia como en el extranjero y Ricciotti se apresuró a ultimar el segundo y último volumen. Esta obra, junto a la “Vida de Cristo” (Milán, Rizzoli, 1941)[5] y a “Pablo Apóstol. Biografía”, editada en 1946 por la Políglota Vaticana de Roma (una ilustración de la vida y de la doctrina de San Pablo), representa la trilogía más alta de las obras de Ricciotti.
  
La Historia de Israel 
La “Historia de Israel” fue compuesta por él sobre todo en la Canónica de Sant’Agnese en la via Nomentana, en la que Ricciotti vivió de 1932 a 1935. En este periodo comenzó también a pensar en la redacción de una “Enciclopedia Católica” italiana, que no comenzó a imprimirse hasta 1948, pero –según lo que escribe don Guglielmi– si “la iniciativa de la Enciclopedia Católica, en el fondo se debe a él, después pasó a otras manos, de manera belicosa. Él la había comenzado con toda la habilidad y la pasión que solía poner en las cosas que amaba y se expresaba con sufrimiento cuando la iniciativa le fue sustraída. Se vociferaba que en el asunto hubiera altos prelados” (L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 100). El Padre Celestino Testore, en la voz “Enciclopedia Cattolica” de la homónima Enciclopedia (Ciudad del Vaticano, 1950, vol. V, col. 334) escribe que “en Italia faltaba una Enciclopedia Católica, que pudiese estar al mismo nivel de las que hubo en distintas naciones. A esta laguna quisieron proveer el padre Abad Giuseppe Ricciotti, de los Canónigos Regulares Lateranenses y Monseñor Pietro Barbieri de la Sagrada Congregación de los Sacramentos, que empezaron a actuar su propósito en 1939…”.
  
En 1933, obtuvo la Docencia Libre en la Universidad “La Sapienza” de Roma con el encargo de “Historia religiosa del Oriente cristiano”. Desgraciadamente, su figura, muy a menudo, fue más aceptada en los ambientes laicos (no laicistas) que en los curiales, a causa de las incomprensiones que se remontaban a 1928 con respecto a su obra sobre el “Cantar de los cantares”. Entre tanto, Ricciotti, se convertía cada vez más en un personaje conocido por el público y era llamado a menudo para dar conferencias en varias ciudades de Italia e incluso a hacer experiencias como arqueólogo en Tierra Santa.
   
Un incidente doloroso 
En 1933, la Pontificia Comisión Bíblica condenó, sin dar ningún nombre, dos interpretaciones de los textos de la Sagrada Escritura (Salmo XV, 10 ss.[6]; Mt., XVI, 26[7]) aportadas por Ricciotti en su libro “Biblia y no Biblia” (Brescia, Morcelliana, 1932). En realidad, no se trató propiamente de una condena suya, pero todos la refirieron a Ricciottti, que enmendó las páginas de su “Biblia y no Biblia” puestas en causa, aportando en un folio adjunto a la nueva edición del libro los juicios de la Comisión Bíblica. En 1958, hubo también una prohibición oficiosa y no oficial de publicar la segunda edición de su trabajo sobre “El Cantar de los Cantares” de 1928. Don Pietro Guglielmi escribe: “No hay duda de que una cierta aura de desconfianza y de censura sobre Ricciotti, por cierta parte del ambiente vaticano, permaneció durante toda su vida” (L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 103). En 1935, su nombramiento como Consultor de la Pontificia Comisión Bíblica fue rechazado (siempre a causa de la edición del “Cantar de los Cantares” de 1928). En resumen, se puede decir que la figura de Ricciotti, por parte oficial, recibió muchos honores y muchos reconocimientos, pero también mucha oposición y desconfianza.
  
Su obra maestra: La Vida de Cristo 
La “Vida de Cristo” fue publicada por la Editorial Rizzoli de Milán en 1941, que imprimió sólo cinco mil copias y deshizo la matriz para una eventual segunda edición, pensando que no habría vendido muchas, pero apenas dos semanas después de la primera edición, ya se había agotado y se tuvo que recomponer la matriz para reimprimir el libro, que conoció siete ediciones hasta cuando Ricciotti, en 1954, tuvo un desencuentro con Rizzoli y pasó a la Editorial Mondadori, que, en 1974, imprimió la decimoctava edición: en los años noventa salió la última edición con Prefacio de Vittorio Messori.
El trabajo que más lo absorbió fue la “Vida de Cristo”, que es también su “obra maestra”; comenzó a trabajar en ella en 1939. Lo dio a conocer en todo el mundo y le dio la máxima notoriedad. El tono del libro es científico, pero al mismo tiempo lleno de pathos y de contemplación sapiencial y escrito en un italiano muy elegante y fluido. Como escribía Ricciotti en su Prefacio: “He osado incluso imitar la impasibilidad de los Evangelistas, que no tienen ni una exclamación de alegría cuando Jesús nace ni un acento de lamento cuando muere”.
  
La sola idea de componer una Vida de Jesús le espantaba, pero cuando vio que las nubes de una Segunda Guerra Mundial se hacían cada vez más densas sobre Europa, tomó la iniciativa. Durante el servicio militar como Capellán de los Arditi en la Gran Guerra, había hecho voto de escribir una Vida de Cristo, si volvía a casa sano y salvo. Europa estaba nuevamente a punto de ser inundada por la sangre de sus hijos y comprendió que “la humanidad se encontraba como echada en un catre semejante al de los soldados en la Gran Guerra con un Evangelio manchado de sangre”. Por tanto, se puso alegremente a la obra. Su hermoso libro sobre Jesús lo escribió parcialmente en Roma, pero en gran parte en Gubbio, en la Canónica de San Secondo, de la que era Abad titular. “Se retiraba allí en una habitacioncita interna, lejos de la calle y de los ruidos, pequeña y casi llena por una larga mesa donde podía abrir y tener en desorden libros y folios de papel; escribía durante horas, con una manta sobre los hombros, confortado de tanto en tanto por una tacita de café caliente” (P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 124).
  
En noviembre de 1940, se desplazó a Milán para entregar personalmente al Comendador Rizzoli su “Vida de Cristo”. Fue imprimida en abril de 1941.
  
En 1935, don Giuseppe fue nombrado Procurador General de los Canónigos Regulares Lateranenses y tuvo que trasladarse a la Curia Generalicia en San Pietro in Vincoli. Este encargo era prestigioso, pero le obligaba a cuidar las relaciones con la Curia vaticana, que en gran parte le era hostil. Don Guglielmi escribe: “Debía frecuentar ese mundo particular de las Congregaciones vaticanas, del cual espiraba para él el gélido viento de la desconfianza y de la frialdad. En realidad, no iba a gusto ni a menudo a esos ambientes, hasta perder la razón. Y algunas veces los hermanos, sobre todo los de fuera de Italia, murmuraron por las inesperadas e injustificadas lentitudes o falta de respuestas a sus instancias” (L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 111).
  
En todo caso, siguió siendo disciplinado y observante de la vida religiosa en común. Don Giuseppe era un cultor de la vida en común y era también un habitual hombre de oración.
  
Flavio Josefo 
En 1938, estuvo al cargo de una obra poderosa por mole y erudición: “Flavio Josefo traducido y comentado”. “La Guerra de los Judíos” fue publicada por la editorial SEI de Turín en 1937, pero precisamente ese año, cuando tenía apenas cuarenta y ocho años y había tenido siempre una óptima salud, fue aquejado de un ataque de gota aguda en la pierna izquierda, hizo también curas termales en Cave, pero “se habían anunciado los síntomas precedentes del oscuro mal en las piernas que lo atormentará a partir de entonces, obligándolo a infinitas curas médicas y finalmente le hará terminar en silla de ruedas” (P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 116).
  
La Vida de San Pablo 
Durante la Segunda Guerra vivió en Roma “imitando al cardenal Cayetano, que, durante el Saco de Roma de 1527, seguía imperturbable en su Convento, escribiendo tratados teológicos” (P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 121). Ricciotti trabajó entonces en torno a la vida y al pensamiento de San Pablo.
  
Al comienzo de 1939 preparó y revisó para la publicación con la Editorial Salani de Florencia “La Sagrada Biblia”, que había sido publicada ya en 1929 por la Librería Edictrice Fiorentina, obra que fue republicada más veces (la última reimpresión fue hecha por la Editorial Effedieffe de Proceno di Viterbo en 2016).
  
Dos tristes lutos 
El 29 de mayo de 1943 desapareció su hermano Giacomo, no volvió a casa, estaba mal psicológicamente y, después de muchas trepidaciones y búsquedas, el cadáver fue repescado en el Tíber hacia mediados de junio. En el mismo periodo, la hija del difunto Giacomo, Fausta, se enfermó de tisis. Don Giuseppe la hizo ingresar en el Sanatorio de Gubbio, que estaba cerca de la Canónica de San Secondo, de la que era Abad titular y adonde se desplazaba a menudo, pero la jovencita no se curó y se apagó en Gubbio el 7 de enero de 1946. Estos dos lutos le apenaron mucho y le hicieron derramar muchas lágrimas. Don Giuseppe dedicó su obra “Pablo Apóstol” a sus dos queridos familiares difuntos.
  
En 1949 estuvo al cargo de la traducción y las notas de “Las Cartas de San Pablo Apóstol” (Roma, Coletti), en 1951 “Los Hechos de los Apóstoles traducidos y comentados” (Roma, Coletti) y en 1956 un libro muy interesante y todavía actual “Juliano el Apóstata” (Milán, Mondadori), su último libro.
En abril de 1949 se embarcó en Nápoles hacia América Latina (Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Perú). En Chile fue huésped del Cardenal José María Caro (el autor del libro “El misterio de la Masonería”, Buenos Aires, Editorial Difusión, 1954), Arzobispo de Santiago de Chile, que había leído casi todos los libros de Ricciotti y quiso tenerlo como huésped en el Obispado.
  
En 1950 comenzó a enseñar en la Universidad de Bari. En 1954 se desplazó a España para una serie de conferencias.
   
En 1949, después de haber sido liberado de los deberes de dirección de la Orden en 1946, se había trasladado al Colegio San Vittore en via delle Sette Sale número 24, que fue su última residencia terrena y donde se apagó en 1964 a los 74 años. El Colegio San Vittore fue instituido en 1946 como Colegio Internacional para la formación espiritual e intelectual de los jóvenes estudiantes provenientes de las distintas Provincias de la Orden. La obra fue realizada después de haber despejado una hermosa propiedad cerca de San Pietro in Vincoli. Desde el 30 de noviembre de 1949 al día de su muerte (22 de enero de 1964), el Abad Ricciotti vivió allí.
  
La parte final de su vida 
Con 1949 comenzó también la fase final de su vida, que declinó mucho a partir de 1956. En el ’49 don Giuseppe tenía sólo 59 años, pero su físico robusto había sido ya parcialmente minado en 1938, 11 años antes, por una fuerte gota que, en 1956, lo llevó a la parálisis y a vivir en silla de ruedas. “A menudo estos dolorosos procesos de decadencia vienen acompañados de sorprendentes caminos espirituales. Esto se ve especialmente en la vida de los buenos sacerdotes, cuando son personas habitadas por Dios y que habitan en Dios. En el Reino de Dios no nos jubilamos; realizada su propia parte, el buen sacerdote se abandona a los diseños misteriosos de Dios y, si no se puede hablar de Dios a la gente, se hablará de la gente a Dios” (P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 137).
  
“Su vida religiosa fue para él, como lo es para todos, un recorrido. Desde el periodo juvenil, caracterizado por un cierto espíritu arrogante y por el deseo de emerger, a la inmovilidad de la vejez, con el cortejo de silencios, dolores y de soledad, caracterizada por largas oraciones y por tanto desprendimiento, tuvo que hacer camino. Ya no escribía, no sólo y no tanto por el deterioro físico y psíquico, sino también porque no estaba convencido de la utilidad de hacerlo; repetía, de vez en cuando, el aforismo (que alguno atribuye al padre Réginald Garrigou-Lagrange): ‘Cuando era joven yo enseñaba de todo. De adulto sólo lo que sabía. Ahora que soy viejo enseño poco y menos de lo que sé’. Ahora ya se preparaba a morir”.
   
El declive y el final 
Hacia 1956, sufrió un desplome de salud en el que se manifestaron de manera muy fuerte graves males físicos: citas médicas, ingresos, intervenciones quirúrgicas. En 1959 un mal más grave alarmó a quienes vivían a su lado. Fue por ello que tuvo que comenzar a celebrar la Misa sentado, se levantaba sólo en el momento de la consagración, pero muy pronto tuvo que celebrar en la habitación, sentado siempre y sólo la Misa votiva de la Virgen. Después no pudo ya dejar la silla de ruedas, pero no perdió su habitual buen humor. “Aun viviendo en la silla de ruedas, no perdió el tiempo de sus jornadas, ni lo hacía perder a quien estaba a su lado con excesivas solicitudes de asistencia. Se hacía poner delante de una mesa con atril y se hacía preparar algunos volúmenes de la Enciclopedia Italiana o de la Católica, o también algunos clásicos (la Divina Comedia, los Novios, la Imitación de Cristo – que conocía casi de memoria – y Pinocho…). Y pasaba las páginas despacio… cuando los ojos se cansaban tomaba el Rosario y oraba. Esperaba pacientemente que fueran a recogerlo para ser conducido al refectorio de la Comunidad, donde el encuentro fraterno le rompía la pensativa soledad. En 1962 fue ingresado de nuevo, primero en la Clínica “Valeria” (en Monte Sacro) y después en el Policlínico Umberto I (Clínica neurológica del Prof. Rizzo); finalmente en el Hospital San Camillo. El 30 de noviembre de 1963 se celebraba el 50º aniversario de su Ordenación sacerdotal. Muy agotado, se prestó a la fiesta que se le quiso hacer. Sin embargo, la disfrutó y se conmovió visiblemente. El último ingreso fue el 11 de enero de 1964. Murió el 22 de enero. Al hermano que le asistía, le dijo, como últimas palabras (estaban recitando tranquilas jaculatorias): ‘Continúa tú, no puedo más’ y entregó el alma a Dios” (P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 147).
   
Juliano el Apóstata y la Fe de Ricciotti 
El último libro de Ricciotti se titula “Juliano el Apóstata” y se imprimió en 1956, precisamente cuando comenzaron los males serios para su salud y el inicio de su declive. ¿Por qué Ricciotti se interesó por la figura de Juliano, que se embarcó en la aventura –carente de grandes esperanzas– de hacer volver a Roma al Paganismo? Según don Guglielmi fue el problema de la Fe el que movió a Ricciotti a sondear el motivo por el que el Emperador Juliano –inteligente, sensible y no desprovisto de una cierta rectitud moral– odió al Cristianismo y se volvió hacia el Paganismo antiguo. En resumen, la llave para abrir la puerta de la personalidad de Ricciotti debe ser buscada en la Fe y no en la cultura. Ricciotti no fue sólo o principalmente un gran escritor, un gran biblista, sino sobre todo un gran buscador de Dios, un verdadero religioso y sacerdote, que profundizó con el estudio su vocación religiosa, dirigida totalmente a la gloria de Dios también mediante la investigación erudita y los estudios escriturísticos.
  
En el libro sobre Juliano, Ricciotti sondeó el alma del Emperador para intentar comprender qué pudo mover a un hombre culto y refinado como él a una empresa tan absurda. Encontró un motivo, que explicaba el modo de actuar de Juliano en el hecho de que su tío, el Emperador Constancio, de Fe cristiana pero muy mezquino espiritualmente hizo exterminar a toda su familia. Este motivo encendió en el alma de Juliano (que no supo distinguir la religión de Cristo de sus falsos fieles) un odio hacia el Cristianismo y un deseo de venganza que le llevó a abrazar la causa, ya perdida, del Paganismo. La lectura del libro resulta agradable e interesante, tanto desde el punto de vista histórico, como desde el psicológico-espiritual.
   
Ricciotti vio él también (pero de modo distinto que el Emperador Juliano) no sólo las bellezas, sino también las miserias de los hombres de Iglesia, que a menudo lo persiguieron por envidia y celos y eso le hizo comprender (no justificar) la actitud y la reacción de Juliano, que él evitó aceptando los límites del elemento humano de la Iglesia, la cual, sin embargo, es divina en sí misma.
  
Desgraciadamente, Juliano no consiguió hacerlo. Este es el grave límite y la tragedia de la vivencia interior de Juliano, definido el “Apóstata” en el título mismo del libro de Ricciotti, precisamente para hacer comprender explícitamente que, aun habiendo sondeado las profundidades de su alma, no compartió su decisión, que, sin embargo, había comprendido bien. Don Guglielmi escribe: “Ricciotti vio esplendores y miserias en el edificio de la Iglesia, pero se albergó en él sin vacilaciones ni lamentos; no sólo, obedeció también. No expresó jamás una duda o escepticismo en sus libros; ciertamente luchó y se esforzó por custodiar su Depositum Fidei; en el curso de la vida fue herido, pero supo mantener la serenidad de la Fe” (L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia, cit., p. 165).
  
Conclusión 
Como nos enseña don Guglielmi, que conoció personalmente a Ricciotti, son tres los eventos que lo maduraron interiormente: 1º) el sufrimiento en la trinchera como Capellán de los Arditi; 2º) la observancia fiel de la Regla de los Canónigos Regulares Lateranenses; 3º) la oración personal acompañada del estudio riguroso. La vida de Ricciotti fue un largo acto de inteligencia que contempla y de voluntad que ama. El conocimiento de Dios nos lleva a amarlo, pero el amor de Dios está también en la base de su conocimiento. En efecto, se busca y se conoce sólo lo que ya se desea y se ama.
  
Que el ejemplo de su vida y de su doctrina pueda ayudarnos a conocer, amar y servir a Dios y, por medio de esto, salvar nuestra alma.
 
Natanael
   
NOTAS
[1] Son una rama de la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín, que comúnmente son considerados la Orden más antigua de la Iglesia.
[2] Cfr. P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia (1890-1964), Roma, Coletti, 2004. Para este artículo me baso en este libro de don Pietro Guglielmi, ex-Abad General de los Canónigos Regulares Lateranenses y alumno de Ricciotti.
[3] Arditi fue el nombre adoptado por los soldados de asalto de élite del Regio Esercito italiano en la Primera Guerra Mundial (ndt).
[4] Citado en P. Guglielmi, L’Abate Ricciotti. Una vita con la Bibbia e per la Bibbia (1890-1964), Roma, Coletti, 2004, p. 34.
[5] De la cual se han hecho 16 traducciones.
[6] “Porque tú, oh Señor, no abandonarás mi alma en los infiernos, ni dejarás que tu pío vea la corrupción”. Ricciotti no había referido este versículo directamente a la Resurrección de Jesús.
[7] “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si después pierde su vida?”. Ricciotti había escrito que el sentido literal del versículo no se refería a la vida eterna y a la salvación del alma.

OTRA DIÓCESIS ESTADOUNIDENSE EN BANCARROTA POR LA PEDOFILIA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
  
Ronald Gainer, obispón de Harrisburg, Pennsylvania, ha tirado la toalla y declaró su diócesis en bancarrota, la cual ha pagado 12’000.000 de dólares a los niños víctimas de los crímenes sexuales de su clero, y sigue demandada por otros 100’000.000 de dólares para los reclamos de más de 400 víctimas, mientras continúa creciendo el Holocausto sexual y de blanqueo de dinero en la Seudoiglesia.
   
Harrisburg, Pennsylvania, se convirtió en la 22 diócesis conciliar en caer en la bancarrota, como resultado del Gran Holocausto Sexual y de Blanqueo de Dinero en la Neoiglesia. Ya habían tenido que pagar 12’000.000 de dólares a 106 víctimas que fueton violadas, sodomizadas y asaltadas sexualmente de otras maneras por sus presbíteros, diáconos y seminaristas.
   
Adicional a las 106 víctimas ya indemnizadas, hay más de 400 que no han sido indeminzadas, hasta el monto de 100’000.000 de dólares. Gainer está tratando de adelantarse a una enmienda constitucional en curso para Pennsylvania que permitiría a las víctimas continuar demandando a pesar del actual estatuto de limitaciones. La bancarrota impediría que más víctimas demanden. Así, el obispón Ronald Gainer tiró la toalla el 19 de Febrero de 2020. [Parte de la información para este comentario proviene de Associated Press].
   
Las diócesis que ya han quebrado por el Holocausto conciliar incluyen:
  1. Portland, Oregon (07/06/04)
  2. Spokane, Washington (12/06/04)
  3. Davenport, Iowa (10/10/06)
  4. San Diego, California (02/27/07)
  5. Fairbanks, Alaska (demandada el 03/01/08)
  6. Wilmington, Delaware (10/18/09)
  7. Milwaukee, Wisconsin (01/04/11)
  8. Gallup, Nuevo México (11/12/13)
  9. Stockton, California (01/15/14)
  10. Helena, Montana (02/12/14)
  11. Tucson, Arizona (09/20/14)
  12. Winona, Minnesota (10/2014)
  13. Duluth, Minnesota (12/08/14)
  14. St. Paul-Minneápolis, Minnesota (01/16/15)
  15. Agaña, Guam (11/2018)
  16. Santa Fe, Nuevo México (11/30/18)
  17. San Juan, Puerto Rico (08/29/19)
  18. Rochester, Nueva York (12/12/19)

Verdaderos Católicos, mientras los obispones criminales de los Estados Unidos intentan evadir la ley y privar a sus víctimas de al menos tener una recompensa financiera por los horribles crímenes que el clero conciliar ha cometido contra ellos, muchos de los estados de los Estados Unidos están extendiendo o eliminando los estatutos de limitación para estos crímenes pedófilos. Al mismo tiempo, el FBI está investigando los crímenes de la Iglesia Conciliar, y un caso en curso en una corte federal ha acusado a los 300 obispos por fraude en la estafa del Óbolo de San Pedro, bajo el cual Francisco Bergoglio estaba recogiendo dinero para apuntalar a la decadente e inmoral Iglesia Deuterovaticana, aunque a los donantes se les decía que sus donaciones iban a obras de caridad.