Para pensar... Así está el mundo
COMBATIENDO SIN TREGUA EN TODOS LOS FRENTES PARA QUE CRISTO REINE. «VIVAT JESU, AMOR NOSTER, ET MARÍA, SPES NOSTRA!»
jueves, 20 de septiembre de 2012
"ME PRESIONARON PARA QUE ABORTARA, PERO NO LO HICE" (MADRE DE JUSTIN BIEBER)
Desde RELIGIÓN EN LIBERTAD- Vía TRADICIÓN CATÓLICA
Pattie Mallette (madre de Justin Bieber) confesó que fue presionada para abortar a su hijo, pero NO LO HIZO
Hace un año el cantante se confesó provida. Ahora es Pattie Mallette quien aporta un testimonio muy especial.
La revista Rolling Stone publicó en febrero de 2011 una entrevista
con Justin Bieber donde el cantante, que tiene ahora 18 años, se
mostraba tajante sobre la cultura de la muerte: “No creo en el aborto. Es como matar a un niño”, dijo.
Año y medio después, su madre va a aportar nuevos datos sobre la vida
de la estrella juvenil del pop… cuando pudo frustrarse. Será (fue) este
martes en Today Show, el magazine de cuatro horas que conduce Kathie Lee
Gifford en la NBC. En la edición de esta semana entrevistará a Pattie
Mallette, quien se quedó embarazada de Justin-con 17 años- y decidió
traerlo al mundo como madre soltera, aunque para ello tuvo que emplearse
a fondo en todo tipo de trabajos de escasa remuneración.
Según informa el blog del programa, el diálogo fue “increíblemente sincero“,
y entre muchos otros detalles contenidos en el libro de memorias que
justifica la entrevista, Pattie, que tiene ahora 36 años, facilitó dos
muy personales.
Uno, que sufrió abusos sexuales en la adolescencia, hasta el punto de que intentó suicidarse, “una culminación tras años de abuso y de dolor”, combinados con una depresión que acentuaban las drogas y el alcohol.
Otro, algo que sucedió tiempo después, cuando se quedó embarazada de
Jeremy Bieber, padre del cantante (casado con otra mujer, con la que
tiene dos hijos). A Pattie, que tenía 17 años en ese momento, empezaron a
presionarla para que abortara. Pero ella expresa en la entrevista con
gran emotividad que, a pesar de las tremendas dificultades en las que se
encontraba y de las presiones que sufrió, no consideró esa opción: “Yo
sólo sabía que no podía. Yo sólo sabía que no podía. Yo sólo sabía que
tenía que conservarlo y hacer las cosas lo mejor que pudiera. No sabía
cómo iba a hacerlo, pero ¿sabes? lo que sí sabía es que no podía, que no
podía abortar. Tenía que dar lo mejor de mí misma. Tenía que ver qué
hacer. Y estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta”.
Y a base de esfuerzo demostró que era capaz de sacarlo adelante. Pero
antes de eso, vino el parto. Pattie dice que la primera vez que oyó
llorar a Justin, le pareció que era música lo que oía: “Sé que
parece una locura, pero sonaba como si estuviese cantando. ¡De verdad!
¡Oh, Dios mío, era tan precioso, tan increíble! Yo sólo quería
comérmelo…”.
Un entusiasmo que comparten ahora muchas de sus seguidoras, gracias a
la valentía que mostró hace dieciocho años, ante las dificultades de la
vida y frente a soluciones ´fáciles´, la señora Mallette.
FALLECIÓ EL GENOCIDA DE PARACUELLOS
Santiago Carrillo (1915-2012), perpetrador de las matanzas de Paracuellos y Torrejón de Ardoz (Noviembre 7 a Diciembre 4 de 1936, durante la Guerra Civil)
Falleció el genocida Santiago Carrillo el día 18 de Septiembre en su casa. QUE SU ALMA ARDA EN EL INFIERNO POR TODA LA ETERNIDAD.
LAUS DEO
sábado, 15 de septiembre de 2012
LETANÍA A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Esta letanía fue compuesta en latín por el Papa Pío VII en 1809
durante su cautividad bajo Napoleón Bonaparte. Solamente para uso
privado. Original latín tomado de The Golden Prayer Book, or A Manual of Spiritual Devotion, año 1870.
LITANÍÆ DÓMINÆ NOSTRÆ DOLÓRUM
Nuestra Señora de los Dolores (Imagen milagrosa venerada en Quito, Ecuador)
Kýrie, eléison.
Christe, eléison.
Kýrie, eléison.
Christe, áudi nos.
Christe, exáudi nos.
Pater de cœlis, Deus, miserére nobis.
Fili, Redémptor mundi, Deus, miserére nobis.
Spíritus Sancte Deus, miserére nobis.
Sancta Trínitas, unus Deus, miserére nobis.
Sancta María, ora pro nobis.
Sancta Dei Genétrix, ora pro nobis.
Sancta Virgo vírginum, ora pro nobis.
Mater crucifíxa, ora pro nobis.
Mater dolorósa, ora pro nobis.
Mater lacrimósa, ora pro nobis.
Mater afflícta, ora pro nobis.
Mater derelícta, ora pro nobis.
Mater desoláta, ora pro nobis.
Mater Filio orbáta, ora pro nobis.
Mater gládio transverberáta, ora pro nobis.
Mater ærúmnis confécta, ora pro nobis.
Mater angústiis repléta, ora pro nobis.
Mater cruci corde affíxa, ora pro nobis.
Mater mœstíssima, ora pro nobis.
Fons lacrimárum, ora pro nobis.
Cúmulus passiónum, ora pro nobis.
Spéculum patiéntiæ, ora pro nobis.
Rupes constántiæ, ora pro nobis.
Áncora confidéntiæ, ora pro nobis.
Refúgium derelictórum, ora pro nobis.
Clípeus oppressórum, ora pro nobis.
Debellátrix incredulórum, ora pro nobis.
Solátium miserórum, ora pro nobis.
Medicína languéntium, ora pro nobis.
Fortitúdo debílium, ora pro nobis.
Portus naufragántium, ora pro nobis.
Sedátio procellárum, ora pro nobis.
Recúrsus mœréntum, ora pro nobis.
Terror insidiántium, ora pro nobis.
Thesáurus fidélium, ora pro nobis.
Óculus Prophetárum, ora pro nobis.
Báculus Apostolórum, ora pro nobis.
Coróna Mártyrum, ora pro nobis.
Lumen Confessórum, ora pro nobis.
Margaríta Vírginum, ora pro nobis.
Consolátio Viduárum, ora pro nobis.
Lætítia Sanctórum ómnium, ora pro nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, parce nobis, Jesu.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, exáudi nobis, Jesu.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, miserére nobis, Iesu.
Antiphona: Réspice super nos, libéra nos, salva nos ab ómnibus angústiis in virtúte Jesu Christi. Amen.
ORATIO
Scribe, Dómina, vúlnera tua in corde meo, ut in eis legam dolórem et amórem: dolórem, ad sustinéndum per te omnem dolórem: amórem, ad contemnéndum per te omnem amórem.
Dicitur Credo, Salve Regína, et ter Ave Maríæ.
TRADUCCIÓN
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo atiéndenos.
Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que sois un solo Dios, Ten piedad de nosotros.
Santa María, Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, Ruega por nosotros.
Madre Crucificada, Ruega por nosotros.
Madre Dolorosa, Ruega por nosotros.
Madre lacrimosa, Ruega por nosotros.
Madre aflicta, Ruega por nosotros.
Madre abandonada, Ruega por nosotros.
Madre desolada, Ruega por nosotros.
Madre despojada de su Hijo, Ruega por nosotros.
Madre traspasada por la espada, Ruega por nosotros.
Madre consumida por el infortunio, Ruega por nosotros.
Madre repleta de angustias, Ruega por nosotros.
Madre con el corazón clavado a la Cruz, Ruega por nosotros.
Madre tristísima, Ruega por nosotros.
Fuente de lágrimas, Ruega por nosotros.
Auge de sufrimiento, Ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, Ruega por nosotros.
Roca de constancia, Ruega por nosotros.
Áncora de confianza, Ruega por nosotros.
Refugio de los desamparados, Ruega por nosotros.
Escudo de los oprimidos, Ruega por nosotros.
Vencedora de los incrédulos, Ruega por nosotros.
Consuelo de los miserables, Ruega por nosotros.
Remedio de los enfermos, Ruega por nosotros.
Fortaleza de los flacos, Ruega por nosotros.
Puerto de los náufragos, Ruega por nosotros.
Bonanza en las borrascas, Ruega por nosotros.
Recurso de los afligidos, Ruega por nosotros.
Terror de los que arman celadas, Ruega por nosotros.
Tesoro de los fieles, Ruega por nosotros.
Vista de los Profetas, Ruega por nosotros.
Báculo de los Apóstoles, Ruega por nosotros.
Corona de los Mártires, Ruega por nosotros.
Luz de los Confesores, Ruega por nosotros.
Perla de las Vírgenes, Ruega por nosotros.
Consolación de las viudas, Ruega por nosotros.
Alegría de todos los Santos, Ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Atiéndenos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros, Jesús.
Antífona: Velad por nosotros, defendednos, preservadnos de todas las angustias, por la virtud de Jesucristo Nuestro Señor. Amén
ORACIÓN
Imprimid, Señora, vuestras llagas en mi corazón, para que en ellas recoja dolor y amor: dolor, para soportar por vos todos los dolores, amor, para despreciar por vos todos los amores. Amén.
Rezar un Credo, una Salve y tres Ave Marías.
viernes, 14 de septiembre de 2012
LA RAZÓN DE ESTA LUCHA (Aunque se vea perdida)
Desde LOS DERECHOS DE DIOS
“Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de Nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de Nuestro ministerio.
Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio, es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricadores de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.” (San Pío X, encíclica "Pascendi Dominis Gregis)
Asi pues, si esto era hace un siglo... Cuanto más es imprescindible
hoy en día, en que esos mismos enemigos que el Santo Papa Pio X
denunciaba ya como enquistados, penetrados, incrustados en la Santa
Iglesia Catolica, ya no solo medran ahi, sino que SE HAN APODERADO DEL
CONTROL de la Iglesia y la han subvertido, haciendola NO-CATOLICA, sino
herética.
Es pues, por esto, IMPRESCINDIBLE que diagamos a los cuatro vientos:
"Escucha, mundo entero:
Estás siendo engañado. La hoy mal llamada 'iglesia catolica' es en su estructura, toda ella, una fuente de perversión doctrinal.
Mundo, esta simulacion te complace, pues ya no se te recuerda que existe un Rey de Reyes, quien tiene el derecho de regir y gobernar este mundo, y a todo habitante de él, en todos los planos (religioso, político, económico, social, científico, etc.) como una TEOCRACIA haciendo valer las Leyes Divinas y los Derchos De Dios por encima y antes que los derechos humanos
Al contrario, mundo, te complace el que se te deje en libertad de declarar la 'muerte de dios' y te sientas libre de obedecer tus más bajas pasiones atizadas por el 'creador del humanismo integral'.
Mundo! más te valía el "yugo suave" de Aquel te quiere bien, y no la cara esclavitud simulada en libertad de aquel que te odia."
CISMA EN LA FSSPX: BERNARD FELLAY EXPULSARÁ A Mons. RICHARD WILLIAMSON
Desde VATICAN INSIDER-LA STAMPA
Richard Williamson, el obispo lefebvriano que había negado la existencia de las cámaras de gas, podría ser expulsado de la San Pío X. El superior de la Fraternidad, Bernard Fellay, había excluido la participación de Williamson en el capítulo general de los lefebvrianos, dedicado a las negociaciones con la Santa Sede. Pero ahora podría incluso llegar una sanción mucho mayor para el obispo negacionista. Lo sostiene el sitio alemán kreuz.net, que presenta los motivos que podrían llevar a esta decisión.
Posiblemente, en medio de la coyuntura
de los diálogos CV2-exFSSPX, Mons. Richard Williamson correrá con la
misma suerte de muchos sacerdotes y laicos de dicha congregación: LA
EXPUSLSIÓN
El mismo sitio, en julio de este año, había difundido un video en el que Williamson manifestaba su esperanza y su “sueño” de que el capítulo general de la Fraternidad se expresara en contra del superior Fellay y le destituyera.
En agosto, Williamson celebró una misa y administró el sacramento de la confirmación en un monasterio benedictino relacionado con la San Pío X en Brasil, a pesar de la prohibición que le había impuesto Fellay: un acto que fue muy criticado por el superior de la Fraternidad en Sudamérica, el padre Christian Bouchacourt. Según el estatuto de la San Pío X, en realidad, los obispos pueden impartir las confirmaciones solo si cuentan con la autorización del superior general, es decir Fellay. Otro motivo para la “sanción”, según kreutz.net sería la falta de obediencia del obispo a la orden de los superiores para que suspendiera una “newsletter” semanal a su cuidado.
Según el sitio alemán, Williamson estaría dispuesto a reunir a su alrededor a un nuevo grupo tradicionalista, con otros sacerdotes que dejen la Fraternidad San Pío X, e incluso a ordenar nuevos obispos. Es evidente que sería automáticamente excomulgado.
Como se recordará, en una entrevista televisiva en la que Williamson negaba la existencia de las cámaras de gas, difundida en ocasión de la cancelación de la excomunión a los obispos lefebvrianos por parte de Benedicto XVI en enero de 2009, había provocado notables polémicas incluso en el mundo hebreo. Polémicas a parte, después de que el Papa Ratzinger hubiera escrito una intensa carta a los obispos de todo el mundo, explicando los motivos de su gesto hacia los lefebvrianos.
Williamson fue, en estos meses, el más crítico en relación con el camino de reconciliación de la Fraternidad en vista de un posible regreso a la comunión con Roma. Tampoco hay que olvidar que una carta en contra del acercamiento a la Santa Sede, que Fellay está llevando a cabo, llevaba las fimas de Williamson y otros dos obispos, Alfonso de Gallareta y Bernard Tissier de Mallerais. En particular, este último, aunque de forma menos explícita que Williamson, está claramente en contra del acuerdo con Roma. La Santa Sede había establecido que las posturas individuales de los obispos se trataran al margen de las negociaciones.
La eventual expulsión de Williamson, con el consecuente nacimiento de una nueva ala de los lefebvrianos que aumentaría el ya variado y fragmentado panorama del ultra-tradicionalismo, podría hacer que fuera menos difícil el acercamiento de la San Pío X a la Santa Sede. La Pontificia comisión Ecclesia Dei espera todavía la respuesta de Fellay a la última versión del “preámbulo doctrinal” que fue entregado en junio de este año.
De cualquier forma, más allá de las anticipaciones de kreuz.net, no ha habido ninguna noticia en la Casa generalicia de los lefebvrianos y, aunque en el ámbito de la Fraternidad haya muchos que esperan que se sancione a Williamson, no será inminente.
CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS DE ASIA
Por Juan Pampero. Rescatado de CIUDADANOS ALERTA.
UNA JUSTIFICACIÓN
Desde hace un par de semanas me han llegado varias cartas narrándome el deplorable incidente acontecido en la Catedral Metropolitana: una herejía propiamente dicha. Recuerdo algunas de ellas, en donde los desconsolados, por sus corazones pesarosos, llegaron a pedirme una opinión. En verdad yo no sé que decirles que ya no se haya dicho, protestado y condenado, dado que no es la primera vez que sucede este sacrilegio. Y estando en estas amargas cavilaciones, entre mitad mudo y mitad torpe, vine a recordarme del Apocalipsis de Juan, donde hay unas cartas a las Iglesias de Asia. A ellas deseo referirme, asociándolas con lo que ha sucedido. Motivo por el cual paso a tratarlas sin más trámite.
LAS IGLESIAS DE ASIA
El libro del Apocalipsis, palabra griega que quiere decir Revelación y, en este caso de Jesucristo a través de un Ángel (Apoc. 1,1-3), se inicia con una serie de cartas dirigidas a siete iglesias de la provincia romana de Asia (hoy inexistentes), que no estaban muy distantes entre sí. El número siete, tenido siempre por los esotéricos como de la suma perfección es, en este caso y a mi juicio, es meramente simbólico o casual porque serían siete las iglesias, pero no emblemático. Dichas iglesias representan el conjunto de las comunidades cristianas de esa región. Todas estas cartas tienen un estilo semejante y están escritas en nombre del mismo Jesucristo, a quien se le dan diversos títulos y, entre ellos el de Hijo de Dios (Apoc. 2,18). Es Él quien pasa revista a la conducta de aquellas comunidades, alabándolas algunas veces por sus virtudes, enjuiciándolas en otras a causa de sus infidelidades.
Salvadas las distancias, el mensaje de estas Cartas vale para las Iglesias de todas las épocas, incluidas las que actualmente existen. Y, ¿quién soy yo, un ignorante y atrevido, para decir esto, vertiendo opiniones sobre un mensaje Celestial? Por lo que digo: ¿acaso ellas no estuvieron y están siempre expuestas a toda suerte de dificultades, tanto externas como internas? Esto es inevitable, y la historia lo atestigua de sobra, desde antes de Arrio a esta parte, que el Cuerpo visible de Cristo sufra persecuciones, desviaciones e imperfecciones. Ahora, como en aquel entonces, el Señor exhorta a los creyentes en Él, a mantenerse fieles al fervor de los comienzos, mediante una constante renovación. La corona de esta fidelidad será la participación en el triunfo de Cristo, el primero que resucitó de entre los muertos (Apoc. 1,5; Is. 44,6; 48,12).
LAS SIETE IGLESIAS DE ASIA
1. Carta a la Iglesia de Éfeso: “Conozco tus obras, tus trabajos y tu constancia. Sé que no puedes tolerar a los perversos: has puesto a prueba a quienes usurpan el título de apóstoles, y comprobaste que son mentirosos. Sé que tienes constancia y que has sufrido mucho por mi Nombre sin desfallecer. Pero debo reprocharte que hayas dejado enfriar el amor que tenías al comienzo. Fíjate bien desde dónde has caído, conviértete y observa tu conducta anterior. Si no te arrepientes, vendré hacia ti y sacaré tu candelabro de su lugar preeminente (1). Sin embargo, tienes esto a tu favor: que detestas la conducta de los nicolaitas (2), lo mismo que yo.”
(1) Sacaré tu candelabro de tu lugar, significa que si Éfeso no se convierte, perderá su jerarquía de Iglesia principal.
(2) Nicolaitas, era una secta hereje de tendencias morales licenciosas.
2. Carta a la Iglesia de Esmirna: “Conozco tu tribulación y tu pobreza (1), aunque eres rica, así como también la maledicencia de los que se llaman judíos, y no son más que una sinagoga de Satanás (2). No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de ustedes para que sean puestos a prueba, y tendrán que sufrir durante diez días (3). Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.” (4)
(1) Esmirna es un puerto situado a unos 50 Km al norte de Éfeso.
(2) Sinagoga de Satanás es el título aplicado a los judíos que hostilizaban a los cristianos.
(3) Véase Dn. 1, 12-14.
(4) La segunda muerte es la condenación eterna; es decir, la privación definitiva de Dios. Puede verse también Apoc. 20, 6-14 y 21, 8.
3. Carta a la Iglesia de Pérgamo: “Sé que tu habitas donde está el tono de Satanás (1). A pesar de todo, permaneces fiel a mi Nombre y no has renegado de tu fe en mí, ni siquiera en la época de Antipas, mi testigo fiel, al que mataron los judíos en el lugar donde habita Satanás (2). Sin embargo, debo reprocharte algo, y es que tienes adictos a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac cómo debía seducir a los israelitas para que se prostituyeran, comiendo los alimentos sacrificados a los dioses (3). Tienes además partidarios de la doctrina de los Nicolaitas. Arrepiéntete, o iré en seguida para combatirlos con la espada de mi boca.”
(1) Pérgamo se encontraba situada a unos 70 Km al norte de Esmirna.
(2) Además de numerosos santuarios paganos, Pérgamo tenía un templo consagrado al Emperador. La expresión lugar donde habita Satanás, probablemente se refiera a este sitio. Aunque también puede ser un lugar donde se reunían los judíos para complotarse contra los cristianos.
(3) Ver Núm. 25, 1-2; 31, 16.
4. Carta a la Iglesia de Tiatira: “Conozco tus obras (1), tu amor, tu fe, tu servicio y tu constancia. Sé también que tus últimas obras son más abundantes que las primeras. Pero, debo reprocharte que toleras a Jezabel (2), esa mujer que pretende ser profetisa, la que engaña a todos mis servidores, y les enseña a prostituirse comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos. Yo le he dado tiempo suficiente para arrepentirse, pero ella no quiere dejar de fornicar. Por eso, la arrojaré a un lecho de dolor, y someteré a sus compañeros de adulterio a una prueba terrible, si no se arrepienten de sus obras, y (3) haré morir a sus hijos. Así sabrán las iglesias que yo conozco íntimamente los sentimientos y las intenciones. Y yo retribuiré a cada uno según sus obras. En cuanto a ustedes, los demás de Tiatira, los que no comparten esta doctrina ni conocen los secretos de Satanás –como dicen ellos- no les impondré nada nuevo, excepto que conserven firmemente lo que ya poseen, hasta que yo vuelva. Al vencedor, al que permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones (4). El que las regirá con un cetro de hierro y las destrozará como a un vaso de arcilla, con el mismo poder que yo recibí del Padre; y también le daré la Estrella de la mañana.” (5)
(1) Tiatira era una ciudad situada a unos sesenta kilómetros al sudeste de Pérgamo.
(2) Para Jezabel ver 1 Rey. 16, 31; 2 Rey. 9, 22 y 30, 37. Aquí Jezabel es un nombre simbólico aplicado a una profetisa de los nicolaitas.
(3) Ver Sal. 7, 10 y 62, 13.
(4) Ver Sal. 2, 8-9
(5) La Estrella de la mañana es un símbolo de poder (Is. 14, 12), y aquí representa la gloria de Jesús resucitado a la que son asociados los creyentes en Él (Ver Apoc. 22, 16).
5. Carta a la Iglesia de Sardes: “Conozco tus obras (1); aparentemente vives, pero en realidad estás muerto. Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios. Recuerda cómo has recibido y escuchado la Palabra: consérvala fielmente y arrepiéntete. Porque si no vigilas, llegaré como un ladrón, y no sabrás a qué hora te sorprenderé. Sin embargo, tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado su ropa: ellas me acompañarán vestidas de blanco, porque lo han merecido. El vencedor recibirá una vestidura blanca, nunca borraré su nombre del Libro de la Vida (2) y confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles.”
(1) La comunidad cristiana de Sardes se encontraba a unos 55 Km al sudeste de Tiatira y era una de las ciudades más antiguas del Asia Menor.
(2) En el Libro de la Vida están registrados los nombres de los que heredarán la Vida eterna. Véase Sal. 56, 9; 69, 29 y 139, 16.
6. Carta a la Iglesia de Filadelfia: “Yo conozco tus obras (1); he abierto delante de ti una puerta que nadie puede cerrar (2), porque a pesar de tu debilidad, has cumplido mi Palabra sin renegar de mi Nombre. Obligaré a los de la sinagoga de Satanás –que mienten, porque se llaman judíos y no lo son- a que se postren delante de ti y reconozcan que yo te he amado. Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra. Yo volveré pronto (3): conserva firmemente lo que ya posees, para que nadie pueda arrebatarte la corona. Haré que el vencedor sea una columna (4) en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allá. Y sobre él escribiré el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios –la nueva Jerusalén que desciende del cielo y viene a Dios- y también mi nombre nuevo.”
(1) Ver Is. 22, 22. Filadelfia era una ciudad situada a unos 45 Km al sudeste de Sardes en una región muy fértil.
(2) Puerta que nadie puede cerrar: ver 1 Cor. 16, 9.
(3) Is. 45, 14; 60, 14 y 43, 4.
(4) Ver Is. 62, 2. Columna: símbolo de los elegidos que tendrán un lugar honorífico y estable en el Templo celestial. El Nuevo Testamento presenta frecuentemente a la comunidad cristiana como un Templo, cuya piedra angular es Jesucristo. Ver 1 Cor. 3, 10; Ef. 2, 19-22; 1 Ped. 2, 4 -9.
7. Carta a la Iglesia de Laodicea: “Conozco tus obras: no eres frío ni caliente (1). ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca. Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Por eso, te aconsejo, cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista (2). Yo corrijo y reprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete! Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos (3). Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Esta carta se inicia citando “al que es el Amén”. Amén para los cristianos es Jesucristo. No es el amén de los judíos que significaría “que así sea”. Y a esto no lo digo yo de caprichoso, sino que está en 2 Cor. 1, 20. De manera que las catequistas pueden ir tomando nota para transmitírselo a los párvulos.
(1) Laodicea estaba situada a 65 Km al sudeste de Filadelfia.
(2) Prov. 3, 12.
(3) Cenaremos juntos, es la imagen de la intimidad y de la felicidad. Ver Mt. 8, 11.
Mis queridos amigos: si leéis atentamente estas cartas, veréis que muchos de sus párrafos se acomodan a lo ocurrido en la Catedral Metropolitana. Sea por lo que pasa desde afuera, sea por lo que está pasando por dentro. Que en verdad os digo: no sé cuál de las dos cosas es más grave. Porque es natural, y por ello lógico, que un cerdo se introduzca en el rebaño. Lo que no es natural, ni es lógico, es que permitamos que el cerdo viva entre nosotros creyéndolo una oveja, aunque a ojos vista haga cosa de cerdos. Y el cerdo es del chiquero.
Estas cartas mis queridos están olvidadas. No os asustéis: porque Dios quiere que así pasen las cosas. Hágase su voluntad entonces. Mas aprovecho para deciros una vez más: en este momento el deber de todo buen cristiano es ir a evangelizar a los curas. Por aquí debemos comenzar. El resto será concedido. Todo lo que se haga sin partir de esta ardua premisa, será en vano. Tenemos que convertir a los curas a la Santa Fe, que vuelvan a la Iglesia de Cristo y cumplan con su apostolado. De esta manera descenderá sobre ellos y todos nosotros el Amén.
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sábado, 8 de septiembre de 2012
RUMORES DE SACRISTÍA: LA CÚPULA CONCILIAR SE HUMILLARÁ ANTE LOS LUTERANOS
Desde FORO CATÓLICO
¿Un “mea culpa” para la Reforma y la Contrarreforma en 2017?
(Texto transcrito de Vatican Insider)
(Texto transcrito de Vatican Insider)
Como en 2000, cuando Juan Pablo II se humilló ante los "hermanos mayores", Benedicto XVI le "pediría perdón" a los "hermanos separados" (términos CV2 para los deicidas judíos y los herejes protestantes respectivamente)
Hay una idea que circula en voz baja en el mundo romano, pero desde hace años en el mundo alemán se encuentra bien arraigada, sobre todo después del último viaje del Papa a Alemania, con la precisa elección de las etapas y los encuentros que indicaban muy claramente la voluntad de un diálogo ecuménico.
Es evidente que Benedicto XVI (al igual que sus antecesores desde Pablo VI), quiere ver humillada a la Iglesia Católica (pero en realidad, los que se humillan son los del Vaticano cisma)
Así, mientras se ha hablado mucho sobre el seminario anual de estudio entre el viejo profesor y sus exalumnos, que se llevó a cabo en Castel Gandolfo, no pasó inadvertido el comentario del presidente del Ratzinger Schülerkreis, el padre Stephan Horn, a la Radio Vaticana y que retomó la France Press.
Dentro de 5 años, en ocasión del 500 aniversario del cisma de Lutero (de 1517), podría concretarse una especie de “mea culpa” por parte de las dos Iglesias, para eliminar los venenos y serenar los ánimos provocados por antiguos conflictos.
Recordemos que en 1517, Martín Lutero fundó la herejía protestante al fijar sus tesis en la capilla del Castillo de Wittemberg
«El Santo Padre siempre ha tenido la idea de que es necesaria una purificación de la memoria», dijo Horn.
«La historia no se puede cancelar, pero puede cambiar su interpretación, la forma en la que se juzgan los hechos». Los historiadores concuerdan al respecto, sobre todo los que se ocupan del Concilio de Trento, el Concilio de la Contrarreforma.
En vista del aniversario, ya son muchas las iniciativas programadas para 2017 y esta podría ser la coronación del conjunto e incluso son muchos los que esperan que sea un Papa alemán el quela lleve a cabo. Los huéspedes luteranos que estuvieron en el seminario en Castel Gandolfo y las declaraciones del Papa indican un camino preciso.
Yahveh dice al Remanente Católico: "Ellos (los enemigos de la Fe) se volverán hacia ti, pero tú no te volverás hacia ellos. Yo te pondré frente a este pueblo como una muralla de bronce inexpugnable."
viernes, 7 de septiembre de 2012
LA IGUALDAD VA EN CONTRA DE DIOS
Nuestro compañero de armas, Hector el Cruzado (escritor en el blog ESPADA CATÓLICA), presenta una reflexión basada en las enseñanzas del Angélico Doctor Santo Tomás de Aquino, sobre la conveniencia de la Jerarquía:
La diversidad de las criaturas y su escalonamiento jerárquico son un bien en sí
Cada día es más frecuente oír hablar de “educación igualitaria”, “relaciones sociales igualitarias”, igualdad en las remuneraciones, etc. De ese modo la desigualdad va siendo presentada como antipática, injusta, cruel, anticristiana.
En realidad no se trata tanto de saber si debe haber patrones y empleados; no se trata de saber si debe haber quien gobierne y quien obedezca. Se trata de saber algo más profundo: En el universo, ¿la igualdad es un bien o un mal? Huir de esta cuestión es escabullirse del fondo del problema.
Santo Tomás, Doctor de la Iglesia
En realidad no se trata tanto de saber si debe haber patrones y empleados; no se trata de saber si debe haber quien gobierne y quien obedezca. Se trata de saber algo más profundo: En el universo, ¿la igualdad es un bien o un mal? Huir de esta cuestión es escabullirse del fondo del problema.
Claro está que esto no quiere decir que la desigualdad es siempre y necesariamente un bien.
¿Cuáles serían entonces los límites de la igualdad y de las desigualdades justas?
Todos los hombres son iguales por naturaleza, y diferentes sólo en sus accidentes. Los derechos que les vienen del simple hecho de ser hombres son iguales para todos: derecho a la vida, a la honra, a condiciones de existencia suficientes, al trabajo y, pues, a la propiedad, a la constitución de una familia, y sobre todo al conocimiento y práctica de la verdadera Religión. Y las desigualdades que atenten contra esos derechos son contrarias al orden de la Providencia. Sin embargo, dentro de estos límites, las desigualdades provenientes de accidentes como la virtud, el talento, la belleza, la fuerza, la familia, la tradición, etc., son justas y conformes al orden del universo.
Santo Tomás enseña que la diversidad de las criaturas y su escalonamiento jerárquico son un bien en sí, pues así resplandecen mejor en la creación las perfecciones del Creador. Y dice que tanto entre los Ángeles como entre los hombres, en el Paraíso Terrenal como en esta tierra de exilio, la Providencia instituyó la desigualdad. Por eso, un universo de criaturas iguales sería un mundo en que se habría eliminado, en toda la medida de lo posible, la semejanza entre criaturas y Creador. Odiar, en principio, toda y cualquier desigualdad es, pues, colocarse metafísicamente contra los mejores elementos de semejanza entre el Creador y la creación, es odiar a Dios.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
SIR WILLIAM SHAKESPEARE FUE CATÓLICO
Desde FORO CATÓLICO
William Shakespeare fue en realidad católico.
“En tiempos de la Conjura de Somerville de 1583, cuando también los familiares maternos, incluida la madre de Shakespeare, Mary Arden, a causa de su fe fueron sometidos a la acusación de alta traición por Sir Thomas Lucy di Charlecote Park”. (Transcrito de La Bussola Quotidiana /Antonio Giuliano / Traducido por José Martín Alonso)
Católico o no católico, éste es el problema, se podría decir parafraseando el dicho de Hamlet. En realidad, la tesis que desde hace ya años el gran William Shakespeare fue fiel de la Iglesia de Roma, hoy es mucho más que una hipótesis.
La confirmación nos llega de un sorprendente número de libros publicados recientemente. Y es que, si ya finalmente un autor popular laico inglés como Peter Ackroyd lo admite en su Shakespeare: Una biografía (Neri Pozza), convincente y bien ponderado es el último volumen de la inglesa Elisabetta Sala El enigma de Shakespeare: ¿Cortesano o disidente? (Ares).
La autora que escribió Isabel la Sanguinaria (Ares), había desenmascarado brillantemente la propaganda que rodea la época isabelina, y saca a la luz la disidencia del dramaturgo y sus relaciones con los católicos perseguidos por la reina.
Quien no ha tenido jamás dudas hamletianas sobre el catolicismo de Shakespeare y desde hace años pelea contra una cierta crítica todavía suspicaz es Peter Milward, jesuita inglés, profesor de Literatura Inglesa en la Universidad Sofía de Tokio, máximo experto de la religiosidad del Bardo.
El profesor Peter Milward, S.J., en sus libros "El fondo religioso de Shakespeare" y "Shakespeare el papista", demuestra que el Bardo (William Shakespeare) fue católico
“Es una hipótesis que sostengo ya desde 1973, cuando publiqué mi primer libro Shakespeare´s Religious Background (El fondo religioso de Shakespeare). Hoy afortunadamente son muchos lo libros que relanzan esta cuestión, pero hay todavía un cierto prejuicio académico que es difícil erradicar”. (Peter Milward)
- Profesor Milward, ¿Por qué está tan convencido de que Shakespeare fue católico?- Sabemos que su padre, John Shakespeare, recopiló de su puño y letra un testamento espiritual que se encontró escondido entre las vigas del techo de su casa de la calle Henley en Strafford. Aquel documento (del cual hoy tenemos una copia de 1700 reconocida como auténtica) fue probablemente escondido allí en tiempos de la Conjura de Somerville de 1583, cuando también los familiares maternos, incluida la madre de Shakespeare, Mary Arden, a causa de su fe fueron sometidos a la acusación de alta traición por Sir Thomas Lucy di Charlecote Park. Y los nombres tanto del padre John (en 1592) como de su hija Susana Hall (en 1606) figuran en la relación de católicos que se negaban, de aquellos que rechazaban acudir a las funciones obligatorias religiosas del Estado.
Eran años de caza a los disidentes católicos como consecuencia de un bando severo lanzado en nombre de la reina en 1591, y otro al día siguiente de la Conjura de la Pólvora de 1605.
Durante los reinados de Enrique VIII e Isabel I (aunque también en Jacobo I Estuardo), en Inglaterra, ser Católico era delito penalizado con la muerte. (Cuadro "Los Cuarenta Santos Mártires de Inglaterra y Gales", por Daphne Pollen)
- ¿Cómo es que la Reina Isabel I (1533-1603) tan feroz con los católicos lo aceptó en la corte?- Obviamente en una tal situación de persecución, Shakespeare fue obligado a silenciar su fe católica. Tuvo que vivir de forma enmascarada, como su Edgar en Rey Lear, y así ha permanecido hasta hoy. Su máscara era la de un personaje menor de edad, de uno que él mismo llamaría el “bufón”. Dudo que la reina Isabel haya intuido su camuflaje (aunque hay autores convencidos de ello).Sabemos, sin embargo, por ejemplo que la reina se dio cuenta de la Fe católica del gran compositor William Bird y le consintió permanecer en la corte porque tenía necesidad de él para la música de la capilla real. Del mismo modo podría haber actuado con Shakespeare porque valoraba su trabajo, sobre todo las comedias y especialmente el personaje de Sir Jhon Falstaff.¿Fue obligado, por tanto, a recurrir a los símbolos para no incurrir en la censura?- Sí. Son ciertamente los símbolos, las imágenes o los temas a lo que recurre en sus trabajos para mostrar su catolicismo. Tomemos como ejemplo un tema como la peregrinación. Está presente en muchas de sus obras: Ricardo II, El Mercader de Venecia, Como os plazca y Rey Lear. La costumbre de recurrir a la peregrinación era típicamente medieval y católica, pero fue prohibida por los protestantes en tiempos de Enrique VIII, quien cerró todos los santuarios en Inglaterra.Otra imagen típica de los católicos perseguidos en Inglaterra ha sido por ejemplo la condición del destierro y de la marginación que no por casualidad reaparecen en sus obras. Como cuando Ricardo II, en el momento de ser destronado, aconseja a su dolorida reina retirarse a Francia y entrar en un convento como forma de alcanzar “la corona de un nuevo mundo”, mientras él deberá soportar el arresto.Otro tema es la forma en la que el dramaturgo trata a los frailes en obras como Romeo y Giulietta, Mucho ruido y pocas nueces y Medida por medida. Mientras los dramaturgos protestantes como Robert Greene y Chistopher Marlowe los tratan con escarnio como personajes ridículos, Shakespeare los respeta y lo hace de modo que también sus personajes los respeten.- ¿Cuáles son las demás obras que manifiestan su fe?- En uno de mis libros Influencias bíblicas en las grandes tragedias de Shakespeare (editada por la Universidad de Indiana) he analizado, acto por acto, línea por línea, las cuatro grandes tragedias Hamlet, Otelo, Macbeth y Rey Lear, encontrando ciertamente numerosas referencias de la Biblia. Sobre todo las últimas tres escritas ya al comienzo del reinado de Jacobo I (para Hamlet reinaba todavía Isabel I) las considero todas en conjunto como las “obras de la pasión de Shakespeare” porque hacen volver al Evangelio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Pero en mi último libro Shakespeare the Papist demuestro cómo todas las obras admiten una interpretación católica y bíblica, Si no se admite este sustrato, este fondo católico, muchas obras permanecerían enigmáticas.- Ha causado asombro también la declaración del primado de la Iglesia Anglicana, Roman Williams, quien ha admitido el catolicismo del Bardo.- Estoy muy contento. El mismo arzobispo de Canterbury me ha confiado que ha madurado esta convicción también por la lectura de algunos de mis escritos. Pero no es suficiente reconocer que Shakespeare fue católico. Es necesario tomar nota de que nos encontramos frente a un testigo importante de aquel catolicismo inglés que fue cruelmente perseguido por Enrique VIII y por Isabel I y por sus crueles ministros, Thomas Cromwel y William Cecil.- A pesar de todo persisten todavía muchas desconfianzas en relación a esta hipótesis…- Hay sobre todo un secular prejuicio académico de parte de un grupo de estudiosos de Shakespeare. Ellos gozan de tribunas universitarias importantes y de publicidad mediática. El problema es que algunos autores como Peter Ackroyd admiten el fondo católico de Shakespeare. Pero no se puede comprender su papel de testigo de la cristiandad y su catolicismo si no se estudian a fondo sus obras y no se tienen en cuenta las duras persecuciones de ese tiempo.Shakespeare ha vivido ciertamente en una época en la cual los católicos ingleses vivían en el miedo como los cristianos coptos hoy en Egipto. Incluso los sacerdotes, incluso los jesuitas, temían ser descubiertos, arrestados, hechos prisioneros, torturados y ajusticiados como traidores. Él no fue al encuentro del martirio, pero tenía una gran fe católica. Y se sintió comprometido como dramaturgo, en la misión de proclamar la verdad de su época y la fe de lo que Hamlet llama “el mundo aún no conocido”.
LETANÍAS A DIOS PADRE CELESTIAL
Tomada del devocionario Horæ Sacræ vitæ sacerdotális, del Padre Carolus Eggert.
TRADUCCIÓN
LITANÍÆ AD DEUM PATREM CŒLÉSTEM
Kýrie, eléison.
Christe, eléison.
Kýrie, eléison.
Pater sancte, áudi nos.
Pater juste, exáudi nos.
Pater de cœlis Deus, miserére nobis.
Fili redémptor mundi Deus, miserére nobis.
Spíritus Sancte Deus, miserére nobis.
Sancta Trínitas, unus Deus, miserére nobis.
Pater noster, qui es in cœlis, miserére nobis.
Pater Dómini nostri Jesu Christi, miserére nobis.
Pater misericordiárum, et Deus tótius consolatiónis, miserére nobis.
Pater! peccávimus in cœlum et coram te, miserére nobis.
Pater Deus, benedíctus in sǽcula, miserére nobis.
Pater in spíritu et veritáte adoránde, miserére nobis.
Pater sine quo nemo venit ad ílium, miserére nobis.
Pater glóriæ, et Dómine cœli et terræ, miserére nobis.
Qui misísti Fílium in mundum, miserére nobis.
Ex quo omnis patérnitas in cœlo et in terra nominátur, miserére nobis.
Qui elegísti nos in Fílio ante mundi constitutiónem, miserére nobis.
Qui prædestinásti nos in adoptiónem filiórum, miserére nobis.
Qui mystéria abscóndis prudéntibus et sapiéntibus, et revélas ea párvulis, miserére nobis.
Qui benedixísti nos omni benedictióne spirituáli in cœléstibus, miserére nobis.
Qui dimíttis nobis peccáta nostra, miserére nobis.
Qui elegísti nos, ut éssemus sancti et immaculáti in conspéctu tuo, miserére nobis.
Qui das spíritum bonum peténtibus te, miserére nobis.
Pater lúminum, a quo omne bonum descéndit, miserére nobis.
Pater vivíficans, et mórtuos súscitans, miserére nobis.
Pater videns in abscóndito, miserére nobis.
Agrícola úsque modo óperans, miserére nobis.
Qui solem tuum oríri facis super bonos et malos, miserére nobis.
Qui pluis super justos et injústos, miserére nobis.
Qui numerásti omnes capíllos cápitis nostri, miserére nobis.
Qui próprio Fílio non pepercísti, sed pro nobis ómnibus tradidísti eum, miserére nobis.
Qui vocásti nos in societátem Fílii tui, miserére nobis.
Qui gratificásti nos in dilécto Fílio tuo, miserére nobis.
Qui transtulísti nos in regum Fílii dilectiónis tuæ, miserére nobis..
Qui dignos nos fecísti in partem fortis sanctórum, miserére nobis.
Qui ad núptias Filii nos vocásti, miserere nobis.
Qui dilexísti nos, et dedísti consolatiónem ætérnam, miserére nobis.
Qui sic dilexísti mundum, ut Fílium unigénitum dares, miserére nobis.
Qui magnífica voce de cœlo delápsa clarificásti Fílium tuum, miserére nobis.
Qui tibi in Fílio tuo bene complacuísti, miserére nobis.
Cui complácuit dare nobis regnum, miserére nobis.
Cujus fáciem semper vident Ángeli in cœlis, miserére nobis.
Qui ut servum redímeres, Fílium tradidísti, miserére nobis.
Qui talem caritátem dedísti nobis, ut fílii tui nominémur et simus, miserére nobis.
Qui voluísti nos confórmes fíeri in imáginis Fílii tui, miserére nobis.
Qui es super omnes, et per ómnia, et in ómnibus nobis, miserére nobis.
Qui parásti regnum eléctis tuis ante mundi constitutiónem, miserére nobis.
Pater orphanórum et judex viduárum, miserére nobis.
Qui sine acceptióne personárum júdicas secúndum opus uniuscujúsque, miserére nobis.
In cujus domo mansiónes multæ sunt, miserére nobis.
Pater benígne, pátiens, et multæ misericórdiæ, miserére nobis.
Propítius esto, parce nobis, Dómine.
Propítius esto, exáudi nos, Dómine.
Propítius esto, líbera nos, Dómine.
Ab omni malo, libera nos, Domine.
Ab omni peccáto, libera nos, Domine.
A potestáte Diáboli, libera nos, Domine.
Ab ómnibus peccatórum occasiónibus et tentatiónibus, libera nos, Domine.
Ab insídiis inimicórum ómnium, libera nos, Domine.
Ab ira, et ódio, et omni mala voluntáte, libera nos, Domine.
Ab imminéntibus peccatórum perículis, libera nos, Domine.
Ab ómnibus adversitátibus et hóstibus mentis et córporis, libera nos, Domine.
A damnatióne perpétua, libera nos, Domine.
Per altíssimam, qua íntueris abýssos, sciéntiam tuam, libera nos, Domine.
Per imménsam, qua ómnia ex níhilo creásti poténtiam tuam, libera nos, Domine.
Per suávem, qua cuncta gubérnas, providéntiam tuam, libera nos, Domine.
Per ætérnam, qua mundum dilexísti caritátem tuam, libera nos, Domine.
Per infinítam, qua ómnia imples, bonitátem tuam, libera nos, Domine.
In die Judícii, libera nos, Domine.
Peccatóres, te rogámus áudi nos.
Ut nomen tuum semper et ubíque sanctificétur, te rogámus áudi nos.
Ut regnum tuum nobis adveníre concédas, te rogámus áudi nos.
Ut semper fiat volúntas tua sicut in cœlo et in terra, te rogámus áudi nos.
Ut panem nostrum quotidiánum nobis dare dignéris, te rogámus áudi nos.
Ut nobis débita nostra cleménter dimíttere dignéris, te rogámus áudi nos.
Ut nos sub umbra alárum tuárum protegére, et ex omni tentatióne erípere dignéris, te rogámus áudi nos.
Ut nos ab omni malo liberáre dignéris, te rogámus áudi nos.
Ut quod fidéliter pétimus, efficáciter consequámur, te rogámus áudi nos.
Pater, in nómine Fílii tui, te rogámus áudi nos.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, reconcílias Patri.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, da nobis accéssum ad Patrem.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, post hoc exílium osténde nobis Patrem.
Pater sancte, áudi nos.
Pater juste, exáudi nos.
Kýrie, eléison.
Christe, eléison.
Kýrie, eléison.
Pater
noster, qui es in Cœlis, sanctificétur Nomen tuum. Advéniat Regnum
tuum. Fiat Volúntas tua, sicut in Cœlo et in terra. Panem nostrum
quotidiánum da nobis hódie, et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos
dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem, sed
líbera nos a malo. Amen.
℣. Protéctor noster áspice, Deus.
℟. Et réspice in fáciem Christi tui.
℣. Meménto nostri, Dómine, in beneplácito tuo.
℟. Visíta nos in salutári tuo.
℣. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam tuam.
℟. Et salutàre tuum da nobis.
℣. Dómine Deus virtútum, convérte nos.
℟. Osténde fáciem tuam, et salvi érimus.
℣. Dómine, exáudi oratiónem meam.
℟. Et clamor meus ad te vèniat.
℣. Dóminus vobíscum.
℟. Et cum Spíritu tuo.
Oremus.
ORATIO
Deus, qui in ómnibus Ecclésiæ tuæ fíliis, Christi Fílii tui voce manifestásti satórem te bonórum séminum, et electórum pálmitum esse cultórem: tríbue, quǽsumus fidélibus tuis, qui vineárum apud te nómine censéntur et ségetum; ut, spinárum et tribulórum squalóre resecáto, digna efficiántur fruge fecúndi.
ORATIO
Deus, qui in ómnibus Ecclésiæ tuæ fíliis, Christi Fílii tui voce manifestásti satórem te bonórum séminum, et electórum pálmitum esse cultórem: tríbue, quǽsumus fidélibus tuis, qui vineárum apud te nómine censéntur et ségetum; ut, spinárum et tribulórum squalóre resecáto, digna efficiántur fruge fecúndi.
Deus,
incommutábilis virtus et lumen ætérnum: réspice propítius ad totíus
Ecclésiæ tuæ mirábile sacraméntum, et opus salútis humánæ, perpétuæ
dispositiónis efféctu, tranquíllius operáre; totúsque mundus experiátur
et vídeat, dejécta érigi, inveteráta renovári, et per ipsum redire ómnia
in intégrum, a quo sumpsére princípium.
Deus,
celsitúdo humílium et fortitúdo rectórum, qui per unigénitum Fílium
tuum ita erudíre mundum dignátus es, ut omnis íllius áctio, fíeret
nostra instrúctio, excíta in nobis spíritus tui fervórem, ut quod ille
verbo et exémplo salúbriter dócuit, nos efficáciter imitári valeámus.
Deus,
qui fidélium mentes uníus éfficis voluntátis: da pópulis tuis id amáre
quod prǽcipis, id desideráre quod promíttis; ut inter mundánas
varietátes ibi nostra fixa sint corda, ubi vera sunt gáudia.
Deus,
a quo bona cuncta procédunt, largíre supplícibus tuis: ut cogitémus, te
inspiránte, quæ recta sunt; et, te gubernánte, eádem faciámus. Per
Dóminum nostrum Jesum Christum Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in
unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
℣. Domine exaudi orationem meam.
℟. Et clamor meus ad te veniat.
℣. Benedicamus Domino.
℟. Deo grátias.
℣. Et fidélium ánimæ defunctórum, per misericórdiam Dei, requiéscant in pace.
℟. Amen.
TRADUCCIÓN
LETANÍAS A DIOS PADRE CELESTIAL
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Padre Santo, óyenos.
Padre Justo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Padre nuestro, que estás en los cielos, ten misericordia de nosotros.
Padre de Nuestro Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros.
Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, ten misericordia de nosotros.
Padre, hemos pecado contra el cielo y contra Ti, ten misericordia de nosotros.
Dios Padre, bendito por la eternidad, ten misericordia de nosotros.
Padre, digno de ser adorado en Espíritu y en verdad, ten misericordia de nosotros.
Padre, sin el que nadie va al Hijo, ten misericordia de nosotros.
Padre de la Gloria y Señor de cielos y tierra, ten misericordia de nosotros.
Tú que enviaste a tu Hijo al mundo, ten misericordia de nosotros.
Tú de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra, ten misericordia de nosotros.
Tú que nos elegiste en el Hijo antes de la creación del mundo, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos predestinaste como hijos adoptivos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que escondes tus misterios a los prudentes y sabios y los revelas a los pequeños, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has bendecido con toda bendición espiritual en los cielos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que perdonas nuestros pecados, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has elegido para que seamos santos e inmaculados en tu presencia, ten misericordia de nosotros.
Tú, que das el espíritu bueno a quienes te lo piden, ten misericordia de nosotros.
Padre de las luces, del cual desciende todo bien, ten misericordia de nosotros.
Padre que das vida y resucitas a los muertos, ten misericordia de nosotros.
Padre que ves en lo escondido, ten misericordia de nosotros.
Agricultor que trabajas hasta ahora, ten misericordia de nosotros.
Tú, que haces salir el sol sobre buenos y malos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que haces llover sobre justos e injustos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que has contado todos los cabellos de nuestras cabezas, ten misericordia de nosotros.
Tú, que no perdonaste a tu propio Hijo, sino que lo entregaste por todos nosotros, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has llamado para asociarnos a tu Hijo, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has gratificado en tu Hijo amado, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has transportado al Reino del Hijo de tu amor, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has hecho dignos de tener parte con tus santos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has invitado a las bodas del Hijo, ten misericordia de nosotros.
Tú, que nos has amado y nos has dado el consuelo eterno, ten misericordia de nosotros.
Tú, que amaste tanto al mundo que has entregado a tu Hijo Unigénito, ten misericordia de nosotros.
Tú, que con magnífica voz proveniente del cielo ensalzaste a tu Hijo, ten misericordia de nosotros.
Tú, que te has complacido en tu Hijo, ten misericordia de nosotros.
Tú, a quien ha complacido darnos el reino, ten misericordia de nosotros.
Tú, cuya Faz contemplan siempre los Ángeles en los cielos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que entregaste al Hijo para redimir al siervo, ten misericordia de nosotros.
Tú, que tanto amor nos has dado como para que nos llamemos y seamos tus hijos, ten misericordia de nosotros.
Tú, que has querido que nos transformemos a imagen de tu Hijo, ten misericordia de nosotros.
Tú, que estás sobre todos, por todos y en todos nosotros, ten misericordia de nosotros.
Tú, que has preparado un reino a tus elegidos antes de la creación del mundo, ten misericordia de nosotros.
Padre de los huérfanos y juez de las viudas, ten misericordia de nosotros.
Tú, que sin acepción de personas juzgas a cada uno según sus obras, ten misericordia de nosotros.
Tú, en cuya casa hay muchas moradas, ten misericordia de nosotros, ten misericordia de nosotros.
Padre benigno, paciente y rico en misericordia, ten misericordia de nosotros.
Sénos propicio, perdónanos, Señor.
Sénos propicio, escúchanos, Señor.
Sénos propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
Del poder del diablo, líbranos, Señor.
De todas las tentaciones y ocasiones de pecado, Ab líbranos, Señor.
De las insidias de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
De toda ira, odio y mala voluntad, líbranos, Señor.
De los inminentes peligros de los pecados, líbranos, Señor.
De todas las adversidades y enemigos de alma y cuerpo, líbranos, Señor.
De la condenación eterna, líbranos, Señor.
Por tu altísima sapiencia que penetra los abismos, líbranos, Señor.
Por tu poder inmenso, con el que creaste todas las cosas de la nada, líbranos, Señor.
Por tu suave providencia con la que todo lo gobiernas, líbranos, Señor.
Por tu eterna caridad, con la has amado al mundo, líbranos, Señor.
Por tu infinita bondad, con la cual todo lo llenas, líbranos, Señor.
En el día del Juicio, líbranos, Señor.
Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que tu Nombre sea siempre y en todas partes santificado, te rogamos, óyenos.
Para que nos concedas que venga a nosotros tu reino, te rogamos, óyenos.
Para que siempre se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo, te rogamos, óyenos.
Para que te dignes darnos nuestro pan de cada día, te rogamos, óyenos.
Para que te dignes perdonarnos con clemencia nuestras deudas, te rogamos, óyenos.
Para que te dignes protegernos siempre bajo la sombra de tus alas y librarnos de toda tentación, te rogamos, óyenos.
Para que te dignes librarnos de todo mal, te rogamos, óyenos.
Para que lo que pedimos fielmente lo consigamos con eficacia, te rogamos, óyenos.
Padre, en nombre de tu Hijo, te rogamos, óyenos.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, reconcílianos con el Padre.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, danos acceso al Padre.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, después de este destierro, muéstranos al Padre.
Padre Santo, óyenos.
Padre Justo, escúchanos.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Padre
nuestro, que estás en los Cielos, santificado sea el tu Nombre. Venga a
nos el tu Reino. Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas,
así como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes
caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
℣. Sé, oh Dios, nuestro protector.
℟. Y mira la Faz de tu Cristo.
℣. Acuérdate de nosotros, Señor, en tu beneplácito.
℟. Visítanos con tu salvación.
℣. Muétranos, Señor, tu misericordia.
℟. Y danos tu salvacaión.
℣. Señor, Dios de las virtudes, vuélvete hacia nosotros.
℟. Muéstranos tu Faz y seremos salvos.
℣. Señor, escucha mi oración.
℟. Y llegue a Ti mi clamor.
℣. El Señor sea con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
ORACIÓN
(Oración post-profecía VIII del Sábado Santo)
Oh Dios, que por boca de Cristo, tu Hijo, te has manifestado como el
sembrador de la Buena semilla y el cultivador de las ramas selectas que
se encuentran en todos los hijos de tu Iglesia, concédenos a tus fieles,
que somos tu viña y tu campo, que, quitadas las espinas y abrojos,
demos frutos dignos y abundantes.
(Oración post-profecía II del Sábado Santo)
Oh Dios, virtud inconmovible y luz eterna, mira propicio a todo el
cuerpo de tu Iglesia y por tu perpetua providencia cumple en él
tranquilamente la obra de salvación, para que todo el mundo experimente y
vea cómo se yergue lo caído y cómo se renueva lo envejecido, y que
todas las cosas son de nuevo creadas por Aquél de quien tuvieron
principio.
(Para obtener las virtudes)
Oh Dios, excelsitud de los humildes y fortaleza de los justos, que te
has dignado instruir al mundo por medio de tu Hijo Unigénito de tal modo
que toda acción suya se convirtiera en enseñanza nuestra, suscita en
nosotros el fervor de tu Espíritu para que lo que Aquél nos enseñó con
su palabra y su ejemplo podamos imitarlo eficazmente.
(De la Domínica IV después de la Pascua)
Oh Dios, que haces que las almas de los fieles se unan en una sola
voluntad, concédenos amar lo que mandas y desear lo que prometes, para
que en medio de las mundanas vicisitudes, nuestros corazones se fijen
allí donde están los gozos verdaderos.
(De la Domínica V después de la Pascua)
Oh Dios, de quien procede todo bien, atiende nuestras súplicas, para
que pensemos mediante tu inspiración lo que es recto y bajo tu gobierno
lo cumplamos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
℣. Señor, escucha mi oración.
℟. Y llegue a Ti mi clamor.
℣. Bendigamos al Señor.
℟. Demos gracias a Dios.
℣. Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
℟. Amén.
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