miércoles, 18 de mayo de 2022

“LENGUAJE INCLUSIVO” EN LA “BIBLIA DE JERUSALÉN”

El pasado 11 de Mayo, el español Jesús Mora denunció en su cuenta de Twitter que la 5.ª edición española de la Biblia de Jerusalén que en el pasaje de San Mateo IV, 19, la frase “pescadores de hombres” fue cambiada por “pescadores de personas”:
«Vista en la última edición de La Biblia de Jerusalén de @EdDesclee “pescadores de personas”. ¿Lenguaje inclusivo en la Biblia? Nos están cambiando el agua…».
   

   
Detalle
   
Curiosamente, el cambio no se hizo en San Lucas V, 10:
   
   
Aunque en Génesis I, 26-27 mantuvieron el uso de “ser humano” en vez de “hombre” (presente en ediciones anteriores):
  
 
Un poco de contexto: la Biblia de Jerusalén (en adelante BJ) fue publicada en francés por la Escuela Bíblica y Arqueológica de Jerusalén (dirigida por los padres dominicos) a partir de los textos hebreo, arameo y griego, en un solo volumen en 1955, tras ser publicada en 43 fascículos entre 1948 y 1954 bajo la dirección los sacerdotes dominicos Thomas-Georges Chifflot (director literario de Éditions du Cerf) y Roland Guérin de Vaux (director de la Escuela Bíblica dominica); le siguieron dos ediciones francesas en 1973 y 1998, todas bajo Éditions du Cerf (también propiedad de los dominicos). La primera traducción al español de la BJ fue en el año de 1967 al comprar los derechos a la editora Du Cerf y bajo la dirección del padre José Ángel Ubieta López, y a esta le siguieron las revisiones de 1975, 1998 (de la cual se elaboró una versión latinoamericana en el año 2000 por dos equipos –uno de la Pontificia Universidad de México y otro de especialistas colombianos y argentinos–), 2009 y 2018, siempre bajo la editorial Desclée de Brouwer de Bilbao (dirigida por la familia Gogeascoechea desde su fundación en 1944 –no perdamos este dato–).
    
La BJ es un ejemplo de la equivalencia dinámica (comunicar la idea del texto original, aun a costa de la fidelidad al mismo); sus introducciones, notas a pie de página, y riqueza de sus paralelos marginales la han hecho de uso habitual en muchos seminarios modernistas hispanoamericanos, y es la versión oficial empleada por el Camino Neocatecumenal en sus catequesis y prácticas rituales (de hecho, Mora es miembro del CNC; como dato de color, hace poco más de un año fue noticia la recuperación del ejemplar perteneciente a la parroquia madrileña de Nuestra Señora del Tránsito, que fue robado junto a dos cálices –todo diseñado por Kiko Argüello– en 2014). Aparte, es la versión en que se basan muchos de los leccionarios conciliares en inglés usados fuera de Estados Unidos, y una de las versiones empleadas por la Iglesia Episcopaliana y otras iglesias anglicanas.
   
La polémica pasó de las redes sociales a ACI Prensa, que le dedicó un artículo, donde Javier Gogeascoechea Olabarriaga (Consejero Delegado de Desclée De Brouwer desde 2013 en remplazo de su padre Francisco Javier Gogeascoechea Arrien, y nieto del fundador José María Gogeascoechea Uriarte) intentó salirle al paso justificándose en que:
«El cambio se debe a que la Escuela Bíblica y Arqueológica de Jerusalén busca ante todo la fidelidad a los textos originales. Ocurre que en el texto ‘griego’ original la palabra que se usa no incluye el género. Por lo tanto las posibilidades de traducción tampoco deben incluirlo: persona o ser humano. Si pusiese ‘hombre’ estaríamos faltando a la fidelidad del texto original pues la palabra griega no es hombre, ni mujer.
    
Entiendo que hay un intento de ‘polemizar’ atribuyendo un lenguaje ‘inclusivo’ a la traducción.  Pero nada más lejos de la realidad, la razón es la fidelidad al texto original.
    
La norma básica que sigue la Escuela Bíblica y Arqueológica de Jerusalén es que ‘el texto más antiguo  es siempre el más veraz’. Si ahora se cambian las palabras para que sean ‘amables con el género’ nada tiene que ver con la decisión de la Escuela Bíblica y Arqueológica de Jerusalén. Las traducciones Bíblicas no se amoldan a los tiempos modernos, sino que intentan ser fieles a los textos antiguos».
   
Javier Gogeascoechea Olabarriaga (izquierda) junto a su padre Francisco Javier Gogeascoechea Arrien, posando junto a una edición de lujo made in China de su producto estrella (Fuente: El Correo).
  
«Vamos por partes», como dijo cierto Jack. Empecemos por el hecho que el Evangelio de San Mateo fue escrito en siríaco (arameo), el idioma que Nuestro Señor, los Apóstoles y los judíos hablaban (el hebreo era más bien la lengua litúrgica) en el año 41 para los creyentes provenientes del judaísmo (dada la profusión de citas de la Ley y los Profetas con las que San Mateo –o mejor, el Espíritu Santo– prueba que Jesús es el Mesías anunciado), siendo traducido al griego koiné en época posterior (el original siríaco no llegó hasta nosotros, pero San Jerónimo afirmó haberlo visto y usado para traducirlo al latín).

Ahora bien, en griego, la palabra hombre tiene dos acepciones: ἄνθρωπος (de donde viene nuestra antropología) para referirse al hombre como humanidad. Por su parte, ᾰ̓νδρός refiere al hombre específicamente como varón. También el latín presenta esa doble acepción, existiendo homo y vir para tales contextos respectivamente (por eso se usa Homo sápiens y no Vir sápiens para referirse a la especie humana), y San Jerónimo usó la palabra hóminem para tal pasaje en la Vulgata.
   
Gogeascoechea Olabarriega defendió el uso de la palabra persona para traducir el griego ἄνθρωπος (recordemos, la BJ se ha traducido desde los textos hebreo y griego, en vez del latín –posibilidad que Pío XII permitió con Divíno Afflánte Spíritu, pero que produjo como primicia el Salterio de Bea–). Pero acontece que la palabra persona no sólo es ambigua porque existe persona natural y persona jurídica, persona humana, persona angélica y persona divina (el presbítero Jesús María Silva Castignani dedicó un hilo en Twitter al respecto), sino porque en griego se usa la palabra prosopón (πρόσωπον, de donde viene prosopopeya), que significa literalmente «delante de la cara, máscara», siendo que su significado teológico como persóna en latín o ܦ݁ܰܪܨܽܘܦ݁ܳܐ/parsopa en siríaco (aunque también se emplea ܩܢܽܘܡܳܐ/qnoma, que significa teológicamente hipóstasis) apareció en el siglo II con Taciano, no sin controversia (de hecho, y a modo de disgresión, los cismas siríacos surgieron por causa de que ܩܢܽܘܡܳܐ en cuanto “particularidad” no se correspondía exactamente a los griegos φύσις –naturaleza–, οὐσία –esencia– o ὑπόστασις –sustancia–).
     
No es la primera vez que se suscita una polémica por el uso del por la BJ. Por ejemplo, la Conferencia de Obispos Católicos de Irlanda expresó en un comunicado el 3 de Septiembre de 2021 que en el marco del proceso de consulta para la elaboración del leccionario de su país, más de 150 personas y casi 20 organizaciones expresaron su preferencia por la Biblia Nueva Jerusalén Revisada para remplazar la edición inglesa de 1966, considerando que esta nueva versión «logró el equilibrio adecuado en lo que respecta al “lenguaje inclusivo” y la sensibilidad de género». Esto dos meses después que sus pares de Australia y Nueva Zelanda se decantaron por la referida versión, no obstante ser menos legible que la Versión Estándar Revisada (2.ª Edición Católica).
   
Como vemos, la BJ es víctima de su propio invento a causa del uso de la equivalencia dinámica para traducir la Sagrada Escritura, uniéndose al creciente grupo de biblias que todo buen católico debe evitar, junto a esperpentos teológicos como la Dios Habla Hoy, la Biblia Latinoamericana o el “Nuevo Testamento. Una adaptación al lenguaje inclusivo y canario” que salió el año pasado. Es mejor recurrir a versiones totalmente tradicionales, y preferiblemente, traducidas desde la Vulgáta Latína de San Jerónimo, que es la versión oficial de la Iglesia Católica Romana tal como lo definiera el Sacrosanto Concilio de Trento.
   
JORGE RONDÓN SANTOS
18 de Mayo de 2022.
Fiesta de San Venancio de Camerino, Mártir de la Fe; de San Juan I, Papa y Mártir de la Fe; de San Érico IX de Suecia, Rey y Mártir de la Fe; de San Félix de Cantalicio OFM Cap., Hermano lego y Confesor. Nacimiento del Bienaventurado Estanislao de Jesús y María (En el siglo Juan Papczyński Tacikowski) MIC, Sacerdote, Confesor y Fundador; y del Bienaventurado Francisco Coll y Guitart OP, Sacerdote y Confesor. Caída del Reino de Antioquía y de la ciudadela de San Juan de Acre a manos de los musulmanes; Fundación de la villa de Trujillo (Honduras) y de Valladolid de la Nueva España (actual Morelia, México); Establecimiento de la Real Audiencia de Chile; Publicación de la recopilación de las Leyes de Indias; y Proclamación de Carlos VI como reclamante carlista al trono de España.

3 comentarios:

  1. Yo tengo una Biblia de Jerusalén de 1998 que no tiene la pifia mencionada, está a salvo usarla?

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    1. Bufa entonces, está justo ahí eh

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    2. Apenas hasta ahora respondemos, debido a nuestras ocupaciones y quebrantos. Pero citando al sitio “La Biblia en español”, no se puede hablar de la “Biblia de Jerusalén” sino de “Biblias de Jerusalén” en plural, porque cada edición fue cambiando, cada vez para peor. La primera edición española de 1967 (con notas tomadas de la edición francesa) fue la que le dio la fama, que aun mantuvo en 1975 no obstante su aumento de crítica en las notas. Es a partir de 1998 que se echa a perder al seguir las ediciones progresistas y comentarios modernistas (y no solo en España; también en Francia), cambio que se acentúa en 2009 y en 2018 (y de las ediciones “latinoamericanas” de esta, ni hablar –aun cuando su texto es UN POQUITO mejor que la Biblia Latinoamericana o su contraparte la Biblia de América–).

      Os dejamos el enlace al artículo en dicho sitio: https://juanstraubinger.blogspot.com/2013/05/la-biblia-de-jerusalen-1973-1998-y-2000.html

      Nuestro juicio: «Tuto usitári non potest» (No puede usarse con seguridad).

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