En el capítulo 7 del libro de la historia de la reina Ester se describe cómo ella, buscando salvar a sus compatriotas y correligionarios, decide ofrecer con la venia del rey Asuero un banquete en honor al primer ministro Amán, todo ello para atraparlo y hacer caer sobre él el mal que quería causar a los judíos. Y que al denunciar Ester a Amán, el rey decidió condenarlo a muerte y que antes de ejecutar la sentencia, le cubriesen la cara porque era indigno de ver el rostro del rey.
Caso similar ocurrió el pasado 5 de Noviembre, caundo en la "Audiencia general de los Miércoles" en el atrio de la Basílica de San Pedro, mientras Bergoglio hablaba estas palabras (que bien lo describen a él y a su secta): "Cuando una persona vive en el mal, cuando uno blasfema contra Dios, cuando uno explota a otros, cuando uno tiraniza, cuando se vive sólo para el dinero, la vanidad, el poder, el orgullo, el santo temor de Dios nos advierte: ¡Tenga cuidado!", una fuerte brisa le levantó la muceta (capa corta para los hombros) y le tapó la cara, callándolo por unos segundos.
Francisco Bergoglio con la cara cubierta
EL QUE NO TENGA ENTENDIMIENTO, ORE A DIOS PARA QUE LE CONCEDA SABIDURÍA Y DISCERNIMIENTO PROFÉTICO.
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