La ciencia aún no ha podido develar que es la homosexualidad, pero sí se sabe que los homosexuales en sentido amplio (gays, lesbianas, transgénero, bisexuales, etc.), padecen más de enfermedades sexuales que los heterosexuales, lo que ha llevado al investigador Dr. Paul R. McHugh, a decir que la tendencia a la “transexualidad” era una enfermedad mental. Claro que decir esto es políticamente incorrecto en Occidente, al punto de ser tildado de homófobo y arriesgarse a penas de cárcel y sanciones económicas.
Sin embargo, EE.UU., la mayor potencia económico militar del mundo ha dado prioridad, insanamente, a los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) en su política exterior, y ahora a su vez subvenciona a agrupaciones vinculadas con la prostitución en la ayuda exterior, empeorando las relaciones (de por sí ásperas) con el mundo subdesarrollado.
Nos encontramos con varias tendencias insanas en este tema entonces, lo que da para pensar. La mayor insania mental de los homosexuales frente a los heterosexuales, la insania del discurso políticamente correcto que impide hablar sobre estas cosas, la insania de EE.UU. de promocionar un estilo de vida marginal (que no es adoptada más que por el 2% o 3% de la población) como base de la política exterior de la principal potencia mundial, y la insania de apoyar la prostitución.
HOMOSEXUALES Y LESBIANAS TIENEN MAS PROBABILIDAD DE ENFERMEDAD MENTAL
Un nuevo informe de investigadores de la Universidad de Cambridge en Inglaterra ha descubierto que los homosexuales, las lesbianas y los bisexuales son “más propensos a tener problemas de salud mental” que los heterosexuales.
Según el informe, titulado “Minorías sexuales en Inglaterra tienen peor salud y peores experiencias de Atención de la Salud: una encuesta nacional“, los bisexuales son los trastornados mentalmente entre todos los grupos homosexuales.
La encuesta se deriva de un informe anterior del ex psiquiatra jefe del Hospital John Hopkins, el Dr. Paul R. McHugh, quien dijo que la tendencia de “transexualidad” era una enfermedad mental.
El nuevo estudio, que se describe como una de las “las mayores encuestas de los homosexuales en Inglaterra”, encontró que los homosexuales, las lesbianas y los bisexuales tienen dos a tres veces más probabilidades de problemas psicológicos o emocionales de muchos años que sus contrapartes heterosexuales.
Según el estudio, un 12 por ciento de las mujeres lesbianas y casi el 19 por ciento de las mujeres bisexuales reportaron problemas de salud mental, en comparación con el seis por ciento de las mujeres heterosexuales.
El 11 por ciento de los homosexuales y el 15 por ciento de los hombres bisexuales reportaron problemas de salud mental, en comparación con el cinco por ciento de los hombres heterosexuales.
El informe reveló además que la población homosexual es también más propensa a informar que su salud en general es regular o mala: el 22 por ciento de los homosexuales y el 26 por ciento de los hombres bisexuales, en comparación con el 20 por ciento de los hombres heterosexuales; y el 25 por ciento de las lesbianas y el 31 por ciento de las mujeres bisexuales en comparación con el 21 por ciento de las mujeres heterosexuales.
Las lesbianas, los gay y los bisexuales hombres y mujeres tienen 50 por ciento más propensión que los heterosexuales a informar experiencias negativas con los servicios de atención primaria de salud, según el estudio que fue publicado en la revista Journal of General Internal Medicine.
Los investigadores utilizaron más de dos millones de respuestas del General Practice Patient Survey de 2009-10 para crear el estudio.
LA HOMOSEXUALIDAD ES EL EJE DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE EE.UU.
El memorando presidencial de Obama emitido en 2011, que promueve derechos especiales para las personas que se identifican como LGBT en el exterior, creó una nueva fuente de financiamiento para agrupaciones que promueven los derechos LGBT.
Sería de “enorme beneficio” para las personas que tienen estilos de vida LGBT si la prostitución fuera legal, según una declaración publicada en el sitio web de Astraea Lesbian Foundation for Justice, uno de los socios de USAID en la nueva Asociación de Desarrollo Mundial LGBT. Astraea sostiene que la prostitución debería llamarse “trabajo sexual” y ser legalizada.
Según documentos administrativos públicos, Astraea recibió un millón de dólares de USAID en 2013 y podría obtener otros 3 millones para 2016.
Astraea critica los llamados programas “solo de salida”, porque ellos“obligan a las mujeres a salir del comercio sexual y excluyen las voces más importantes: las de chicas o mujeres involucradas en el trabajo sexual o que son traficadas”.
Las organizaciones subvencionadas por USAID no se limitan a actividades en países en desarrollo.
USAID tiene un contrato con el Instituto Victory, organización educativa no partidista y sin fines de lucro que enseña a los políticos a postularse para cargos en cuestiones LGBT.
Ofrece capacitación y programas de desarrollo profesional para políticos, militantes y empresarios.
Annise Parker, alcaldesa de Houston actualmente involucrada en un escándalo relacionado con la citación judicial contra cinco pastores en la que solicitó sermones y material de predicación que se oponen a su reciente ordenanza de derechos LGBT, es una de las beneficiarias del asesoramiento estratégico del Instituto Victory.
Un grupo de expertos que capacita a jueces en asuntos LGBT es también uno de los socios de USAID. Un estudio que le encargó llegó a la conclusión de que el desarrollo infantil en hogares con un padre transgénero es el mismo que en cualquier familia.
Olivia, agencia de viajes y operador turístico para lesbianas, es otra de las agrupaciones eclécticas elegidas por USAID. Se define como“¡LA empresa de viajes para lesbianas!” (énfasis original) y se jacta de haber llevado a 200.000 mujeres de vacaciones, “rodeadas de mujeres de todas las edades y orígenes étnicos de todo el mundo”.
Estas son algunos de los “campeones y aliados” de USAID, según el flamante documento “USAID Vision for Action” (Visión de USAID para la acción), que presenta los avances de la agencia estadounidense al implementar la orden de Obama.
El mandato esboza el financiamiento de los asuntos LGBT y la atención especial para las personas LGBT en todos los programas federales internacionales. Por ejemplo, desde 2012, los contratistas de USAID deben abrirse paso por nuevas normativas de no discriminación para asociarse a ella.
Otros países consideran esto como una amenaza para los niños y un reto a sus leyes, culturas y tradiciones.
La semana pasada, países africanos amonestaron a la administración de derechos humanos de la ONU y a países donantes por promover derechos especiales para personas que se identifican como LGBT. Egipto advirtió al nuevo Alto Comisionado para los Derechos Humanos que “no podemos tener agendas impuestas”. Malawi, en representación de 57 países africanos, exigió “moderación” y dijo que los esfuerzos por imponer nuevas normas “debilitan” el sistema de derechos humanos.
El Secretario de Estado John Kerry admitió, al hacer uso de la palabra en la ONU el mes pasado, que los asuntos LGBT se han vuelto más polémicos, y que las leyes a las que se oponen los activistas LGBT “están haciendo metástasis”.
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