A la luz de la seudoencíclica Laudato sii, el 10 de Agosto de 2015 el papa Francisco mediante una carta a sus cardenales Peter Turkson y Kurt Kurt Koch Bühlmann instituyó que se celebrara el 1 de Septiembre una “Jornada Mundial de Oración para el Cuidado de la Creación”, siguiendo una sugerencia del metropólita griego Juan Zizioulas, fundada a su vez
en la carta de Demetrio I de Constantinopla a los “ortodoxos” del 1 de Septiembre de 1989 que estableciera en su iglesia una jornada similar. Esa jornada debería “contribuir a resolver” una presunta crisis ecológica causada por el hombre. Bergoglio pidió a los obispos y a las comunidades cristianas de todo el mundo que comenzaran y además desarrollaran la iniciativa.
Él mismo presidió en el 2015 y el 2016 un servicio de Vísperas para la ocasión. En el 2016 la celebración fue un soberano fiasco, porque la basílica de San Pedro estuvo casi vacía (foto). Este año el evento público fue cancelado, siendo la única actividad reseñable un mensaje conjunto con el patriarca Bartolomé I constantinopolitano.
Él mismo presidió en el 2015 y el 2016 un servicio de Vísperas para la ocasión. En el 2016 la celebración fue un soberano fiasco, porque la basílica de San Pedro estuvo casi vacía (foto). Este año el evento público fue cancelado, siendo la única actividad reseñable un mensaje conjunto con el patriarca Bartolomé I constantinopolitano.
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