Traducción y adaptación de la Novena publicada originalmente en Italiano a fines del siglo XVIII y reimpresa en Florencia, en la tipografía de San Antonino, año 1864. El Papa Pío VII, mediante rescripto del 27 de Febrero de 1799, confirmado por rescripto del 9 de Mayo de 1820, se dignó conceder 120 días de Indulgencia por cada día de la Novena. El Salmo 66 es de la traducción de Mons. Felipe Scío de San Miguel; y los Gozos son tradicionales, sin autor ni fecha conocidos.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Nunca es demasiada nuestra devoción y el reconocimiento que debemos profesar a Dios por la obra inefable de su Encarnación. Podía Dios ciertamente comunicar inmediatamente a María tan grande Misterio, y sin otro Mediador requerirle a la misma el consenso para la Divina Maternidad. Mas
así como los Ángeles son destinados por la Divina Providencia como Ministros especiales de nuestra salvación y, como dice Santo Tomás de Aquino, mediántibus Ángelis Divína ad hómines pervéniunt [Por medio de los Ángeles, lo divino viene a los hombres] (Suma Teológica, Parte III, cuestión 30, art. 2º, conclusión); así quiso Dios servirse del Arcángel San Gabriel para manifestar la máxima de todas las obras de su Omnipotencia, y de su Misericordia en favor del hombre.
Será adorar la sapientísima determinación de la Providencia misma obsequiar en los nueve días precedentes de la Fiesta al Santo Arcángel, y mucho más revelar a nuestra instrucción las de Su gloria por el saludo hecho, y el Coloquio tenido con María
en el cumplimiento de su misión; y podrá también servirnos de medio para demostrar en cualquier manera nuestra gratitud a Dios por su excesivo amor.
Además de aquellas disposiciones interiores, que son necesarias para engontrar el gusto de Dios en cualquiera de nuestras acciones, podrá tenerse el siguiente método para hacer este Ejercicio en honor del Santo Arcángel.
NOVENA EN HONOR A SAN GABRIEL ARCÁNGEL
Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
OFRECIMIENTO
Te suplicamos, Señor, que inspires nuestras acciones y nos ayudes a proseguirlas, para que toda nuestra oración y operación tenga siempre en Ti su inicio, y por Ti consigamos finalizarla. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Después dirás el Salmo 66:
Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga: * esclarezca su rostro sobre nosotros, y tenga misericordia de nosotros.
Para que conozcamos en la tierra tu camino: * en todas las gentes tu salvación.
Alábente, oh Dios, los pueblos: * alábente los pueblos todos.
Alégrense y regocíjense las naciones: * por cuanto juzgas los pueblos en equidad, y diriges las naciones en la tierra.
Alábente, oh Dios, los pueblos, alábente los pueblos todos: * la tierra dio su fruto.
Bendíganos Dios, el Dios nuestro, bendíganos Dios: * y témanle todos los términos de la tierra.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el principio, y ahora y siempre, y en todos los siglos de los siglos. Amén.
A ti, ¡oh Santísima, Benditísima y Gloriosísima Trinidad, un solo Dios!, sea el Amor, Alabanza, Honor, Gloria y Acción de gracias, y ten piedad de nosotros. (Tres veces)
DÍA PRIMERO - 15 DE MARZO
Considera que si fue ocasión de nuestro daño e instrumento de muerte al género humano un ángel de las tinieblas para la seducción de Eva, fue sin embargo destinado por la Divina Misericordia un Ángel de luz para ser anunciador de nuestra felicidad, y mediador para recuperar la vida: «Enviado fue el Ángel Gabriel a la Virgen». He aquí el mayor mérito de San Gabriel Arcángel: aparte de ser el segundo entre los más nobles Espíritus Bienaventurados, que más cercanamente asisten al Trono de Dios, él es aquel que por Dios mismo fue elegido por Ministro para la grande obra de la humana reparación. ¡Oh, cuán grande es
la caridad y el amor de nuestro Dios, el cual Beatísimo en sí mismo, para compartir también con nosotros su Beatitud, quiere enviar a uno de los Príncipes de su Corte Celestial para tratar con María un asunto de
tanta importancia, cual era la Encarnación del Verbo eterno en el seno purísimo de Ella!
Gloriosísimo espíritu San Gabriel, contemplo con estupor tu dignidad, y te suplico presentes a la Augustísima Trinidad mis más vivos agradecimientos por el amor inmenso que demostraste en la Obra de la inefable Encarnación. Obténme la gracia de corresponder en el modo posible a este amor, y de meditar de continuo las Divinas Misericordias en esta vida, para cantar después eternamente las glorias en la otra. Rezar tres Avemarías y tres Glorias.
GOZOS EN HONOR A SAN GABRIEL ARCÁNGEL
Dios es Rey del pueblo fiel,
Pues tal pueblo fiel venero;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Arcángel San Gabriel.
Te puso naturaleza
Sobre el coro angelical
En sustancia espiritual
El nombre de Fortaleza:
Sobre el coro angelical
En sustancia espiritual
El nombre de Fortaleza:
Pues de la mayor alteza,
Sirves de adorno al dosel;
Salve, Ángel en el Cielo
Por toda la eternidad,
Sirves de adorno al dosel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Arcángel San Gabriel.
Por toda la eternidad,
Pues por nuestra libertad
Bajaste un punto en el suelo:
Aplicando con tu vuelo
Los suspiros de Israel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Llena de gracia llamaste
A la que por gracia vino,
Con lo cual tu Rey previno,
Bajaste un punto en el suelo:
Aplicando con tu vuelo
Los suspiros de Israel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
A la que por gracia vino,
Con lo cual tu Rey previno,
Un palacio que admiraste:
Cuando en él sentado hallaste
Al señalado a Daniel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Cuando en él sentado hallaste
Al señalado a Daniel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
El Señor quiso exaltarte
Nombrándote Embajador,
De la embajada mayor
Que el Señor Dios pueda darte:
Pues hiciste de tu parte
El más exacto papel;
Es tu gloria cual cristal
El más exacto papel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Arcángel San Gabriel.
Por cuyos divinos poros,
Reciben la luz los coros
De la curia angelical:
Pues del reino celestial
Eres superior doncel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Contigo vino en el mundo
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Una hermosísima luz
Que en el árbol de la Cruz
Nos dio el fruto más jucundo:
Hazme, pues, árbol fecundo
Del espiritual vergel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Bendita llamó a María
Nos dio el fruto más jucundo:
Hazme, pues, árbol fecundo
Del espiritual vergel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
La estéril que visitó,
Y Dios le santificó
El fruto que en sí tenía:
El fruto que en sí tenía:
Cumplida tu profecía
Del viejo a tu voz infiel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Eres Arcángel sagrado
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Astro de lo más lucido,
Y soldado distinguido
Del triunfante principado,
Y el que el bando ha publicado
Para rendir a Luzbel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Arcángel San Gabriel.
Entre mil Ángeles santos,
Que servían a María,
Tu ministerio excedía
A los oficios de tantos:
Siendo tus alas los mantos
De la custodia más fiel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Todas nuestras peticiones
De la custodia más fiel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Penetren, Gabriel, los cielos,
Bajando eternos consuelos
Bajando eternos consuelos
En nuestras tribulaciones:
Y en todas las tentaciones
Danos el santo laurel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
La casada que no tiene
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Fruto de bendición,
Con su grande protección
Venturosa ella lo obtiene:
Con su grande protección
Venturosa ella lo obtiene:
Del Cielo así le previene
El gozo como a Isabel;
El gozo como a Isabel;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Arcángel San Gabriel.
Dios es Rey del pueblo fiel,
Pues tal pueblo fiel venero;
Sé con Dios mi mensajero,
Arcángel San Gabriel.
Arcángel San Gabriel.
Antífona: Príncipe gloriosísimo San Gabriel Arcángel, acuérdate de nosotros, y aquí y en todo lugar ruega siempre por nosotros ante el Hijo de Dios.
℣. El Ángel del Señor anunció a María.
℟. Y Ella concibió del Espíritu Santo.
ORACIÓN
Oh Dios, que elegiste al Arcángel San Gabriel de entre todos los ángeles para anunciar el Misterio de tu Encarnación, concédenos propicio, que, a cuantos celebramos en la tierra su festividad, merezcamos obtener su patrocinio en el Cielo.
¡Oh Dios!, que, con admirable orden
distribuyes los ministerios de los Ángeles
y de los hombres; concede propicio que
nos protejan en la tierra los que sin cesar
te asisten en el Cielo.
Te suplicamos, Señor, visita esta morada, y aleja de ella toda insidia del enemigo; que tus santos Ángeles habiten en ella para que nos custodien en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO - 16 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera que el Santo Arcángel enviado por Dios no se afirma ya en los palacios soberbios de algún rey de la tierra, sino en la humilde casa de una virgen llamada María. Las más de las veces las grandes gracias no son para aquellos que son creídos grandes en la estima de los hombres, sino para aquellos que por la virtud lo son tales a los ojos de Dios. ¡Oh, cuánto por esto vivimos engañados si, dejándonos atraer por las vanas apariencias del mundo, y por los encamados del siglo, andamos lejanos de la vía de la perfección, que sola nos puede hacer felices y capaces de las gracias celestiales!
Gloriosísimo Arcángel San Gabriel, Ministro de la Obra de todos los siglos, como la llamó San Pedro Crisólogo, impétrame de Dios un espíritu de verdadera humildad, y de desprecio de todo lo creado, donde no quede deslumbrado por la falsa luz de las grandezas terrenas, y no me haga con mi soberbia indigno de las divinas ilustraciones, sino que reconociendo siempre mi vileza, mi miseria y mi nada, pueda esperar de Dios aquella gracia que tiene prometida a los pobres de espíritu y a los humildes de corazón.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA TERCERO - 17 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera cómo el Celestial Mensajero,
al primer ingreso en la pobre estancia de María, la saluda con aquellas dulcísimas palabras: «Ave, grátia plena». Fue este un saludo de
paz, un decirle, que Ella estaba no solo en gracia de su Criador, sino más llena de tanta gracia, que cuanta podía ser capaz
una pura creatura. La saludó llena de gracia,
y de gracia tal, que da a los Cielos la gloria,
un Dios a la Tierra, la Fe a los Pueblos, el fin
a los vicios, el orden a la vida, el regulamiento a las costumbres; y la asegura con esto estar próximo el momento en que se debía el Cielo repacificar con la tierra, y Dios con el hombre. ¡Oh bella
consolación para María! ¡Oh dignidad del Santo
Arcángel en poder presentar el primero tales obsequios, y anunciar tales glorias a su gran Reina! ¡Oh nuestra felicidad! Mientras el gratísimo saludo del Santo Arcángel hiciese entonces a María nuestra Madre, convirtió las miserias ocasionadas por nuestros primeros progenitores en gracias y favores de los cuales gozamos después de la Encarnación.
¡Cuánta confusión y rubor para mí al pensar en la manera con la cual he saludado y obsequiado hasta ahora a la excelsa Virgen y Madre
de Dios! ¡Ah! Impétrame, oh Santo Arcángel, por la misma el perdón de tantas negligencias, ofreciéndole en satisfacción el mérito de tu primer saludo. Obtenme de esta Soberana Dispensadora y Tesorera de todas las gracias, que yo no vaya nunca violando la Ley divina, sino que siguiendo los suaves impulsos del Espíritu Santo, venga
a acrecentar en mi alma el capital de aquella gracia, de la cual en nombre de Dios la saludaste y declaraste llenísima: «Dios te salve, llena de gracia».
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA CUARTO - 18 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera cómo el Santo Arcángel, después del respetuoso saludo hecho a María, ofrécele nuevo motivo de alegría con decirla que el Señor estaba con Ella, «Dóminus tecum», no tanto por esencia, potencia o presencia como lo es en todas las cosas, no tanto por aquella plenitud de gracia de la cual era adornada sobre todas las otras creaturas, como incluso por comunicación de naturaleza, luego que Ella habrá prestado su consentimiento a la Divina Maternidad. ¡Oh! Si nosotros reflexionásemos con frecuencia en lo que nos dice la Fe, que «en Él vivimos, nos movemos y existimos»; si pensásemos que Dios nos ve, ¿cuál cautela en el obrar sería la nuestra, qué custodia de los sentidos, qué atención en las palabras, qué fervor en las oraciones, qué avances en la virtud? Estamos siempre tibios, siempre holgazanes, siempre desganados, porque poco o nada pensamos en un Dios que siempre nos circunda con su adorable Presencia.
Considera cómo el Santo Arcángel, después del respetuoso saludo hecho a María, ofrécele nuevo motivo de alegría con decirla que el Señor estaba con Ella, «Dóminus tecum», no tanto por esencia, potencia o presencia como lo es en todas las cosas, no tanto por aquella plenitud de gracia de la cual era adornada sobre todas las otras creaturas, como incluso por comunicación de naturaleza, luego que Ella habrá prestado su consentimiento a la Divina Maternidad. ¡Oh! Si nosotros reflexionásemos con frecuencia en lo que nos dice la Fe, que «en Él vivimos, nos movemos y existimos»; si pensásemos que Dios nos ve, ¿cuál cautela en el obrar sería la nuestra, qué custodia de los sentidos, qué atención en las palabras, qué fervor en las oraciones, qué avances en la virtud? Estamos siempre tibios, siempre holgazanes, siempre desganados, porque poco o nada pensamos en un Dios que siempre nos circunda con su adorable Presencia.
¡Ah! Gloriosísimo Santo Arcángel, obtenme del Señor que por mantener siempre viva en mi ánimo su Divina presencia,
me atraiga motivo que me lleve, y estímulo que me empuje más a encontrar en todas mis acciones el genio de Dios: y, como tú ardes de bella llama que viene de la gloria y de la visión continua que gozas, arda también yo con similar llama suscitada por la Fe y por la continua memoria de Dios.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA QUINTO - 19 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera cómo el Santo Arcángel Gabriel termina su saludo a María, declarándola bendita entre todas las Mujeres por el inaudito y singularísimo privilegio de ser Madre y Virgen a un mismo tiempo, bendita entre todas las Mujeres por su admirable fecundidad, por la cual deviniendo Madre del Verbo hecho Carne, deviene en Madre de muchos hermanos. ¡Oh, cuánto debemos a esta nuestra dulcísima Madre, la cual tanto desea la salvación de todos y en la salvación de todos ha cooperado! Mas ¿cuál ha sido hasta ahora nuestra devoción, nuestro afecto hacia Ella, cuál la imitación de sus virtudes?
¡Gloriosísimo Santo Arcángel Gabriel! Tú que al saludarla bendita entre todas las Mujeres, la declaraste Madre de todos los Fieles, y Madre también mía, ¡ah!, ruégale que vuelva hacia mí sus ojos misericordiosos, y se digne impetrarme del Fruto Bendito de su Vientre el perdón de tantas culpas mías, por las cuales está demeritada en mí su Maternidad. Tu intercesión, oh Santo Arcángel, haga volver piadosa la Madre y aplacado el Hijo, donde yo sea liberado de las maldiciones del pecado, y obteniendo toda suerte de bendiciones y de gracia.
Considera cómo el Santo Arcángel Gabriel termina su saludo a María, declarándola bendita entre todas las Mujeres por el inaudito y singularísimo privilegio de ser Madre y Virgen a un mismo tiempo, bendita entre todas las Mujeres por su admirable fecundidad, por la cual deviniendo Madre del Verbo hecho Carne, deviene en Madre de muchos hermanos. ¡Oh, cuánto debemos a esta nuestra dulcísima Madre, la cual tanto desea la salvación de todos y en la salvación de todos ha cooperado! Mas ¿cuál ha sido hasta ahora nuestra devoción, nuestro afecto hacia Ella, cuál la imitación de sus virtudes?
¡Gloriosísimo Santo Arcángel Gabriel! Tú que al saludarla bendita entre todas las Mujeres, la declaraste Madre de todos los Fieles, y Madre también mía, ¡ah!, ruégale que vuelva hacia mí sus ojos misericordiosos, y se digne impetrarme del Fruto Bendito de su Vientre el perdón de tantas culpas mías, por las cuales está demeritada en mí su Maternidad. Tu intercesión, oh Santo Arcángel, haga volver piadosa la Madre y aplacado el Hijo, donde yo sea liberado de las maldiciones del pecado, y obteniendo toda suerte de bendiciones y de gracia.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA SEXTO - 20 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera cómo el Santo Arcángel, viendo estupefacta y turbada por su humildad a la gran Virgen, la más dichosa, ante el saludo hecho, tan reverente se acerca a animarla diciendo: «Ne tímeas, María», como queriendo decirla: «¿A qué perturbarte, oh María? Mientras que no es con esta la primera vez que gozas de la presencia de otros Espíritus compañeros míos en la Gloria, ¿a qué perturbarte, oh María, si desde este punto fueron escuchadas por Dios tus oraciones por la aceleración de la venida del Verbo a hacerse Carne?». ¡Oh, cuán felices nosotros, si en nuestros temores y dificultades pueda repetir la conciencia a las orejas del alma la constante palabra «no temas». Pero para poder esperar tal suerte, imitemos a María en su retiro, imitémosla en su modestia, imitémosla en el espíritu de oración y en una continua meditación de la Santa Ley de Dios.
Considera cómo el Santo Arcángel, viendo estupefacta y turbada por su humildad a la gran Virgen, la más dichosa, ante el saludo hecho, tan reverente se acerca a animarla diciendo: «Ne tímeas, María», como queriendo decirla: «¿A qué perturbarte, oh María? Mientras que no es con esta la primera vez que gozas de la presencia de otros Espíritus compañeros míos en la Gloria, ¿a qué perturbarte, oh María, si desde este punto fueron escuchadas por Dios tus oraciones por la aceleración de la venida del Verbo a hacerse Carne?». ¡Oh, cuán felices nosotros, si en nuestros temores y dificultades pueda repetir la conciencia a las orejas del alma la constante palabra «no temas». Pero para poder esperar tal suerte, imitemos a María en su retiro, imitémosla en su modestia, imitémosla en el espíritu de oración y en una continua meditación de la Santa Ley de Dios.
Amabilísimo Santo Arcángel Gabriel, que ejercitaste el piadoso oficio de consolador con muchos Patriarcas de la antigua Ley, lo ejercitaste con José y con María, y, según algunos, incluso con el mismo Hijo de Dios en el Sudor de Sangre: ¡Ah! Consuela en los distintos y disgustosos accidentes de la vida a un indignísimo devoto tuyo, el cual, cuanto más fundamento tenga para temer por sí y por sus infidelidades, tanto más confíen en tu validísimo patrocinio.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA SÉPTIMO - 21 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera que el Santo Arcángel, para mayormente confortar a la Virgen en su turbación, le asegura que Ella ha hallado la Gracia ante Dios: «Invenísti grátiam apud Deum». Tú has recuperado, ¡oh María!, la Gracia ya perdida por Eva, porque con tanta premura la buscaste; la has hallado para hacer un don a la mísera humanidad, que por esta pérdida estaba ya condenada a una muerte eterna. De hecho, todos los pensamientos, deseos y acciones todas de María se dirigían a este solo fin, de recuperar a Dios perdido por el hombre por el pecado, y de preparar con el ejercicio no interrumpido de las virtudes una digna habitación para el Mesías venidero. Grande enseñanza para nosotros, que las más veces ponemos todo estudio por la adquisición de los miserables bienes mundanos, preocupándonos poco o nada por la Gracia y la amistad de Dios.
Alcánzame, oh Santo Arcángel Gabriel, luz de la Sabiduría encarnada, para que yo conozca, custodie y aprecie aquella Gracia, que es fruto de su Encarnación, y que nos haga no solo amigos, hijos y herederos de Dios, sino además partícipes también de su misma Naturaleza: «Divínæ consórtes Natúræ»: ruégale que bendiga la resolución que he hecho de evitar con toda diligencia todo lo que pueda disgustarle, para ser hecho digno un día de llegar contigo a alabarlo y bendecirlo eternamente.
Considera que el Santo Arcángel, para mayormente confortar a la Virgen en su turbación, le asegura que Ella ha hallado la Gracia ante Dios: «Invenísti grátiam apud Deum». Tú has recuperado, ¡oh María!, la Gracia ya perdida por Eva, porque con tanta premura la buscaste; la has hallado para hacer un don a la mísera humanidad, que por esta pérdida estaba ya condenada a una muerte eterna. De hecho, todos los pensamientos, deseos y acciones todas de María se dirigían a este solo fin, de recuperar a Dios perdido por el hombre por el pecado, y de preparar con el ejercicio no interrumpido de las virtudes una digna habitación para el Mesías venidero. Grande enseñanza para nosotros, que las más veces ponemos todo estudio por la adquisición de los miserables bienes mundanos, preocupándonos poco o nada por la Gracia y la amistad de Dios.
Alcánzame, oh Santo Arcángel Gabriel, luz de la Sabiduría encarnada, para que yo conozca, custodie y aprecie aquella Gracia, que es fruto de su Encarnación, y que nos haga no solo amigos, hijos y herederos de Dios, sino además partícipes también de su misma Naturaleza: «Divínæ consórtes Natúræ»: ruégale que bendiga la resolución que he hecho de evitar con toda diligencia todo lo que pueda disgustarle, para ser hecho digno un día de llegar contigo a alabarlo y bendecirlo eternamente.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA OCTAVO - 22 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera cuán nueva gloria, y altísima dignidad fue aquella del Santo Arcángel Gabriel en ser él el primero en nombrar con sus purísimos labios el Augustísimo Nombre de JESÚS, compendio de todos los excesos de amor, de todas las maravillas obradas por Dios para la salvación del mundo: «Vocábis nomen ejus Jesum». Sería deber, que en correspondencia a tanto amor nosotros tuviésemos siempre vivo en la memoria todo lo que hizo una vez y todo lo que ha hecho de presente el Hijo de Dios y de la Virgen para satisfacer plenamente en las partes de Salvador de los hombres.
Afortunadísimo Arcángel San Gabriel, que fuiste enviado por el Cielo para anunciar al mundo el Salvador y la salvación, ¡ah!, obtenme que, a tu imitación, nombrando siempre con profundísima reverencia este nombre Santísimo de Jesús, experimente la eficacia y la fuerza no tanto en los diversos peligros de la vida, sino también más en el punto extremo de la misma, y en virtud de este Nombre adorable, ponga en fuga los enemigos infernales y pueda volar al Cielo.
Considera cuán nueva gloria, y altísima dignidad fue aquella del Santo Arcángel Gabriel en ser él el primero en nombrar con sus purísimos labios el Augustísimo Nombre de JESÚS, compendio de todos los excesos de amor, de todas las maravillas obradas por Dios para la salvación del mundo: «Vocábis nomen ejus Jesum». Sería deber, que en correspondencia a tanto amor nosotros tuviésemos siempre vivo en la memoria todo lo que hizo una vez y todo lo que ha hecho de presente el Hijo de Dios y de la Virgen para satisfacer plenamente en las partes de Salvador de los hombres.
Afortunadísimo Arcángel San Gabriel, que fuiste enviado por el Cielo para anunciar al mundo el Salvador y la salvación, ¡ah!, obtenme que, a tu imitación, nombrando siempre con profundísima reverencia este nombre Santísimo de Jesús, experimente la eficacia y la fuerza no tanto en los diversos peligros de la vida, sino también más en el punto extremo de la misma, y en virtud de este Nombre adorable, ponga en fuga los enemigos infernales y pueda volar al Cielo.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
DÍA NOVENO - 23 DE MARZO
Por la señal...
Ofrecimiento y Salmo 66.
Considera finalmente cómo el Santo Arcángel recibió de María la decisiva respuesta, y el suspirado consentimiento a la Divina Maternidad por medio de las palabras: «Ecce Ancílla Dómini, fiat mihi secúndum Verbum tuum». ¿Cuál debió ser entonces la exultación del Arcángel, cuál su júbilo al ver con estas dulcísimas voces abierto el Cielo, confundido el Infierno, cancelado el pecado y redimido el mundo? ¿Cuántos actos de veneración no habrá él presentado a su Soberana reina? ¡Oh, cuán gozoso habría llevado tan alegre anuncio a los Patriarcas y Profetas, que encarcelados en el seno de Abrahán suspiraban por tal momento! Admiremos la caridad y el celo del Santo Arcángel, el cual exulta en ver por este medio satisfecha la Divina justicia ofendida, y reparadas las ruinas de tantos Ángeles rebeldes, e intentemos por ello tener sumamente en corazón la Gloria de Dios y la salvación de nuestros prójimos.
¡Oh, cuánto te debemos, Ministro gloriosísimo del amor de Dios hacia el hombre, oh Santo Arcángel Gabriel! ¿Y será posible que nosotros vivamos tan despreocupados de nuestra salvación cuando tú, que estabas seguro de tu gloria, fuiste tan solícito por nosotros? ¡Ah! Por piedad, no desdeñes estos pequeños obsequios por mí, indignísimo devoto tuyo, presentados a ti en estos días, y obtenme del Señor la gracia de no vivir ingrato a tantas misericordias suyas: alcánzame una verdadera devoción a la excelsa Madre de Dios, María Santísima, y la suerte de imitarla en sus virtudes, especialmente en la Humildad, Pureza y Obediencia, por medio de las cuales pueda yo agradar a Dios; y esté siempre en estado de recibirlo sacramentado en mi alma, para gozarlo vivamente en la Patria beata. Amén.
Considera finalmente cómo el Santo Arcángel recibió de María la decisiva respuesta, y el suspirado consentimiento a la Divina Maternidad por medio de las palabras: «Ecce Ancílla Dómini, fiat mihi secúndum Verbum tuum». ¿Cuál debió ser entonces la exultación del Arcángel, cuál su júbilo al ver con estas dulcísimas voces abierto el Cielo, confundido el Infierno, cancelado el pecado y redimido el mundo? ¿Cuántos actos de veneración no habrá él presentado a su Soberana reina? ¡Oh, cuán gozoso habría llevado tan alegre anuncio a los Patriarcas y Profetas, que encarcelados en el seno de Abrahán suspiraban por tal momento! Admiremos la caridad y el celo del Santo Arcángel, el cual exulta en ver por este medio satisfecha la Divina justicia ofendida, y reparadas las ruinas de tantos Ángeles rebeldes, e intentemos por ello tener sumamente en corazón la Gloria de Dios y la salvación de nuestros prójimos.
¡Oh, cuánto te debemos, Ministro gloriosísimo del amor de Dios hacia el hombre, oh Santo Arcángel Gabriel! ¿Y será posible que nosotros vivamos tan despreocupados de nuestra salvación cuando tú, que estabas seguro de tu gloria, fuiste tan solícito por nosotros? ¡Ah! Por piedad, no desdeñes estos pequeños obsequios por mí, indignísimo devoto tuyo, presentados a ti en estos días, y obtenme del Señor la gracia de no vivir ingrato a tantas misericordias suyas: alcánzame una verdadera devoción a la excelsa Madre de Dios, María Santísima, y la suerte de imitarla en sus virtudes, especialmente en la Humildad, Pureza y Obediencia, por medio de las cuales pueda yo agradar a Dios; y esté siempre en estado de recibirlo sacramentado en mi alma, para gozarlo vivamente en la Patria beata. Amén.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias. Los Gozos y la Oración los rezarás todos los días.
No es una traducción de la novena de 1864, porque en la versión de 1864 no figuran los gozos, ni tampoco se dice que se recen tres Avemarías y tres Glorias. Además, en la versión de 1864 hay oraciones, himnos y coloquios que no aparecen aquí. Es como si fuese una reinterpretación de la de 1864, con cambios y con una manera diferente de rezarla. Me habría gustado una traducción del original sin estos cambios (aunque por otra parte, al ser en italiano, es fácil de entender).
ResponderEliminarAclaramos que antes de la novena en sí aparece «Traducción y adaptación de...», y si bien los Gozos no hacen parte del original, las tres Avemarías y glorias sí aparecen en él: «Quindi la considerazione assegnata per ciascun giorno nel fine della quale si diranno tre Ave Maria etc. e tre Gloria Patri etc., e si chiuderà finalmente l’Esercizio coll’Antifona, ed Orazioni seguenti». El coloquio y el himno (que es parte del Ejercicio devoto para el día de su fiesta), son otras devociones sugeridas, pero aparte a la novena.
EliminarYo, solo sé que es mi Ángel favorita,el que nos trae las buenas noticias
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