miércoles, 10 de noviembre de 2021

EL PASADO JUDEOSIONISTA DE ATATÜRK

Tomado de ATAJEW. Traducción enviada por un lector.
   
El francmasón Mustafá Kemal, el dictador gay y alegado fundador de la opresiva y seglar república en Turquía era judío.
  
Hasta la fecha, hay una extrema confusión entre musulmanes y no musulmanes alrededor del mundo respecto sobre quién era el francmasón Mustafá Kemal, el dictador gay de Turquía. Recientemente, han emergido evidencias que revelan que el gay Mustafá Kemal, el cruel dictador de Turquía, no solo era un dönmeh no musulmán, sino ¡un descendiente secreto judío del falso mesías judío del siglo XVII Sabbatai Tzwi (Zevi)! La evidencia no viene de trazar su genealogía, sino de las declaraciones que él mismo hizo. Revisar la siguiente:
Asunto: El dictador francmasón Mustafá Kemal confiesa su judeidad
Fuente: Forward, un diario judío publicado en Nueva York, 28 de Enero de 1994
  
CUANDO KEMAL ATATÜRK RECITÓ EL SHEMA YISRAEL
«Es mi oración secreta también», confesó
Por Hillel Halkin
  
ZICHRON YAAKOV – Habían dos preguntas que quería hacer, dije por teléfono a Batya Keinan, portavoz para el presidente israelí Ezer Weizman, que estaba para irse al día siguiente, lunes 24 de Enero, a su primera visita hecha a Turquía por un jefe de Estado judío. Una era si el señor Weizman tomaría parte en una ceremonia oficial conmemorando a Kemal Atatürk.
  
La señora Keinan revisó el itinerario presidencial, segun el cual él y su esposa depositarían una espiga en la tumba de Atatürk en la mañana de su arribo, y me preguntó cuál era la segunda pregunta.
  
«¿Sabe el presidente Weizman que Atatürk tenía antepasados judíos y que cuando niño le enseñaron oraciones judías?».
  
«Por supuesto, por supuesto», respondió tan insorpresivamente como si hubiese preguntado si el presidente sabía que Atatürk era el héroe nacional de Turquía.
   
Emocionada y estresada
Le agradecí y colgué. Pocos minutos después se me ocurrió volver a llamar y pregunté si el presidente Weizman haría referencia en Turquía sobre los antecedentes judíos de Atatürk. «Estoy encantada que me llamase otra vez», dijo la señora Keinan, que ahora sonaba emocionada y un poco estresada. «Exactamente, ¿dónde consiguió su información?».
  
¿Por qué ella estaba preguntando, si la oficina del presidente la tenía también?, repliqué.
     
Porque no la tenía, confesó. Ella solo había asumido que debía porque sonaba tan seguro de mí mismo. «Después que colgó, mencioné lo que Vd. me dijo y nadie aquí sabe nada sobre esto. ¿Podría por favor enviarnos por fax lo que sabe?», dijo.
  
Le envié por fax una versión corta de esta información. Aquí está la más larga.
  
A lo largo de su vida, han circulado historias sobre la judeidad de Atatürk, cuya estatua se yergue en la plaza principal de cada pueblo y ciudad de Turquía, pero fueron negadas por él y su familia, y sus biógrafos nunca las tomaban en serio. De seis biografías que consulté esta semana, ninguna las menciona ni como especulación. La única referencia erudita impresa que pude encontrar estaba en la entrada sobre Atatürk en la israelí Entsiklopedya ha-Ivrit (Enciclopedia hebrea), que comienza:
«Mustafá Kemal Atatürk – (1881-1938), General y estadista turco, y fundador del Estado turco moderno.
   
Mustafá Kemal nació en la familia de un funcionario menor de aduana en Tesalónica y perdió a su padre cuando era joven. No hay prueba de la creencia, propagada entre los judíos y musulmanes en Turquía, que su familia viniera de los Dönme. Como chico se rebeló contra el deseo de su madre de darle una educación religiosa tradicional, y a la edad de 12 fue enviado a petición suya a estudiar en una academia militar».

Padre seglar
Los Dönme eran una secta clandestina de sabateos, judíos turcos que tomaron nombres musulmanes y vivían exteriormente como musulmanes, pero secretamente creían en Sabbatai Zevi, el falso mesías judío del siglo XVII, y conducían en su nombre oraciones y rituales guardadas cuidadosamente. Con todo, la versión enciclopédica de la educación de Atatürk varía en alguna forma con la suya propia. Este es su relato sobre el particular como es citada por sus biógrafos:
«Mi padre era un hombre de ideas liberales, en lugar de hostil a la religión, y partidario de las ideas occidentales. Él hubiera preferido verme ira una escuela laica, que no basara su enseñanza en el Corán sino en la ciencia moderna.
   
En esta batalla de conciencias, mi padre intentó conseguir la victoria luego de una pequeña maniobra; él pretendía ceder a los deseos de mi madre, y arregló que yo debía entrar a la escuela (islámica) de Fatma Molla Kadın con la ceremonia tradicional. …
    
Más o menos seis meses después, mi padre me sacó calladamente de la escuela y me llevó a la del anciano Şemsi Efendi, que dirigía una escuela preparatoria libre según los métodos europeos. Mi madre no hizo ninguna objeción, puesto que sus deseos habían sido cumplidos y sus convenciones respetadas. Sobre todo, la ceremonia fue lo que la satisfizo».
¿Quién era el padre de Mustafá Kemal, que se comportó aquí en la típica forma dönmeh, observando exteriormente las ceremonias musulmanas mientras interiormente las burlaba? Zubeyde, la madre de Atatürk, venía de las montañas al oeste de Tesalónica, cerca a la actual frontera albanesa; de los orígenes de su padre, Ali Rıza, se sabe poco. Distintos escritores los han dado como albanés, anatolio y tesalonicense, y la compendiosa “Atatürk” de Lord Kinross de 1964 llama a Ali Rıza una “personalidad sombría” y añade crípticamente respecto a la reluctancia de Atatürk para revelar más sobre su contexto familiar: «Raramente le ocurre al hijo de un ambiente tan mezclado, cuales fueran sus lealtades raciales, indagar muy exactamente en sus orígenes personales más allá de su ascendencia».
   
Aprendiendo hebreo
¿Kinross sospechaba más de lo que admitía? Nunca me lo habría preguntado si no encontrara recientemente un capítulo destacado mientras revisaba la agotada autobiografía hebrea de Itamar Ben-Avi [1], hijo de Eliezer Ben-Yehuda, el principal promotor de la resurrección del hebreo hablado en la Palestina de fines del siglo XIX. Ben-Avi, el primer chico desde tiempos antiguos en ser criado en hebreo y posteriormente un periodista y editor de diario hebreo, escribió en este libro que caminaba en el hotel Kamenitz en Jerusalén una noche de otoño en 1911 y le preguntó a su propietario:
«‘¿Ve ese oficial turco sentado en la esquina, el de la botella de arrack?’. 
‘Sí’.
‘Es uno de los oficiales más importantes en el ejército turco’.
‘¿Cómo se llama?’.
‘Mustafá Kemal’.
‘Quisiera conocerlo’, le dije, porque al minuto que lo miré quedé deslumbrado por sus penetrantes ojos verdes».
Ben-Avi describe dos reuniones con Mustafá Kemal, que aún no había tomado el nombre de Atatürk, ‘Padre de los turcos’. Ambas tuvieron lugar en francés, y se dedicaron principalmente sobre política otomana, y estuvieron amenizadas con grandes cantidades de arrack. En la primera de estas, Kemal confesó:
«Soy descendiente de Sabbatai Zevi, no cualquier judío, sino un ardiente admirador de este profeta suyo. Mi opinión es que todo judío en este país haría bien en unirse a su campo».
Durante su segunda reunión, que tuvo lugar diez días después en ese mismo hotel, Mustafá Kemal dijo en un punto:
«Tengo en casa una biblia hebrea impresa en Venecia. Es antigua, y recuerdo a mi padre trayendo a un maestro caraíta que me enseñaba a leerla. Aún puedo recordar unas pocas palabras de esta, como –».
Y Ben-Avi continúa:
«Él pausó por un momento, sus ojos buscando algo en el espacio. Luego dijo: ‘Shema Yisra’el, Adonai Elohenu, Adonai Ehad!’ [2].
‘Esa es nuestra oración más importante, Capitán’.
‘Y mi oración secreta también, cher monsieur’, replicó, llenando nuestras copas».
Aunque Itamar Ben-Avi no pudo saberlo, Atatürk sin duda sabe qué significa literalmente “oración secreta”. Entre las oraciones esotéricas de los dönmeh, por primera vez conocida en un libro de ellos conseguido en la Biblioteca Nacional en Jerusalén en 1935, está una que contiene la profesión de fe:
«Sabbatai Zevi y nadie más es el Mesías verdadero. Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno».
Es indudable que Atatürk recordó las palabras del Shemá a partir de este credo en lugar de la Biblia, que si mal no recuerdo, él confesó saber, pero solo una vez en su vida adulta: para un joven periodista hebreo con el cual estaba involucrado en dos conversaciones animadas por el alcohol en Jerusalén casi una década antes de tomar el control del ejército turco después de su desastrosa derrota en la I Guerra Mundial, hacer retroceder a los invasores griegos y fundar una república turca secular en la cual el islam fuera desterrado –de una vez por todas, así pensaba– a las mezquitas.
  
Atatürk tendría buenas razones para ocultar sus orígenes dönmeh. Los dönmeh (quienes solo se casaban entre sí y llegaban casi a 15.000, mayormente concentrados en Tesalónica antes de la I Guerra Mundial) no solo eran vistos como herejes por musulmanes y judíos, tenían una reputación de prodigalidad sexual que difícilmente habría sido halagadora para su descendencia. Esta licencia, que era teológicamente justificada por el reclamo que reflejaba la libertad del fiel de los mandamientos bíblicos bajo la nueva dispensación de Sabbatai Zevi, es descrita por el predecesor de Ezer Weizman, el segundo presidente israelí, Yitzchak Ben-Zvi, en su libro sobre comunidades judías perdidas, “El exiliado y el redimido”:

‘Estirpe santa’
«Una vez al año (durante la ‘festividad del cordero’ de los dönmeh) las velas son apagadas en el curso de una cena que es seguida por orgías y la ceremonia del intercambio de esposas. … El rito es practicado en la noche del nacimiento tradicional de Sabbatai Zevi. … Se cree que los hijos nacidos de tales uniones son considerados santos».
Aunque Ben-Zvi, escribiendo en la década de 1950, pensaba que «hay razón para creer que esta ceremonia no ha sido abandonada enteramente y continúa hasta el día de hoy», poco se sabe si alguna de las prácticas tradicionales o estructuras sociales de los dönmeh sobreviven en la Turquía moderna. La comunidad abandonó Tesalónica junto con los otros residentes turcos durante la guerra greco-turca de 1920-21, y sus descendientes, muchos de los cuales se dice son ricos empresarios y mercaderes en Estambul, se piensa generalmente se asimilaron del todo en la vida turca.
   
Después de enviar mi fax a Batya Keinan, la llamé para revisar que lo había recibido. Lo recibió, dijo, y y vería que le fuera dado al presidente para que lo lea en su vuelo a Ankara. Con todo, es dudoso que el señor Weizman hará alusión a esto durante su visita: El gobierno turco, que durante años ha estado defendiéndose de los asaltos de los fundamentalistas islámicos sobre su legitimidad y sobre las reformas seculares de Atatürk, tiene poca razón para recibir la nueva que el padre del ‘Padre de los turcos’ era un criptojudío que transmitió a su hijo sus sentimientos antimusulmanes. Sin duda, el secreto de Mustafá Kemal es un que preferirían continuase guardado.
  
NOTAS
[1] Hillel Halkin está refiriéndose al libro עִם שַׁחַר עַצְמָאוּתנו : זִכְרוֹנוֹת-חַיָּיו שֶׁל הַיֶּלֶד הַעִבְרִי הָרִאשׁוֹן o ʻIm shahar ʻatsmaʻutenu: zikhronot-ḥayaṿ shel ha-yeled ha-ʻIvri ha-rishon (En el amanecer de nuestra independencia: Memorias de la vida del primer niño hebreo; Tel-Aviv, 1961) por Itamar (a veces Ithamar) Ben-Avi (1882-1943), páginas 213-223.
[2] Shema Yisra’el (“Escucha, oh Israel”) es la más importante de todas las oraciones judías. Es la parte central de los servicios de oración matinal y vespertino, además de ser recitada por los judíos practicantes antes de acostarse. Es también parte de los servicios del Sabbat. Ver la Torá (תּוֹרָה), Devarím (דְּבָרִים) - Deuteronomio 6:4.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.