Artículos tomados de distintas fuentes.
Wojciech Michał Lemański (instalado presbítero el 28 de Mayo de 1987): su parecido a Karol Wojtyła Katzorowsky no es solamente en su rostro… sino también ideológico en favor de los judíos
1.º HENRYK HOSER A WOJCIECH LEMAŃSKI: «DÍGAME, PADRE, ¿Vd. ESTÁ CIRCUNCIDADO?, ¿PERTENECE, ACASO, A ESE PUEBLO?» (Fuente: VATICAN INSIDER. Vía FORO CATÓLICO).
Ni siquiera Polonia parece ser un país «normal». La historia que estamos por contar podría pertenecer a la categoría “conflictos entre un sacerdote relativamente joven lleno de sacro entusiasmo y, a veces, un poco indiferente ante las palabras del propio obispo, y este último, más entrado en años y fácilmente tildable de conservador, cuando no de anticuado”. En cambio, el caso protagonizado por Wojciech Lemański, de 52 años, párroco de la Natividad de Jasiénica (cerca de Varsovia), y el ordinario de la diócesis de Varsovia-Praga (barrio de la capital polaca que se encuentra a orillas del Vístula) Henryk Hoser SAC, de 70 años, tiene pendiente a todo el país, que, al mismo tiempo, se está preparando para la inminente canonización de Juan Pablo II.
En realidad no se trata de un conflicto generacional, sino de cuestiones esenciales. La primera de ellas es la fecundación artificial; un día el párroco de Jansénica pidió perdón en público a todos los que habían nacido con este método, condenado por los obispos polacos, y expresó su tristeza cuando una de estas personas, una joven mujer, se alejó de la Iglesia porque se sentía rechazada.
Uno de los principales enemigos del método “in vitro” es justamente el obispo del párroco rebelde, que lo amonestó con severidad por haber defendido su postura en la televisión. Además, Lemański también reclamaba la línea dura contra los sacerdotes pederastas y criticaba desde el púlpito todas las características “retrógradas” de sus parroquianos, empezando por el racismo y el antisemitismo.
El rabino polaco-estadounidense Michael Joseph Schudrich Goldfarb y el neocura Wojciech Michał Lemański durante la celebración del “72.º aniversario del asesinato de judíos en Jedwabne” (10 de Junio de 2013).
Don Wojciech, de hecho, es uno de los religiosos polacos más activos en la lucha en contra del antisemitismo y uno de los mayores promotores del diálogo con los judíos. Por este motivo recibió una condecoración del difunto presidente Lech Kaczyński. Pero no permaneció inmune a las críticas de mons. Hoser, que primero lo alejó de la enseñanza en las escuelas públicas (las clases de religión en Polonia todavía existen) y después, el 7 de julio pasado, para ser precisos, lo invitó a dejar la parroquia y a mudarse a la casa de los sacerdotes jubilados, a pesar de tener solamente 52 años.
Don Lemański respondió que apeló a la Santa Sede, animado por la propia experiencia: en 2010 ganó una polémica parecida con su obispo. Sintiéndose completamente al seguro, acusó al mismo obispo de haberle ofendido en el pasado. Con poca claridad, reevocó una situación que se habría verificado en 2010, en el mismo palacio arzobispal, en donde mons. Hoser se habría comportado, según el sacerdote, «de forma profundamente inconveniente, como el cardenal O’Brien».
Lemanski se indignó por la insinuación del obispón: «¡Qué cosas me pregunta, cómo se atreve, excelencia!».
El estupor que suscitó esta declaración, pues surgió la sospecha espontánea sobre la posible naturaleza sexual de este comportamiento, hizo que Lemański rectificara. El sacerdote, después de haber pedido perdón al obispo por el equívoco, declaró que su conversación tenía que ver con su compromiso en el diálogo con los judíos. «Dígame, padre, ¿usted está circuncidado, pertenece, acaso, a ese pueblo?», le habría preguntado el monseñor. «¡Qué cosas me pregunta, cómo se permite, excelencia!», habría respondido el sacerdote. Al día después de la divulgación de la noticia, la curia rechazó estas acusaciones.
El interés de la opinión pública por esta triste historia en Polonia es muy grande, sobre todo porque algunos perciben en ella la lucha entre “lo viejo” y “lo nuevo”. Entre la Iglesia antes de Francisco y la Iglesia tras su elección, pues, como se dice y se escribe, los obispos polacos no serían sus grandes admiradores. En Varsovia hay incluso quien considera que esta es la «primera batalla entre la visión de la Iglesia colegial de Papa Francisco y la Iglesia vieja, basada solo en la indiscutible autoridad de los obispos». Y muchos se muestran al mismo tiempo pesimistas, porque solo poca gente cree que de la polémica pueda salir victorioso el párroco de Jasiénica.
2.º LEMAŃSKI APELA AL VATICANO SU CESE POR APOYAR EL ABORTO Y LA FECUNDACIÓN IN VITRO (Fuente: FORWARD. Traducción tomada de FORO CATÓLICO).
VARSOVIA – Cuando, a principios de julio, el sacerdote polaco Wojciech Lemański regresó con sus feligreses a la iglesia cerca de Varsovia, después de mantener una vigilia de oración en el campo nazi de exterminio en Treblinka, le esperaba un aviso de cese.
La diócesis católica romana de Varsovia despidió a Lemański como párroco de la pequeña aldea de Jasiénica, con el pretexto de su insubordinación tras numerosos enfrentamientos en temas como la fertilización in vitro, el aborto y su compromiso con la comunidad judía.
Lemański selló su destino cuando durante una entrevista de radio en la cual acusó al Arzobispo Henryk Hoser, quien supervisa su parroquia, de preguntar si era judío y circunciso, una acusación que la diócesis negó.
El episodio expone una grieta dentro de la Iglesia en su lucha por mantener un papel central en la vida polaca, la cual ha mediado entre conservadores y quienes quieren una mayor apertura en el tratamiento de temas sociales y algunos de los episodios más oscuros del pasado de Polonia.
«En este momento cuando el Papa Francisco está pidiendo una mente más abierta, la Iglesia en Polonia se está encerrando en su caparazón”, dijo Iwona Jakubowska-Branicka, socióloga de la Universidad de Varsovia.
«Al igual que con muchas cuestiones morales, la cuestión de las relaciones con los judíos se ha ocultado debajo de la alfombra», dijo.
Las relaciones con la comunidad judía son un tema especialmente difícil en Polonia, donde millones de judíos perecieron en el Holocausto durante la ocupación alemana nazi.
La mayoría de los que sobrevivieron a finales de 1960 se vieron obligados a abandonar el país por el régimen comunista. Los líderes post-comunistas de Polonia han condenado la “campaña anti-sionista” de ese período y a menudo se han pronunciado en contra de otros signos de antisemitismo.
“SENSIBILIDAD ESPECIAL”
Los polacos han reconocido a sus compatriotas que ayudaron a salvar judíos polacos en la Segunda Guerra Mundial, pero también han restado importancia a eventos tales como la quema de 340 judíos por campesinos polacos en el pueblo de Jedwabne, en 1943.
El episodio fue enterrado por las autoridades comunistas de la posguerra y resurgió sólo después de un libro, en 2001, escrito por el historiador americano de origen polaco Jan Gross, quien describió la masacre.
La publicación ha sido criticada por algunos líderes de la Iglesia Católica de «avivar los sentimientos anti-polacos y anti-judíos», pero el posterior debate inspirado por el joven Lemański ha logrado mejorar el diálogo entre los dos grupos.
«Dios llamó a mi puerta y me dijo que quería algo más de mí. No me puedo imaginar ser sacerdote sin una sensibilidad especial para los judíos, sus tragedias y la necesidad del diálogo», dijo el sacerdote en una entrevista.
Lemański se encuentra con un grupo de sacerdotes católicos que conmemoran la masacre cada año con los líderes judíos y sostiene vigilias de oración en el campo de Treblinka, una de las infames fábricas nazis de la muerte donde los judíos, junto con los polacos y otros, fueron gaseados.
Lemański también recuperó lápidas de los cementerios judíos abandonados y destruidos, e incorporó dos de estas en el altar mayor de su iglesia. Esto avivó las acusaciones de algunos católicos conservadores de que el templo se estaba convirtiendo en una sinagoga.
En un comunicado explicando su decisión de enviar a Lemański la jubilación anticipada, la Diócesis de Varsovia no se refirió a las lápidas, pero dijo que no había podido obtener el permiso de la Iglesia en temas relacionados con la parroquia.
La diócesis también dijo que las relaciones del Arzobispo Hoser con la comunidad judía fueron “adecuadas y llenas de confianza”.
Representantes de la Iglesia declinaron hacer más comentarios.
Algunos líderes de la comunidad judía han evitado inmiscuirse en el asunto, pero algunos han expresado su apoyo a los esfuerzos de Lemański.
«Puedo decir una cosa: mirando la manera en que los feligreses tratan al sacerdote, creo que si la comunidad judía tuviera un rabino como Lemański, estaría muy contenta», dijo Piotr Kadlcik, jefe de la Unión de Comunidades Religiosas Judías en Polonia.
A pesar de haber sido marginado por sus superiores, Lemański dijo que permanecerá activo e interpondrá un recurso ante el Vaticano.
«Me doy cuenta que no es un camino fácil, pero no me siento como si estuviera al margen de la iglesia. Por el contrario, me siento como si estuviera en el centro de mi iglesia, ya que sin este diálogo la iglesia pierde su autoridad», dijo.
3.º EL ATAQUE «ASQUEROSO, MEZQUINO, PRIMITIVO, VULGAR E IRRESPETUOSO» DE LEMAŃSKI A NOMBRAMIENTO DE BEATA SZYDLO EN LA DIRECCIÓN DEL MUSEO DE AUSCHWITZ (Fuente: NIEZALEŻNA, Polonia).
El ataque a Szydło
El viceprimer ministro, ministro de Cultura, Patrimonio Nacional y Deporte Piotr Gliński nombró recientemente a Beata Szydło como miembro del Consejo del Museo en el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau en Oświęcim para el período 2021-2025. Tras esta decisión, varias personas renunciaron a ser miembros del Consejo, incluyendo Marek Lasota, director del museo, y Krystyna Oleksy, exdirectora adjunta del Museo Auschwitz-Birkenau.
Gliński expresó su pesar por el comportamiento de algunos miembros del Consejo, señalando el contexto “político” del caso y destacando las competencias y el mandato de la ex primera ministra para desempeñar esta función.
«La primera ministra Szydło proviene de la región de Oświęcim, es una experta en museos y es una destacada política polaca, por lo que si yo fuera el director de una institución en la junta de la cual esa persona se sienta, estaría feliz y me sentiría apreciado, porque ella es sin duda una persona que puede ayudar en el desarrollo y funcionamiento de esta institución».
Algunos medios se unieron a la campaña dirigida a la nominación de Szydło. En el título (del texto dedicado a las protestas contra el nombramiento del ex primer ministro en el Consejo), Onet.pl acuñó la frase: «Oposición de las familias de los ex presos», y “Gazeta Wyborcza” en una publicación similar informó que «la hija de un ex prisionero de Auschwitz protesta contra el nombramiento de Beata Szydło para el Consejo del Museo».
Como se puede suponer, estas publicaciones tenían la intención de crear la impresión de una protesta masiva (no sé por qué), por lo que los medios que se unieron a esta campaña ignoraron cuidadosamente el hecho de que solo una parte (muy pocas) de las familias de los ex presos se presentaron en relación con el nombramiento del ex primer ministro. su descontento.
Lemański (el sacerdote) entra en acción
Wojciech Lemański (un sacerdote) decidió unirse a la acción contra Beata Szydło, quien hizo de su política una forma de funcionar en el espacio público. Sus entradas en las redes sociales (y no solo) suscitan mucha polémica, pero hay que admitir que también cuenta con sus fieles seguidores.
Ayer, Lemański decidió tomar la palabra sobre el nombramiento de Beata Szydło para el Consejo en el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau en Oświęcim y lo hizo en un estilo que no se ajusta a un clérigo (pero también a toda persona decente).
«La pobre ex primera ministra (solo en sentido figurado) todavía está cuesta arriba. Y parecía tan prometedora. Don Quijote polaco con falda y calcetines hasta la rodilla, peleando con el resto de la Unión Europea. Y la ganadora 1 - 27 con lágrimas en los ojos y un ramo de flores del presidente»
comenzó Lemański, y luego fue peor;
«Luego hubo una oportunidad para la carrera eclesiástica de la madre de un decano, un obispo y tal vez incluso un cardenal. Una batalla victoriosa con las personas discapacitadas en huelga en el parlamento y sus tutores. Escaramuza nocturna con un árbol en Oświęcim. Y ahora una oportunidad para otra liberación del museo polaco del campo de concentración alemán. Quemar a seis judíos siempre descontentos. La indiferencia de los profesores insatisfechos. ¡¡¡Pero [Witold] Pilecki!!! ¿Incluso los descendientes del capitán protestaron contra la estrella de Brzeszcze?».
Lemański recuperó el sentido, el disgusto permaneció
La entrada de Lemański desencadenó una discusión tormentosa (que suele ser motivo de satisfacción en las redes sociales) pero parece que esta vez el propio autor decidió que, para decirlo sin rodeos, exageró mucho. Actualmente, la publicación no es visible en el perfil de “Wojciech Michał Lemański”, pero persiste el profundo disgusto e indignación.
El ex editor en jefe de Super Express, Sławomir Jastrzębowski, no se anduvo con rodeos al comentar sobre el “programa” de Lemański:
«Asqueroso, mezquino, primitivo, vulgar, irrespetuoso, ordinario, limitado, arrogante, negro, inculto, áspero, trivial, grosero, insolente, insensible, obtuso, impertinente. Lemański. Una vez más el sacerdote»,
escribió el periodista en Twitter, publicando una captura de pantalla de los pensamientos de Wojciech Lemański.
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