sábado, 30 de agosto de 2025

EXORCISMO Y CINE, NADA ACORDE A LA REALIDAD

El ritual de exorcismos ha sido tema central, o a lo menos, un hilo conductor de algunas películas de terror. Pero en ellas, solo se alimenta el morbo por las escenas, no hay un abordaje serio de la realidad del mal, y de cómo la Iglesia lo combate.
   
De otra arista, no se hace la distinción entre un sacerdote católico o su contaparte modernista. No son todos los que están, pero estos tres son representativos del género:
  • El Exorcista” (toda la saga): Supuestamente basada en el caso real de “Roland Doe/Bobbie Mannheim” (Ronald Edwin Hunkeler Coppage), un joven de catorce años (para la época de los hechos, en 1949) que resultó poseído luego de intentar contactar el espíritu de su recién fallecida tía paterna Mathilda Louise “Tillie” Hunkeler Rogers de Hendricks (que lo introdujo en el espiritismo y el uso de la tabla uija). Si bien su familia era luterana, el pastor Luther Miles Schulze les aconsejó acudir a un sacerdote católico, realizándose varias sesiones de exorcismo primero en la capilla del hospital universitario de Georgetown y luego (con autorización del arzobispo de San Luis) en la ídem del hospital de los Hermanos de San Alejo en San Luis (Misuri). Después de los exorcismos, Hunkeler llevó una vida normal, fue ingeniero en el centro Goddard de la NASA y murió a los 83 años en 2020. Su historia fue conocida por William Peter Blatty cuando estudiaba en Georgetown, y que con algunas modificaciones menores, la publicó como novela en 1971 y dos años después llevó al cine.
  • El exorcismo de Emily Rose”: Inspirada vagamente en el caso real de Anna Elisabeth “Anneliese” Michel Fürg, una joven alemana que recibió varios exorcismos entre los años 1975 y 1976, cuando murió. Inicialmente diagnosticada con esquizofrenia y depresión, su situación empeoró mientras acudieron al santuario de la Virgen de San Damián en Piacenza (Italia), iniciándose luego los exorcismos con autorización del obispo Josef Stangl Scheubert de Wurzburgo, donde declaró estar padeciendo la infestación de seis demonios y almas de condenados (Lucifer, Caín, Judas Iscariote, el emperador Nerón, Adolfo Hitler y un sacerdote corrupto llamado Valentín Fleischmann), y que su muerte era «para expiar por la juventud descarriada de la época presente y por los sacerdotes apóstatas de la Iglesia moderna». Su caso generó una fuerte controversia en Alemania, y tanto sus padres Josef y Anna como los exorcistas Ernst Alt y Arnold Renz fueron llevados a juicio por presunto homicidio culposo y condenados a tres años de probatoria, pero la tumba de Anneliese se convirtió en sitio de peregrinación. La película de 2005 se centra en la ficticia defensa de una abogada agnóstica a uno de los sacerdotes acusados en el juicio (dato de color: Hitler y Fleischmann fueron sustituidos en el libreto por Belial y Legión).
  • El habitante”: Una ficción desde el comienzo hasta el final, y que había pasado sin pena ni gloria hasta apenas los días posteriores a la “elección” de Roberto Francisco Riggitano-Prévost como León XIV, debido a unos pocos segundos (no propiamente escena) comenzando la trama donde se alude a la muerte de un Papa “León XIV”.
De esta última película se enfatiza que el exorcismo pretendido por un cardenal sale mal. Circunstancia que en la vida real se potencia al saber que la Iglesia Conciliar no tiene sacerdotes desde 1968, suprimió el orden menor del exorcistado en 1972, y su nuevo ritual de exorcismos publicado en 1998 es tan ineficaz que fue criticado en su momento por el famoso exorcista Gabriele Amorth (y para más inri, ellos mismos lo torpedean, al supeditarlo a dictamen psiquiátrico).
   
Como católicos, insistimos en que se debe tener especial precaución con este tipo de temáticas, y evitar ante todo la vana curiosidad. No solo por el tema en sí, sino por el trato que se le da.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ciertamente extraño, si nos lo preguntáis.

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    2. ¿Cómo puede un alma poseer a una persona? El alma humana no tiene la naturaleza del demonio. Annelisse era sólo una pobre mujer esquizofrénica.

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    3. Sin entrar al fondo de la cuestión, pero ¿un esquizofrénico mostraría aversión a personas, objetos y lugares sagrados (el primer y clásico síntoma de una posesión demoníaca), tendría fuerza sobrehumana, o un conocimiento de cosas que de ordinario no podría ni le competería saber?

      El hecho es que, aun con los avances científicos de nuestros días, la sola ciencia no es suficiente y sí más bien envanece y hace apartar de la fe a quienes la profesan (cf. 1.ª Cor. 8, 1; 1.ª Tim. 6, 21) y que, como dijo una vez el patriarca Cirilo de Moscú (Y NO HALLAMOS PROBLEMA MORAL ALGUNO EN CITARLO, MERCEDES O EVELYN –si llegáis a aparecer por estos reinos–), «donde falle el psiquiatra, entre el exorcista»:

      https://wwwmileschristi.blogspot.com/2017/07/donde-falle-el-siquiatra-entre-el.html

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    4. Yo no estoy negando para nada la realidad de los ataques demoníacos y las posesiones satánicas. Yo he vivido en carne propia dichos ataques, y es algo en verdad opresivo. Un pobre poseso sólo es una víctima, la mayor parte de las veces, pero los humanos que se entregaron al pecado sí que son como demonios en carne humana - y los he sufrido disfrazados de cristianos-.

      Yo soy psicólogo y he visto enfermos mentales en crisis psicóticas, son una mole, de la cual es mejor alejarse porque pueden herirte gravemente. En mi ciudad, por lo que he investigado, sé que hubo dos casos de posesión diabólica, y en uno de ellos mi abuela materna ayudó con sus oraciones al sacerdote para liberar al poseso. Dios me libre de verme delante de uno de ellos.

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    5. Allí donde los protex chocan con su realidad: los pastores neuróticos y vociferantes solo son show. Sus "liberaciones" son representaciones armadas.

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