El profesor de Antropología Teológica de la Universidad Pontificia Comillas y Director de la revista “Encrucillada”, Pedro Manuel Fernández Castelão, ridiculizó antier 17 de Agosto en su cuenta de Twitter a quienes rezan a Dios para pedir lluvia o el fin de los incendios que asuelan a España:
«Harían bien los teólogos que ven conveniente rezar a Dios para que haga llover explicarnos por qué está ardiendo el noroeste de la península y por qué Dios no apaga inmediatamente los incendios si para Él tan fácil sería hacerlo. La mala teología hace absurda y ridícula la fe».
Un teólogo que no cree en la eficacia de la oración (que no es magia, aunque este cabronazo crea que lo es o que esta puede medirse en términos utilitaristas) es como un médico que niega la existencia de la salud, o un juez que reniega de la justicia (aunque en nuestros países hay muchos así).
No es la primera vez. Cuatro años atrás, él había postulado en esa misma red que el hecho de la convivencia [= amasiato] prematrimonial debía incorporarse en la teología del sacramento del matrimonio:
«La mayoría de las parejas de novios viven juntos antes de casarse. Es algo que se impone de forma masiva. Se justifica con esta razón: la convivencia es indispensable para conocer al otro. Pregunto, únicamente: ¿Sería posible integrar esta realidad en una teología del matrimonio?»
«Es necesario revisar la teología de todos los sacramentos. Con toda naturalidad y con toda tranquilidad».
A individuos como Muñoz Castelão es confiada la instrucción teológica de muchos seminaristas en España y otros países. De razón que alguien llamó a los seminarios y facultades teológicas modernistas «fábricas de herejes» (¿y allá es donde quieren que estudien nuestros futuros sacerdotes católicos?).
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