Publicación de João Christian Franco en Facebook. Traducción propia.
El Anticristo y el falso Templo de Jerusalén (que no es y nunca será el Templo de Dios, ni el lugar santo) (Mt. 24, 15; 2.ª Tes. 2, 3-4)
«El Anticristo curará los enfermos (Ap. 13, 13-14), resuscitará a los muertos (Ap. 13, 3), devolverá la vista a los ciegos, el oído a los sordos, y el habla a los mudos (Mt. 24, 24), desencadenará tempestades y las calmará, renombrará las montañas, con una palabra hará florecer y marchitar los árboles, RECONSTRUIRÁ EL TEMPLO DE JERUSALÉN (Dn. 9, 27; 2.ª Tes. 2, 4; Ap. 11, 1-2) y hará de Jerusalén la capital del mundo (Ap. 17, 18) con las enormes riquezas de tesoros ocultos».
— San Rabano Mauro
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San Rabano Mauro (780–856), conocido como el “Maestro de Alemania” (Præcéptor Germániæ), fue monje benedictino, abad de Fulda y después arzobispo de Maguncia. Discípulo de Alcuino de York, se destacó por la vasta erudición y el amor a la Sagrada Escritura, dejando una obra monumental de comentarios bíblicos, tratados teológicos, himnos litúrgicos y la enciclopedia De univérso, que lo convirtió en una de las mayores autoridades intelectuales de la época carolingia.
Su formación de monjes y clérigos hizo de él un verdadero educador de toda una generación, uniendo ciencia y fe de manera inseparable (Eclo. 39, 1-3).
Su santidad brilló en la humildad (Mt. 11, 29), en la disciplina monástica y en la vida de oracion (1.ª Tes. 5, b17), características típicas de un verdadero hijo de San Benito.
Como pastor y maestro, unió contemplación y acción (Lc. 10, 38-42), siendo recordado tanto por el vigor intelectual como por la fidelidad a la Iglesia (Ef. 5, 25-27) y por el celo en santificar al pueblo de Dios (Jn. 17, 17).
Venerado inmediatamente por su vida íntegra y ejemplo luminoso (Mt. 5, 14-16), es celebrado en el Martyrológium Románum el 4 de febrero, permaneciendo como modelo de sabio cristiano y santo monje.
Usted vio que ya sacrificaron a la vaca roja esa que tenían que sacrificar para que viniera su mesías?
ResponderEliminarSi es la del mes pasado, ya los judíos dijeron (para desilusión de los sectarios escofilditas) que esa dichosa vaca no era EL sacrificio definitivo sino una mera “práctica” para cuando sea el momento:
Eliminarhttps://www.kulr8.com/news/state/first-red-heifer-ritual-in-2000-years-test-run-for-biblical-sacrifice-for-third-jewish/article_926a443c-4e99-5477-8fd1-ed4475a211e8.html
Y en vez de andar pensando en cerdos voladores o mesías fingidos, la preocupación está en que, por andarse los colonos y la FDI con la mala costumbre de dejar vagar el ganado a sus anchas (contrariando la Ley de Moisés en Éxodo 22, 4) no vayan a propagar contaminantes o armas biológicas (máxime si esas vacas las importan de Estados Unidos), o sean pretexto para otros ataques como han hecho en Taibe y otros lugares de Palestina:
https://www.turkiyetoday.com/region/israeli-red-heifer-herd-sparks-end-time-prophecy-controversy-in-lebanon-3204229
Veo un inconveniente grande en la interpretación de San Rábano: si el Anticristo "reconstruirá" el templo de Jerusalén ¿porque dice San Pablo que este profanará el Templo con la abominación de la desolación? Si es construido como un templo de adoración demonolátrica ¿se puede acaso profanar?. Sin embargo, agradezco querido hermano que siga tratando del tema de los últimos tiempos y de nuestra bienaventurada Esperanza
ResponderEliminarEntrando en especulación (cosa que no solemos hacer, ni menos hallamos de recibo), el Anticristo pretenderá reconstruir (o restaurar, como hiciera Herodes en su momento) el Templo como lugar de culto a Dios, pero usurpándolo él después. De otro modo, ¿cómo aprobarán los judíos inconversos su reconstrucción?
EliminarEsto no choca con "Roma sera sede del Anticristo" de La Salette?
ResponderEliminarUno es el Anticristo político (que es el Anticristo que todos conocemos), y otro el Anticristo religioso (el Falso profeta). Por tanto, a nuestro entender, lejos de contradecirse, se integra. Y en todo caso, las revelaciones privadas no son materia de fe divina y católica como sí lo es la Revelación pública (Sagrada Escritura), sino que deben supeditarse a ella.
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