domingo, 12 de agosto de 2018

¿PALABRAS PROFÉTICAS?

  • «Gran parte de lo llamado hoy día “cultura cristiana” no es cristianismo ni es cultura, mas adulteración de entrambas cosas. Y esa adulteración de la religión trasladada al plano estético (que decía Kierkegaard) es quizá el problema más serio del mundo de hoy. El peligro comunista me preocupa; pero el peligro de la religión me espanta: el peligro ya no remoto de la adulteración interna del cristianismo. Tanto es así que hoy día el verdadero cristiano oculta cuanto puede su cristianismo (como los primeros cristianos) que es hoy la mejor manera de profesarlo. Hoy, los que exhiben la fe, no la tienen». P. Leonardo Castellani. Notas a caballo de un país en crisis. Biblioteca del pensamiento Nacionalista Argentino, tomo IV, editorial Dictio 1974, pág. 456.
      
  • «Los Signos se han cumplido. Los Signos se han realizado. ¿Qué importa que los hombres no los vean? ¿Y por ventura eso mismo no está profetizado y no es otro Signo, que los hombres no los verán? […]
      
    El mundo quiere unirse -dijo- y actualmente el mundo no se puede unir sino en una religión falsa. O bien las naciones se repliegan sobre sí mismas en nacionalismos hostiles -posición nacionalista que ha sido superada- o bien se reúnen nefastamente con la pega de una nueva religión, un cristianismo falsificado. El cual, naturalmente, odiará de muerte al auténtico. Sólo la religión puede crear vínculos supranacionales. Bien lo probaron los romanos al instituir como necesaria liga de su inmenso imperio pagano, la religión obligatoria e idolátrica del “Emperador”: Numen Imperatóris. Esa religión tenía delante San Juan cuando describió la Bestia, y el carácter, el nombre, el signo y el culto de la Bestia; o (en griego) de la “Fiera”.
      
    La presión enorme de las masas descreídas, y de los gobiernos, o bien maquiavélicos, o bien hostiles, pesará horriblemente sobre todo lo que aún se mantiene fiel… La Iglesia cederá en su armazón externo, y los fieles “tendrán que refugiarse” volando “en el desierto de la fe”.
     
    […]
      
    El principal déstos [imperialismos] es el de la Segunda Bestia, una fiera que surge de la tierra como la otra surgió del mar, es decir, de la Iglesia en contraposición al mundo; la cual aunque habla como dragón “tiene dos cuernos semejantes al Cordero”. Esta Bestia es la que “actúa” y reduce a la práctica, es decir, ritualiza todo el poder de la otra, dice el Profeta. Ella es la propaganda sacerdotal: ella organiza la adoración idolátrica, impone la adoración del ícono nefando, controla las sanciones de lista negra para los que no se someten y suscita la gran persecución sangrienta. Esta bestia es pues evidentemente un movimiento religioso, una herejía parecida al Cristianismo, la última herejía, la más nefanda y sutil de todas, la adoración del Hombre; encarnada ella quizás en un genio religioso, una especie de inmenso Lutero, Focio o Mahoma. Quizás sea un antipapa y los dos cuernos signifiquen la mitra episcopal. No lo sabemos». (P. Leonardo Castellani. Los papeles de Benjamín Benavides, editorial Dictio 1978, págs. 97, 292-293, 297.
   
De la carta de Karol Wojtyła/Juan Pablo II al Cardenal Casaroli, el 20 de Mayo de 1982, con motivo de la fundación del Consejo Pontificio para la Cultura:
«El encuentro de las culturas es hoy un terreno de diálogo privilegiado entre hombres iniciados en la búsqueda de un nuevo humanismo para nuestro tiempo, más allá de las divergencias que los separan: “También nosotros —decía Pablo VI en nombre de todos los padres del Concilio Ecuménico, del que yo también era miembro— profesamos más que ningún otro el culto del Hombre” (Discurso de clausura del 7 de diciembre de 1965)».

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