sábado, 11 de agosto de 2018

MES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA (DÍA 11)

Basado en el libro “El Corazón Admirable de la Madre de Dios”, de San Juan Eudes.

   
CONDICIONES
En uno de los días del mes de agosto, se ha de confesar y comulgar con la mayor preparación y disposición que fuese posible; y será bueno ayunar algún día a la honra de Nuestra Señora. Y procure mantenerse con una gran pureza de cuerpo y alma, andando con especial cuidado de evitar toda culpa y particularmente contraria a la castidad, que es virtud angélica. Quien fuera de esto hiciere limosnas y otras buenas obras en reverencia a esta gran Señora, la obligará más a que interceda ante Dios para que alcance lo que desea, si conviniere para su salvación, y sino le alcanzará de su Majestad otra cosa mejor y más conveniente para la Bienaventuranza eterna.
 
ACTO DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA (Para todos los días)
¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas!, aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto Nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia.
 
Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.
 
Rezar tres Avemarías en honra del poder, sabiduría y misericordia del Inmaculado Corazón de María, menospreciado por los hombres.
  
JACULATORIAS
¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadeceos de nosotros!
Refugio de pecadores, rogad por nosotros.
¡Oh Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
  
MEDITACIÓN DEL DÍA DÉCIMOPRIMERO
A veces se quiere dar a entender todo el interior del hombre; quiero decir, todo lo que con el alma se relaciona, lo mismo que la vida interior y espiritual, de conformidad con las palabras del Hijo de Dios al alma fiel: “Ponedme como un sello sobre vuestro corazón y sobre vuestro brazo” (Cant. 8, 6); es decir, imprimid por una perfecta imitación, la imagen de mi vida interior y exterior en vuestro interior y en vuestro exterior, en vuestra alma y en vuestro cuerpo.
  
Significa también al Espíritu divino, que es el Corazón del Padre y del Hijo, y que ellos nos quieren dar para que sea espíritu y corazón nuestro: “Yo os daré un corazón nuevo, e infundiré un espíritu nuevo en vuestro pecho” (Ezeq. 36, 26).
  
Al Hijo de Dios se le llama en la Sagrada Escritura, Corazón del Padre eterno; y de este Corazón habla el Padre a su divina Esposa, la purísima Virgen, cuando le dice: “Llagaste mi corazón, hermana y esposa” (Cant. 4, 9). 0 como traducen los Setenta: Prendiste mi corazón. Este mismo Hijo de Dios es también llamado en la misma Escritura, “espíritu nuestro”, o sea, alma de nuestra alma, Corazón de nuestro corazón. Todos estos corazones se encuentran en la Madre del amor, en la que forman un Corazón único, ya porque las facultades de la parte superior e interior de su alma han estado siempre perfectamente compenetradas, ya porque Jesús, -Corazón de su Padre-, y el Espíritu Santo -Corazón del Padre y del Hijo-, le han sido entregados como espíritu de su espíritu, alma de su alma, y Corazón de su Corazón.
  
Se piden las gracias que se desean alcanzar durante este mes.
  
DEPRECACIONES (Para todos los días)
  1. Oh Corazón de María, compadeceos de los incrédulos; despertad a los indiferentes; dad la mano a los desesperados; convertid a los blasfemos y profanadores de los días del Señor. Ave María.
  2. Oh Corazón de María, aumentad la fe de los pueblos; fomentad la piedad; sostened las familias verdaderamente católicas; apagad los odios y venganzas en que se abrasa el mundo. Ave María.
  3. Oh Corazón de María, convertid a los mundanos, purificad a los deshonestos, volved al buen camino a tantas víctimas del vicio y del error. Ave María.
  4. Oh Corazón de María, convertid a todos los pecadores de la Iglesia; dirigid a patronos y obreros; iluminad con luz celestial a los malos escritores y gobernantes para que vengan a la luz de Cristo; convertid y santificad a los malos católicos. Ave María.
  5. Oh Corazón de María, suscitad muchos y santos Sacerdotes y Misioneros que trabajen en la conversión de los pecadores y en la salvación de las almas de todo el mundo, y dadnos a todos la perseverancia final en el santo amor y temor de Dios. Así sea. Ave María.
  
ORACIÓN FINAL
Oh Inmaculado Corazón de María, en Vos confiamos; no nos dejéis en este valle de lágrimas hasta vernos seguros junto a Vos en el Cielo. Así sea.

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