Traducción del artículo publicado en RADIO SPADA.
Mons. Vincenzo Paglia Cinelli –el modernista-progresista nombrado en el 2012 (reino de Ratzinger) presidente del Pontificio Consejo de la Familia y en el 2016 (reino de Bergoglio) presidente de la Pontificia Academia para la Vida– en una reciente entrevista reportada por la AgenSir [Agencia S.I.R. –Servicio de Información Religiosa–, servicio de noticias de la Conferencia Episcopal Italiana, N. del T.] ha enseñado lo exactamente opuesto a lo que la Iglesia ha definido por siglos:
“Para la Iglesia Católica, si uno afirma que Judas [Iscariote] está en el infierno, es un hereje”, ha dicho.
¿Qué enseña, pues, el Catecismo Tridentino (n. 241 – La penitencia en cuanto virtud)?
“Frecuentemente sucede precisamente que los hombres no se arrepienten de los pecados como deberían; que también hay unos, al devir de Salomón, que se alegran del mal cometido (Pr. 2,14); mientras que hay otros que se afligen tan amargamente, que desesperan de salvarse. Tal parece ser el caso de Caín que exclamó: Mi pecado es más grande que el perdón de Dios (Gn. 4, 13); y tal fue ciertamente el de Judas, el cual arrepentido, colgándose en el lazo, perdió al mismo tiempo la vida y el alma” (Mt. 27, 3 Ac. 1, 18).
Ad abundántiam, con fe pía, ¿qué es lo revelado a Santa Catalina de Siena (S. Catalina de Siena, Diálogo de la Divina Providencia, c. 37)?
“Porque la desesperación de Judas me disgustó más y fue más grave a mi Hijo que no la traición que me hizo. Así son condenados por este falso juicio de haber puesto mayor el pecado suyo que mi misericordia; y por eso son castigados con los demonios y atormentados eternamente con ellos”.
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