EL PELIGRO DE LA TABLA OUIJA

LA MORALIDAD DE LA TABLA OUIJA

Pregunta: 

¿Qué deberían decir los sacerdotes a los católicos sobre el uso de la tabla ouija, una práctica que ahora se está haciendo muy común?

Respuesta: 

En tiempos de peligro e incertidumbre, como el presente, cuando las personas están ansiosas y temerosas sobre la seguridad y el paradero de los soldados que les son queridos, hay una tendencia a buscar información que no se puede obtener a través de los canales ordinarios de fuentes como sortílegos, bolas de cristal, etc. El recurso a la tabla ouija (un dispositivo que deletrea respuestas bajo la presión de los dedos) es una forma de esta tendencia.

    

Se pueden afirmar con seguridad dos hechos sobre el uso de la tabla ouija. Primero, muchas de las respuestas obtenidas por este medio son meramente manifestaciones de los pensamientos y deseos inconscientes del operador. A veces sucede, por una coincidencia extraordinaria, que las respuestas procuradas en esta forma traen información que parece ser enteramente más allá de los alcances naturales. Aun, en realidad, ellas son gobernadas por las leyes naturales del intelecto y la volición humana.

   

En segundo lugar, también puede aseverarse sin dudar que los poderes de la oscuridad, siempre alertas para atrapar las almas de los hombres, a veces interviene en el uso de la tabla ouija y proporcionar conocimiento que no podría obtenerse por ningún medio humano. Y puesto que siempre hay una probabilidad que esto ocurra, el que use la tabla ouija con el propósito de conseguir información no disponible por la vía ordinaria es culpable del pecado grave de adivinación. Porque él está invocando, al menos implícita y condicionalmente, la asistencia del diablo.

     

Por consiguiente, un sacerdote no necesita dudar en decir a los fieles que el uso de la tabla ouija, como recurrir a los sortílegos, es objetivamente un pecado mortal. No hay razón para mitigar esta declaración hasta decir que el uso frecuente de la tabla ouija es gravemente pecaminoso. Porque incluso un solo experimento con este juguete peligroso puede invitar a la cooperación del espíritu maligno, de ahí que constituye una grave violación del primer mandamiento de Dios. Se puede alegar que el pecado de adivinación no sería cometido por alguien que rechace expresamente toda comunicación con el diablo y proteste que su único propósito es utilizar poderes naturales humanos, aunque latentes. Cuanto puede decirse del valor de esta teoria de defensa, tiene muy poco peso en la práctica. Por eso raramente sucede que una persona, usando ansiosamente la tabla para adquirir conocimiento que no puede obtener por medios ordinarios, intente eficazmente excluir información que puede estar disponoble por medio de intervención diabólica, aun cuando él pueda hacer una declaración expresa de lo contrario.

  

P. FRANCIS JEREMIAH CONNELL MAYHAN C.Ss.R., S.Th.D. Answers to questions (Respuestas a preguntas), en American Ecclesiastical Review, vol. 111 (Febrero de 1944). Wahsington, Catholic University of America Press, 1944, pág. 305. P. EUGENE J. WEITZEL QUINN CSV (Compilador), Father Connell answers moral questions (El padre Connell responde preguntas morales), Washington, Catholic University of America Press, 1959, pág. 80. Traducción propia.