sábado, 31 de diciembre de 2022

OTRA INVASIÓN DE TIERRAS POR COLONOS SIONISTAS

Elementos tomados de distintas fuentes.
   

Extremistas judíos de derecha, apoyados por la policía local de Jerusalén, incursionaron el 27 de Diciembre una parcela de tierra de cinco dunams (5.000 m²/1,2 acres) propiedad del Patriarcado Greco-Ortodoxo de Jerusalén en Uadi Hilweh, en el vecindario palestino de Siloé (en árabe سِلْوَانْ/Silwan; en hebreo כְּפַר הַשִּׁילוֹחַ/Kfar haShiloam; en griego Σιλωὰμ) en Jerusalén Oriental, informó Middle East Eye.
   
Ellos invadieron el terreno conocido como ‘La tierra roja’ (en árabe أَرْض ٱلْحَمْرَاء/Ard al-Hamra), que el Patriarcado había arrendado a la familia palestina Sumreen hacía 70 años, lo cercaron con alambres, e instalaron cámaras de vigilancia. Los vecinos que querían impedir la invasión fueron asaltados por la policía. Tres jóvenes palestinos fueron arrestados.
   

«Golpearon a hombres, mujeres y niños. No hubo nadie que no fuera golpeado. [Los colonos] vinieron en la mañana, mientras nosotros dormíamos. Ellos se tomaron la tierra», declaró Mohammed Sumreen al Centro de Información de Uadi Hilweh.
    
En un comunicado, el Patriarcado Greco-Ortodoxo de Jerusalén expresó que el grupo radical judío «no tiene ningún derecho ni respaldo judicial a su favor que les permita entrar u ocupar el terreno», y condenó también que la incursión «se haya producido con la protección de policías y guardias fronterizos israelíes armados». Además, señaló que la invasión fue una retaliación contra ellos por las críticas que el Patriarca Teófilo III Gianópulos ha lanzado contra la política de colonización judía.
   

Durante años, la zona de Siloé (que ha sido ocupada por la Entidad Sionista desde 1967 y anexada por ellos en 1980), que se encuentra al sur de la mezquita al-Aqsa y el Muro de los Lamentos, ha sido objetivo de grupos extremistas judíos, en parte porque se atribuye a esta la ubicación de la Piscina de Siloé, donde los peregrinos judíos se reunían para purificarse antes de ir al Templo de Jerusalén. Allí fue donde Jesús mandó lavarse al ciego de nacimiento, como se relata en el capítulo IX del Evangelio de San Juan, milagro por el cual la emperatriz Elia Eudocia († 460) construyó una iglesia conmemorativa.
   
Coincidencialmente, el hecho se da el mismo día en que la Autoridad de Antigüedades de Israel autorizó la excavación y apertura al público de la fuente de Siloé, como parte de un recorrido turístico hasta el Muro de los Lamentos. A tal fin, el régimen de Tel Aviv declaró el área como “parque nacional”, lo que le permite gestionar el lugar así sea propiedad de un particular (en este caso, de la Iglesia Ortodoxa).

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