El Servicio
Según un comunicado del canciller diocesano Augustine Okafor, Olorunmulu había sido engañado por un tal Stephen Obioma Nwaigwe, el cual afirmó ser el Superior General de una Congregación de Misioneros del Paráclito y solicitó la “ordenación” de los candidatos Aloysius Kubiatasi Ebong, Francis Mario Daudu, Nkemaka Charles Chukwudi y Emmanuel Chukwudum Ezeh.
Sus documentos falsificados mostraban, entre otras cosas, el establecimiento de la congregación como instituto de la diócesis de Morogoro (Tanzania) en 2016 por el entonces obispón Telesphore Richard Mkude. También afirmaba dirigir varios proyectos sociales, entre ellos un hospital en Nigeria.
Sin embargo, la orden no existe (al menos en Nigeria). Y los fieles se dieron cuenta de que Ebong, uno de los candidatos, se había hecho pasar anteriormente por presbítero en el sector de las barracas militares de Lokoja y había presidido una eucaristía (aún más si cabe) inválida.
La diócesis «buscará ahora los pasos canónicos apropiados para resolver esta desafortunada situación, y se tomarán medidas para garantizar que este tipo de sucesos no se repitan en el futuro», señala el comunicado.
Ahora, no es para justificar lo ocurrido, pero ¿qué se le dejará para la Secta Deuterovaticana en su conjunto, que durante más de 60 años ha engañado al mundo entero y miles de millones de almas presentándose como la Iglesia Católica sin serlo en realidad? Y en todo caso, Olorunmulu, al no ser obispo católico (porque la Secta Deuterovaticana desde 1968 no tiene órdenes válidas al haber alterado la forma en el Sacramento de las Órdenes Sagradas; y él fue “instalado” presbítero el 23 de Diciembre de 1978 y obispón el 11 de Febrero de 2006), no podía transmitir nada ni a esos cuatro ni a los demás “instalados” ese día.
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