El año pasado se instituyó el “Domingo de la Palabra de Dios” por Francisco Bergoglio mediante la Carta Apostólica “Apéruit illis”, cuya primera celebración fue el domingo 26 de Enero, y la siguiente será el 24 de Enero de 2021. Para ocasión de tal festividad conciliar, el cardenal Robert Sarah Nemelo, prefecto «hasta que se disponga otra cosa» de la conciliar Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, publicó mediante el Protocolo Nº 602/20 del 17 de Diciembre una nota con recomendaciones que deben observarse desde el próximo año, las cuales se resumen así:
- Hacer procesión de entrada con el Evangeliario. Si no se puede, colocarlo sobre el altar.
- No sustituir o suprimir las lecturas indicadas en el Leccionario («Mucho gusto, Instrucción General del Misal Romano, n. 57»). Las lecturas deben provenir de versiones bíblicas aprobadas para uso litúrgico.
- El salmo responsorial debe ser cantado (por lo menos la respuesta).
- Obispos, presbíteros y diáconos deben preparar bien la homilía (No se trata de sacarla sobre la marcha).
- Que haya silencio que posibilite la meditación.
- Los lectores (presbíteros, diáconos y “ministros proclamadores de la Palabra”) deben estar familiarizados con el texto que van a leer. Puede hacerse una monición breve a cada lectura («¿Eres tú, Rito Zaireño?»).
- «El ambón está reservado para las lecturas, el canto del Salmo responsorial y el pregón pascual; desde él se pueden pronunciar la homilía y las intenciones de la oración universal, y no es aconsejable que se acceda a él para comentarios, avisos, dirección del canto». (Oído al tambor, kikos y los que no lo son).
- Cuidar los leccionarios. No se les debe sustituir con folletos, fotocopias o cualquier otro subsidio (¿Golpe a la Sociedad San Pablo, et al.?).
- Promover encuentros de formación sobre la distribución de la Escritura en el año litúrgico, pudiéndose hacer estos antes o después del DPD (Fue valiéndose de esos “encuentros de formación sobre la Biblia” que se propagó la Teología de la Liberación).
- Promover el rezo comunitario de Laudes y Vísperas.
A todo esto, si bien a nosotros los católicos NO NOS INTERESA lo que él y/o quien haga sus veces haga o deje de hacer, cabe ponderar cómo Sarah pide (en nombre de Bergoglio) a los clérigos y fieles conciliares que se tenga “respeto a la Palabra de Dios” ¡recordándoles lo básico de la Instrucción General del Misal Romano!, si ellos mismos la han mutilado eliminando pasajes ofensivos al Hombre Moderno™, recortando más el relato de la Pasión de Cristo (ejemplo más visible de la práctica de ofrecer “forma larga” y “forma breve” de las lecciones), cuestionando la veracidad de los textos sagrados en la homilía, y un largo etcétera.
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