miércoles, 16 de abril de 2025

MES EUCARÍSTICO - DÍA DECIMOSEXTO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA DECIMOSEXTO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, Pan vivo de Dios, que del Cielo descendió, y da vida al mundo: que es Pan de sustancia infinita, que llena de muchas delicias a los Reyes (Joann. 6, 33 - Gén. 49, 20).

II. ¿A quién viene? A la Cananea; es decir, a tu alma, para que le puedas decir con razón: no es bueno tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perros (Matth. 15, 26).

III. ¿A qué viene? A ser pan que conforte tu corazón; te nutra sobre toda diversa sustancia, y sustente también, para que no vuelvas a desfallecer mas en el camino de Dios (Ps. 113, 16).

Aspiración: Ayúdame, Señor, porque también los cachorrillos comen de las migajas que caen de la mesa de su Señor (Matth. 15, v. 25 y 27). En tu dulzura preparaste este pan de vida para el pobre, Dios mío (Ps. 67, 11); no quieras desampararme. Acuérdate de tus antiguas misericordias, cuando sin trabajo diste pan a nuestros padres, y les dabas de beber del torrente de tus delicias (Ps. 35, 9). No te acuerdes de mis ignorancias, ni de los deleites de mi juventud: inclina sobre mí tus ojos, y ten misericordia de mí, porque soy único y pobre; atiende a mi humildad, y a las miserias de mi alma, y perdona todos mis pecados (Ps. 24, v. 7, 16 y 18). Visita esta tierra árida de mi corazón, y embriágala con tu inefable suavidad (Ps. 64, 10). En Ti está la fuente de vida; permite beber de sus aguas al que como ciervo abrasado de sed llega a recibirlas. Entonces, llena de júbilo mi lengua, te cantará alabanzas, y mi alma redimida con tu Sangre preciosa (Ps. 70, 23), se alegrará en Ti, mi Dios y Salvador mío (Luc. 1, 47). Tu misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Cristo en medio de tu corazón, dividiendo su pan para dártelo a ti, que estás hambriento: y a ti como cachorrillo necesitado, que recoge sus preciosas y ricas migajas (Isa. 58, 7).

II. Ámalo con amor constante como lo amaron los santos Confesores; de suerte que como hombre justo te mantengas como un Sol en su sabiduría; y no te mudes como necio a semejanza de la Luna (Eccli. 27, 12).

III. Pide te conceda verdadera pobreza de espíritu, para que renunciando absolutamente todas las cosas, corras más libre y desembarazado por el camino de la perfección, que guía derechamente al Reino de los Cielos.

Aspiración: Con el manjar de los Ángeles sustentaste a tu pueblo, y les diste sin trabajo el pan preparado del Cielo, que encierra en sí todo deleite, y la suavidad de todo sabor (Sap. 16, 20). ¡Oh Jesús mío dulcísimo! ¡Oh inefable dulzura de las almas! ¡Oh gozo y corona mía!, ¿qué podía yo encontrar fuera de Ti sino amargura y sinsabor? Las risas del mundo se mezclarán con dolor, y los fines del gozo serán ocupados del llanto (Prov. 14, 13). En Ti, solo y único Amado mío, se puede hallar estable y verdadera alegría. Lejos esté de mí volver a suspirar por las ollas de Egipto, y vivir afanado por gozar sus delicias. No quiero beber más en los pozos de Sodoma, en el mar muerto de este mundo, en los albañales de los deleites, y en las cisternas rotas de los favores humanos, que no pueden encerrar aquellas aguas que quitan la sed del corazón (Jer. 2, 13). Una sola cosa me place, el trigo de los escogidos, y el vino que engendra vírgenes (Zach. 9, 17). Nada más deseo que estar unido a Vos, para beber de continuo de la cisterna de Belén, y fuente de mi Jacob, donde los que moramos en esta mística Jerusalén de la Iglesia somos lavados de las manchas. Ea pues, Señor mío, ya que tu misericordia me visita, dándome en Ti solo cuanto puedo desear, no permitas vuelva a separarme de Ti, para que enamorada mi alma de tu inenarrable suavidad y hermosura, te sirva con sinceridad de corazón, y olvide enteramente todos los corrompidos placeres de la carne, todas las vanidades falsas del siglo, y todas sus mentirosas locuras (Ps. 39, 5). Gracias infinitas, Padre mío, por el conocimiento que de Vos me dais.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.