Luis Sebastián Mauricio Variara Bussa nació en la aldea de Viarigi (prov. Asti, Italia) el 15 de Enero de 1875, primogénito de Pedro Variara (quien conoció a San Juan Bosco en una misión que hizo en 1856) y Livia Bussa, con quien este se casó después de enviudar. Era la mitad del invierno, y la partera tuvo que bautizarlo de emergencia, completándose la ceremonia dos días después en la iglesia parroquial de Santa Águeda, donde su padre era organista y maestro del coro que él fundó.
Educado en el Oratorio de Don Bosco (a quien conoció el 20 de diciembre de 1887, cuarenta días antes de morir, recordándolo como «uno de los más felices para mí») en Turín donde lo había enviado su padre, entró al noviciado salesiano el 17 de agosto de 1891, e hizo sus estudios de filosofía en Valsalice, donde conoció a Andrés Beltrami y Beltrami SDB († 1897), quien sería ordenado sacerdote dos años después. Se quedó impresionado por la alegría con que Beltrami enfrentó los sufrimientos de la tuberculosis que adquirió al cuidar al sacerdote y príncipe Augusto Czartoyski Muñoz († 1893), enfermedad que ofreció por la conversión de los pecadores.
Partió a Colombia a los 19 años, en los primeros grupos de 188 misioneros salesianos enviados por Don Miguel Rúa (ante quien profesó los votos en la Pía Unión de San Francisco de Sales el 2 de octubre de 1892) y a instancias del padre Miguel Unia SDB († 1895), el apóstol del lazareto de Agua de Dios (Cundinamarca), donde llega el 6 de agosto de 1894.
A 120 kilómetros al suroeste de la capital, Agua de Dios era junto con Caño de Loro (isla de Tierra Bomba, cerca de Cartagena; había sido establecido por los españoles) y Contratación (Santander) uno de los lazaretos en Colombia a los que eran desterrados los enfermos de lepra, en virtud de la Ley 170 de 1896 y el Decreto 147 de 1897. Cercada con alambre de púas y con custodia policial, cruzar el puente sobre el río hacia esa población significaba la pérdida de todas las libertades ciudadanas, una muerte en vida: incluso no podían usar el dinero del exterior (circulaban las “coscojas”, unas monedas fraccionarias de cuproníquel emitidas por el Lazareto; y se quemaban los billetes que salían de este). Y no solo se enviaban allí a los leprosos: personas con defectos o deformidades en la piel como los que tenían labio leporino, dermatitis, artritis o enfermedades venéreas, iban a parar allí, muchas veces por médicos de poco o ningún criterio científico (después de todo, en ese entonces la lepra no tenía cura), gamonales que no aceptaban discrepancias políticas, o parientes ambiciosos. Por ese abandono y aislamiento (ni siquiera se daba salida al paciente si se curaba), se caía en la desesperación, el vicio del alcohol era habitual, y los suicidios estaban a la orden del día. Una auténtica “ciudad del dolor”, como la llamó el escritor y político Adolfo León Gómez.
Es a este lugar donde llega Variara, donde ejerció como músico, fundando una banda musical que animaría los días festivos de esa población en que convivían 2000 personas, 800 de ellos leprosos. Antes, Don Unia, con la ayuda del padre Rafael Crippa (posteriormente capellán del lazareto de Caño de Loro, donde murió en 1928), el coadjutor (hermano lego) Juan Lusso y las Hermanas de la Presentación de Tours, había realizado una labor civilizatoria y de evangelización comparable a la del padre Damián de Veuster en la isla hawaiana de Molokai.
Unia falleció de hidropesía en 1895 en Turín, y permitió que Variara trabajara con su compañero de misión, el padre Crippa. Luego de superar las dificultades causadas por la guerra civil, Variara es ordenado sacerdote en Fontibón, cerca de Santa Fe de Bogotá, el 24 de abril de 1898 por el arzobispo Bernardo Herrera Restrepo. Ya como sacerdote, sirvió durante un tiempo como director espiritual de la Asociación de las Hijas de María. A menudo permanecía en el confesionario entre cuatro y cinco horas.
En 1905, fundó el Asilo de Infancia Padre Michele Unia en honor a quien lo llamó para asistirlo en su misión. Para conseguir dotación, viajó a Italia, interesando en su proyecto a la reina Margarita Teresa de Saboya-Génova (la epónima de la pizza de queso y albahaca).
Con algunas jóvenes hijas de enfermos de lepra o contaminadas ellas mismas por la enfermedad (por lo que eran rechazadas en otras comunidades religiosas) pertenecientes a las Hijas de María, fundó la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María el 7 de Mayo de 1905, con la autorización de Don Rúa y la aprobación del arzobispo Herrera, para atender el asilo y a los leprosos en sus casas. La congregación, inspirada en el recuerdo de Don Beltrami, acogía a las religiosas de cualquier orden que, al ser diagnosticadas con lepra, querían pasar sus últimos días asistiendo a los enfermos.
Diez años a partir de entonces, comenzaron las incomprensiones, luchas y pruebas para el padre Variara, siendo enviado por sus superiores a dirigir sendos colegios salesianos en Mosquera (Cundinamarca), Contratación, Bogotá, Barranquilla, e incluso a Táriba (Venezuela), donde llegó en 1921 y los médicos le diagnosticaron una grave falla renal. Todo para alejarlo de la congregación que él fundó, pero lo acepta obedientemente. Por órdenes médicas, cruzó la frontera de regreso el 15 de Diciembre de 1922, a San José de Cúcuta, acogido por la familia Faccini-Andrade, en cuya casa de la calle 11.ª esquina con la Avenida 2.ª, frente a la tienda de Antonio Mojica, murió a las 3:15 de la madrugada del 1 de Febrero de 1923, treinta y cinco años y un día después que aquel Don Bosco a quien conoció en el Oratorio de Valdocco. Tenía 48 años de edad, y 19 de ordenado sacerdote. «No hablaba sino de Jesús y del Cielo con una unción que estremecía. Era verdaderamente un santo, qué gracia haberlo tenido en nuestra casa», dijo Mercedes Faccini, quien fue su enfermera en aquellos momentos.
Su funeral se realizó en la Catedral San José de Cúcuta, y fue sepultado em la parroquia San Antonio, de donde sus restos fueron trasladados a Agua de Dios en 1932, el mismo año que su congregación fue aprobada localmente por el arzobispo Ismael Perdomo Borrero; y en 1952 por Pío XII.
REFLEXIÓN
El día de su profesión, Don Miguel Rúa le dijo a Variara: «No varíes nunca». Y, a pesar de las dificultades y persecuciones que sufrió, no varió en su vocación y propósito. ¿Cuánto dista su ejemplo de nosotros, que en un mismo día pasamos del fervor a la tibieza, cuando no al pecado? Ello es porque no tomamos en serio nuestro compromiso como cristianos.
D. JORGE RONDÓN SANTOS S. Ch. R.
ORACIÓN PARA OBTENER GRACIAS ESPECIALES POR MEDIACIÓN DEL PADRE LUIS VARIARA (Para uso privado)
Señor Jesús, que por las ternuras de tu Divino Corazón has manifestado ser todo misericordia y caridad para con los hombres, concédenos ver a la gloria de los Altares a tu fiel imitador y siervo Luis Variara, para que, estimulados con su ejemplo aprendamos como él a inflamarnos en tu Divina Caridad: y en prenda de que te fue acepto, otórganos la gracia que te pedimos (se pide lo que se desea), a Ti que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Imprimátur por el Gobierno Eclesiástico de la Diócesis de Ibagué, 4 de Septiembre de 1956. Monseñor Luis Felipe Jáuregui Prieto, Vicario general.

Nada que ver, respecto al otaku jugador de Nintendo 64 Carlo Maria Acutis Salzano. Solo en este hecho, por los tipos de "santos" que promueve, está no es la Iglesia verdadera, es la contraiglesia.
ResponderEliminarCarlo Acutis jugaba con la Play, específicamente la Play Station 2. Y no era otaku, que yo sepa, porque los otakus ven Anime y que yo sepa el no lo hacía.
EliminarY lo sorprendente es que Carlitos era mejor persona que la mitad de los otros "santos", a saber: Wojtyla, Montini, La Madre Teresa, Escrivá de Balaguer, Roncalli y Oscar Romero.
EliminarOrá Play Station, orá Nintendo, orá fan de los Simpson, orá Dragon Ball, Naruto o One Punch Man........pobre nene, solo es "santo"por el duelo no superado de su mamá y sus millone$ de oraciones y los ingenuos jóvenes sinodales que ahora lo tienen en posters
ResponderEliminarEsos jóvenes son los adultos Disney de la novus ordo, es una pena como se manifiestan en sitios como Church Pop o en la JMJ
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