El santuario de Nuestra Señora de La Salette en Enfield (Nueva Hampshire), famoso por su festival de luces durante el fin de semana de Acción de Gracias y la Navidad, y que incluye este adefesio de arriba, será revendido al museo de la comunidad protestante de los Sacudidos (Shakers), informó el diario Union Leader de Nueva Hampshire.
Los misioneros de Nuestra Señora de La Salette acordaron vender el terreno de 28 acres (11,33 hectáreas) avaluado en 3’200.000 dólares al consejo de administración del Museo de los Sacudidos de Enfield. El santuario cerrará sus puertas el próximo 1 de Octubre, informó el presbítero William V. Kaliyadan, provincial de los misioneros saletinos en Norteamérica, que hacían presencia en la ruta 4A desde 1927, cuando compraron el terreno a la decreciente congregación protestante. Kaliyadan anunció que el último servicio Novus Ordo allí tendrá lugar el 19 de Septiembre, fiesta de la aparición de la Virgen de La Salette.
Los Sacudidos, conocidos oficialmente como Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo, son una rama de los cuáqueros fundada sobre las enseñanzas de Ann Lee Beswick (1736-1784), quien se proclamó la contraparte femenina de Cristo. Los sacudidos rechazaban el matrimonio (Ann –que se traumó por el ambiente en la ciudad de Mánchester, se casó obligada por sus padres sus cuatro hijos murieron en la infancia y su marido Abraham Standery la abandonó hacia 1775– predicaba que el celibato aceleraría la Parusía –que dijeron sucedería en 1792, y después en 1794–, separándose de la opinión mayoritaria de los cuáqueros), negaban la resurrección de los muertos, y sus reuniones de culto tenían gritos frenéticos y bailes extáticos o «sacudidas» (de ahí su nombre). Actualmente quedan solo dos miembros de esa creencia: Arnold Hadd (64 años) y June Carpenter (82 años) en el estado de Maine.
Irónicamente, esa misma razón por la que los Sacudidos vendieron el terreno en 1927, es la que en 2023 invocan los saletinos para la venta: no hay vocaciones, y solo les quedan dos miembros: los presbíteros John Sullivan (director del santuario) y Joseph Gosselin (superior y tesorero del santuario). Pero al menos queda que este adefesio pasa a un museo, para mostrar cuán decadentes son los conciliares, que en ellos se cumple la profecía de la Virgen en La Salette: «La Iglesia será eclipsada».
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